Sorprenden el desparpajo y la ligereza con los que los redactores de la denuncia despachan tanto el trabajo profesional y los códigos deontológicos de los periodistas
Empezaron mal y raro es el día en que no la pifian o comenten un error de bulto en el mal llamado ‘caso Bárcenas’
El PP no da una y ya no se sabe si yerra por falta de criterio o por exceso de miedo, porque tanta duda, tamañas vacilaciones y semejante sarta de torpezas han terminado instlando en la ciudadanía española la idea de que el extesorero Luis Bárcenas tiene a mariano rajoy y los suyos «agarrados por las pelotas».
Este 9 de marzo de 2013, desvelábamos en rigurosa primicia desde Periodista Digital que la Policía trabaja ahora casi segura de que son las donaciones que varios empresarios d epostín hicieron en su día al Partido Popular, servirán para terminar mandando a Bárcenas a la cárcel.
Entre esos donandtes, uno clave puede ser Alfonso García Pozuelo, ex dueño de Constructora Hispánica, quien al parecer está decidido a ‘cantar‘ y desvelar los apaños del extesorero.
Bastaría cotejar lo que entregó, convencido de que iba al partido, con lo que Bárcenas apuntó en la contabilidad oficial, para procesar al extesorero por apropiación indebida, porque todo indica que se quedaba con la parte del león.
Mientras eso llega, lo que tenemos son juegos de artificio y matidas de pata, como subraya ‘El País’ en su editorial este domingo 10 de marzo.
«La denuncia que el Partido Popular presentó el miércoles 6 de marzo pasado por vulneración del derecho al honor contra la sociedad editora de ‘El País’ pasará a los anales del caso Bárcenas como un punto de inflexión en la sucesión de pésimas decisiones que sus dirigentes han tomado desde que el diario publicara los apuntes contables del extesorero».
El PP atribuye al periódico «la intención de dañar la imagen y la buena reputación del partido, de sus dirigentes y empleados» con la difusión de apuntes contables que recogen donativos de empresas, la mayoría de los cuales violaron las leyes vigentes en su momento, así como pagos a los principales dirigentes de la formación conservadora y otros destinados a cubrir gastos de variadas categorías.
El escándalo ciertamente está erosionando a velocidad de vértigo la confianza en el partido de Mariano Rajoy, Javier Arenas, María Dolores de Cospedal y muchos otros, no solo de empleados y votantes, sino también de la generalidad de los ciudadanos.
A ello han contribuido los remedos de explicaciones que los dirigentes populares han pergeñado hasta ahora, especialmente confusos los referidos al contrato del que disfrutó Bárcenas hasta el mismo día en que este periódico difundió su contabilidad secreta.
Actuaciones todas que no han hecho más que agravar la irritación de la sociedad española sin mejorar un ápice la credibilidad del PP, ni siquiera entre sus propios votantes. La mayoría de ellos no les cree una sola palabra.
Ya sucedió lo mismo en su día respecto al intento de negar toda veracidad a los papeles de Bárcenas: una encuesta de Metroscopia mostró que el 76% de los españoles y el 58% de los votantes del partido conservador no consideraban ni creíbles ni convincentes las explicaciones recibidas.
Tampoco convencerá ahora el PP a nadie de su voluntad de luchar contra la corrupción basándose en llevar a un periódico ante al juzgado.
En este paisaje de descrédito general de sus dirigentes, el PP acusa a ‘El País’ de la «difusión premeditada e irresponsable, inexplicable en un medio de comunicación, de documentos (presumiblemente fabricados ad hoc) cuya autenticidad, veracidad y autoría no se ha contrastado ni de otro modo consta a quien los difunde».
Sorprenden el desparpajo y la ligereza con los que los redactores de la denuncia despachan tanto el trabajo profesional y los códigos deontológicos de los periodistas que firman la información como los hechos comprobados que de sus artículos se derivan.
En cuanto a los sucesos desvelados, lejos de descartarlos como falsos o sin importancia, el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, que ya venía ocupándose de los oscuros tejemanejes financieros de Bárcenas que le llevaron a acumular decenas de millones de euros en cuentas secretas en Suiza durante los años en los que fue gerente y tesorero del PP, aprecia ahora la necesidad de investigar los hechos que detallan los papeles que publicó ‘El País’.
Se basa para ello en un informe de la Unidad para los Delitos Económicos y Financieros (UDEF) de la policía que constata numerosas correlaciones entre los papeles de Bárcenas y la documentación existente en el sumario del caso Gürtel, la mayor trama de corrupción organizada de la democracia.
El juez se hace cargo así en una pieza separada de las indagaciones sobre los papeles del extesorero, hasta ahora circunscritas a la Fiscalía Anticorrupción. El propio fiscal general del Estado ha subrayado lo correcto de la decisión.
El PP tiene todo el derecho a demandar a quien quiera. Pero sus dirigentes deben tener claro que no se trata de un ejercicio fútil.
Como efecto colateral arruina asimismo sus pretensiones de transparencia y compromiso con sus militantes, sus votantes y los ciudadanos en general.
En vez de mostrarse como la primera interesada en que la justicia aclare los presuntos delitos en que ha incurrido el extesorero y exsenador -que gozó de la confianza del partido durante dos décadas-, la dirección del PP enfoca el tiro hacia el diario que dio a conocer los papeles que documentan algunas de esas prácticas.
Es flaco el favor que se hace a sí mismo y a la decencia democrática que este país necesita de forma urgente, en un momento en el que el conjunto de las instituciones sobre el que se basa nuestra vida política se ve ya sometido a tensiones insoportables.