El culebrón ponferradino sigue coleando en los espacios de opinión de la prensa de papel española el 12 de marzo de 2013. Pero ya dista mucho de tener la preponderancia del día anterior, en esta ocasión encontramos columnas interesantes sobre la actuación del Gobierno español con respecto a la muerte de Oswaldo Payá y la condena a Ángel Carromero; los palmeros europeos, incluidos españoles, del sátrapa fallecido Hugo Chávez; Mas y Rajoy frente a la corrupción, o el aniversario de los atentados del 11-M.
Comencemos en El Mundo, donde encontramos los artículos referidos a las dos últimas cuestiones citadas. Salvador Sostres publica Rajoy, Mas y la farsa:
Si Mas y Rajoy tuvieran algún interés en acabar con la corrupción y en activar la regeneración democrática, confesarían las fechorías de sus partidos para financiarse ilegalmente. Unas fechorías de las que tal vez no se han beneficiado personalmente, pero que, como presidentes de sus formaciones políticas, las conocían y las autorizaron.
Sostiene que Rajoy está insólitamente secuestrado por Bárcenas y que Millet es un peligro para Mas porque si hablara «sería el final de su carrera política y el hundimiento de Convergència».
Concluye:
Lo que tendría que hacer reflexionar a los dos presidentes es que lo que crea desconfianza en la política es, más que robar, la sistemática mentira con que algunos líderes insisten en negar la evidencia como si creyeran que somos imbéciles. Lo que aleja a los ciudadanos de la política no son los errores, ni incluso las faltas o delitos que algunos políticos puedan cometer, sino el cinismo con que unos se tapan a otros, el engaño permanente porque cada cual conoce las miserias de sus adversarios y calla para que los otros también callen, fomentando así la trama.
¿Medidas anticorrupción? Que Mas y Rajoy den cada uno una rueda de prensa contando todo lo que saben de los cobros y los pagos ilegales que han autorizado.
Lo demás son insultantes maniobras de distracción para poder continuar robando.
Lucía Méndez reflexiona sobre el lamentable espectáculo de actos por separados para recordara a las víctimas de los atentados del 11-M, así como la ausencia de Rajoy en aquellos actos. Firma Un país en coma:
Parece que fue ayer, aunque es como si lleváramos nueve años sin ver a los 191 hombres, mujeres y niños que desaparecieron en los trenes aquel 11-M. Veintiséis años tenía Laura Vega cuando cogió el tren para llegar a Atocha. Hoy tiene 35 y sigue en coma en el hospital. Nueve años en coma. Los mismos que España. Cada 11-M caemos en la cuenta de que seguimos en coma. Enfermos de división y sectarismo, faltos de piedad con las víctimas que no piensan como nosotros. Las dos Españas que creíamos haber enterrado en la Transición resucitaron el día del mayor atentado de nuestra Historia.
Tras señalar «la vergüenza de ser una Nación incapaz de honrar a sus muertos de forma unitaria, honorable y digna», se muestra especialmente dura con el registrador de la propiedad metido a gobernante:
Mariano Rajoy, que el 11-M perdió las elecciones que se celebraron dos días después, es ahora el presidente del Gobierno. Ni el pasado año, que ya lo era, ni éste ha considerado conveniente convocar a todos y acudir a un acto de homenaje a las víctimas.
Apunta que la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital de España son las únicas instituciones «que se acuerdan del 11-M todos los años». Añade que mientras se celebraba el acto institucional, y por otra parte el organizado por los sindicatos y el PSOE, «el presidente del Gobierno acompañaba a desayunar en un hotel de lujo a su secretaria general». Extiende la crítica al resto de Ejecutivo:
La mayoría de los ministros consideró más conveniente acudir a un desayuno de desagravio a María Dolores de Cospedal que estar al lado de las víctimas del 11-M. Hay que alabar la actitud de la protagonista del desayuno y de los ministros de Educación y Justicia, que sí acudieron a los actos de homenaje.
Destaca también la ausencia del líder, es un decir, de la oposición en cualquier acto:
Por su parte, el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, se había metido debajo de la mesa de la Ejecutiva Federal tras el ridículo de la moción de censura de Ponferrada. Tampoco él consideró conveniente acudir al Bosque del Recuerdo ni a la estación de Atocha.
Concluye:
A efectos de sensibilidad ante la inmensa tragedia del 11-M, los máximos responsables políticos de este país continúan en coma. No responden a los estímulos ni les parece necesario unir a todos en un mismo acto puesto que fuimos todos los españoles los atacados ese día. El año que viene se cumplen 10 años, un aniversario redondo. Es la oportunidad para despertar del coma. Laura Vega, desgraciadamente, no podrá hacerlo.
Pasamos ahora a La Razón, donde encontramos la mayor presencia de artículos dedicados al culebrón ponferradino. Ely del Valle titula precisamente con el nombre de la capital administrativa de El Bierzo, Ponferrada:
Feo asunto el de Ponferrada. Tan feo que ha conseguido poner al secretario general del PSOE en un brete, a su secretario de Organización con un pie en la calle, a un alcalde elegido democráticamente en su casa, a un acosador en la cabeza de la operación y a un socialista que ha resultado no serlo, al frente de un ayuntamiento que en este momento no se sabe si es carne o pescado.
No se traga la mala excusa de que el cada vez más tarraja secretario general del PSOE no estaba al tanto de lo que se fraguaba en la ciudad leonesa:
Lo de que conocía la operación, pero no sus pormenores suena a chirigota tratándose del hombre que todo lo oye y todo lo ve.
Concluye:
A la hora de la verdad lo que ha demostrado el tal Samuel Folgueral es que ante el poder poco vale la ideología, y eso, de cara al electorado socialista, es muy significativo.
De cualquier manera, y sin olvidar que en este caso los cutres son los protagonistas de esta ópera bufa, quienes deberían hacérselo mirar son los votantes de Ponferrada por fiar sus vidas y sus bienes en manos de semejantes individuos.
Alfonso Ussía escribe sobre la reacción de algunas mujeres del PSOE ante el escándalo de Ponferrada, que aplaude, pero recuerda que nadie entre los socialistas ha pedido la cabeza de un dirigente de ese partido condenado por pegar una paliza a su muje, Jesús Egiguren. Su artículo se titula Maltratos y estrategia:
La secretaria de Igualdad del PSOE, Purificación Causapié, ha anunciado que presentará ante la Ejecutiva de su partido una interesante propuesta «para que nunca una persona que ha sido condenada por cualquier tipo de violencia de género pueda formar parte de una lista electoral a cualquier nivel territorial». Matices, esquinas y aristas. Aplaudo sin reservas la propuesta de la señora Causapié, pero creo que ha olvidado un espacio fundamental y una realidad vergonzosa que han silenciado, tanto la señora Causapié como las mujeres socialistas y feministas colaterales durante demasiado tiempo. No se trata de que los condenados por violencia de género no puedan acceder a formar parte de una lista electoral. Está bien, pero no es suficiente.
Recuerda que el «amigo íntimo de Arnaldo Otegui» y presidente del PSE no se presenta en las listas electorales pero sigue ahí:
En los años que lleva de presidente del PSE no se ha oído una sola voz procedente del feminismo socialista en defensa de la mujer de Eguiguren y en denuncia del referido pájaro, cuya interpretación de la violencia parece no coincidir con la del resto de la humanidad, y prueba de ello es su amistad con los batasunos, bildus, sortus y demás calaña. Y no sólo del feminismo socialista, sino de todo el cuerpo del socialismo, empezando por Pachi López y siguiendo por Rubalcaba, que han obviado la aborrecible acción del pasado de Eguiguren y su condena para así mantener mejores relaciones con los representantes institucionales del entorno etarra.
Concluye con un recochineo dirigido a Óscar López:
Y un recuerdo de sincero homenaje a la inteligente estrategia de Óscar López. Autoriza la moción de censura y el pacto con el acosador sexual, la moción triunfa, el PSOE conquista la alcaldía de Ponferrada y, veinticuatro horas más tarde, el PSOE se queda sin Ponferrada, sin Alcalde, sin concejales, sin decencia política, sin autoridad y sin argumentos. Lo que siempre se ha llamado un «halcón de la política». Bien, bien, bien.
Cerramos en ABC, cuyos artículos más interesantes miran en esta ocasión a ‘Cubazuela’ y sus relaciones con Europa en general y España en particular. Edurne Uriarte firma El idiota europeo arranca de nuevo:
A falta de un manual sobre el perfecto idiota europeo que adapte a nuestro continente los inteligentes libros de Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa sobre el idiota latinoamericano, se acumulan los materiales para su futura escritura. En la última semana, y alrededor del fallecimiento de Hugo Chávez, materiales que dan para un capítulo entero.
Antes de seguir con la reseña, estimado lector, permítanos una maldad. A este humilde lector de columnas le ha llamado la atención que la catedrática Uriarte cite a los libros conjuntos de tres destacados liberales iberoamericanos con las obras necesarias para conocer a la izquierda de todos los países al sur de Río Grande. Esta misma autora defendió, cuando fue entrevistada por este humilde lector de columnas —Edurne Uriarte: «El progresismo ha tenido una actitud de comprensión hacia los terrorismos de extrema izquierda»–, la superioridad intelectual de los neoconservadores frente a los liberales entre otras cosas porque, según ella, aquellos conocen mejor a la izquierda de que estos. Es curioso, por tanto, que una columnista que se autodefine como neoconservadora use como referencia a tres autores liberales (aunque ella olvide el nimio detalle de que lo son).
Pero sigamos con la reseña de este artículo, que merece la pena ser leído y disfrutado:
Los europeos parecen nuevamente fascinados con un tirano, no se sabe muy bien si por su faceta de consumado ‘showman’, por las masas enfervorizadas que le han seguido, o, más bien, por lo de siempre, por su discurso izquierdista. Lo que ha llevado al homenaje tributado por Sortu este domingo en el pueblo vizcaíno de Bolívar, esperpéntico y coherente, dada la ayuda prestada a ETA por el tirano. Y a otras simpatías bastante más preocupantes. Que hasta han provocado en una parte de la derecha, Gobierno incluido, unas exquisiteces diplomáticas que parece hubiera fallecido un respetable demócrata y no un lamentable líder autoritario.
Concluye:
Las masas chavistas que veneran al tirano sirven de coartada, como si el fuerte apoyo popular no fuera característico de una buena parte de las dictaduras. De extrema izquierda o de extrema derecha. El socialismo bolivariano se reúne con el fascismo, lo contaban Mendoza, Montaner y Vargas Llosa, en la admiración de Chávez por el fascista argentino Norberto Ceresole y su tesis de que una verdadera revolución debe hacerse uniendo tres elementos, caudillo, Ejército y pueblo. En eso estaba Chávez y estará su sucesor ante la comprensiva mirada del mundo democrático.
Terminamos con Hermann Tertsch, que pone el ojo en España y la otra mitad de ‘Cubazuela’, esa que está martirizada por los hermanos Castro. Su artículo, que no sentará nada bien en el Ministerio español de Asuntos Exteriores, habla sobre la muerte de Oswaldo Paya y Harold Cepero y se titula Un abismo de Vergüenza:
El caso Ángel Carromero o, mucho mejor dicho, el caso Oswaldo Payá, es ya una página de vergüenza en las relaciones internacionales de España. Quizás el capítulo más negro de la política exterior bajo gobiernos del PP. Y borrón en la trayectoria del ministro García-Margallo, difícil de subsanar incluso si tuviera propósito de enmienda.
Tras contar lo ocurrido y el 22 de julio de 2012, día de la muerte de Payá y Cepero, y con posterioridad, sostiene:
Hoy sabemos lo mucho que se ayudó desde España. Pero para aterrorizar al preso Carromero. Sabemos que estuvo quince días con una vía intravenosa por la que se le suministraban sustancias que él desconocía. Que se le amenazó de muerte si no hacía «la confesión» atribuyéndose toda la culpa. No podía contar la policía política cubana con un público más entregado que el de aquí. La izquierda mediática convirtió a Carromero en una caricatura despreciable. Los demás dejaron hacer. Salvo Aguirre, nadie tuvo un gesto con el afectado por este tremendo trauma. El chantaje cubano funcionó de forma automática. El Gobierno parecía deseoso de cumplir. Paralizó todos sus contactos con la disidencia y no sabemos qué más apaños vergonzosos pudo hacer.
Concluye:
Y al final tenemos a unos jueces lacayos de una dictadura dictando una sentencia que acata el Gobierno de España. El ciudadano español que ha sido drogado y forzado a falsos testimonios en las mazmorras de un régimen brutal llega a España y relata el asesinato de los dos disidentes al provocar la policía un accidente. Pues ha de ser un periódico extranjero el que lo publica. Y el ministro, en vez de anunciar de inmediato una investigación internacional, dice que a él no le «consta». Y todos miran hacia otro lado. Y alguno se atreverá a pedir respeto. Cuando lo que generan es un abismo de vergüenza.