Las portadas del 1 de abril de 2013 vienen con temas variados. La vuelta de las vacaciones de Semana Santa rompe la unidad de temas y cada diario resalta cuestiones de muy diferente calado. Desde José Blanco, a una entrevista con el ministro del Interior, a la enésima demostración de que ETA-Bildu son la misma cosa, lo diga quien lo diga.
El Mundo abre con «Diego Torres también se ha acogido a la amnistía fiscal». Revela que el ex socio de Urdangarín regularizó al menos 160.000 euros ocultos en una nueva cuenta en Luxemburgo y Hacienda investiga si tiene sociedad. Bueno, sociedades no se sabe si tiene, pero correos electrónicos para que aún sí le quedan ocultos en su manga.
Como segundo tema de relevancia, entrevista con el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, del que se extrae el siguiente titular, «Los siguientes acosados serán jueces o periodistas». Aclara que «es antidemocrático el escrache» e insiste en «identificar» a quien lo practique. Siendo el titular de este departamento, se espera una respuesta más contundente que limitarse a una mera identificación.
Y el tercer asunto de importancia, aunque desde luego podía haber tenido más enjundia, es que «Alemania nos pide ingenieros y España sólo contrata peones». La historia es que mientras Berlín ofrece 200.000 empleos cualificados, los datos de contratación españoles son los peores desde 2007.
EL PAÍS
El diario de Javier Moreno abre con un titular bastante curioso. La idea se la da no el PSOE gallego, sino el BNG, aunque el rotativo prefiere poner el acento global, «La oposición cree que la vieja amistad de Feijóo con un narco lo inhabilita».
Yendo al detalle, el partido nacionalista gallego rescata una imagen del año 1995, es decir de hace 18 años, cuando ni por asomo se planteaba en el horizonte que Feijóo fuese a ser el presidente de la Xunta. Es más, mal debe estar de acusaciones la oposición en Galicia para afearle al mandatario del PP esa vieja amistad y pedirle que dimita por decoro. Suena a cachondeo.
El País lleva al ex tesorero del PP en su portada y dice que «El PP asume que Bárcenas escribió la contabilidad para chantajear». Según el diario, la demanda que el partido presentó contra la empresa editora incluye tres informes periciales donde se ha evitado preguntar si la letra era del ex tesorero.
LA RAZÓN
El periódico de Francisco Marhuenda lleva a primera plana que «Orozco pagó la obra del chalé de Blanco según la Udef», lo que vendría a desmentir las palabras de entonces titular del ministerio de Fomento, que aseguraba que las reformas fueron pagadas por el departamento de Interior.
Seguidamente, destaca una información sobre el presidente del Gobierno que, al menos por una vez, va a reunirse con el presidente catalán sin que sea un secreto, «Rajoy hará un acto de apoyo a los empresarios catalanes al que invitará a Mas». La pregunta es, ¿y qué pinta ahí el dirigente catalán sabiendo cual es su línea argumental?
También lleva La Razón otra entrevista, en este caso al líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro, del que resaltan esta frase, «Apoyaremos un gobierno de unidad si hay un líder fuerte», ¿A qué gobierno se refiere, al español o al catalán?
ABC
El diario de Rubido abre con una mala noticia para los afectados por los atentados terroristas, que ven como los abertzales siguen creciéndose a pasos agigantados, «Alarde proetarra de Sortu-Bildu» y se refiere a la marcha de Pamplona celebrada ayer, 31 de marzo de 2013, que se convirtió en un homenaje al etarra Thierry, aquel que reventó la famosa tregua-trampa dinamitando el área de aparcamientos de la T-4.
Destaca el ABC que «UGT y CCOO dirigían una asociación para el cobro del ERE» y detalla que «Faja Pirítica movió cerca de 140 millones en prejubilaciones para la minería».
Y una de Artur Mas, que mientras sigue sin pagar a los proveedores, da en cambio cobertura a universal a 110.000 inmigrantes a cambio únicamente del empadronamiento. Haciendo el chiste fácil, mientras los extranjeros se empadronan, los acreedores, con perdón, se encabronan.
LA GACETA
Finalmente, el diario de José Javier Esparza abre con un condicional, «Si el Rey abdica, perdería su inmunidad» y apunta que en ese caso tendría que responder ante los tribunales como cualquier ciudadano.