Inaudito. Aparece un informe de la Udef en el que la policía vincula el dinero de Bárcenas en Suiza con comisiones percibidas de la red Gürtel y El País no lo lleva en portada al día siguiente, después de más de 40 portadas dedicadas al ex tesorero del PP. No sólo no lo lleva en portada sino que ventila el asunto con una «pistola» en la pagina 17. Es más en la página digital del diario global de Juan Luis Cebrián se presentaba en un rango menor–Lea el artículo en La Gaceta–.
Era la noticia decimoquinta del día. ¿Cambio de rumbo? Porque nada en «El País» pasa por casualidad. Ni siquiera la influencia que Arianna Huffintgton ha traído a la amarga vida de Cebrián, explica per se este giro. Hay que descartar desconfianza hacia el informe de la Udef (no como Jordi Pujol que no sabe «que coño» es esto de la Udef), en el caso de «El País» redunda en bueno que el informe sea de Manuel Morocho, aquel policía que levantó lo de Gürtel y que Pérez Rubalcaba condecoró con una roja de las que llevan premio.
Por eso extraña aun más el tratamiento informativo y sugiere un cambio de rumbo. Algunos esperan ese cambio de rumbo, sobre todo después del despliegue del pasado 28 de mayo en el city hall de París, cuando Juan Luis Cebrián, el ejecutivo mejor pagado de la prensa continental y presidente de El País salió a recibir a Mariano Rajoy en unas jornadas del Instituto Nicolás Berggruen (NBI). Dentro estaba, claro, Felipe González que fue llamado a pesebre por Berggruen, para que pensara en la «gobernanza europea» en el «21st Century Council» otra de las charities del riquísimo Berggruen, hijo de judío, nacional estadounidense y alemán; aunque nacido y vinculado a París, al tiempo que consejero dominical del periódico motor de los intereses del PSOE en España.
Los que estaban allí dicen que pasó algo que puede abrir nuevos escenarios para el «sauvetage» de El País que trae de cabeza a los consejeros delegados de Prisa y El País, Fernando Abril-Martorell y José Luis Sainz, respectivamente. Todo depende de la refinanciación de la deuda, la tercera en los últimos cuatro años, que está muy complicada. En otras palabras se equivoca El Confidencial cuando la considera prácticamente cerrada, aunque lo de París «bien vale una misa» Berggruen vela por los intereses de Liberty, uno de los fondos que compra deuda con quita-gorda a los bancos acreedores.
Eso le dio la condición de accionista mayoritario del periódico, a este filántropo de 48 años del mismo nombre al que le gusta que le reconozcan por ser «un hombre sin patria» que vive en hoteles, que siente desapego por poseer cosas pero al que se le calculan unos 2.200 millones de dólares de patrimonio. Berggruen devolvió el favor a Polanco quien puso una de la primeras piedras de su riqueza. Vamos que lo forró con Media Capital y la OPA.
Desde aquel pelotazo que le puso en mano 150 millones de euros, Berggruen presume de no tener casa y salta de Cipriani veneciano al Carlyle neoyorquino como el que cambia de boli. Cabe que lo de París fuera «el principio de una gran amistad» con Rajoy. Y que este «new deal» acabe arreglando lo que no tendría arreglo para otros.
Cabe que el manejo del «caso gürtel-Bárcenas-sobresueldos» de buenas bazas a los de Cebrián, pero que vaya a arreglar de un plumazo la bronca de la jauría de bancos, fondos y accionistas tenedores de los más de 3.000 millones de deuda, es otra cosa. Cabe que resuelva las dudas de Telefónica por Digital Plus, aun insalvables; o que ayude en parte a meter en caja los 900 millones de euros previstos; pero es difícil.
Por cierto uno de los fondos es Cerberus, próximo a los Aznar. Por lo que también cabe que el ex presidente use su influencia para no facilitar la refinanciación, dada su bronca particular con el periódico de Cebrián. En fin , habrá que estar atento hasta marzo de 2014 cuando Prisa debe pagar 1.200 millones de euros acordados.