Alfonso de Salas, presidente editor del diario elEconomista, ha participado este martes en el Foro de la Nueva Economía sobre el futuro de la prensa. El acto ha estado presentado por Salvatore Carrubba, exdirector del diario Il Sole 24 Ore, el diario económico de mayor difusión en Italia.
De Salas ha destacado que «en los últimos 30 años la prensa ha vivido una edad de oro gracias a la nueva democracia, lo que permitió que el sector tuviera ganancias solo interrumpidas por breves crisis. Todo era crecimiento y prosperidad». Sin embargo, a la vuelta de 2007 y tras la crisis subprime, empezó el final del sueño:
«Cae la difusión, e internet, que era un buen compañero de viaje, empezó a devorar a la prensa en papel, la audiencia a fragmentarse y tras el boom de la información ese mercado se empezó a ordenar alrededor de las cabeceras de papel».
De Salas ha destacado la fuerte caída de la publicidad y de la difusión en todo Occidente.
«En España, por ejemplo, la difusión ha caído un 27% y la publicidad más del 60%. El ‘tsunami publicitario’ en papel ha afectado incluso a la grandes periódicos, que han pasado de cobrar 30.000 euros por página en algunos casos a hacerlo una décima parte»
Según el presidente editor del diario elEconomista, «las empresas editoras, por no transformarse y hacer reformas, han deteriorado la calidad de la información por la que se vende prensa». Y como ejemplo ha puesto la política, donde muchos periodistas no tienen fuentes y sólo hacen resúmenes, unos resúmenes de cosas que ya se podían haber leído en internet.
«El tsunami publicitario’ además, ha acabado con la independencia de los medios, y los mismos tienen que esconder y parar exclusivas. El ejemplo claro lo hemos tenido con el caso de Caja Madrid y Blesa»
ENTREVISTA CON PERIODISTA DIGITAL
¿Cómo fue emprender una escisión que fue más grande que la original de la que salía?
Sí. El Mundo fue dos o tres veces más grande de lo que había sido Diario 16. El Diario 16 nunca consiguió superar al ABC y El Mundo lo hizo. Eso sucede cuando las cosas se hacen bien y se trabaja en equipo.(…) En una empresa editorial siempre hay conflictos, hay que conseguir que todos trabajen juntos y entonces se triunfa.
¿Por qué rompió con el Grupo 16, por lealtad con el director o porque tenía ganas de emprender un nuevo proyecto?
A mí me molestó el intento del Gobierno de Felipe González de frenar la investigación de los GAL, igual que molestó a Pedrojota y a muchos otros miembros del periódico. Me pareció una injerencia en el campo de la libertad de expresión. Por eso había que hacer algo, aunque nos arriesgáramos a acabar todos en el paro.
Sobre el director de El Mundo
Yo he trabajado con Pedrojota muchos años, Pedrojota es Pedrojota. Es un magnífico periodista. Soy socio suyo. Somos socios en una serie de empresas que tenemos entre los dos. Me llevo muy bien con él, tampoco salgo con él todos los fines de semana, pero es una persona magnífica, inteligentísima. Y como periodista, uno de los mejores que se han visto desde la Transición para acá.
Sobre la versión de que el crecimiento de Unidad Editorial fue sólo gracias al director del periódico
Porque yo hablo poco y aparezco poco y me gusta hacer las cosas por lo bajo. Pedro no, Pedro es mucho más extrovertido y le gusta escribir sus memorias. Estoy acostumbrado a que las verdades las ponga todas él. No me importa nada. Yo sé mi propia historia. Mi historia es cuatro amigos, Balbino Fraga, Juan González – y El Economista – y Pedrojota fundamos El Mundo. Y ahí cada uno hizo su papel. Yo fui presidente consejero delegado y director general hasta el año 2005 y tuve todo el poder de la compañía. En el año 2005, antes de la crisis, dimití como presidente y fundé el economista.
¿Es verdad que Mario Conde ayudó a El Mundo?
Conspiraciones se pueden eculubrar las que se quieran. La única ayuda real y muy importante que nos prestó Mario Conde fue cuando dejamos el Grupo 16 los cuatro fundadores y tuvimos que salir con un mano delante y otra mano detrás. No teníamos más que la hipoteca de esta casa. Sólo teníamos nuestro sueldo y se nos había cortado. Queríamos montar el periódico y yo necesitaba mantener unidos a los cuatro, porque los cuatro éramos los que formábamos el equipo suficiente para formar un periódico.
Entonces, si Pedrojota se iba a escribir otro periódico, Balbino Fraga a vender publicidad, pues entonces no hubiera nacido El Mundo. Entonces hablé con dos banqueros para que nos dieran 15 millones de pesetas de la época. Con ese dinero podíamos mantenernos unidos los suficientes meses como para sacar adelante el periódico. El primer banquero dijo que no y el segundo, que era Mario Conde, sí que nos lo dio, un préstamo, que años después devolvimos.
¿Es usted el artífice del pacto con RCS que tanto ha ayudado a El Mundo?
Lo hicimos entre todos. Yo como presidente fui el que llevé la negociación. Pero también con un consejero abogado, que es Gregorio Peña Barona, que es ahora vicepresidente elEconomista.
¿Y qué le lleva en 2005 a abandonar El Mundo y crear un nuevo periódico en el sector económico?
Había dejado el cargo en Unidad Editorial, podía fundar un periódico generalista, pero no me apetecía porque era competir con el periódico que había creado. Podía hacer uno deportivo o uno económico. Deportivo no podía hacer porque no entiendo nada de fútbol. Así que estaba condenado a ser un periódico económico, pero uno diferente a todo lo que había antes. Porque los económicos que había hasta ahora eran superfinancieros, yo quería una economía que se entendiera. Entonces diseñamos un periódico con esas características. Para empezar el color no iba a ser salmón, iba a ser blanco. Entre otras cosas porque el salmón lo aplicó el Financial Times cuando no había color en la rotativa y desde que se inventó el color, el color sale mucho mejor en color blanco. Estaba claro que en el mundo moderno en papel blanco y a color. Y al poco de hacerlo nosotros, lo hizo Wall Streat Journal, en papel blanco. Sentido común.
¿Por qué fue tan efímero el mandato de Carlos Salas?
Tenía dos posibles candidatos: Amador Ayora, que le acababa de conocer, y Carlos Salas, que le conocía de El Mundo de varios años. Al final me decanté por Salas por eso que más vale malo por conocido que bueno por conocer. Al cabo de los meses… nosotros teníamos unos principios liberales. Libre competencia, defensa de empresa. Carlos Salas me decía que él se identificaba con los principios liberales y que estaba dispuesto a defenderlos. En la práctica no era así, empezó a ser mucho más estatista, menos liberal de lo que decían nuestros principios.
Con lo cual, al cabo de unos meses como los choques eran continúos conmigo, que era el que defendía esos principios y el que se la estaba jugando ante mis accionistas y mis profesionales. Tuve que optar. No podíamos hacer un periódico que no defendía la ideología que nosotros habíamos presentado. Tuvimos que cambiarlo y poner a Amador. Amador es una persona que coincide conmigo plenamente. Es como si tuviermos transmisión de pensamiento, estamos de acuerdo en el 99% del análisis de los temas cuando surgen. Pensamos lo mismo de los temas económicos sin haber hablado. Es muy importante la sintonía entre editor y director y como periodista económica.
Cuando elEconomista se ha metido con grandes empresas como El Corte Inglés o Mercadona se ha hecho la lectura de si es un acto de valentía o si es un acto de ‘platillo’ como represalia por no haberles dado dinero
Nosotros tenemos nuestras manías como todo el mundo. Hay empresas que nos ‘enconajinan’ o bien por temas que creemos que no están haciendo bien por nuestra ideología u otras que no nos dan ruedas de prensa o no nos dan información o nos echan de ruedas de prensa. Entonces nosotros tenemos nuestro corazoncito, cuando alguna empresa nos hace lo que no debe, somos más críticos. Es así, la vida es así. Pero por dinero no. Si fuera por dinero… fíjate lo que están haciendo los demás. Nosotros no lo hemos hecho.
¿Qué le parece que tantos medios de comunicación sean tan ‘comprensivos’ con Blesa?
PRISA recibió 400 millones de euros de préstamos del Sr. Blesa, Vocento, en uno de los años de Blesa, recibió 12 millones y Unidad Editorial [El Mundo] tuvo publicidad y patrocinio en cantidades elevadas. Hay que sospechar, yo no sospecharía, pero alguien podría sospechar que esas simpatías llegan por esas ayudas regadas con dinero de todos nosotros. Porque al final ese dinero se ha perdido y ha habido que meter 23.000 millones de euros en Bankia.
