Tengo una pregunta para usted: ¿cuándo un periódico de derechas deja de serlo? Los americanos tienen un dicho: si parece un pato, anda como un pato y hace cuac como un pato, es un pato -LEA EL TRASGO EN LA GACETA-.
Pero ese good sense tiene escasa aplicación en la política española. Por ejemplo, el keynesianismo. Es izquierda, por mucho que se empeñe García Domínguez. Ahora lo que se lleva en derecha económica, que me corrija Nacho Escolar, es el neoliberalismo en diferentes grados de salvajismo, los mercados que han secuestrado la democracia y todo eso.
A lo que voy: un titular como “Los juegos son el empujón económico que necesita España” sería perfecto en boca de Zapatero. O incluso de Krugman. Pero para un liberal es anatema: los Juegos Olímpicos son, en el mejor de los casos, un elefantiásico Plan E y, en el peor, un disparate ruinoso para la ciudad más endeudada a enorme distancia de la siguiente de toda España.
Háganme el favor, consulte el saldo de las sedes olímpicas en los últimos veinte o treinta años, y si encuentre más de dos cuyo saldo sea positivo le invito a cañas hasta septiembre.
Pero, ay, ese es el titular de portada de La Razón de ayer, y las palabras son declaraciones textuales de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella de Aznar. Entonces, ¿lo incluyo en la derecha por la cabecera o en la izquierda por la idea? Preguntas, preguntas… O, por ejemplo, Nelson Mandela.
La izquierda tiene tanto furor para destruir el santoral cristiano como para imponernos uno laico, y el Madiba es el mayor santo vivo. Ahora, el apartheid era malo y Mandela fue, desde la cárcel, el principal inspirador de la lucha contra ese régimen injusto.
Vale. Pero Mandela era también el líder de la organización terrorista del Congreso Nacional Africano, la Lanza de la Nación. Su himno extraoficial tiene como estribillo “Mata al blanco”, que no es precisamente un canto a la reconciliación.
Tampoco parece que la Sudáfrica post-apartheid, con sus 30.000 granjeros blancos asesinados, sea un éxito como para tirar cohetes, pero ¿quién cuenta eso?.
Resumiendo: Mandela es un líder inspirador, como Martin Luther King o Gandhi, pero en los tres hay luces y sombras, aunque es anatema señalar estas últimas. Y que ABC abra su portada con el titular “En el templo de la libertad” sobre una foto de Obama en la celda en la que Mandela pasó 18 años es, digamos, una hipérbole un poco babosa.
A mí nada me gustaría más que entrar a saco con la visión absurda e inviable que nos vende la izquierda, pero es descorazonador comprobar que es la única, que lo que pasa en España por derecha es una tribu que ha comprado sin mirar todos los presupuestos fundamentales de sus enemigos, con la única diferencia de que quieren ser ellos quienes los apliquen.
Quizá la sola distinción esté en su relación con la Iglesia: mientras los rojos quieren destruirla, estos chicos prefieren secuestrarla.
La inoculación del ideario izquierdista en la sociedad es tan profundo y universal que ni siquiera se advierte. Me da la pista el madrileño con mejor nota en la selectividad de este año, Anatolio Alonso, que se ha convertido en favorito de El País, cuya versión online organiza con él un encuentro digital.
Anatolio recita con una fidelidad asustante todo el catecismo laico progresista, hasta la última coma, y en respuesta a una consulta dice: “(La enseñanza) es plural y laica, por lo que no se orienta a ninguna determinada ideología”. Sus dogmas no son tales: son lo que hay.