Un conocido y solvente articulista de la prensa madrileña nos recomendaba recientemente al redactor jefe de Periodista Digital, Luis Balcarce, y a mí que no buscáramos siempre explicaciones complejas al hecho de que en un medio de papel sus opinares escribieran o no sobre un tema concreto en un día determinado, o que optaran por una u otra línea al comentarlo. Acompañados de un Martini rojo, una Coca-Cola Light y una infusión roiboos en una terraza de la madrileña Calle Velázquez nos venía a decir que la explicación más sencilla suele ser la correcta (el principio de la Navaja de Ockham, aunque no lo citó de forma concreta), y que en este caso lo más sencillo suele ser que muchos columnistas escriben sus artículo a primera hora y que después la realidad les supera. Sin embargo, hay ocasiones en que resulta complicado aplicar esa lógica. El 12 de julio de 2013 es un buen ejemplo de ello.
Tras un largo silencio de los columnistas de la prensa catalana sobre el feo asunto de Luis Bárcenas, y una primera incursión no demasiado dura con el PP, ha llegado una de esas coincidencias que no pueden dejar de llamar la atención de este humilde lector de columnas. En los dos principales diarios de Barcelona aparecen, firmados por articulistas afines a CiU, sendos textos en los que se presentan las informaciones de El Mundo sobre el ex tesorero del PP como una especie de conspiración de la ultraderecha contra Mariano Rajoy. En un caso se presenta como un golpe de Estado y en el otro se habla de filibusterismo y ‘destructores mediáticos’.
En el auto proclamado ‘diario de la Catalunya real’ nos encontramos con una columna de Xavier Bru de Sala, intelectual orgánico de CiU con altos cargos tanto con Pujol como con Mas —Bru de Sala se lleva 123.420 euros por hacer de comisario de Año Espriu— titulada Rajoy es como el corcho. Lejos de ser una crítica al registrador de la propiedad que creíamos metido a gobernante, es la articulación de una teoría de la conspiración en toda regla contada con símiles navales.
Si el propósito de Rajoy es flotar, por adversas que sean las condiciones -flotar conlleva no dirigirse a un lugar sino dejarse llevar por los vientos y las corrientes-, hay que decir que hasta ahora le ha salido bastante bien. ¿Y a partir de ahora? Depende del plomo que tenga que soportar. Con una cantidad suficiente de plomo, todos los corchos del mundo se hunden. ¿Hay en la santabárbara de Bárcenas bastante plomo para hundir Rajoy?
Comenta:
Pero el plomo que soporta pesa. Y pesa la otra corriente de la derecha, la dura, recentralizadora, autoritaria, populista, cercana al ultraliberalismo y a otras ideologías con el mismo prefijo ultra.
¿Pero este hombre tiene un mínimo conocimiento de ciencia política? Si algo es contrario a lo que en política se suele llamar «duro», a los afanes de centralizar el poder en unos pocos, al autoritarismo, al populismo y a cualquier ideología con el prefijo ultra es precisamente el liberalismo, una corriente política que propugna que el poder esté limitado lo máximo posible. Y, en puridad, el ultraliberalismo no sería otra cosa que el anarco-capitalismo. Y, la verdad, no vemos a nadie el el PP en esa línea.
Menta a la bicha, al ex presidente que gustaba de fotografiarse jugando al dominó en Quintanilla de Onésimo:
Quizá Aznar no está en condiciones de volver, pero si al final Rajoy es hundido, dirigentes como Gallardón y Esperanza Aguirre tienen opciones para llegar a la cima del poder. Con un programa inspirado y bendecido por la FAES.
Ahí es nada, Aguirre y Gallardón juntos bajo el paraguas de Aznar para imponer el ultra-neo-liberalismo-radical-autoritario-populista –ya puestos a fantasear, nosotros también podemos imaginarnos inexistentes ideologías–.
Y ya entra en materia con el Señor de las Peinetas y Pedrojota Ramíerez:
Buena parte de lo que pueda pasar está en manos de Bárcenas y de su nuevo socio en la campaña de filibusterismo que han puesto en marcha en comandita.
Añade:
Aquí es donde interviene el periodista Pedro J. Ramírez, en su pretensión de determinar la agenda política desde su temible destructor mediático. Él está con Aznar y Esperanza Aguirre. También con UPD. Es sin duda el más peligroso de los posibles administradores de la revancha de Bárcenas. No hay duda de que Ramírez se dispone a añadir plomo al plomo para hundir Rajoy. Y lo hará de tal manera que, conseguido su propósito, si tiene éxito, el sucesor no sea del entorno de Rajoy sino de la confianza del grupito aznarista que pretende reconquistar el poder.
Concluye con un lamento:
¿Qué papel juegan el resto de actores políticos y mediáticos? Somos comparsas al servicio de los dos filibusteros, y de la pretensión de entronizar a la derecha más autoritaria. No tenemos otro remedio, pero el papelón no es agradable.
Más moderado en las formas pero en la misma línea se muestra el director del periódico del conde de Godó y Grande de España convertido en independentista catalán. José Antich publica en La Vanguardia Bárcenas y el dinero. Nos quedamos con lo único original del corto artículo, que es el final:
Pero Bárcenas, que dijo varias mentiras en su declaración respecto al movimiento de su dinero, como ha podido documentar la policía, dice que el lunes hablará y dirá la verdad. Esperemos a entonces, mientras se cierra el círculo de una operación que también es política y vieja, y que persigue tumbar al presidente desde la misma derecha sociológica. O dimites o vamos a por ti. Como con Adolfo Suárez, pero sin militares de por medio.
Lo dicho. La prensa nacionalista catalana, esa de la que no debemos suponer que defiende los intereses de la Generalitat de Mas a pesar de las generosas subvenciones que el gobierno catalán les otorga, nos avisa de que estamos ante un golpe de Estado contra Rajoy. ¿Se imaginan ustedes a Pedrojota Ramírez y Bárcenas con un tricornio, bigote y gritando: ‘Qué se sienten, coño’?
Pasamos ahora a la prensa madrileña, donde arrancamos con El País. En su contraportada, Juan José Millás publica El Mal:
La semana pasada, en este mismo espacio, decíamos que la corrupción llegaba hasta el tuétano. Nos equivocamos: la corrupción viene del tuétano. Lo que vemos son las manifestaciones externas de ese jugo seminal que recorre las arterias del sistema, o lo que sea esto a lo que llamamos sistema.
A la podredura del tuétano se debe, por ejemplo, el hecho de que alguien pueda vender durante la campaña un programa que no está en su ánimo cumplir.
Tras el típico lamento por «la privatización de lo que era propiedad de todos», las desigualdades y cosas así, concluye:
No nos enfanguemos en los síntomas (sobresueldos, comisiones, cuentas suizas…). Todo ello sucede porque hemos alumbrado un monstruo. La justicia está de paso (Bárcenas acabará, como Mario Conde, siendo una estrella de la tele). El mal, en cambio, ha venido para quedarse.
Y puestos a lamentos y llantos, nada mejor que el del ‘hermano de mi henmano’ porque le han quitado las ayudas públicas a su revista, Temas. Por supuesto, el no lo presenta así, sino como una defensa del interés común. Ya lo dejó claro el genial Frédéric Bastiat: «El Estado es la gran ficción a través de la cual todo el mundo trata de vivir a costa de todos los demás». En su queja, Alfonso Guerra está acompañado del director de la citada publicación, José Félix Tezanos, y otros trece ‘abajofirmantes’ muy socialistas, incluyendo varios ex ministros. Se titula No silenciar el pensamiento público:
La exclusión de la revista Temas de las ayudas de la Secretaría de Estado de Cultura a las publicaciones culturales y de pensamiento ha convertido a esta revista en una nueva víctima de las políticas anticulturales del Gobierno, quedando discriminada de unas pequeñas ayudas que percibía desde 1996 y a las que tiene derecho por su interés y su relevancia.
Ya sabemos, o se subvenciona a la ‘cultura’ de izquierdas o se es enemigo de la cultura. Cuentan los lastimeros articulistas:
Hasta el año 2012, Temas, igual que otras publicaciones similares, tenía como ayuda 850 suscripciones a bibliotecas públicas.
Añaden:
Sin embargo, en 2012, con José María Lassalle en la Secretaría de Estado de Cultura, se suprimieron las suscripciones públicas a las revistas y se estableció un concurso de modestas ayudas a la edición, que se decide de forma unilateral por una comisión de funcionarios en su mayoría nombrados a dedo por el señor Lassalle y su equipo. Se ha pasado de un sistema objetivable y equitativo a otro que posibilita, como se constata, la arbitrariedad y la discriminación.
A claro, que a la hora de elegir a qué revistas se suscriben las bibliotecas públicas no cabe arbitrariedad y discriminación alguna. El llanto no impide hacer buenos chistes.
El mantenimiento de las ayudas a la edición a otras revistas de orientación conservadora revela que no estamos solo ante un problema de recortes o escasez de recursos, sino ante una discriminación deliberada y perfectamente orientada.
Si por este humilde lector de columnas fuera, que les quiten las subvenciones a todas esas revistas, y a todos los que las editan. Añaden:
De la relevancia y del interés cultural de Temas dan cuenta los 2.000 académicos prestigiosos y especialistas en diferentes materias que han colaborado en sus páginas en 19 años.
Siempre se les puede replicar que de la irrelevancia y del poco interés que genera Temas da cuenta la ausencia de lectores dispuestos a comprarla o suscribirse a ella.
Los que firmamos este artículo entendemos que publicaciones como Temas son necesarias en las sociedades democráticas, especialmente en tiempos como los actuales.
Perfecto, pues que las paguen de sus bolsillos. O que logren convencer a otros para que les den libremente su dinero.
Terminamos en esta ocasión con dos artículos de El Mundo. Enric González, ex de El País y cuota izquierdista del diario de Unidad Editorial, escribe sobre la Marca España:
Supongo que los portavoces del PP tienen conciencia y no ignoran la vergüenza que le causaron ayer al país. Supongo también que se sienten justificados: hicieron un sacrificio por su partido, por la estabilidad del Gobierno, por el bien de España y esas cosas. Que piensen lo que quieran.
Añade:
En días así, uno imploraría la nacionalidad canadiense. O, en su defecto, la de ese país maravilloso (también llamado España, pero muy distinto a España) del que habla La Razón.
Dado que es español el que no puede ser otra cosa, toca aguantarse. O recurrir a los efectos lisérgicos de la Marca España, accesibles a través de www.marcaespana.es: más narcótico que un Rajoy en plasma, más potente que una portada de Marhuenda, más adictivo que la pasta de los ERE bajo el solazo andaluz.
Sí que le ha dado fuerte con el periódico de la ‘disciPPlina’.
Concluye:
La diplomacia socialista tenía como proyecto estelar la Alianza de Civilizaciones. La diplomacia del PP lo ha sustituido por la Marca España. ¿De verdad hay que gastar dinero en esas gilipolleces? ¿No nos bastaría con no hacer el ridículo en casos como el del viaje de Evo Morales?
Acaban de morir muy jóvenes el librero Jesús Robles, el editor Manuel Fernández Cuesta y la periodista Concha García Campoy, tres buenas personas que hicieron su trabajo de forma excelente. Personas como ellos, y no una marca, son la única España de la que puedo sentirme orgulloso.
Y en la contraportada, nueva defensa de Luis ‘el Cabrón’ por parte de Raúl del Pozo. Se titula Llama el fiscal:
Se están achicharrando. Colaboradores de María Dolores de Cospedal culpan a Gallardón de que Anticorrupción haya propuesto a Ruz que cite a la secretaria general a declarar en el caso Bárcenas sobre las donaciones anónimas. Fuentes de toda solvencia me han comunicado que Torres-Dulce llamó ayer a María Dolores para disculparse y contarle cómo se ha desarrollado el procedimiento.
Pero la defensa de verdad llega un poco después:
Algunos juristas se preguntan cómo es posible que se haya entrullado a un ciudadano por una alusión en el pendrive de Correa (LC). Quieren una hoguera para el tesorero; pero se preguntan por qué le acusan de cohecho a él y no a cargos que cobraron en negro o empresarios-piraña que sobornaron a políticos.
¿Un pendrive, una entrevista y un papel han provocado una emergencia nacional?
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