En Alemania varias entidades tienen la orden de reducir su exposición en España
Raro es el día en que ‘El Economista’ no sacude un palo al Grupo PRISA y este 16 de julio de 2013, el estacazo llega d ela mano de A. Semprún quien sostiene mordaz que el presidente, Juan Luis Cebrián, y su consejero delegado, Fernando Abril Martorell, van a ver reducidas sus vacaciones a la mínima expresión.
Ambos directivos ya han cerrado varias reuniones en agosto con fondos estadounidenses y entidades británicas para tratar de desbloquear el plan de refinanciación de su elevada deuda, de 3.000 millones de euros.
Hasta la fecha, el grupo que edita El País tiene el respaldo del 72,9 por ciento de los acreedores (HSBC, Banco Santander, Bankia y Caixabank) pero tiene serios problemas para lograr el apoyo unánime de los 38 bancos.
En concreto, la banca portuguesa, la alemana y la inglesa son las entidades más reacias a participar en el plan de refinanciación del grupo editorial, que busca aplazar el pago de los 2.622 millones de euros de deuda que vencen entre 2014 y 2015 (1.282 millones del crédito sindicado y 1.340 millones del crédito puente).
Las reticencias de estos bancos europeos frena el proceso de reestructuración y pone en peligro la supervivencia del grupo, en quiebra técnica con un fondo de maniobra negativo de 1.329 millones de euros a marzo de 2013.
Una situación límite que, tal y como informó la agencia Bloomberg citando fuentes de la empresa, han llevado a Prisa a buscar la manera de evitar tener que llegar a un acuerdo unánime con sus 38 acreedores para reestructurar la deuda.
Cerrar el acuerdo sin conseguir un respaldo unánime supondría un golpe de timón a la hoja de ruta establecida por la propietaria de La SER.
No en vano, Juan Luis Cebrián aseguró en la junta de accionistas que el proceso se iba a demorar unos meses, «porque exige obtener la unanimidad de todos los acreedores».
Pero Europa y América, donde la prensa apunta a una posible quiebra, están poniéndole a Prisa las cosas más difíciles de la cuenta, lo que se ha dejado notar en el parqué, donde sus acciones han caído un 16 por ciento en tres días.
Así las cosas, el grupo podría apelar a la legislación española, que permite imponer el acuerdo de refinanciación al resto de acreedores si un 75 por ciento de los deudores están a favor y los que no firman no tienen activos en prenda que respalden los créditos.
La multinacional podría acudir a esta vía siempre que la condición de unanimidad no se incluyera en alguna de las refinanciaciones firmadas en los últimos años, cuando se logró el apoyo de todos.
En PRISA están trabajando en sacar adelante el plan A y que negocian sin pausa con todas las entidades para conseguir todos los apoyos.
En principio, la compañía no se ha puesto fecha límite, pero el acuerdo debe cerrarse antes de marzo de 2014, que es cuando tienen el primer vencimiento de más de 300 millones.
Aunque desde el grupo aseguran que «hay buen feeling«, fuentes cercanas al conglomerado explican que el proceso de reestructuración ha tropezado en Portugal con el Gobierno luso, que ha nacionalizado la banca.
El acuerdo está siendo analizado por los comités de riesgos del país vecino, que no se han mostrado muy partidarios de aplazar los cobros a una compañía que acumula pérdidas de 791 millones desde 2010.
A su vez, en Alemania varias entidades tienen la orden de reducir su exposición en España.
Por ejemplo el LandesBank de Baviera se negó a renovar un crédito de 34 millones con Telemadrid al recibir instrucciones de reducir su exposición en España y de amortizar todas las operaciones al vencimiento.