OPINIÓN / Afilando columnas

Alfonso Ussía: «Si el asesino de las niñas de Alcàsser acude a una televisión a cambio de dinero, habrá que boicotear a sus anunciantes»

Sorprendente artículo de Ramón de España en El Periódico de Catalunya: "Igual que en los cuarteles de la Guardia Civil figura la divisa 'Todo por la patria', en la puerta del CAC debería poder leerse 'Viva mi dueño'"

Alfonso Ussía: "Si el asesino de las niñas de Alcàsser acude a una televisión a cambio de dinero, habrá que boicotear a sus anunciantes"
Alfonso Ussía. PD

Los espacios de opinión de la prensa de papel de Madrid y Barcelona viene cargados de cuestiones relacionadas con los medios de comunicación, con la televisión para ser más precisos, el lunes 2 de diciembre de 2013. Este humilde lector de columnas se ha visto sorprendido, y lo mismo le ha ocurrido al redactor jefe de Periodista Digital, Luis Balcarce (@lbalcarce), cuando le hemos comentado el texto en cuestión, con un artículo contra el Comité Audiovisual de Cataluña en uno de los principales periódicos subvencionados por la Generalitat. Pero lo más destacable no es eso, sino los diversos columnistas que critican el tratamiento televisivo que se está dando a la liberación, anulación de la doctrina Parot mediante, del asesino de las niñas de Alcàsser. Y no termina ahí lo relacionado con el medio audiovisual en esta jornada. Tras hacer sonar nuestra armónica de afilador, pasamos a contar todo eso.

Arrancamos con el auto proclamado ‘diario de la Catalunya real’. El Periódico publica un artículo de Ramón de España titulado La voz de su amo. Es el texto contra el Consejo Audiovisual de Cataluña al que nos referíamos más arriba.

Entre todos los organismos onerosos e inútiles con que cuenta el aparato de agitación y propaganda de la Generalitat, el CAC se lleve la palma. Sus miembros hacen como que defienden los intereses audiovisuales de los catalanes, pero solo apoyan los de los partidos políticos que los han colocado allí. Para justificar su elevado salario, de vez en cuando tienen una idea de bombero (pirómano).

Hace referencia a la intención del CAC de ‘crujir’ a Intereconomía y 13 TV por supuestamente fomentar el odio a Cataluña mediante la comparación de los nacionalistas con los nazis —El CAC busca crujir a 13TV e Intereconomía con sanciones millonarias por «fomentar el odio a Cataluña»–.

No negaré que abunda en ambos canales el energúmeno de extrema derecha, aunque eso sea como descubrir que el Papa es un católico radical, pero de ahí a deducir que son anticatalanes… Son antiseparatistas, sin duda, pero eso es inevitable en los canales de la derecha española dura. De la misma manera que el odio a España es consustancial a los medios controlados por ERC.

Sostiene que aunque la denuncia contra ambas cadenas no va a llegar a ningún lado, los miembros del CAC actúan como lo hacen para ganarse el suelo.

Podrían también preocuparse un poco de los medios sobre los que sí tienen competencias, que son los catalanes, pero eso sería meterse en problemas y con las cosas de comer no se juega. Por eso, todo lo que hace TV-3 les parece estupendo, incluida la manipulación de niños a efectos patrióticos.

Concluye:

De la misma manera que a la entrada de los cuarteles de la Guardia Civil figura la divisa ‘Todo por la patria’, en la puerta del CAC debería poder leerse ‘Viva mi dueño’. Que cada uno de sus seis miembros nos sople al año más de 100.000 euros es un insulto más a nuestra (supuesta) inteligencia. Y como el CAC nunca será lo que debería ser, ¿por qué no hacemos algo para chaparlo?

Corríjanos el amable lector si nos equivocamos, pero a este afilador de columnas le parece que se trata del primer artículo de un periodista de izquierdas o en un periódico subvencionado por la Generalitat (en esta caso se dan las dos circunstancias al mismo tiempo) que protesta por el afán censor del CAC contra 13TV e Intereconomía. ¿Estará cambiando algo en tierras de Mas y Pujol o estamos tan sólo ante un espejismo, hermoso pero espejismo al fin y al cabo, que nos hace creer que todavía hay quienes defienden la libertad de expresión en los dominios del Editorial Único?


David Trueba.

Tomamos el puente aéreo y nada más aterrizar en Madrid leemos El País. El crítico televisivo que escribe sobre casi cualquier tema menos sobre televisión, en esta ocasión si dedica su columna a este último medio. David Trueba titula A negro. No hay que ser demasiado inteligente para imaginarse está dedicada al cierre del canal público valenciano —Canal Nou pone fin a 24 años de historia–.

Como preveíamos, la televisión valenciana se cerró cuando quiso ser libre. Autogestionada por los trabajadores, tardó menos aún en ser clausurada por la policía que el canal público griego. Ese oasis de libertad era lo verdaderamente amenazante. Nunca fue un problema urgente su deuda, su línea informativa manipulada, su zafiedad, su contratación a capricho. A negro se fue cuando era crítica, afilada y un desairado servicio público.

Nos da la impresión de que anda algo despistado David Trueba. El cierre no se produjo cuando «quiso ser libre», sino que ocurrió al contrario. Los periodistas de Canal 9 descubrieron que se podía ser crítico con el poder justo cuando les anunciaron que su empresa iba a ser cerrada. Los mismos que durante años callaron o incluso rindieron pleitesía a los gobiernos autonómicos se volvieron críticos cuando vieron que esa sumisión ya no garantizaba su sueldo a final de mes. Pero es que hay más. Si resulta indecente, porque lo es, que los impuestos de los ciudadanos se dediquen a mantener un órgano de propagandístico del Ejecutivo (nacional o autonómico) de turno, no lo es menos que se dediquen a pagar otro dedicado a la propaganda en sentido contrario.

No vamos a negar el drama que viven los que ahora se van a la calle, pero que no nos hablen de libertad de expresión o del ‘patrimonio de todos’. No tiene nada que ver con esto. ¿Se podría haber buscado otra salida? ¿La venta a los propios trabajadores para que gestionaran Canal 9 en régimen de Cooperativa y tuvieran que luchar para sacarla adelante en el mercado en vez de con los impuestos de los ciudadanos, por ejemplo? Es posible. Pero insistimos, nadie ha cerrado RTVV cuando se ha vuelto crítica, sino todo lo contrario.

Concluye:

No se permitiría arruinar y hundir la red de transporte público o de centros hospitalarios sin exigir que los responsables rindan cuentas. Tampoco nadie se conformaría con que dejaran de existir estos servicios públicos tan solo porque han sido gestionados de manera fraudulenta. ¿O sí? ¿O quizá sí?

Mal estamos cuando se compara a un órgano de propaganda, puesto que la supuesta «independencia» no sería más que la propaganda de alguien distinto a quien gobierna, con un hospital.

Y ahora pasamos a la posibilidad de que el asesino de las niñas de Alcàsser pase por un plató previo cobro de unos generosos emolumentos, algo que son muchos los que lo dan por seguro. Dado que son varias las voces que han señalado a Telecinco y el Programa de Ana Rosa como el destino televisivo de Ricard, la propia presentadora ha dejado claro que ni va a pagar ni va a invitar ante sus micros al criminal —Ana Rosa Quintana: «¡Este programa no paga a criminales! Plantear la duda es doloroso»–. Pero veamos lo que se publica al respecto en los espacios de opinión de la prensa del papel, unas columnas escritas antes de la aclaración de AR.

Alfonso Ussía firma en la contraportada de La Razón una columna titulada Estrellas:

Ricart acaba de abandonar la cárcel como consecuencia de la sentencia del Tribunal de Estrasburgo. Y lo está pasando mal. De ahí la bondadosa oferta de los programas de televisión que se dedican a educar a la ciudadanía. Lo que perciba por su colaboración profesional depende del nivel de sus manifestaciones. Las productoras de esos programas funcionan de esta manera: «Si reconoces que has echado un polvo, tres mil euros. Si identificas al hombre que te has tirado, seis mil. Y si es famoso, doce mil euros». Al nuevo tertuliano o contertulio Ricart le aguardan duras exigencias.

Tras recordar el repugnante crímen de Ricart y sus cómplicas, violación y asesinato de tres menores, añade:

Si cuenta la mitad de la mitad de lo que hizo en sus futuras comparecencias televisivas, puede terminar convertido en una rutilante estrella de la televisión. No se verá obligado a echar mano de sus «ahorrillos» para vivir. Aún en tiempos de crisis, esos programas de televisión se comportan muy generosamente con quienes responden a las expectativas y disparan hacia arriba los índices de audiencia. Si entre los productores, los presentadores y la futura nueva estrella, pactan los tiempos adecuadamente, tendrán contenido para varias actuaciones, y aumentará el interés publicitario y con ello, el dinero a percibir. Todo está inventado.

Concluye:

Si este criminal repugnante acude a un programa de televisión a contar sus canalladas a cambio de dinero, habrá que poner en cuarentena a los responsables del programa en sí y de la cadena en su totalidad. Y boicotear a los anunciantes. La triste conclusión es que somos lo que somos, y si somos así, lo nuestro no tiene remedio.

Alfonso Ussía no se moja en señalar de forma abierta el canal y el programa en los que esta pensando, aunque, al menos la cadena, es fácil de imaginar. Si concreta más, aunque no cite espacio alguno en particular, Federico Jiménez Losantos en El Mundo. Titula El crimen en televisión. Comienza criticando la política de medios del registrador de la propiedad que creíamos metido a gobernante:

Mariano Rajoy, cuya intervención y la de alguno de sus ministros fue esencial para que Aznar permitiera al grupo Planeta hacerse con Antena 3 TV, ha forjado un duopolio en la televisión comercial -dieciséis cadenas nacionales, ocho para Berlusconi y ocho para Lara- que no tiene igual en Europa. Ni siquiera en Italia un condenado por la Justicia como Berlusconi tiene tantas cadenas de televisión.

Añade:

Para asegurar el duopolio perfecto de Berlusconi y Lara, el Gobierno del PP ha creado un modelo financiero que, al prohibir la publicidad en cadena, ha destruido en sólo dos años las pequeñas cadenas que podían aportar un mínimo pluralismo a una sociedad ya aplastada por los partidos políticos, que además del duopolio perfecto -con mayoría de programas contra el PP, porque el PP prefiere la izquierda a la derecha- se reservan infinito dinero público para las cadenas autonómicas: Canal Sur, TV3, ETB y demás.

Señala que uno de los efectos del duopolio es que los canales de las dos grandes empresas «se matan por un punto de audiencia». Y concluye:

Y ahora rivalizan, talón mediante, para conseguir las exclusivas de los asesinos y violadores que el Gobierno infame y la Justicia han puesto en libertad. El más buscado es Miquel Ricart, el asesino de las niñas de Alcásser, que hace años fueron objeto en Antena 3 de repugnante explotación amarillista. Dicen que ahora Tele 5 será teatro de un amarillismo aún más sórdido: no el regodeo en el dolor de las víctimas sino el blanqueo de imagen de su asesino. Diríase que la degradación de la vida pública se ha convertido en el placer preferido de Mariano Rajoy.

En el mismo periódico, Fernando Sánchez Dragó titula ‘Black Monday’:

Ojalá me equivoque, pero es no sólo posible, sino más que probable, que hoy mismo -Black Monday del consumo televisivo- invada nuestros hogares por el conducto de ese pozo negro en el que se ha transformado la caja tonta lo que el sábado, a toda portada, definió un periódico como «el rostro del diablo». No mencionaré su apellido. No quiero convertirme en cómplice de la infame popularidad de ese demonio ni del encanallamiento de los sedicentes y sediciosos periodistas que, acogiéndose a la desgarrada bandera de la libertad de expresión y del derecho a la información, van a atizar el fuego de la sala de calderas del infierno.

Concluye:

Detrás de ese Satán, si los espectadores decentes no lo impiden con la vara de justicia del mando a distancia, irán llegando los demás demonios puestos en libertad porque así lo han decretado en Estrasburgo. Quiero creer que Spain is not indifferent. Pido una huelga de televisiones caídas. Pido que las buenas gentes del común proclamen audiencia cero en todos los programas, si los hubiere, que se disponen a sacar tajada reciclando la mierda y enriqueciendo a quienes llevan sangre en sus heces. Dignidad, señores. Está a su alcance.

 

 

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Autor

Antonio Chinchetru

Licenciado en Periodismo y tiene la acreditación de suficiencia investigadora (actual DEA) en Sociología y Opinión Pública

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