El corresponsal 'El Mundo' y el fotógrafo 'freelance' están en manos de Al Qaeda

Los periodistas Javier Espinosa y Ricardo García Vilanova llevan 3 meses secuestrados en Siria

'Periodista Digital' dio la noticia en primicia el pasado 28 de septiembre y la retiró a instancias del padre del reportero

Los periodistas Javier Espinosa y Ricardo García Vilanova llevan 3 meses secuestrados en Siria
Javier Espinosa (i) y Ricardo García (d). PD

Los contactos indirectos con los secuestradores no han revelado qué pretenden obtener a cambio de las vidas de los españoles

El corresponsal del diario ‘El Mundo‘ en Oriente Próximo, Javier Espinosa, así como el reportero gráfico ‘freelance‘, Ricardo García Vilanova, llevan tres meses secuestrados en Siria por fanáticos afines a Al Qaeda.

Ambos fueron secuestrados el pasado 16 de septiembre de 2013 por milicias yihadistas en la provincia siria de Raqqa, cercana a Turquía.

La noticia, que fue dada en primicia por ‘Periodista Digital’ el pasado 28 de septiembre y retirada a las dos horas, tras ponerse en contacto con nosotros Antonio Espinosa,  padre del reportero, y decirnos que Pedrojota y los ‘expertos‘ del periódico le había aconsejado mantener el asunto en total secreto, aparece a toda página este 8 de diciembre en ‘El Mundo’.

Los reporteros fueron secuestrados en la provincia de Raqqa, a escasa distancia de Turquía, junto a cuatro combatientes de Ahfad al Moustapha, una de las brigadas FSA (Free Sirian Army, en sus siglas en inglés), aunque estos últimos fueron liberados 12 días después.

A PUNTO DE IRSE

El periodista y el reportero iban a abandonar el país tras dos semanas cubriendo las consecuencias de la guerra en los civiles de la provincia de Deir Ezzor, cuando fueron capturados por miembros del ISIS -Estado Islámico de Irak y Siria, la organización radical instalada en el país árabe procedente del vecino Irak-.

Desde el secuestro el pasado 16 de septiembre, los contactos indirectos con los secuestradores no han revelado qué pretenden obtener a cambio de las vidas de los españoles.

Según informa ahora ‘El Mundo’, uno de los activistas más reconocidos de Homs intervino para tratar de lograr la liberación de los dos periodistas.

«Tras muchas negativas, me enfadé y grité: ‘¿Dónde estabais todos vosotros durante la caída de Baba Amr?'», exclamó el joven en referencia al barrio mártir de Homs, símbolo de la brutal represión de la dictadura siria.

«No os vi. En cambio, Javier sí estaba allí, ayudándonos a evacuar a nuestros heridos».

LA ERRÁTICA CONDUCTA DEL PERIODICO

Javier Espinosa ha estado en muchas guerras. Sale de una y entra en otra. Pero como escribía de él Carlos Salas, cuando en marzo de 2012 Javier logró escapar por los pelos del bombardeo de Homs, es un periodista de los pies a la cabeza, un pura sangre del reporterismo, que envia su crónica sin emitir jamás emite una sola queja del peligro, de los problemas, de los robos, de las amenazas…

El pasado 28 de septiembre, cuando hacia ya dos semanas que no se tenían noticias de él y se había silenciado extrañamente su cuenta de Twitter y tras comprobar que había pasado con él algo similar a lo ocurrido a Marc Marginedas,  enviado especial de ‘El Periódico de Catalunya’, decidimos subir la noticia a nuestra portada.

Apenas unos minutos después, desde el diario de Pedrojota, uno de sus directores adjuntos se puso en contacto con Periodista Digital, solicitando la retirada de la información, con el argumento de que su publicación puede afectar a las gestiones que se están haciendo para lograr la liberación de Espinosa.

Al parecer, la empresa había optado por la discreción absoluta y ha solicitado a otros medios, como la agencia France Press o el diario El País, que no se publique nada al respecto.

En la redacción de Periodista Digital, tanto el director como los autores de la información -plenamente contrastada- sopesamos la solicitud de ‘El Mundo’ y tras quitar de portada la nota durante un rato, se llegó o a la conclusión de que carecía de sentido el silencio sobre un secuestro, que es conocido en la zona, coincide con el otros periodistas, cuyos nombres e identidades se han hecho públicos y cuya difusión en Google, Twitter y las redes sociales es inevitable e imposible ya de retirar.

No se trata sólo de que el secuestro de uno de los mejores reporteros de guerra occidentales sea noticia relevante.

Más tarde, nos telefoneó el propio padre de Javier Espinosa y tras pedirnos que quitasemos la información, lo hicimos de inmediato.

Explicamos al señor Espinosa que en Periodista Digital teniamos la firme convicción de que publicitar un hecho de estas características y no mantener en el secreto, contribuye mucho más a ayudar a resolverlo y a preservar la integridad del secuestrado, que ignorarlo o tratar de taparlo.

Si se tratara de una banda de delincuentes comunes, interesados únicamente en sacar dinero rápido y seguro manteniendo secreta su identidad, silenciar el secuestro podría tener una justificación, pero todo indica que Javier Espinosa -al igual que Marginedas, periodistas de la CNN y de otros medios- ha sido secuestrado en Siria por un grupo que reivindica sus fechorías y no se siente abochornado o atemorizado al hacerlo, sino todo lo contrario.

A pesar de eso y dado que era el propio padre de la víctima quien lo solicitaba, quitamos el tema de nuestra portada y desactivamos la noticia en nuestro servidor, para evitar que se siguiera propagando en Google.

En el Twitter de Javier, aparece una entrada el 15 de septiembre de 2013, pero nada a partir de esa fecha.

No es la primera ocasión en que Javier Espinosa pasa por tremendos apuros en el ejercicio de su profesión. En 1999, fue secuestrado por un grupo de la guerrilla de Sierra Leona liderado por el ‘Coronel Mosquito’.

Hace un año, también en Siria, fue el último corresponsal occidental en la sitiada y bombardeada ciudad de Homs.

UN PURA RAZA

Javier Espinosa inició su carrera en periódicos canarios y cubriendo noticias de deportes, pero enseguida dio el salto a los medios nacionales y al gran reporterismo internacional.

En 1994 comenzó a publicar en ‘El Mundo’ , coincidiendo con el inicio de la masacre entre hutus y tutsis en Ruanda.

Ocupó despues, brevemente, una corresponsalía en México y retornó a Africa con base en Marruecos.

En 1999, fue secuestrado por los rebeldes ‘cortabrazos‘ de Sierra Leona. Un año después, fue galardonado con el Premio Internacional Rey de España de Periodismo por la crónica «Regreso al infierno de Sierra Leona», en la que describía el conflicto armado a través del drama de los niños soldados.

Desde hace más de diez años, con base primero en Israel y ahora en Líbano, cubre Oriente Próximo.

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