La prensa de la izquierda couché vuelve a sacar la piel a tiras a Letizia Ortiz. Otro reportaje de ‘Vanity Fair’, que recoge ‘El Semanal Digital’, pone de nuevo en entredicho el papel de la princesa en Zarzuela. Parece que Letizia, por más que lo intenta (o no), no acaba de cuajar en la Casa Real, a juzgar por el último reportaje-varapalo de la revista del que no sale precisamente bien parada.
A la Princesa de Asturias le caen palos por todas partes por Navidad, sobre todo, desde dentro. Fuego amigo, que se llama.
Y es que la revista ha recurrido a fuentes internas de Palacio, que hablan por primera vez para retratar a Letizia como una persona esquiva y difícil de clasificar. Quizá porque «hay una parte importante de su vida que se nos escapa de las manos» o por sus constantes saltos del protocolo, el caso es que destacan que Letizia es «la peor valorada» dentro de las encuestas internas de La Zarzuela a pesar de que es la única que se ha salvado de los últimos escándalos que han hecho tambalearse a la Corona: Botsuana, Corinna, Nóos…
Vamos, que según reconocen las fuentes de Zarzuela, «Doña Letizia no ha cometido ningún error importante. En más han incurrido el Rey, la Reina y el Príncipe, pero ella sabe que todo lo que haga o diga será utilizado en su contra. Hay un sector conservador que sigue criticándola, y hay veces que la gente que más la defendía entiende que se ha vuelto demasiado distante».
Alfonso Ceballos-Escalera, vizconde de Ayala y marqués de La Floresta, confirma que existen aún trabajadores de la Casa que «no soportan a Letizia». El catedrático plantea que esta tensión, junto a la enfermedad y debilidades del Rey, ha provocado cambios de bando en los pasillos de Palacio: «Un enfrentamiento directo con la Princesa está descartado. Eso significaría salir de Zarzuela en menos de 24 horas. Ahora, ningunearla, eso sí. Y ella lo sabe».
En su defensa, una de sus colaboradoras más importantes desmiente que se trate de una mujer fría y calculadora. «Es profesional. Seguramente esos atributos en un hombre no serían tan peyorativos como en una mujer. No diría que es ambiciosa, es perfeccionista, pero no obsesiva. Vive todo lo que hace».
Y anticipan que todo está destinado a cambiar, pese a las dificultades: «Hay ocasiones en que Letizia me provoca una sensación de orfandad, de que está sola. A veces parece que no tiene apoyo dentro de la Casa del Rey ni en la Casa Real. Cuando sea capaz no solo de ordenar, sino de mandar, las cosas cambiarán».
Pese a todo, sus defensoras y colaboradoras cercanas aseguran que es muy respetuosa con todos los asuntos internos de la Familia Real, y que jamás hace comentarios al respecto. Una versión que contrasta muy mucho con la que ofrecen los cercanos de Don Juan Carlos, que responden que «el mayor enemigo del Rey está dentro de Palacio… Es Letizia… Ella es quien más ha presionado para que abdique», según afirma una «amiga íntima» del Monarca que no da su nombre.
Lo que parece demostrado, dice el marqués de la Floresta, es que se trata de una mujer con «mucho carácter» que ha modificado muchos «usos y costumbres» de la Casa Real. Y todo ello pese a que ha sido un proceso lento, que ha podido provocar cierta «sobreactuación» por parte de Letizia.
En cuanto a si la Princesa sufre de estrés, los rumores apuntan a que estaría recibiendo atención médica, la Casa Real lo niega en redondo: «Nunca se ha notado esa tensión, no nos consta y conociéndola no nos pega que haya ido nunca al psicólogo».
En cualquier caso, consciente de que esa imagen que proyecta, parece que Letizia a veces entona el mea culpa con los suyos: «Os he metido en un lío y todo por no haberme casado con un señor de Cuenca. Lo siento. Sé que soy un cardo borriquero. Perdonadme, por favor».
