Alfonso Ussía, a punto de hacer llorar en el desayuno a las marquesas con una oda a la infanta
La manifestación de Bilbao en favor de los presos etarras sigue dando que hablar y que escribir este 14 de enero de 2014. Arcadi Espada titula su columna en El Mundo ‘Los cien mil’. ¿Qué cien mil?, ¿los Cien Mil Hijos de… San Luis?, ¿los cien mil hijos de la gran… Bretaña?
Gente decidida por lo que hace y por lo que no hace. Ahora sabemos que era una infamia acusarlos de cobardes cuando, en la plena actividad etarra, solo cuatro frágiles desairados salían a la calle a recordar a las víctimas del terrorismo y a acompañar a sus huérfanos. La violencia lleva dos años acabada y aún es el momento de que decenas de miles de personas recorran alguna calle vasca con esos propósitos. No, no era miedo. Aunque es cierto que ahora en la paz exhiben con más rotundo esplendor lo que son.
En ABC Edurne Uriarte matiza las diferencias que, según afirmó el 13 de enero de 2014 el francófilo Gabriel Albiac, existen entre Francia y España respecto al rechazo o no de la apología del terrorismo.
Lo anterior tampoco quiere decir que Francia vaya por delante de nosotros en estos asuntos. No hay más que recordar lo que le costó dejar de refugiar etarras. O a asesinos de las Brigadas Rojas italianas, y hasta nuestros días, además. Lo que quiere decir es que hay una gran claridad de ideas en las élites francesas, judiciales, políticas e intelectuales, en lo que a antisemitismo se refiere. Se practica la tolerancia cero, sencillamente, y con el acuerdo entre socialistas y el principal partido de la derecha.
Sin embargo, en España esa unidad en los principios básicos no existe.
la incapacidad española para impedir el claro enaltecimiento del terrorismo practicado el sábado pasado y el anterior se debe a falta de claridad de ideas sobre el terrorismo etarra. Lo de siempre. No se han impedido las manifestaciones públicas de defensa de los asesinos porque no hay una clara voluntad de hacerlo entre las élites españolas del nacionalismo y de la izquierda. Ni entre los jueces ni entre los políticos ni entre los intelectuales. La historia de décadas de coqueteos entre esos sectores ideológicos y el terrorismo ultraizquierdista y ultranacionalista lo explica.
Anson ensalza a Aznar y a salva Felipe González
Luis María Anson, que hizo nombrar a Jordi Pujol ‘Español del Año’ cuando él dirigía el ABC, escribe uno de esos artículos en que se elogia a alguien para menospreciar a otra persona, pero el primero queda más manchado que el segundo.
Adolfo Suárez desencadenó el proceso con aquella memez de Abril y Clavero Arévalo del café para todos. Quiso dar una lección a las democracias europeas y demostrar que él, tras superar su pasado franquista y falangista, era más demócrata que nadie. José Luis Rodríguez Zapatero agigantó el disparate al prometer a la clase política nacionalista que respaldaría la reforma del Estatuto catalán si esa reforma contaba con apoyos suficientes en el Parlamento regional.
Mariano Rajoy está a punto de consolidar el despropósito con su política de indiferencia y palabras huecas.
(…) de haber recibido en herencia la actual situación, el expresidente, por mucho que le moleste al presidente Rajoy, habría replicado con contundencia, no con palabras huecas y estéril verborrea.
(…) A la cadena humana soberanista que se extendió en Cataluña, Aznar hubiera respondido con una cadena desde la Giralda sevillana hasta la plaza de Cataluña, formada por tres millones de españoles clamando por la integridad de España.
¿Pero de qué me conoce a mí este señor, pensará hoy Aznar si lee la columna de Anson?
Curiosamente Felipe González también queda excluido de la lista de presidentes rendidos ante el nacionalismo catalán, aunque fue el primero de éstos en gobernar gracias a los votos de CiU. No sorprende, porque Anson ha llegado a escribir que González es el más importante gobernante español del siglo XX, por encima de Franco, de Aznar, de Maura, de Azaña, del propio Aznar…
Pero qué es el marianismo, Luis María, y tú me lo preguntas clavando tu pupila en mi pupila, etcétera, etcétera. Ignacio Camacho (ABC) responde a esa pregunta.
un peculiar estilo llamado marianismo que consiste en lo contrario de ir y venir: quedarse quieto y esperar a que los demás pierdan el rumbo y no sepan volver de sus viajes a ninguna parte. Más que asemejarse a Ulises, el fundador del mito del retorno, lo que a Rajoy le gusta es tejer el manto de Penélope.
César Vidal aprovecha la visita de Rajoy a Obama para elogiar a Aznar por haber establecido unas excelentes relaciones entre España y EEUU. A Rajoy le reconoce haber devuelto a España en el mismo carril que la puso Aznar:
El culmen de las buenas relaciones entre Estados Unidos y España se produjo, como tantas otras cosas positivas, durante la época de Aznar. (…) Como tantas otras cosas buenas, también ésta acabó en la etapa de ZP. (…) Las últimas horas han sido la consagración del regreso a la normalidad durante el mandato de Rajoy. Estamos lejos, por desgracia, de que España sea para Estados Unidos lo que fue en los tiempos de Aznar. Pero es el inicio y cuando algo da comienza ya sólo queda trabajar para que se llegue a la consumación.
Ussía sale en defensa de la Infanta
Sólo Alfonso Ussia, bravo teniente del Regimento del Rey, está hoy en su puesto de guardia defendiendo a la Corona, con la mano enguantada sobre la empuñadora del sable:
Como la Infanta sigue al lado de su marido, le dicen de todo. (…) No somos iguals ante la ley. A la Infanta Cristina, por ejemplo, le han hurtado la presunción de inocencia.
No siga, que nos está haciendo llorar a mí y a las marquesas que le leen. ¡Y sabe tan mal el té mezclado con lágrimas!
El resto de oficiales del Regimiento del Rey disfruta de pase de paseo, pero les sustituyen en la centinela los oficiales de la Guardia de La Moncloa, entre los que encontramos caras insospechadas.
La sorpresa del 14 de enero de 2014 me la ha dado otro veterano periodista, Miguel Ángel Aguilar, en su columna de El País (en La Vanguardia publica otra) sobre el viaje de Mariano Rajoy a Washington.
Se dice pronto, pero el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha sido recibido por el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en el despacho oval de la Casa Blanca. Demos por descontado que vendrán los triunfalistas de la catástrofe a señalar que la visita del nuestro se produce más de dos años después de su victoria electoral por mayoría absoluta.
Además, habrá que recordar a los olvidadizos propensos a ladrar su rencor por las esquinas que al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, durante los ocho años que habitó en La Moncloa, apenas se le vio en aquel desayuno nacional de oración de marzo de 2010 leyendo un pasaje del Deuteronomio
La columna sigue y sigue, pero su conclusión es tan confusa (o poco trabajada) que lo único que recordará el 90% de los lectores es que Rajoy se ha reunido más veces con Obama que Zapatero.
Màrius Carol sigue con las alabanzas a Rajoy al asegurar que el presidente español cumple el título de un discurso y posteriormente de un libro de Barack Obama: la audacia de la esperanza.
Dos burgaleses sobre Gamonal
Dos columnistas burgaleses de patria escriben sobre los tumultos en el barrio de Gamonal, nacido al calor del Polo de Desarrollo Industrial creado por el franquismo.
Ignacio Ruiz Quintano (ABC) aprovecha la revuelta para criticar los afanes del español del siglo XXI:
esa calle de Vitoria que Lacalle, el alcalde posmoderno, va a transformar en un bulevar que en realidad es un aparcamiento que los vecinos no quieren pagar. Es la ley del hormiguero contemporáneo, donde las hormigas ya no se alteran por la doctrina Parot, sino por un ticket de aparcamiento.
Fernando González Urbaneja (República.com), menos poeta y filósofo, pero más economista y sociólogo, columbra masas airadas asaltando el Palacio de Invierno. ¡El sueño húmedo de Alberto Garzón!
¿Cómo es posible que con un 26% de tasa de paro el orden se mantenga en las calles? ¿Cómo es posible que los españoles asimilen a lo largo de la década la llegada de casi cinco millones de emigrantes, muchos de ellos sin permiso de residencia y de trabajo, sin incidentes? El caso Gamonal indica que el conflicto social es posible y probable a poco que se encienda una cerilla inoportuna.
Las chicas
Rosa Montero nos cuenta que Ruiz Gallardón, con su reforma del aborto, le ha devuelto a hace 30 años atrás, cuando tenía (seamos elegantes) 30 años menos. En vez de agradecerle esa juventud regalada, Montero se empeña en seguir matando niños con el argumento de la igualdad entre ricas y pobres.
Mientras Rosa Montero se mantiene impasible en el ademán en la Santa Transición (como otros se mantienen en la Monarquía recuperada en 1975), Pilar Rahola muestra una idea reaccionaria, propia de los pensadores españoles del Siglo de Oro, al decir que nuestros gobernantes deben ser ejemplares en una columna dedicada a Hollande y sus señoras.
Los presidentes deben -o deberían- ser los mejores de un país, y ello implica una cierta dosis de ejemplaridad.
Pues tú apoyas a Artur Mas, cuyo padre, al parecer, tenía un pastizal de euros esconcido en Suiza, rica, y que además está incumpliendo la Constitución Española.