Los Morancos, núcleo duro de la Agrupación de Intelectuales al Servicio de la República
La mejor tribuna de la prensa de hoy, martes 4 de febrero, es la escrita por Fernando Savater (El País), donde reparte estopa a periodistas y columnistas de El País, como Luis R. Aizpeolea, el blanqueador de los etarras para los progres, y Manuel Rivas, y hasta a Wyoming, que está a punto de pasar de bufón a pensador también para los progres. El tema: ETA. El título: ‘Carta a Joseba’, Joseba Pagazaurtundúa, de cuyo asesinato por los terroristas se cumplirán 11 años el día 8.
Hay que impedir el daño de exculpar a ETA e inculpar al Estado y a los que derrotaron a la banda
En este «tiempo nuevo» sin violencia cualquier exigencia seria ante los compromisarios políticos de ETA es también vista como concesión desmandada a la extrema derecha: antes la firmeza era de derechas por contraproducente, ahora es de extrema derecha por ser ya innecesaria.
Y ahora llega la mala noticia, porque es verdad que ETA ha sido derrotada… pero no es toda la verdad. El terrorismo de ETA tenía como propósito imposibilitar el funcionamiento de la democracia constitucional en el País Vasco y blindar la hegemonía nacionalista a sangre y fuego (…). En ese empeño los etarras sacudieron el árbol, dando la cara brutal, extorsionadora y asesina. Pero otros recogían las nueces
¿Y cuál es el plan de los que agitaban el árbol y los que recogían las nueces?
Consiste en diluir la responsabilidad específicamente antidemocrática del terrorismo en la mermelada semántica del conflicto y las violaciones generales de derechos humanos, con el propósito de no renunciar al ventajismo político que consolidaron gracias a él. Y para ello cuentan con el apoyo de los partidos nacionalistas, la ambivalencia culpable de los socialistas y ocasionales debilidades de los populares vascos, que no quieren verse aislados y tener a todos contra ellos. La doctrina de fondo es que como ETA ya no es peligrosa, ahora la amenaza consiste en la intransigencia de Rajoy, de Madrid, de España. Ahora sí, ya sin mala conciencia, prietas las filas: ¡Sabino y cierra Euskadi!
Y concluye con un reproche a Wyoming y otro a Susana Díaz, la esperanza blanca del PSOE, por su equidistancia entre separatistas y separadores.
En la España actual no faltan quienes toman el salvajismo urbano por acción política, pero sobre todo abundan los que confunden la maledicencia con el pensamiento crítico. De ahí el éxito de ciertos programas de radio o televisión y de algunos humoristas convertidos en informadores: los chismes y cuchufletas divierten, pero las ideas dan dolor de cabeza. A los más ilustrados y progres no les saques de su columna semanal contra el Gobierno, salvo para decir que hay separatistas por culpa de la intransigencia de quienes no lo son.
Dios nos libre de los moderados
Seguimos con filosofías y conceptos. Hermann Tertsch (ABC) despotrica de los moderados.
Y un moderado es el que busca máximo provecho de mínimo compromiso. En equidistancia exquisita. Cuando alguien defiende aquí, por ejemplo, la unidad de España que está en la ley, y otro aboga por la destrucción de España y por tanto de las leyes, nuestro moderado se sitúa en medio, en el centro lo llaman, y tacha a los dos de inmoderados y radicales. Y frente a los dos «extremistas», se eleva con la superioridad moral que da el saberse moderado, quita la razón por igual a uno que al otro y se la da a él mismo.
El partido español más moderado y equidistante era el PNV, pero ahora se le han unido el PSOE y el PP.
Nos ha pasado siempre con el moderado por vocación que ha sido el PNV en la cuestión terrorista. El moderado equidistante ha sido a la postre el más fiel aliado de los terroristas en la consecución de sus objetivos para el nacionalismo. Ha sucedido con el PSOE, que en su equiparación entre separatistas y constitucionalistas se convirtió en el peor enemigo de la Constitución con Zapatero de timonel con su Estatuto catalán y sus acuerdos de beneficios mutuos con ETA. Esas dos felonías nos han hundido en una crisis existencial que no tuvimos ni en la Guerra Civil. Ahora es el PP el que se despoja de todo lo que molesta para actuar igual.
¿Y por qué? Porque, concluye Tertsch,
Se evita el conflicto en minoría. Siempre con esa mayoría que huye todo conflicto, pero ansiosa del beneficio propio gratuito. Aplicado a la educación el resultado es una gran masa manipulable.
Su fundamental arma es la tolerancia. Si todo es tolerable, propiedad, libertad y dignidad quedan a merced de los tolerados, los peores. Es tan tolerable una asamblea de asesinos múltiples como destruir y amenazar en Gamonal, la sedición, el golpismo o agredir al anciano cardenal Rouco ante la catedral. Quemarla, también. Todo moderación, todo tolerancia, todo impunidad.
En ABC, Ignacio Ruiz Quintano también escribe sobre la calidad de los debates públicos, a tenor de la participación de Los Morancos sobre la consulta catalanista:
Esto de azuzar a la chusma contra los personajes públicos completa el dibujo de la democracia española, en la cual todo el mundo dice sólo lo que los demás quieren oír.
Los Morancos ven a las viragos agrediendo a un príncipe de la Iglesia que les lleva la contraria (habría que ver la actitud de esas mismas viragos ante el piropo machista de un albañil cegado por la altura del andamio), ¿y qué van a decir, si no quieren que les rompan las gafas como a Rouco? Todos Omaítas.
Con la incorporación de Los Morancos al debate constitucionalista, empieza a configurarse el núcleo duro de la Agrupación al Servicio de la República.
Anson atribuye una ideica suya «al entorno de Aznar»
Hay armarios y habitaciones que cuando se abren huelen a cerrado y a moho. Lo mismo ocurre con las columnas del miembro del jurado del concurso de Miss España. En El Mundo reproduce los mismos métodos, argumentos e ideicas que ya conocemos del ABC de los años 80 del siglo pasado.
El 14 de enero de 2014, escribió en El Mundo, seguro de sí mismo:
A la concentración secesionista en el estadio del Barcelona, Aznar hubiera dado respuesta organizando 50 concentraciones en los estadios de las 50 provincias españolas, impulsando el clamor de los ciudadanos en favor de la integridad de España. El clima secesionista que el nacionalismo está creando en Cataluña quedaría limitado así por el clima de unidad nacional fomentado en todo el país con los recursos del Gobierno. A la cadena humana soberanista que se extendió en Cataluña, Aznar hubiera respondido con una cadena desde la Giralda sevillana hasta la plaza de Cataluña, formada por tres millones de españoles clamando por la integridad de España.
Como la ideica no ha tenido éxito, no se ha comentado en las tertulias, no la ha censurado el Avui, ni deben de haberle llamado para comprarle los royalties, Anson la repite hoy, con una ligera variación. Ahora se la atribuye al «entorno de Aznar».
Rajoy no ha sabido responder, propiciando una reacción popular en toda España a favor de la unidad territorial y en contra de la pirueta secesionista. Aseguran en el entorno de Aznar que el expresidente hubiera respondido a la manifestación en el estadio del Barcelona con la apoteosis en 50 campos de las 50 capitales de provincia en favor de la unidad nacional. Y a la cadena humana de Tarragona a la frontera hubiera replicado con otra cadena desde la Giralda a la Plaza de Cataluña.
¿A qué viene esta repetición? La respuesta quizás se encuentre en la frase inmediatamente posterior a la atribución de la paternidad de la ideica al señor Entorno de Aznar:
Todo ello aparte de arbitrar un presupuesto generoso para contrarrestar la desmelenada propaganda secesionista de Oriol Junqueras y su títere Arturo Mas.
Hummm. «Presupuesto generoso». ¿Quiere don Luis María regresar a los fondos de reptiles?, ¿pretende imitar al conde de Godó?, ¿en tan mala situación económica está ElImparcial.es?
Aguilar le reprocha a Rajoy su afición al Marca
Lucía Méndez (El Mundo) muestra su perplejidad por la rabia que había en el discurso de Rajoy el domingo pasado:
La jugada de agitar a las huestes propias para unirlas contra las ajenas está en todos los manuales. Pero eso se puede hacer de muchas formas. Lo sorprendente fue el tono de irritación, casi de rabia, que utilizó el presidente del PP. Y precisamente contra Rubalcaba. Si, como dijo María Dolores de Cospedal, el PSOE es «la nada», no se entiende muy bien que Rajoy mandara callar a «la nada». Claro que a lo mejor la orden del presidente iba dirigida también a José María Aznar, Jaime Mayor Oreja, Santiago Abascal, Ortega Lara, Pedro J. Ramírez, Consuelo Ordóñez y a todos aquéllos que él piensa que son injustos y hasta miserables con su gestión política y económica.
Esta irritación se entiende aún menos si tenemos en cuenta que a Mariano Rajoy las cosas le van bastante bien, de acuerdo con sus hagiógrafos y los arúspices del PP.
Y a esto último hay que añadirle lo que dice Curri Valenzuela (ABC), sin que se lo sople su topillo, con motivo de los rumores sobre el nombre del número de la lista del PP al Parlamento Europeo y las crisis ministerial:
solo Mariano Rajoy conoce lo que quiere hacer con el Gobierno y con el PP
Vamos, que todo el poder para el Duce… hasta que Mussolini lo derrocaron sus propios camaradas de partido y el rey enano Víctor Manuel. Y si a Rajoy le molesta el precedente del italiano, que mire a Zapatero., al que dentro de poco le pondrán a servir cafés en el PSOE.
Miguel Ángel Aguilar (El País) aprovecha su columna sobre la convención del PP para atizarle a la prensa deportiva, que ya sabemos que es el principal (si no la única) lectura informativa de Mariano Rajoy:
Ahora el presidente del Gobierno exige silencio o panegírico al socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, eso sí, con el Marca por bandera. Hubiera podido exhibir El Norte de Castilla, líder en la región; La Vanguardia, por catalán; El Mundo, para saber del relevo de Jota Pedro; The Financial Times, atento a Escocia; o The New York Times, interesado en la tensión árabe-israelí. ¿Pero qué mejor dieta mediática que la de la prensa deportiva en papel?
A ver si el Marca le dedica una portada como se la dedicó hace años a Fernando Sánchez Dragó por menospreciar a los lectores de prensa deportiva…
Salvador Sostres (El Mundo) es por ahora el único miembro de la tribu de la opinión publicada, como la llamó Felipe González, que aplaude la orden de punto en boca de Rajoy a Rubalcaba. ‘Cállate’ es el título de su columna y empieza así:
El presidente Rajoy le ha dicho a Rubalcaba: «O te callas o reconoces el mérito de la gente», lo que es, en definitiva, una invitación al silencio, porque la izquierda, en su profunda mezquindad, carece de la grandeza que se precisa para reconocer las virtudes ajenas. No por casualidad conocimos las checas.
Felipe González se impone a Artur Mas
De esa entrevista en La Sexta, quedó claro para los comentaristas la desfachatez de Artur Mas.
Pablo Sebastián (Republica.com) lo señala:
como consecuencia de las palabras de Mas se descubrió algo que siempre hemos sabido y que desmontan su victimismo: que sus anteriores demandas de pacto fiscal y de recuperar las cotas de autogobierno que el Tribunal Constitucional le quitó al Estatut no eran ciertas. González le ofreció abrir una negociación sobre ambos aspectos y Mas lo rechazó porque el ya está en la senda de la independencia. Y sobre todo porque, y ahora queda más claro, el pacto fiscal y el rango de Estatuto ‘nacional’ que no le admitió el TC solo eran en los planes de Mas dos nuevos escalones para acceder, con más poder, a la independencia de Cataluña
Así cierra su columna Sebastián:
Se lo dijo González, con cara de muy pocos amigos, cuando le advirtió del riesgo de despertar el nacionalismo español. Y a Mas le entró un escalofrío que no disimuló.
Raúl del Pozo (El Mundo) también se centra en las palabras de González:
En el debate de Salvados entre Artur Mas y Felipe González de ese monstruo del periodismo llamado Jordi Évole (Cornellá de Llobregat, hijo de granadina y extremeño), el ex presidente reconoció que los dirigentes de Europa están aterrados de pensar que se pueda producir una desarticulación territorial que rompa los Estados nación que configuran la UE. Y recordó, además, los 300.000 muertos de la desmembración de Yugoslavia.
Y Juan Carlos Girauta (ABC) advierte con la cárcel para Mas con un requiebro:
Por si alguien no le había entendido, Artur Mas se ocupó de advertir que «ni los tribunales ni la Constitución pararán el proceso soberanista». Yo no sé qué opinión merecería al personal, siempre tan indulgente con CiU, que unos cuantos amigos anunciásemos, por ejemplo, que ni las leyes ni los tribunales van a detener nuestra reacción contra el proceso soberanista. Una reacción que pueden dar por segura, y que intentaremos que quepa en la legalidad, pero que, si no cupiera, se va a producir igualmente. Bien, supongo que dirían que quienes formulamos nuestra posición política en tales términos no somos más que canalla intratable que se propone violentar el sistema, que nuestros métodos son inaceptables, y que no solo no hay nada que hablar con nosotros, sino que somos carne de celda. Exacto. Tendría toda la razón el personal.
Pilar Rahola, portavoz (a gritos) de la causa separatista y del buen nombre de Mas, se huele que el proceso puede concluir como la sublevación de Lluìs Companys en 1934, con éste y su banda huyendo por las alcantarillas. Se agarra a una frase de Mas en la entrevista que le hizo Carol y se publicó el domingo: el proceso se culminará sin hacer el ridículo
que todo sea alta política y no baja gestualidad, porque si todo eso fuera pura estética, el ridículo pasaría de nacional a cósmico. No olvidemos que los pueblos pueden ser respetados en la derrota, pero nunca lo son en la estulticia.
Y Miquel Roca, el abogado defensor de la infanta Cristina insiste en La Vanguardia en que hay que devolver el estatuto al estado anterior a la sentencia del Tribunal Constitucional, con sus vulneraciones de la Constitución Española intactas.
Mientras tanto, el Gobierno español tocando el trombón. Arcadi Espada (El Mundo) reprocha al ministro García-Margallo que se desentienda del referéndum escocés, aunque esté aprobado por el Gobierno británico.
nadie duda de que el premier británico actúa del lado de la ley, como el presidente Rajoy; pero también es evidente que actúa en contra de Europa. Y es sorprendente que el ministro Margallo, dedicado a los asuntos exteriores de España, no se lo recuerde en su entrevista de ayer en el Financial Times, escudado él también en la falacia de que el referéndum de Escocia es un asunto interno. Una falacia no sólo conceptual, sino pragmática: la mayor cuota de legitimación (falsa, pero eficaz) que están recibiendo los nacionalistas catalanes proviene de la convocatoria de ese referéndum escocés que el gobierno de España, y muy señaladamente el ministro Margallo, tiene la obligación política de impugnar, ya que no en la forma, en el fondo.
David Trueba, el progre rendido al nacionalismo catalán
Para acabar, el premio a la columna idiota del día se lo asigno a David Trueba, por ser el autor de una llena de tópicos sobre el asunto catalán que podría haber firmado Los Morancos. Primero, el coco del nacionalismo español, que no existe:
el nacionalismo español más agresivo y cerril. Lo conoce bien porque acertó a desactivarlo cuando llegó al poder y aún funcionaba como un engranaje amenazador y de tutela sobre la democracia naciente con una autoconcedida legitimidad insostenible.
Otro que se olvida del terrorismo y el racismo del nacionalismo catalán, igual que Roca.
A continuación, un reproche al PP por acudir al TC, sin preocuparse Trueba del contenido del estatuto:
Lo más aparatoso es haber desvirtuado la sentencia del Constitucional por la propia utilización del tribunal, que atendió un recurso del PP cuando estaba en la oposición, que solo perseguía desactivar a los catalanistas ignorando la copia exacta en otras comunidades y cuyo oportunismo rentable solo quería hacer descarrilar el zapaterismo.
Y por último, la aceptación de que hay dos partes llamadas a entender: españoles y ctaalanes.
Los españoles y los catalanes están llamados a ese diálogo, por ahora no quieren acudir.