Sostres asegura que el hundimiento del PSC condena a Carmen Chacón
Las trifulcas de la familia socialista están más cerca de los hermanos Marx que de los Corleone. La última en saltar por la ventana ha sido la que sonaba como sustituta de Pere Navarro. Qué mal debe de estar el PSOE (y el PSC) que muchos socialistas huyen del sillón despacho por miedo. Eso es lo que sostiene Federico Jiménez Losantos este 16 de junio de 2014 en su columna de El Mundo.
Este socialismo que, por convención geográfica, seguimos llamando español está sufriendo tal epidemia de gastroenteritis política que, si no dan pronto con la tecla, dudo de que llegue a completar las listas municipales. Ni en las postrimerías de la UCD, en 1982, se vio un ataque de pavor como el que aqueja al PSOE, siglas que, atendiendo a ese terror que lo cerca de lo más arriba a muy abajo, de Este a Oeste y de Norte a Sur, cabría rebautizar como Partido de Sibilinos Objetores Espantados.
son los líderes del PSC los que más miedo tienen a liderar nada. Tras la dimisión de Pere Navarro sólo diez días después de decir que no dimitía, ayer su sucesora Nuria Parlón dimitió antes de poder dimitir, anunciando que no sucedería a Navarro sólo diez minutos antes de empezar la reunión convocada para elegirla sucesora. Reconózcase que en la objeción espantada los socialistas catalanes están llegando más lejos que nadie. Y eso que aún no han perdido las elecciones; sólo los espanta el miedo a perderlas. Miedo da pensar qué podrían hacer después.
Francesc Valls (El País) también levanta acta del miedo que atenaza a los socialistas catalanes.
El Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), formación que gobernó la Generalitat, que tuvo en sus manos los principales Ayuntamientos, que dirigió Diputaciones y consejos comarcales, no encuentra quien lo dirija.
CiU ha sabido sumarse a la ola soberanista y, a pesar de sus pérdidas electorales, no ha sido engullida por el tsunami. El PSC trata de nadar contra la corriente mayoritaria y mantener los puentes entre Cataluña y el resto de España. Hasta la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de 2010 ese era un caladero seguro de votos. Ahora ha dejado de serlo. Eso explica los miedos en los dirigentes del PSC. Nadie quiere ser el líder de un partido jibarizado. Núria Parlon, la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, dio el paso adelante, pero tardó poco en retirarse. Los socialistas quieren manter sus alcaldías en Cataluña y eso exige no diversificar esfuerzos.
En su billete, Márius Carol (La Vanguardia) recurre a los eufemismos a la hora de escribir sobre el PSC.
A la alcaldesa colomense le entró vértigo cuando parecía convencida para sustituir a Pere Navarro.
LOS SOCIALISTAS CATALANES SE QUEDAN SIN LA CABRA
¿Pero qué va a ser del PSC? Hoy tenemos dos columnistas que cavilan sobre el futuro del partido que dio 25 diputados catalanes a Zapatero en 2008.
El texto más extenso y cruel es el escrito por Salvador Sostres (El Mundo) y cuyo título ya atrae: ‘Historia de una cabra’. Para muchos columnistas, el culpable del hundimiento del PSOE es Zapatero. Según Sostres, el PSC comienza su calvario cuando Pasqual Maragall acepta pactar con ERC.
El PSC vivía convencido de ganar el Ayuntamiento de Barcelona y las elecciones generales en Cataluña aunque presentaran a una cabra. Ésta era exactamente la metáfora que utilizaban. Lo de CiU en la Generalitat, lo consideraban una anomalía burguesa.
El voto suburbial y rojo, español y jacobino, quedó descolocado a partir de aquel momento, con un PSC que de la mano de ERC competía con CiU para ver quién era más nacionalista redactando el Estatut.
La primera conclusión es que el PSC no existe, y que existe sólo el PSOE, y que los espantapájaros del llamado sector catalanista no son nada ni nadie. No es extraño que tras la marcha de Navarro nadie quiera liderarlo.
Hasta la paciencia del votante socialista se acaba. Ha sucedido en Cataluña cuando ha comparecido la cabra. El PSOE tendría que tomar nota de lo que le podría ocurrir en el conjunto de España. Sobre todo los que piensan que Carme Chacón podría ser una buena candidata.
Si el PSOE no quiere perder cualquier opción de volver algún día a La Moncloa, tiene que superar su síndrome de Estocolmo con el PSC, fundar el PSOE de Cataluña, y dirigirse a su votante en lugar de insultarle.
Llamativo: la agonía del PSC es también el fracaso de la candidatura de Carmen Chacón a la secretaría general del PSOE.
José García Domínguez (Libertaddigital.com) anuncia el nuevo movimiento del PSC ahora en manos de Miquel Iceta.
Dispongámonos para el enésimo salto de la rana del PSC: la renovada vindicación del derecho a decidir, aprovechando el vacío de poder en Ferraz, bajo la farisaica promesa de votar no en la consulta. Que de eso va la jugada de Iceta.
La columna de hoy de Ignacio Camacho (ABC) merece la pena leerse de la cruz a la raya. Como no puedo reproducirla entera, me limito a señalar su tema principal, reconocer a Cataluña la capacidad de pronunciarse sobre su estatus al margen de los españoles como pide la patronal Fomento, y de algunos de sus argumentos.
Para convocar un referéndum en Cataluña y ganárselo a los secesionistas, al Gobierno le bastaría con desempolvar aquella ley de la Transición que reguló la consulta sobre la autonomía andaluza, la del célebre 28 de febrero de 1980. Exigía para los partidarios del sí la mitad más uno de los votos computados sobre el censo total (…) y en todas y cada una de las provincias, de modo que si una sola se descolgaba aunque fuese por décimas -como en efecto ocurrió con Almería- vinculaba a la totalidad del resultado. Por muy crecido que esté el soberanismo es muy dudoso que reuniese masa crítica suficiente para superar ese listón.
al admitir el Estado el ejercicio de un presunto derecho a decidir de los catalanes al margen del resto de los ciudadanos, la independencia se convertiría en una simple cuestión de plazos.
Diez, quince, veinte años: una patada a seguir como en el rugby, hasta que el independentismo pudiese reunir una mayoría clara. Pero la suerte quedaría echada porque lo decisivo de ese referéndum no es la respuesta sino la pregunta: su simple formulación implica la aceptación del derecho unilateral a romper España.
AHORA SE ENTERA ANTONIO ELORZA DE QUE HAY GENTUZA EN POLÍTICAS
El País prosigue la administración de píldoras reconstituyentes a los socialistas para que salgan de la depresión causada por Podemos. Hoy le toca al doctor Antonio Elorza contar los orígenes de los funcionarios Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero. Vaya, cuando el PSOE y El País ven en peligro su preeminencia, deja de ser una infamia de la derecha extrema asociar a los fundadores de Podemos al chavismo.
Diciembre 2008: primer boicot, a una conferencia de Josep Piqué, con unos estudiantes disfrazados de presos de Guantánamo. Empezaban el espectáculo y el uso de signos identitarios para forjar la cohesión grupal. Antes, en febrero, fracasó un intento de boicot a gritos de una conferencia de Rosa Díez; irritados, a quien defendió la libertad de expresión, le condenaron en la Red, deformando imágenes e información, a ser novio político eterno de Rosa.
De paso, el radicalismo descubre que su violencia no tiene coste alguno, por la permisividad de instancias supra-facultativas. Como en la Italia de 1920, el ascenso del totalitarismo fue resistible.
Para atraer votos, hará falta diluir la propia mentalidad chavista, según hace el interminable programa electoral de Podemos, dando prioridad a necesidades bien reales (desahucios, pensiones, corrupción). Ahí cabe todo, sin estimación de costes; por eso es justa la calificación de populismo. Lejos de la lengua de palo de IU, resulta preciso multiplicar anzuelos, «convertir el descontento social en una tendencia electoral».
Sí, de acuerdo, la Facultad de Políticas de la Computense es la cheka, pero ¿qué hicieron los rectores Berzosa y Carrillo para desmantelarla?, ¿y no jalearon los tertulianos y los escribidores progres los boicoteos de la panda de Monedero y de Iglesias a los políticos que les desagradaban?
José Luis Martín Prieto (La Razón) no limita la culpabilidad del desastre del PSOE a Zapatero, al que los socialistas siguen aplaudiendo en los mítines.
La socialdemocracia española declinó con Felipe González, y continuó descendiendo escalones con Joaquín Almunia (que se alió con los comunistas) y Rodríguez Zapatero que confundió el PSOE con una ONG. Lo único que han logrado los aspirantes es apear a las chicas de la pasarela, más Cibeles que otra cosa. Perdidos en disquisiciones de costurera estos caballeritos de Azcoitia no nos explican cómo entienden la socialdemocracia, como van a gerenciar lo que resta de crisis, que es eso de la España federal que pregonan, y hasta cómo se van a relacionar en Europa con sus correligionarios franceses y alemanes que les observan con preocupada estupefacción.
Santiago González hace sátira sobre los bandazos del PSOE y anuncia en su columna su presentación a secretario general. Entre sus promesas, esta:
Yo comprendo que esto va a dejar en mal lugar al modelo que siempre hemos tenido: la II República. Su llegada no fue el producto de la democracia participativa: no hubo un referéndum para elegir la forma del Estado. Tampoco sus dos presidentes fueron elegidos en democracia directa, sino a través de compromisarios.
González ha cometido un error de documentación, cuando él suele ser tan cuidadoso con ésta. Sostiene que los dos presidentes de la Segunda República fueron elegidos «a través de compromisarios», cuando sólo lo fue Manuel Azaña en 1936, ya que a Niceto Alcalá Zamora le eligieron los diputados de las Cortes en 1931. El mejor escribano echa un borrón.
UN CONDE CATALÁN APELA A FELIPE VI
La próxima proclamación de Felipe VI genera entusiasmo en el sector monárquico cortesano. Dos de ellos, Esperanza Aguirre y Francisco Marhuenda, recuerdan a los socialistas y los comunistas lo que hicieron sus mayores en el debate constitucional de 1978
Aguirre titula su tribuna en ABC ‘La proclamación del rey, un motivo para el júbilo’.
Los constituyentes de 1978, empezando por los comunistas, que estaban liderados por Dolores Ibarruri (no sé si Cayo Lara sabe quién era esta señora) y Santiago Carrillo (del que tampoco sé si es conocido por sus sucesores), aceptaron la monarquía como forma del Estado por varias razones.
La primera, porque comprendieron que había muchos españoles que sentían aprecio y apego por la monarquía, y que echar un órdago a favor de la república era partir, una vez más, a la sociedad española por la mitad, cuando de lo que se trataba entonces era de optar entre dictadura o democracia y no entre república o monarquía.
La segunda razón es que los políticos de entonces comprobaron fehacientemente que el máximo impulsor y garante de los cambios necesarios para llegar a la democracia era Don Juan Carlos.
Y Marhuenda concluye su columna-lamentón en La Razón con lo mismo.
Desde la Transición, la izquierda, incluido el PCE, fue leal a una institución que tiene una legitimidad constitucional e histórica. Fue un apoyo ejemplar del PSOE y el PCE que espero que sus sucesores no olviden.
Un tal conde de Sert escribe en La Vanguardia el típico artículo en el que los catalanistas y los progres como Juan Luis Cebrián le dan lecciones al príncipe Felipe sobre qué debe hacer en su reinado. El aristócrata le dice que vaya a por la España federal.
Si Juan Carlos I trajo la democracia y la salvó del golpe fascista el 23-F, a Felipe VI le concierne vertebrar a España, utilizando todos los poderes que le concede la Constitución y su auctoritas para alcanzar la España federal. Asimismo, la estabilización del país pondría punto final a las reclamaciones territoriales que se vienen sucediendo desde la transición.
Y yo que recuerdo que Jordi Pujol y Miquel Roca dijeron cuando se aprobó la Constitución que ese era el final de las reclamaciones catalanistas.
RAÚL DEL POZO ASEGURA QUE AL NUEVO REY NO SE LE VERÁ EL PITO
Crucemos de acera. Un monárquico que no para de echar pestes de la actual Monarquía por ser tan republicana es Juan Manuel de Prada (ABC), que recomienda al príncipe no el Estado federal, sino la lectura de los consejos escritos en el Siglo de Oro.
Dicen los cortesanos taimados que las baraturas y ramplonerías de la proclamación expresan una voluntad de austeridad; y enseguida nos hemos acordado de aquel pasaje de la PolíticadeDiosygobiernodeCristo (lectura que debería ser obligatoria para príncipes), en donde Quevedo alerta a los reyes de consejeros felones, comparándolos con Judas, quien tanto se escandalizara de que María, la hermana de Lázaro, se hubiese gastado trescientos denarios en comprar una libra de ungüento de nardo para ungir a Jesús, pudiendo dar ese dinero a los pobres. Quevedo advierte que esos bellacos hipócritas serán los mismos que luego traicionarán a sus reyes por la décima parte del dinero que le aconsejan no gastar, como hizo Judas, vendiendo a Cristo por treinta monedas.
Por tratar de contentar a quienes nunca van a estar contentos se anuncia una proclamación mazorral y pedestre.
Pablo Sebastián (Republica.com), que no creo que sea monárquico, acusa al todavía Rey de mentir.
La Familia Real no ha sido ejemplar y de ahí la pérdida de prestigio que revelan las encuestas. Y el Rey no ha sido prudente con sus peligrosas amistades económicas y sus amistades amorosas (si se confirma el último ‘guiño’ del frutero de Corinna, revelado por El Mundo, en el mensaje de abdicación sería lamentable). Y todo ello, además de las presuntas estafas del yerno Urdangarin y de la infanta Cristina
Queremos saber lo que ha pasado y lo que va a ocurrir en los próximos meses porque se están ocultando datos esenciales y no se dice la verdad.
Y la columna de Raúl del Pozo (El Mundo) es una respuesta a la del conde de Sert.
El nuevo Rey moderará, arbitrará, sin meterse en lozadales y sin que se le vea el pito. Cuando los empresarios de Foment, que no saben cómo parar la catástrofe, piden la intervención del nuevo Monarca para una negociación con el Gobierno secesionista de Cataluña, no saben lo que dicen. Si Felipe VI pisa el charco catalán saldrá pringado.
En otro párrafo, don Raúl se une a Pablo Sebastián en su petición de una Monarquía transparente
Esperamos del nuevo Rey menos desfiles, más empaque escandinavo, menos picos con los monarcas medievales de chilaba. Más bicicleta, menos helicóptero.
Esas frases me recuerda la cita de un franquista muy inteligente que, en una disputa con un diplomático británico que propugnaba la restauración de la Monarquía, le espetó que de qué tipo: «¿monarquía de esquí o monarquía de camello?». A ver si Raúl del Pozo sabe quién es el autor.
A ANTONIO GALA LE VENCE SU ODIO A ISABEL LA CATÓLICA
Antonio Gala es muy poco agradecido con las señoras de derechas que compraban sus novelas cursis, pues no para de ciscarse en instituciones y personajes a los que sus lectoras respetan, como la Iglesia católica y la reina Isabel la Católica.
Su conocido odio a la reina castellana que echó a los moros de España le ciega de tal manera que hoy escribe esto en El Mundo:
Isabel, que fue la Católica (título conseguido por dinero y sumisión a Alejandro VI, el papa con más hijos. Y por envidia del Defensor de la fe de Enrique VIII y el de Hija primogénita de Francia)
Don Antonio, el título de Fidei defensor fue concedido por el papa León X a Enrique VIII en 1521, cuando Isabel llevaba muerta desde 1504. ¡Por favor, jubílese de una vez! Porque copia mal la leyenda negra. Luego nos quejamos de las víctimas de la Logse.
La columna ridícula del día la escribe María Jesús Navarro (La Razón). Así habla de una indigestión que sufrió su madre:
Una, que es audaz y aventurera, ha pasado la madrugada del viernes al sábado en Urgencias de un hospital. Todo gracias a la madre de una, más audaz y aventurera si cabe y sobre todo amante de la cocina fina. La mujer se puso hasta las patas de un delicadísimo plato en mal estado y el estómago abdicó, ahora que está tan de moda
Qué finura, qué elegancia… ¡pero qué basta es!