Rahola compadece a Artur Mas, porque se le acumula el trabajo: liberar Cataluña y, encima, refundar su partido
He repasado a toda prisa La Vanguardia de hoy, 30 de julio de 2014, y después he encendido un cigarrillo para disfrutar de una lectura sosegada. El periódico de la familia Godó (el diario español más vendido en el franquismo) y sus colaboradores y columnistas están realizando el desenganche del pujolismo como hicieron el del franquismo, sólo que más deprisa.
No es sólo el largo editorial en que La Vanguardia reprocha a los catalanes, incluso a los no nacionalistas, que identificasen ellos solitos, sin presión de ningún medio de comunicación, a la persona de Pujol con Cataluña, sino, además, los columnistas que aseguran que conocían la obsesión de Pujol por controlar ( o sea, censurar) la prensa o que le echan la culpa de todo a los hijos, como los franquistas más cerriles salvaban a Franco de los errores de sus Gobiernos y se los cargaban a los ministros.
¿A que acabamos leyendo en La Vanguardia dentro de unos meses que eso de la consulta ha sido un invento de rojos y esquerristas?
Las perlas de la doctora Pilar Rahola ya permiten elaborar un collar de varias vueltas, pero este 30 de julio de 2014 nos ofrece una que compite con la Perla Peregrina del tesoro de la Corona española: pobrecito Artur Mas, que se tiene que ver con Mariano Rajoy en estas circunstancias y encima reconstruir el partido fundado por Pujol y al que él pertenece. La ex diputada de ERC empieza reconociendo que había oído rumores de las mordidas de los Pujol, pero que no les prestó mucha atención. Claro, estaba dedicada a otros asuntos más interesantes, divertidos o lucrativos.
(Convergència Democrática) acumulaba mochilas oscuras, cuyas bombas fétidas podían estar activas. Y si bien nadie sabía si la rumorología sobre el sector negocios era una verdad rotunda o una maledicencia política, todo el mundo temía que algunas maldades fueran ciertas. De hecho, algún día tendremos que hacer la autocrítica de tanta sordera colectiva.
Lo que ha pasado no dejará indemne al partido, y difícilmente CDC podrá dirigir el proceso nacional y al mismo tiempo llevar las miserias del pujolismo en la mochila. Pujol se fusionó tanto con Catalunya y con sus derechos que no basta con hacer colada, hay que estrenar sábanas nuevas. Y será Artur Mas quien tendrá que liderar esta refundación del espacio. Es decir, por si no tenía bastante, le ha salido más trabajo al muy honorable.
FOIX REVELA AHORA QUE PUJOL QUERÍA CONTROLAR LA PRENSA
Lluìs Foix confiesa que una de las obsesiones de Pujol era el dominio de la prensa.
No voy a contar aquí el contenido de las centenares de conversaciones que he mantenido con Pujol desde 1974. Su obsesión por controlar la prensa es conocida por muchos de mis colegas.
También añade que las instituciones catalanes no se habrían atrevido a investigar a los Pujol por sí solas.
Quiero señalar que el comunicado de Jordi Pujol no es una acción voluntaria fruto del arrepentimiento, sino que es consecuencia de verse acorralado por la evidencia que habían hecho aflorar la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), el periodismo de Madrid, la Agencia Tributaria y la policía judicial. Las instituciones catalanas, me temo, no habrían osado señalar con tanta crudeza que el rey iba desnudo.
Y esto lo cuenta alguien que da la impresión de que pasaba por ahí, cuando fue director, director adjunto y subdirector de La Vanguardia. Alguna responsabilidad le tocará en esos silencios, digo yo. Su columna se titula ‘Que salga todo!. ¿Y qué sacaste tú, Lluìs, aparte de este premio?
Joaquín Luna reconoce que él supo de la corrupción de Pujol, pero que tampoco le prestó atención, porque don Jordi estaba salvando a España, a Cataluña, a la democracia y a la raza humana.
No linché a Jordi Pujol en mi columna del domingo y menos lo haré hoy. Es farisaico. Cuando mandaba, y mandaba mucho, tuve la cobardía de comprender unas corrupciones vox pópuli. A cambio, Pujol contribuía al progreso de Cataluña y España (23-F, la OTAN, el euro y sentido de las relaciones internacionales, virtud insólita en una España donde ni el Espíritu Santo habla lenguas y se apostaba por Managua, el Polisario o Castro).
¿Oasis catalán? Un camposanto intelectual. Y sin la gallardía de la autocrítica -no ya de Pujol, sino de un sistema que ha hecho de la nación un modus vivendi- o el aquí dejo mi cargo y me voy a casa.
Al menos este periodista se atreve a proponer como afortunado pronosticador de la crisis catalana a la bestia negra del catalanismo: José María Aznar.
Manda huevos, pero qué razón tenía Aznar: antes se fracturará Cataluña que España.
Francesc-Marc Àlvaro, periodista que ha medrado en el catalanismo, pese a su apellido mesetario, trata de disculpar a Pujol por sus remordimientos al haber postergado a su familia por redimir a todos los catalanes de la opresión.
Como periodista que siguió durante años al expresident y que ha hablado muchas veces con él, puedo imaginarme el laberinto interior en el cual debe encontrarse un hombre que en 1979 reivindicaba la moral menestral «del esfuerzo y la responsabilidad»,
Este es un mensaje que tocaba la fibra sensible de las capas populares de Catalunya, pero que quizás no fue lo bastante entendido entre algunos de los más próximos a Pujol, especialmente su primogénito, Jordi Pujol Ferrusola, imputado ahora por un presunto delito de blanqueo de capitales y otro contra la Hacienda pública.
Más allá de las peripecias del primogénito, el drama actual también podría explicarse, según muchos conocedores de la familia Pujol Ferrusola, por la mala conciencia del patriarca, por no haber podido dedicarse a la familia en el pasado, cuando los chicos eran pequeños, y por el papel de Marta Ferrusola, que -según un viejo prócer convergente- «presiona para que el padre comprenda y tolere las actividades de los hijos». Ahora, la teoría psicoanalítica ha quedado superada por el vértigo de la historia en directo.
Bueno, si Jordi Pujol fuese juzgado alguna vez, sus abogados ya tienen un testigo para defenderle.
PARA CAROL, LOS DELITOS DE PUJOL SON UN «GRAVE ERROR»
Màrius Carol sigue llamando error a lo que los códigos y las leyes llaman delito.
El grave error cometido al no declarar el dinero que supuestamente su padre había dejado a la familia en Andorra, en 1980, ha acabado de forma abrupta con una vida dedicada enteramente a la política.
Joan Tapia, otro aguerrido director de La Vanguardia, salva la cara a Pujol en ElConfidencial.com, lo que hay que admitirle que tiene narices. ¡Por fin un director de La Vanguardia agradecido al gran benefactor dle periódico!
Queda por hacer un balance de la figura de Jordi Pujol. Hoy es el malo de la película pero -errores y simpatías aparte- creo que su impronta en la política catalana (y en la española) ha tenido -mientras gobernó- elementos positivos. El principal, contribuir a la gobernabilidad de España con los últimos gobiernos de Felipe González, con el primer Gobierno Aznar y en mayo del 2010, cuando al PP le interesaba más el desastre de Zapatero que le preocupaba el rescate de España. Claro que CiU (Pujol ya no cortaba el bacalao en el 2010) buscó siempre contrapartidas pero eso es lo que hacen todos los partidos bisagra en toda la Europa democrática. Y que CDC sea un partido bisagra y nacionalista a la vez no es culpa de nadie. Es la realidad de la España real.
Alguien dice que lo de Pujol descalifica a la clase dirigente catalana que le apoyó. Bueno, en la misma medida que el caso Bárcenas a la española.
Vamos a ver, Joan, ¿dónde está Luis Bárcenas? En la cárcel y con sus cuentas embargadas. ¿Dónde está Pujol? Libre y con la pasta en Suiza. Sigue habiendo hechos diferenciales.
GISTAU SE HACE LA PREGUNTA Y SEBASTIÁN LA CONTESTA
Dejemos la prensa y los periodistas catalanes en su oasis de subvenciones, bombos y sonrisas, y vengamos a la prensa de Madrid, que por muchos defectos que tiene sigue estando a años-luz en calidad y en (cierta) independencia.
David Gistau (ABC) se hace una pregunta propia de todo lector avezado de Conan Doyle y Chesterton: por qué ahora.
Si de verdad todo se sabía y durante tres décadas hubo impunidad para Pujol, la última pregunta que me hago hoy es la más incómoda. ¿Por qué ahora sí? Es decir, aun asumiendo la independencia judicial, y más con un juez como Ruz que la tiene demostrada, ¿por qué a Pujol no le sucedió nada cuando era un personaje vertebral de la Transición con prestigio de estadista clave, y en cambio le sucede todo ahora que en la vejez se ha propuesto demoler la Constitución? ¿A esto se referían los que avisaron a Mas de que, tarde o temprano, el Estado cae con todo su peso encima de los que lo desafían? Conste que no me extraña que lo investiguen ahora, sino que no lo hicieran antes, que dispusiera de una patente de corso para robar mientras fuera útil en el cotarro.
Pablo Sebastián (Republica.com) da la contestación: el interés de Mariano Rajoy. El veterano periodista lleva días cubriendo de elogios al gallego, lo que a mí no deja de sorprenderme cuando hasta hace poco Sebastián le organizaba crisis de Gobierno.
Desde luego quien conocía en secreto y desde hace tiempo la gran estafa a Hacienda de Pujol y su familia era el presidente Rajoy que ha modulado los tiempos para cazar a su presa en el peor momento posible para el desafío catalán, cuando ya no les queda tiempo para reaccionar, ni para refundar Convergencia, ni para pasar la página negra de los Pujol. Rajoy el ‘inmovilista’ tenía su as en la manga y lo acaba de lanzar sobre la mesa del desafío independentista donde a todos los jugadores del nacionalismo catalán se les ha quedado cara de estupor. Pero vamos a ver qué hace y qué dice Rajoy, porque está vez tiene que hablar y bien alto, y vamos a ver hasta dónde es capaz Mas de jugar de farol ahora que ya se sabe que en su jugada lleva un jocker con la cara de Pujol.
Menudo 300 aniversario de la Diada les espera a los nacionalistas este año, con su líder y padre del nacionalismo y del proceso soberanista inmerso en su particular e institucional escándalo de corrupción. Y sorprende, en todo ello, la ceguera de la Esquerra, ICV y CUP, los socios de CiU en el desafío independentista, ante las consecuencias políticas judiciales y sociales del escándalo que la oposición nacionalista debería abordar exigiendo a Mas elecciones anticipadas y aplazando ‘ sine die’ su pretendida e ilegal consulta. Se la ha cargado Jordi Pujol antes incluso de que Rajoy les diga formalmente que no.
Sin embargo, Curri Valenzuela (ABC) escribe que el Gobierno está tan sorprendido como los catalanes que soñaban con Marta Ferrusola como los españoles que soñaban con Nadiuska.
La Agencia Tributaria quiere saber ahora si esa historia de la herencia se corresponde con los documentos firmados por Jordi Pujol y enviados como una regularización de capitales no declarados hasta ahora. Puesto que el envío se ha efectuado telemáticamente, en el departamento de Cristóbal Montoro no se pudo comenzar a analizar hasta ayer. Su contenido se espera conocer hoy o mañana.
Que cada lector haga caso de quien le ofrezca más fiabilidad.
RIGALT Y DEL POZO, PESIMISTAS SOBRE EL ‘PROCESO’
Otros columnistas no creen que estemos ante el final de la exaltación separatista de CiU.
El primero, Raúl del Pozo (El Mundo), claramente pesimista:
Que uno de los santos padres de la democracia en España y de la construcción nacional catalana haya mostrado su culo de caganer con faja y barretina a su nación y a las naciones contiguas, no puede acabar así. Su confesión para desviar la atención y enredar a la Justicia, sólo puede desaguar -dicen- en el exilio o la ausencia.
Van a degradar al milhombres que se afanaba, afanando, en pasar a la Historia. Pero el destino, esa vieja roca muda, en una hora ha derribado su estatua. Luchó por la libertad, creyó que la rebelión es la única forma de encarar el absurdo y la injusticia. Y quizás, ahora sin pretenderlo, el padre de la patria catalana se ha inmolado por España, aunque pocos creen que esta catarsis vaya a frustrar la estúpida locura del proyecto soberanista. Tal vez lo incendie.
Y Carmen Rigalt (El Mundo), que reconoce haber sido seducida por Pujol. ¡Cómo están las cosas de alteradas para que doña Carmen contraponga a Fraga, franquista, pero honrado, a Pujol, antifranquista pero ladrón!
En un tiempo, Pujol era considerado un hombre de Estado, y tantas veces se dijo que acabó siendo dogma de fe. Aunque a regañadientes, hasta los periodistas más levantiscos lo sostenían. Un día, yo misma dije (y lo que es peor: ¡convencida!) que llevaba el Estado en la cabeza. Seguramente me había dejado impresionar por la fuerza de su imagen: Pujol era cabezón. Fraga también llevaba el Estado en la cabeza y también era cabezón. Sin embargo, a él no se le conocía debilidad por el dinero, lo que le permitió llegar al final sacando conciencia en vez de pecho. Del Honorable, en cambio, no se podrá decir lo mismo. Pujol no pasará a la Historia, y si me apuran, ni siquiera a la Wikipedia. Es triste vivir tantos años ejerciendo de faro moral de Cataluña para acabar así, empotrado en la caricatura de un mezquino contador de billetes.
Al final de la columna, que lleva un título cruel, ‘Muerto en vida’, da su opinión sobre el proceso.
Muchos especulan sobre la suerte del proceso soberanista, ahora que las desgracias se abaten sobre CDC y los políticos caen como moscas. Seamos sinceros. Políticos como Pujol no hacen falta en Cataluña. El proceso avanza solo.
CHISTES DE FRANCO, SÍ; CHISTES DE PUJOL, NO
Y para acabar por hoy con el pujolazo, dos anécdotas.
Francesc de Carreras (El País) sobre el poder de Pujol y la red de chivatos que éste tenía a su servicio:
Hace algo más de una década, un conocido financiero catalán, recientemente fallecido, me espetó en el transcurso de una conversación: «Oye, es que estamos peor que en la época de Franco». Muy sorprendido le respondí: «¡Venga, no exageres!». Impasible, continuó: «A ver, ¿cuántos chistes sabes sobre Pujol, verdad que ninguno? Antes no parábamos de contar chistes contra Franco». Recordé que era cierto. Y añadió: «¿Y sabes por qué ahora no se cuentan chistes contra Pujol? Porque si lo hiciéramos, él se enteraría enseguida y pasaríamos a figurar en su lista negra. Esta es una sociedad asustada, hay un miedo difuso a la Generalitat, es el inconveniente de tener un poder tan cercano».
Han sido la Audiencia Nacional, la Agencia Tributaria y la UDEF de la policía española, todos ellos poderes externos a la Cataluña autónoma, quienes, tras la denuncia de una novia despechada y la filtración de un empleado de la banca andorrana, han forzado a los falsos patriotas a salir de su cómodo refugio. Las instituciones catalanas de autogobierno nunca han contribuido a poner a los suyos contra las cuerdas, estaban bien controladas. Tenía razón mi amigo financiero: de Pujol ni se podían contar chistes, se hubiera enterado.
Alfonso Ussía (La Razón), sobre el fanatismo y la grosería de Marta Ferrusola.
Ya he narrado la breve conversación que mantuvo con Alfredo Goyeneche Moreno, conde de Guaqui, y vicepresidente del Comité Olímpico Español cuando Barcelona se convirtió en ciudad olímpica. (…) El matrimonio Pujol ofreció al Comite Olímpico Español un almuerzo en el Palacio de San Jaime, sede de la Generalidad de Cataluña. La señora Pujol le habló a Alfredo Goyeneche en catalán. Éste se disculpó: -Lo siento, señora, soy madrileño y donostiarra. Me encantaría hablar catalán, pero no he tenido la suerte ni la oportunidad de aprenderlo-; -entonces, hablaremos en francés- , le dijo la Marta. Guaqui, educadísimo, sin hacer comentario alguno, se incorporó y se ausentó de la comida y de la Generalidad. Y como tenía muy buen gusto y mucho mundo, comió en soledad en el Via Veneto de la calle Ganduxer, divinamente.
Ya era la señora Pujol una independentista faltona, por cuanto su marido era el máximo representante del Rey en Cataluña y toda España se había volcado apoyando a Barcelona como sede de los Juegos Olímpicos de 1992. Y ya se susurraban rumores y chismes acerca de las andanzas de los niños, los nenes, que visitaban más de la cuenta a los empresarios catalanes que precisaban de favores especiales del Gobierno catalán. O de especiales concesiones. O de decisiones particulares.
¡Qué pena que esto no se contase en el ABC dirigido por Anson que dio a Pujol la distinción de Español del Año!
José García Domínguez (Libertaddigital.com) prosigue publicando unos artículos magníficos sobre el trasfondo del imperio de latrocinio y corrupción de la familia Pujol. Hoy, sobre el odio que ésta le tenía a Josep Tarradellas cuyo crimen fue el siguiente:
Osó referirse al pujolismo tildándolo de «dictadura blanca». Era la guerra. La del viejo Tarradellas, por entonces única voz capaz de levantarse frente al poder omnímodo de Pujol, debía ser acallada cuanto antes. Perentoria misión, la de esparcir escoria sobre su figura, que le sería encargada a Josep Benet, el historiador aficionado y candidato a la Presidencia de la Generalitat que los comunistas enfrentaran contra el propio Pujol en las primeras elecciones autonómicas.
GUNDÍN: «DURAN, VUELVE, POR FAVOR, A SALVAR ESPAÑA»
La columna insulsa del día la firma José Antonio Gundín (La Razón), que reivindica a Josep Antoni Duran Lleida, el noi del Palace, como alternativa españolista a Mas.
Ha llegado su hora y está en sus manos ponerse al frente de una nueva formación que recoja a los náúfragos del pujolismo, que son los nacionalistas moderados y pragmáticos. (…) Un personaje como él, que goza de buena imagen en toda España y que posee talento para navegar en la tormenta, es el más adeucado para reconducir el despropósito que ha roto Cataluña y la enfrenta al resto de los españoles.
Gundín se ha olvidado de los insultos de Duran a España y de la implicación de su partido, Unió Democràtica, en casos de corrupción. La marca Catalunya.
Muchas veces hemos concedido el premio que hoy recibe Gundín a Leila Guerriero (El País). Con un poco de retraso, eso sí, recuerda la indignación de sus compatriotas argentonos cuando los futbolistas alemanes les llamaron gauchos y la compara con los modos de los argentinos con los brasileños.
Supuse que, en su momento, seguramente los brasileños se habrían enfurecido con aquel canto de hinchadas argentinas -«Brasil, decime qué se siente / tener en casa a tu papá»-, celebradísimo en mi país, en el que ningún argentino pareció ver señas de soberbia, sino gran ejemplo de humor popular.Supuse también que los brasileños nos habrían acusado de ser -de seguir siendo- un país que se cree superior a todos los de nuestro continente, un país que mira lo que está alrededor -Paraguay, Bolivia, Brasil, Perú- como si estuviera un poco más abajo. Supuse también que, siguiendo el razonamiento de culpar a los hijos por lo que hicieron sus padres, nos habrían acusado de cosas tremendas a nosotros, hijos de una dictadura feroz que se comió a unos cuantos y, en ocasiones, no dejó ni los huesos. Pero no encontré mucho.
Si es verdad -si lo que nos ofendió fue que nos llamaran gauchos-, no son los alemanes los que están en problemas