Curri Valenzuela señala a Lucía Figar como candidata del PP a la alcaldía de Madrid
Al recorrer este 29 de octubre de 2014 el peristilo (diccionario, amigo lector) de la prensa me siento como si estuviese viendo una de esas películas en que los patricios romanos o los plantadores de algodón del Sur o las esposas de los oficiales del ejército británico corren para salvar sus vidas cuando se les dice que se acercan los bárbaros, los esclavos negros o los cipayos. ¡Qué aroma a fin de época y a pánico!
Los columnistas atizan al PP y, sobre todo, a Mariano Rajoy por su inacción, porque está poniendo en riesgo el actual sistema político.
En su columna ‘Mariano pide perdón’, Raúl del Pozo (El Mundo) reconoce que las instituciones funcionan, que hay políticos corruptos condenados y encarcelados, pero exhorta a Rajoy a actuar, so pena de hundir no sólo al PP sino a todo el régimen.
La familia de ladrones que se apoderó de la Italia de los años 90 nunca logró el pastón de la familia Pujol, y el Banco del Vaticano al lado del expolio de Caja Madrid es una gatada cardenalicia. Ya se sabe: la corrupción es antigua y eterna. Nació en las obras de las pirámides y siguió en la Atenas de Pericles el incorruptible.
Esperamos que Rajoy salga del fuerte donde se había recluido y reconozca lo que haya hecho mal. A pesar del apareamiento de los poderes, esto es una democracia, aún funciona el Poder Judicial, la Fiscalía, las Fuerzas de Seguridad y la libertad de prensa. Aún se está a tiempo de evitar que esto se derrumbe y sigamos el camino de la gandalla mexicana o del gansterismo ruso. Si no toma medidas valientes, el PP se puede descomponer. No es que puede hundirse en sus dos plazas fuertes, Madrid y Valencia, o sufrir una catastrófica derrota electoral. Sino que se puede llevar por delante al sistema.
Pablo Sebastián (Republica.com) señala los fallos de la estrategia del PSOE de atacar al PP por la corrupción.
Pedro Sánchez intenta endosar al PP el título de ‘campeón de la corrupción nacional’, ante la escalada reciente de los escándalos del PP (Blesa, Rato, Acebes, Granados, etc…), obviando los casos del PSOE con los ERE y de los cursos de formación en Andalucía y de varios alcaldes de Madrid y Cataluña.
Desde el PSOE se está jugando muy fuerte a esa estrategia que incluye la petición de un debate monográfico sobre corrupción en el Parlamento, lo que sería democráticamente correcto. Pero en el que, sin lugar a dudas, saldrán muy mal parados los dos PP y PSOE, y por supuesto CiU. Y a no perder de vista la UGT y CC.OO., capítulos sindicales donde el PSOE e IU están afectados.
El discurso que utiliza Sánchez, por boca de su portavoz Luena, consiste en decir que ‘en el PSOE de Pedro Sánchez no hay corrupción’, lo que ha provocado malestar entre la ‘vieja guardia’ del partido y la indignación de Susana Díaz que tiene pendientes del Tribunal Supremo a Griñán y Chaves, amén de muchos altos cargos de la Junta de Andalucía, hoy imputados.
El caso es que la corrupción ha entrado de lleno en el debate político y en la lucha descarnada entre el PSOE y el PP, con el discurso de ‘y tu más’, lo que sin duda beneficia a terceros como Podemos y amplifica la indignación nacional, mientras por otra parte esté en juego la estabilidad institucional del país, la crisis del bipartidismo y el desafío catalán
LOSANTOS: RAJOY «ESTÁ MATANDO AL PP Y A ESPAÑA»
La mesurada Victoria Prego, cantora de la Transición, asegura en El Mundo que la hora del Juicio está a punto de sonar y Podemos, el nuevo Aníbal, se encuentra ‘ad portas’.
estamos ante un fenómeno desconocido hasta ahora en nuestro país: que gentes políticamente sensatas y moderadas se planteen votar a una formación como Podemos sin querer plantearse ni por lo más remoto las consecuencias políticas que tendría que ese partido naciente tuviera una posición determinante en el panorama nacional. Y no miran más allá porque no quieren. Sólo quieren gritar, con la considerable violencia que pueden ejercer con su voto en una urna, que hasta aquí hemos llegado y que este juego de la estafa sistemática, y perpetrada delante de las narices de una población hasta ahora mansa, se ha terminado.
La situación ahora mismo es crítica porque los movimientos de un pueblo suelen ser lentos, casi parsimoniosos, pero de muy difícil reversión. Y el pueblo español me temo que se ha puesto ya en marcha y que está dando progresiva e inexorablemente la espalda al partido del Gobierno y también al principal partido de la oposición, por más que éste haya decidido bajarse en el último minuto, por un cálculo de oportunidades, del acuerdo con el PP y erigirse en acusador principal. Pero el PSOE tiene un cuadro en Andalucía que no le permite tirar la primera piedra ni siquiera las piedras siguientes.
Sin embargo, Prego echa un salvavidas a la partitocracia.
Para que la población regresara a la actitud constructiva que, a pesar de todo, mantuvo durante tanto tiempo, sería necesaria una catarsis en los partidos de una envergadura y de un alcance tal que levantara todos los velos que cubren su estructura, también la de los sindicatos, de modo que quedara al desnudo su esqueleto y pudiéramos de alguna manera volver a empezar con otros códigos, sin trampas, sin abusos, usando con respeto el dinero público como lo que es, el esfuerzo de todos nosotros. Si no se hace así, esto tendrá un difícil arreglo.
José Oneto (Republica.com) resume el ambiente en una sola frase.
la sombra de Tangentópolis se ha extendido por España, mientras una ola de indignación recorre el país de punta a punta.
Otra frase afortunada es la última que cierra la columna de Ignacio Camacho (ABC):
del malestar popular ha surgido un proyecto que aún no tiene nada que hacerse perdonar y está creciendo con la propuesta justiciera de un ajuste de cuentas.
Antoni Puigverd (La Vanguardia) habla de soviets en marcha.
El dilema entre regeneración y ruptura se está decantando a marchas forzadas a favor de la ruptura. Los inteligentes soviets de Podemos están trabajado con astucia para convertir su alternativa en un proyecto creíble. Pero el sistema, desmoronándose de podredumbre, les ha regalado el camino.
Federico Jiménez Losantos (El Mundo) va más lejos que Raúl del Pozo y acusa a Rajoy de estar matando a los españoles:
Anoche salió Rajoy a agonizar un poco, o sea, a repetir, tarde y mal, lo que anteayer hizo Esperanza Aguirre: pedir perdón y reconocer lo obvio: que el PP también es un partido corrupto. Pero Aguirre estuvo más sola que la una, sin Cospedal ni Floriano. Y a la vuelta de la esquina de Génova 13 está la sucursal de GDF Suez donde Villanueva repartía convolutos como Brunner para la Siemens allá por 1992. Tanto han robado tantos que esto se acaba. Y lo malo no es que Rajoy agonice de mentira: es que al PP y a España los está matando de verdad
¿Y cuál está siendo la reacción de Rajoy? David Gistau (ABC) la define en el título de una de las dos columnas que publica hoy: ‘Otro plasma’.
En cuanto a Rajoy, volvió a hacer la del plasma. Es decir, salir a regañadientes a decir algo cuando es un clamor que debe hacerlo pero elegir un formato en el que se siente protegido, lejos de los periodistas y de sus preguntas. Si antaño fue una pantalla de televisión, ayer fue el turno de preguntas de una sesión de control en el Senado que aprovechó para hacer una digresión en la que se dijo tan harto como el resto de los españoles. Luego despejó preventivamente a córner las responsabilidades propias al atribuir la causa de Granados a la codicia personal de unos colados cuya mala catadura no fue detectada: exactamente lo que dijo de Bárcenas durante su comparecencia también en el Senado.
Si de verdad se siente tan lacerado por la corrupción, que atienda la petición que le cursó Chivite -a la que abuchearon hasta cuando citó a Rousseau, supongo que por sabihonda- y acepte la comparencia parlamentaria monográfica que está evitando como si no quisiera salir de los burladeros de plasma.
Igual de enfadado con Rajoy que Gistau está Ussía, que encima añade que el juez Pablo Ruz, tan estricto con Francisco Granados, es, en cambio, laxo con los Pujol.
Se me antoja que lo de pedir perdón se ha convertido en un «tic» en el que nadie cree. No se regenera la política española pidiendo perdón. Se regenera y se volverá a creer en ella cuando, sin importar quién y dónde delinquió, sea catalán, andaluz, vasco o madrileño, la Justicia actúe con igual celeridad y competencia y recaude a los corruptos con similar severidad sin hacer caso de recomendaciones políticas. Creo que más claro no se puede decir. Granados, por presunto corrupto, ha sido detenido. Pujol, como corrupto confeso, vive en su casa de Barcelona con toda la pandilla. Y en Andalucía… ¡Ay, Andalucía!
RIGALT CUENTA EL PRIMER CONSEJO DE RATO EN BANKIA
Pero hoy las bofetadas no las recibe sólo Rajoy. Javier Somalo (Libertaddigital.com) contesta a Edurne Uriarte, que ayer en ABC señaló al periódico digital de Losantos como uno de los perceptores de dinero negro del PP. No sólo recuerda cómo la politóloga ganó su cátedra, sino que insinúa su relación con algún que otro político.
Las cátedras exprés no deben de dar para distinguir términos en la ciencia jurídica, o quizá es que habla por boca de El País -que puede ser-, aunque cobre por teclear para el ABC. ¿Edurne Uriarte hablando de las relaciones entre políticos y periodistas? Me pondré a pensar en comunicadores, tertulianos o columnistas que se relacionan con políticos y que viven intelectualmente de los famosos argumentarios Génova-Moncloa-Louis Vuitton.
En cuanto a los «tupidos velos», supongo que no habrá leído Libertad Digital. Quizá la siempre aconsejable lectura previa a la escritura sea demasiado pedir. Hay quien hace recensiones de libros sin quitarles el envoltorio. Tampoco verá muchas tertulias porque el nombre de Libertad Digital corre por todas y, salvo excepciones, en formato insidioso. Quizá es que le parece poco. Sin embargo, lo importante para Edurne Uriarte, su verdadera tesis, es que como sigamos hablando de corrupción llegará Pablo Iglesias al poder. Acabáramos, Edurne. Otra vez pacto estilo omertá. Eso sí que es autodestrucción, pero moral.
A juzgar por los nervios parece que se avecinan malos tiempos para muchos. A nosotros nos cogerán ya muy acostumbrados.
Otra tunda le cae a Erredoble (Rodrigo Rato) propinada por Carmen Rigalt en El Mundo. El título es de película de espías: ‘La camarera rusa’.
Erre doble era un tipo con fama de sólido. Había estado en el FMI y allí, pocas bromas. Por narices se le tenían que dar bien las cuentas. Algunos maliciosos, sin embargo, habían hecho circular la especie de que volvía por dinero. Que mal pensada es la gente.
El primer Consejo fue de traca. Erre doble convocó a los directores generales por email diciéndoles que acudieran con un ordenador portátil, sin móvil ni folios. (…) Erre doble dejó una impronta imborrable en la memoria de todos, que desde entonces lo recuerdan como un tipo prepotente y déspota que se ponía morado de té blanco. En el fondo despreciaba a aquella panda de directivos que habían llegado hasta allí no se sabe cómo. O sí se sabe: mediante enchufe. Los despreciaba por todo: porque no tenían idea de informática ni hablaban inglés, y el dress code y el pdf les sonaban a chino. Y sobre todo, porque no le llegaban a la suela del zapato. Alguno habría entre ellos que fuera listo, pero a primera vista nadie lo parecía.
Erre doble pensaba que tal vez le envidiaban por la camarera rusa que se había agenciado. Una camarera rusa sólo para él. Maciza, hermosa, y por la que Erre doble seguramente sacó lustre a su perilla, aunque a ella la perilla no le acababa de gustar, pues le proporcionaba un espeso aire de actor porno.
El ABC exige a Rajoy en un editorial que nombre gente nueva y sin sombra de estar implicada en la corrupción, sea por acción o sea por omisión, para Madrid. Curri Valenzuela, que el domingo dio varios nombres para la candidatura a la Alcaldía de Madrid: Ana Pastor, Elvira Rodríguez, Lucía Figar, Cristina Cifuentes y Esperanza Aguirre. Hoy se fija más en uno.
(Ana Pastor y Elvira Rodríguez) dicen tener la sensación de que sus nombres se han incluido en la encuesta de relleno, quizás porque lo que pretende el partido es testar la viabilidad de otra candidata que no sea Esperanza Aguirre. Ellas se inclinan más por la posible designación de Lucía Figar ya que, conocedoras como son ambas de las simpatías y antipatías de Mariano Rajoy, creen que el presidente tiene buena opinión de la consejera de Educación madrileña. Por el contrario, «el último gran escándalo destapado en esta Comunidad supone un nuevo palo en la rueda del camino de Aguirre hacia la alcaldía, por muy avergonzada que esté», remata el topillo, con una advertencia: «Esto no me lo ha dicho nadie; es de sentido común».
En ABC encontramos otro notición, relatado por Antonio Burgos: le dio a la Reina Sofía un Celtas.
Nos acercamos a su mesa y cuál no sería mi sorpresa cuando me dijo, en aquellos tiempos en que en Nueva York aún se podía fumar: -Burgos, ¿tienes un cigarrito? -Es negro y sin filtro, Señora: Celtas Selectos, que es lo que fumo. Si Vuestra Majestad se atreve… Se atrevió. ¡Vamos que si se atrevió! La jefa de mi Casa Civil es testigo de cómo Doña Sofía se fumó un Celtas. Seguramente sería el primero que se fumaba en toda su vida. Y a juzgar por la cara de horror que puso en la primera calada, certifico que fue el último, pues alguien le buscó al punto un cigarrillo rubio e inequívocamente americano.
Emocionante, ¿verdad?
TRUEBA, EL ÚLTIMO COLUMNISTA DE EL PAÍS QUE DEFIENDE AL PSOE
David Trueba se gana hoy el premio de la columna ridícula con la que escribe en El País. Mientras Almudena Grandes y Juanjo Millás se preparan para dar el salto a Podemos, él mantiene la fidelidad al PSOE. En una columna sobre la corrupción, Trueba sólo menciona la del PP y en Madrid, y se olvida de la causada por el PSOE… o por los Pujol.
Francisco Granados es un personaje que resume en sí la última década de la política española, esa que arrancó con el episodio de Tamayo y Sáez en las fallidas elecciones a la Comunidad de Madrid en 2003, y que ha sido tan fértil en la prodigiosa comunión entre empresarios, constructores, concejales y contratas. Alguien quizá lo contará todo algún día con la precisión moral de Boardwalk Empire y los espectadores se preguntarán si pudo suceder algo así, a la vista de la gente y entre mayorías absolutas irreprochables.
Para Trueba, imparcial, objetivo y ecuánime como editorial del periódico en el que escribe, no existe la corrupción del PSOE desde 1982, ni Luis Roldán, ni Carmen García Bloise, ni Juan Guerra, ni Rafael Vera, ni los ERE de Andalucía, ni el sindicalista Fernández Villa, ni… David, ¿no tendrás ya Alzheimer?
A Trueba le recomiendo que lea la columna de Iñaki Zaragüeta (La Razón) para recuperar la memoria.
El drama se centra en que el escenario actual no es sino una consecuencia de usos y costumbres de hace 32 años, justo desde 1982, con la llegada al poder del PSOE, con una mayoría parlamentaria de 202 diputados que fue interpretada como una patente para obrar y campar a sus anchas.
Releyendo artículos de 1987 y 1988, ya expresaba mi temor -venía sensibilizado por mi vivencia en México- por la institucionalización de la corrupción en España. Justo el 28 de noviembre de 1988 relataba los paseos caribeños de Felipe y Boyer, por separado, con el venezolano Cisneros, a quien poco después le vendieron Galerías Preciados, expropiada a Rumasa, que hizo lo propio a los pocos meses con un beneficio de miles de millones de pesetas.
La columna miserable, premio que me estoy pensando establecer, es para la ‘doctora’ Pilar Rahola Martínez, que dice a sus lectores de La Vanguardia que la corrupción, la incompetencia y los subsidios son cosa de España, esa cosa que empieza al sur de Ebro, que ellos, los catalanes, tiene la suerte de ser gobernados por un estadista como Artur Mas.
El gran problema de España no es su deficiente sistema democrático, a pesar de la insolvente capacidad de los controles democráticos para hacer lo propio. Tampoco lo es su frágil economía, fundamentalmente basada en una gran masa de población subsidiada, un castigo letal a las clases medias y un sistema especulativo descontrolado. Ni tan sólo la falta de empatía con las naciones que conforman el Estado, su desprecio a las lenguas diversas, sus visos imperiales, su incapacidad para unir desde el respeto al distinto y su vocación de arrasar con el fin de uniformar. No, el gran problema de España es la falta absoluta de estadistas y gentes de altura que sean capaces de ver más allá del tacticismo simplón y tengan un proyecto de Estado solvente.
Sólo en Cataluña alguien como Rahola puede adoctrinar a las masas.