Ussía, en defensa del Rey: "El «Comando Abdicación» sólo repara en lo superfluo. Eso que se ve y puede dejar de verse"
Tal vez la niebla que cubrió el domingo gran parte de las ciudades españolas afectó de forma negativa a buena parte de los columnistas cuyos textos debían publicarse el lunes 13 de enero de 2013. Como siempre, alguna cosa destacable encontramos en los espacios de opinión de los periódicos en papel, casi todo dedicado a la manifestación en apoyo a los presos de ETA y a la postura que han mostrado hacia el grupo terrorista el PSOE, IU y el PNV. En esta jornada son dos las políticas que nos ofrecen artículos de opinión, y son más interesantes de lo que suelen ser los firmados por personas que se dedican a dicha actividad. Una vez más, hacemos sonar nuestra armónica de afilador y arrancamos con nuestro repaso diario.
Comenzamos es esta ocasión en ABC, donde Ignacio Camacho firma El sueño de la razón.
La carta de los presos y el siniestro aquelarre de Durango han enfangado de repente la ruta del llamado proceso final de ETA, sutil terminología puesta en circulación para eludir en concepto de la pazzzzzzz zapateriana.
Añade:
Pero el error principal no es táctico sino estratégico y no viene de ahora sino del principio del dichoso proceso. El error consiste en no entender que el proyecto político de ETA sigue vivo y nunca ha dejado de estarlo aunque la banda no mate.
Concluye:
Hay un voluntarismo general, del que también participa en algún modo el Gobierno, tendente a creer que el final de ETA está más próximo de lo que indica la realidad objetiva. Se trata de una confusión entre el fin del terrorismo y el de ETA. De nuevo y por desgracia tienen razón las casandras pesimistas que insisten en que, de una manera o de otra, la banda pretende sobrevivir a su propia derrota cambiando de piel. Pero no puede haber, ontológicamente, una ETA democrática. El macabro retorno de los brujos de Durango debería haber bastado para despertar de este sueño de la razón bienintencionada.
Esperanza Aguirre.
En el diario madrileño de Vocento encontramos el primero de los artículos firmados por una política. Su autora es Esperanza Aguirre y se titula ETA y la izquierda.
Y como no se ha disuelto, ni ha expresado su arrepentimiento, ni ha entregado los arsenales de armas y explosivos que tienen escondidos, ni ha pedido perdón, lo lógico es aceptar que ETA sigue existiendo. Eso significa que, aunque debilitada, la banda tiene unas armas, unos pistoleros y una estructura capaces de volver a matar.
Añade:
Resulta escandaloso que los partidos de izquierda españoles hayan reaccionado como lo han hecho ante las detenciones de estos más que presuntos miembros de la organización criminal que más daño nos ha causado a los ciudadanos de España en los últimos 38 años. Y siempre habrá que recordar que, aunque el dolor de los que han perdido a sus seres queridos sólo podamos compartirlo en una pequeña parte, las víctimas de ETA somos todos los españoles.
Acto seguido pasa de lo particular, al comentar las críticas de un Alberto Garzón cuyo nombre se niega escribir a la operación antiterrorista de la semana anterior y sus ataques a la Asociación de Vícitmas del Terrorismo, a lo general. A la postura de la izquierda española ante ETA:
Y hablando de escándalos, resultan inadmisibles las declaraciones de un diputado de Izquierda Unida, de cuyo nombre prefiero no acordarme, en las que afirma que estas detenciones «torpedean el proceso de paz» (¿de qué paz hablará este señor?) y están movidas por los «ultras de la AVT». Es una infamia inequívoca llamar «ultras» a esos miles de españoles a los que les han asesinado a sus familiares más cercanos por el solo hecho de ser españoles y que, a pesar de su dolor y de su rabia, jamás han caído en la venganza. ¿No será este señor el auténtico «ultra» del sectarismo y del rencor?
Si a esto se une el apoyo a la marcha a favor de los presos de ETA del pasado sábado por parte de Izquierda Unida de Cataluña y, por supuesto, de los antisistema de la CUP catalana, tenemos un retrato bastante completo de la incalificable posición de una parte nada desdeñable de la izquierda española con relación al terrorismo de ETA.
Concluye:
Si los partidos de izquierda españoles, que han representado y tendrían que seguir representando a un porcentaje importante de los ciudadanos, no toman partido claramente por la Ley y por la defensa de la Nación en un asunto de tanta trascendencia como el terrorismo, creo que los ciudadanos tendrán que pensárselo más de una vez antes de votarles.
Razón no le falta a la ex presidenta de la Comunidad de Madrid.
Pasamos ahora a El Mundo, donde nos topamos con la otra política que publica un artículo opinión esta jornada. Rosa Díez titula su texto con un contundente Tiempos de infamia y de cobardía:
Nunca temí -ni siquiera pensé- que el final de ETA viniera precedido de un tiempo en el que tuviéramos que revivir lo peor de la historia de la lucha para librarnos del yugo de ETA y conquistar la libertad.
Nunca pensé que las alianzas entre «los hijos de las tinieblas» se volverían a reproducir cuando parecía que la democracia había ganado la batalla al totalitarismo.
Nunca temí que partidos políticos poco sospechosos de ser cómplices -por acción u omisión- de los objetivos y los métodos de ETA se aprestaran alborozados a legitimar su historia de terror.
Pero sí; eso que ni temí ni imaginé se ha producido. Las imágenes de la manifestación de este sábado en Bilbao -plagadas de gritos a favor de los terroristas presos y de consignas de los tiempos más acerados del crimen-, no son sino el colofón de otras imágenes previas que hemos ido incorporando sin aparente resistencia.
Más adelante, sostiene:
Como dije, la historia se repite. El PNV siempre moderó su discurso cuando ETA asesinaba cada semana; y lo radicalizó cuando ETA estuvo operativamente débil. Recuerden, como ejemplo de ambos momentos, Ermua y Lizarra. La adaptación del discurso nacionalista no tuvo nunca otro objetivo que disputarse los votos nacionalistas. La gran familia nacionalista, compuesta por abertzales que han organizado la violencia terrorista y por abertzales que la han tolerado, la han comprendido y/o se han beneficiado directamente de ella, se disputa ahora los votos para ver quien se queda con el caserío.
Por eso ahora el PNV (y el Gobierno Vasco, que ha condenado las detenciones de presuntos terroristas) sale al auxilio de los testaferros de ETA y decide convocar una manifestación que unas horas antes ni siquiera apoyaba.
Añade:
Qué decir del Partido Socialista, condenando las detenciones de presuntos terroristas… Qué decir de la débil llamada al orden del la dirección del PSE; qué decir del silencio del PSOE…
Qué decir de la otra izquierda, la llamada Plural, uno de cuyos más destacados diputados ha llamado «ultras» a las víctimas de ETA ante el silencio de la dirección política de su formación…
Según la líder de UPyD:
Sí, vivimos tiempos de canallas y de cobardes. Tiempos de infamia y de desesperanza. Quienes no estamos dispuestos a callar nos hemos convertido en personas molestas, en unos verdaderos incordios. Las «buenas gentes» no quieren que les molestemos recordándoles cada día lo que está pasando; las «buenas gentes» quieren que les dejemos en paz, que no les generemos mala conciencia por su silencio o, incluso, por su comprensión. Las buenas gentes quieren olvidar, quieren pasar página, quieren mirar para otro lado, seguir adelante.
Este afilador de columnas comienza a preocuparse. Por una vez está de acuerdo con lo que escriben dos personas que se dedican a la política. Claro que lo que realmente debería preocupar es que no haya más políticos que se expresen en términos similares a los de Esperanza Aguirre y Rosa Díez. Ojalá en los grandes partidos de izquierdas hubiera líderes que denunciaran las complicidades y los silencios de los suyos frente a los terroristas.
Federico Jiménez Losantos.
Seguimos en el diario de Unidad Editorial, donde Federico Jiménez Losantos escribe que ETA toma el timón.
Entre Zapatero y Rajoy han resucitado a la ETA y ahora el PNV le ha cedido gustosamente la dirección del proceso insurreccional separatista vasco.
Sostiene:
La más peligrosa es la quinta columna, la que trabaja desde dentro, esa izquierda antiespañola que habla de la «política de odio» del Gobierno «a las órdenes de los ultras de la AVT», como hace el Garzón de IU, o que, como el PSE -con el respaldo silente de Rubalcaba-, respalda el renovado Pacto de Estella ETA-PNV y carga contra el Gobierno del PP.
Concluye:
La derecha maricomplejines de Rajoy y la izquierda sectaria de Rubalcaba y Cayo Garzón, que actúa desde hace años como quinta columna de todos los separatismos, incluido el terrorista, son pan comido para una rebelión de chaqueteros de Armani que han encontrado, salida de la cárcel, a alguien capaz de empuñar el timón: la ETA. ¿Que sólo vale para ir por delante, pistola en mano? Cierto. Por eso es ideal para los que sólo valen para ir por detrás: Urkullu, Mas, Junqueras y… Rubalcaba.
Alfonso Merlos.
Terminamos en esta ocasión en el periódico de la ‘disciPPlina’. Alfonso Merlos también escribe sobre ETA, y sobre el PSOE y el PNV. Su columna en La Razón se titula Los hijos del Mal.
Nada ha cambiado. El árbol y las nueces en versión actualizada y revisitada. El alarido del cafre, lleve corbata o no. La delincuencia y aquellos que la amparan y terminan promoviéndola. El nacionalismo aparentemente moderado es lo que en realidad parece: el aliado necesario para que los pistoleros puedan ser devueltos a la vida civil como si nada.
A diferencia de otros, los sonrisa más blanca de los informativos de 13TV, confía en el registrador de la propiedad que creíamos metido a gobernante y los suyos. Comparte, eso sí, con el resto de los columnistas que reseñamos en esta jornada, su crítica al partido del apparátchik que creyó que siendo secretario general se convertiría en un líder socialista, así como al PNV:
El retroceso es formidable. El Partido Popular lo ha denunciado con mayúsculas y con razón. Pero el ejercicio de rasgarse las vestiduras de los socialistas es patético. Porque sin su penoso trabajo (¡ay Eguiguren!) sería imposible entender hoy la conexión, la empatía y el buen rollo que impera en la relación entre los bastardos que siguen impulsando a ETA y los epílogos de Ibarretxe. Dos y no más. Después del numerito y protagonizado por los hijos del Mal en Durango y de la animalada de este fin de la semana sólo cabe decir basta. Ni políticos no jueces ni policías pueden contribuir a la apología de la impunidad. El PNV es hoy, como siempre o más, una piedra en el camino para la consolidación de la democracia . Démosle la patada para que no estorbe.
Parta terminar, un artículo que no tiene nada que ver con los anteriores. Alfonso Ussía escribe sobre los planes del Gobierno para reducir el Ejército a su mínima expresión, aunque arranca hablando del Rey. Titula Pascua y defensa:
El «Comando Abdicación» sólo repara en lo superfluo. Eso que se ve y puede dejar de verse. Una cojera circunstancial, por ejemplo. Un atril mal colocado. Las consecuencias de esa coquetería del Rey de no ajustarse las gafas en público.
Añade:
El día de la Pascua Militar, física y anímicamente, el Rey estaba tocado y herido, pero nada más. Lleva muchas celebraciones a sus espaldas, y tocado y herido, resumió en una corta frase la realidad de los soldados de España: «Sois los primeros en ofrecer y los últimos en recibir». Los conoce bien.
Se lanza a degüello contra el ministro de Defensa y el Ejecutivo presidido por Mariano Rajoy:
En su discurso, previo al del Rey, el ministro de Defensa Pedro Morenés se refirió a los presupuestos y afirmó que si se mantenía el paulatino y brutal recorte en los presupuestos militares, los Ejércitos pasarían a ser bellos e inútiles escaparates. Con todos los respetos. El Gobierno que ha recortado drásticamente los presupuestos de las Fuerzas Armadas, ya escandalosamente mutilados por los anteriores Gobiernos socialistas, es el Gobierno de España al que pertenece el señor ministro de Defensa.
Concluye:
Si hay que irse para que este Gobierno reaccione, la puerta está abierta. Que a este paso, nuestras Fuerzas Armadas terminarán cantando la triste «soleá». «Tengo las manos vacías/ de tanto dar sin tener,/ pero son las manos mías».
La Defensa de España no es un juego.
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