Miquel Roca miente al afirmar que los nacionalistas catalanes condenan el terrorismo
¿Que en Francia su presidente empalma una pareja de hecho con otra? Pues aquí no nos vamos a quedar atrás, que buenos somos los españoles cuando nos ponemos, ahí tienen a Cristóbal Colón y Hernán Cortés. El vuelo accidentado del príncipe de Asturias supera en atención periodística a los líos de Hollande, y encime don Felipe es más alto y guapo que el lelo de François.
¿No ha pensado Rajoy en enviar a Carmen Martínez-Bordiú a París como embajadora? Porque entre ella y Hollande iban a montar en París unas fiestas que ni las de Nerón.
Raúl del Pozo trata de quitarle en El Mundo el sitio de cronista rosa a Carmen Rigalt.
El Príncipe de Asturias iba al Nuevo Mundo, que en otro tiempo los españoles atravesaban con barcas al hombro, y se ha quedado tirado en un aeropuerto de Santo Domingo porque el Airbus destinado a los viajes de la Familia Real ha vuelto a averiarse. Pero, ¿en qué país vivimos? (…) La avería del Airbus de las Fuerzas Armadas coincide con la avería matrimonial de los Príncipes de Asturias. He hablado con, por lo menos, tres altas autoridades del Estado que en los últimos tiempos han sido testigos de broncas entre Don Felipe y Doña Letizia. Una alta dirigente política de Madrid me contó cómo Doña Letizia se burló en público y de forma ruidosa el otro día de la falta de ingenio de su marido cuando éste dijo «Nosotros somos unos mandados» porque el protocolo les hizo esperar.
Y le lanza un aviso a Letizia Ortiz, señora de Borbón:
Sin alianza, sin maquillaje, sin peluca, la Princesa asiste a los conciertos o se pone como un basilisco cuando en la calle hacen fotos a las infantitas. Asturiana, rebelde y ambiciosa, menospreciada por el Rey y las Infantas, se negó, e hizo bien, a continuar la historia masoquista de las reinas de España. Sigue siendo hermosa, es decir, peligrosa, pero debiera saber que su vida privada es una crónica electrónica y que su matrimonio puede tronar por los aires.
Vayamos de lo exquisito a lo vulgar. Alfonso Ussía (La Razón) mezcla el orgullo gay y la compra de un nuevo avión para el príncipe. Sí, ya sé que es difícil hacer semjante encaje, pero don Alfonso lo ha logrado.
Creo que la singularidad de la figura del Príncipe de Asturias merece una atención muy detenida en lo que respecta a su seguridad personal. No sólo por su importancia dinástica, sino por misericordia humana. Así no se trata a nadie. De Madrid a Santo Domingo, de Santo Domingo a Honduras, y vuelta a la capital dominicana con el «Chapuzas Uno» perdiendo más aceite que el que se desparrama en Chueca cuando se celebra la semana del «Orgullo Gay». Hay que intentar por todos los medios posibles y probables que el «Chapuzas Uno» no salte del segundo aviso al tercero, que aquí en España el tercer aviso tiene siempre nefastas connotaciones. La vida de un ser humano nacido y por nacer es sagrada. Pero además, la del Príncipe es fundamental. Hay que comprar otro avión inmediatamente.
Y no cerremos las columnas dedicadas a la Familia Real sin mencionar la ración de letra impresa que recibe la infanta Cristina, hoy a cargo de Arcadi Espada.
El telediario se ha convertido en un formidable consolador social. Naturalmente que hay personas más ricas que otras y personas cuya vida intolerable hace enrojecer al conjunto de la especie. Lo curioso es lo que hacen con estas últimas los chicos de izquierdas que gobiernan algunos telediarios: descartada la revolución, que hace pupa, y desprestigiada la lenta y plúmbea democracia, las consuelan con unos enfáticos e insurgentes minutillos de fama: seguirán sin tener calefacción, pero al menos se habrán quedado calentitas por un rato. Como el share, por cierto, inflamado al más leve contacto con el erotismo de la miseria.
Se deduce, pues, que el telediario es la cúspide de nuestra sociedad y que sus infantes principales tienen unas ciertas obligaciones con la audiencia, lo que se llamaba pueblo. Si durante toda la vida los filmaron entre mieles bien se puede pagar un minutillo de hieles. Ahora bien; que no se invoque para ello la igualdad ante la ley ni cosa parecida.
Bastante mejor esta columna que las últimas que ha escrito Federico Jiménez Losantos sobre el mismo asunto, ¿no les parece?
Jaime y Alejo plantan a Mariano
Los dos periódicos cuyos columnistas más se ocupan de la renuncia de Jaime Mayor Oreja a encabezar la lista del PP al Parlamento Europeo son La Razón y, sobre todo, ABC.
Pilar Ferrer, que como muchas mujeres sigue empeñada en creer que a los lectores les interesan las banalidades de la vida de los políticos, como que les gusta la jardinería o el senderismo, asegura que con él se acaba el aznarismo en el PP.
En su entorno insisten en que seguirá en el PP y no se marchará con Ortega Lara, el hombre a quien liberó, siendo ministro del Interior, del terrible secuestro etarra. Pero todos coinciden en que con Jaime Mayor se cierra una etapa: es el último eslabón del «aznarismo» puro y duro.
Pablo Sebastián (Republica.com) repasa la lista de dirigentes y militantes destacados del PP enfadados con Mariano Rajoy y llega a la siguiente conclusión:
De los dirigentes del PP que refundó Aznar solo está al lado de Rajoy el ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón, hoy muy tocado por su reforma de la Justicia y la ley del aborto. (…) Al fondo de estas divergencias están los modales autocráticos y huidizos de los problemas que exhibe Rajoy. Quien considera que en su prioridad está la recuperación de la economía que le permitirá recomponer la situación en el PP y recuperar el apoyo electoral de este partido, que tendrá en los comicios europeos del próximo mes de mayo su primer gran test electoral.
Ignacio Camacho trata con displicencia innecesaria a quienes están abandonando el PP, salvo a Ortega Lara. ¿Le llamará Moncloa para agradecerle la puya?
El peligro no reside en las deserciones de cuadros dirigentes más o menos amortizados, porque un partido de las dimensiones y la implantación del Popular bien puede sobrevivir a un debate fulanista. Del reciente goteo de bajas sólo hay dos de cierta envergadura dolorosa: la de Jaime Mayor, que es lo bastante leal a su propia trayectoria para contribuir a una fractura, y la lacerante de Ortega Lara, a quien nadie ha debido ofrecer el afectuoso amparo que merecía su prístina condición simbólica de superviviente del holocausto etarra.
Juan Carlos Girauta (ABC) se centra en la lamentable estrategia de comunicación del PP:
está el misterio de la comunicación en Génova 13. Ni guiados por su peor enemigo podrían haber trabajado tanto en contra de sus intereses. Alguien allí creyó que la mejor forma de apagar el fuego de la marcha de Vidal-Quadras en el día de ayer, de lidiar con la esmerada cobertura mediática del escindido, de diluir la sensación entre la opinión pública de que asistíamos a una seria crisis en el partido del Gobierno, era arrojar sobre las llamas la gasolina del mutis por el foro de Mayor Oreja. El mismo día.
Jaime González (ABC):
A estas alturas, Mayor Oreja no está para tapar vías de agua. Y si el presidente tenía antes un problema, ya tiene dos sobre la mesa.
La nota discordante la pone Pilar Rahola Martínez (La Vanguardia) con sus modales de verdulera:
Personalmente cuando los Vidal-Quadras de turno hablan, servidora se hace las uñas, porque unos tipos que piden que el ejército ocupe Catalunya y que el presidente de la Generalitat sea encarcelado no deberían merecer la atención de nadie. Personalmente [segunda vez], me parecen residuos tóxicos.
Artur Mas, una adolescente histérica que se tira por las escaleras
Si en El Mundo Fernando Sánchez Dragó le dijo a Artur Mas que era un cursi y que dejase de «tocarnos los huevos», Salvador Sostres prosigue en el mismo periódico con los palos a la piñata que es el presidente de la Generalitat:
Nuestra actual princesa es más pura, más virginal, y, aunque con el pacto fiscal parecía reclamar dinero, lo que en el fondo quería y quiere es un caballero que le dé apellido y que la haga sentir mujer.
lo que en verdad queremos es mirarnos en el espejo de España y que nos diga que somos la más guapa. Lo que Mas necesita es que Rajoy le abrace y le susurre al oído las bellas palabras de los amantes.
Mas es una adolescente de casa buena a la que el chico que le gusta le está dando calabazas. Su consulta es su anorexia y su bulimia, su intento a la desesperada de que su príncipe le haga caso. Por eso insiste tanto en verse con Rajoy en secreto y en privado.
Pero Isabel Garcia (sic) Pagan (La Vanguardia) es de la opinión de que el dinero es muy importante para los catalanes.
El PP fía el combate contra la desafección catalana a una apuesta financiera de riesgo. Se circunscribe el auge del independentismo a los efectos de la crisis y se concluye que el dinero no da la felicidad pero puede ayudar.
Miquel Roca, abogado de la infanta se indigna en La Vanguardia porque se asocie el catalanismo al terrorismo.
Asociar catalanismo, nacionalismo o soberanismo catalán a terorrismo es mucho peor que una ofensa: es, simplemente, una muestra de incultura. Es poner de manifiesto que se desconoce el país; quizás se vive en él, pero no se sabe nada de su historia ni de sus características.
Hay que recordar a este ponente de la Constitución Española que un pueblo catalán tiene una calle dedicada a un terrorista: Jaume Fernández Vendrell.
Los Roca y las Rahola son quienes exigen que se les trate con respeto, pese a sus mentiras y sus insultos.
La izquierda batasunizada de Madrid
Hermann Tertsch (ABC) advierte de la batasunización de la izquierda madrileña, impulsada no por el PCE, sino por el PSOE.
El anuncio ayer de que, ante las trabajas judiciales, la Comunidad de Madrid renuncia definitivamente a privatizar la gestión de seis hospitales es uno muy serio. Un nuevo éxito de esa izquierda antidemocrática, disfrazada con mil camisetas de mil mareas. Y además una claudicación. Si era necesario, eficaz y lógico y funciona bien en otros sitios, la renuncia no es otra cosa. Había mucha contestación en Madrid al proyecto. Pero políticamente gana impulso la batasunización de la izquierda madrileña. Esa depravación antidemocrática tiene mucho que ver con Tomás Gómez, que encaja en una emergente subcultura extremista sin escrúpulos con la violencia. Nadie espere que la izquierda parlamentaria condene esos usos o frente la deriva extremista. La considera útil y necesaria.
Y por fin una Tercera de ABC que se puede leer con agrado. La dedica Juan Manuel de Prada al Greco, que se homenajea en Toledo.
El Greco es, en esencia, un pintor medieval que se rebela contra los oropeles y alharacas paganas del Renacimiento, contra esa espléndida pompa del humanismo que escondía entre los repliegues del vestido la peste bubónica de la Reforma y que, a la postre, iba a envenenar el arte -siempre con la coartada de la imitación de los maestros- con la hipertrofia de la cáscara y el vaciamiento del fondo y la sustancia. En medio de un arte complaciente y palaciego, panzón y sedentario, que encuentra en la cúpula su forma predilecta, El Greco opone su arte hambriento de Dios, codicioso de Dios, arte magro, espigado y bárbaramente gótico para los voluptuosos espíritus renacentistas, arte ascensional que mira siempre al cielo, como una delgada torre vigía que perfora con ojos absortos la alta noche.
El amooooor que todo lo puede
Rosa Montero (El País) aporta el grano sentimental progre. ‘Del amor’ se titula su columna, de modo que el lector o lectora está avisado. Así empieza:
Llevo días resistiendo la tentación de escribir sobre los líos de Hollande porque me parecía que era rendirse al morbo más cotilla y a los bajos instintos. Pero, claro, es que hasta los medios serios lo sacan en portada.
¡Qué perífrasis tan rebuscada para decir que dado que El País ya lo saca en portada, ella considera que tiene permiso para dedicarse al cotilleo! Y concluye con el garrafón de almíbar progresista:
creo que hay otra razón para nuestro interés, algo de lo que no se habla porque nos parece cursi y pueril mencionarlo, y es la importancia que le damos al amor, al espejismo del amor, a la droga del amor, a ese fuego que nos arde en las entrañas, a la punzante nostalgia por tenerlo, si ahora mismo no lo gozamos. Sí: aunque parezca mentira, el efímero y tembloroso ensueño del amor también influye en el mundo.
Y suena Elvis Presley (me gusta Elvis, ¿pasa algo, hippies?) cantando con su voz de negro I can’t help falling in love with you.
El viaje por el túnel del tiempo nos lleva a la columna del jurado de Miss España Luis María Anson, que nos avisa, como ya hizo en 1980 o por ahí, de que vienen los rojos.
Si los votos que arañe Vox impiden la mayoría absoluta del PP, la alternativa en estos momentos, según las encuestas, no es el PSOE sino un Frente Popular ampliado en el que dominaría el Partido Comunista enmascarado en IU, junto a ERC y el BNG.
¿Pero qué más puede hacer ERC que no esté haciendo con Mas? Luis María, de los últimos rojos de verdad nos libró Franco, al que tú tendrías que estarle agradecido por haber restaurado la Corona, que todavía no te ha hecho conde, pese a tus servicios.