Aizpeolea califica en El País a la ETA que ha matado a casi mil españoles de "espantajo"
La destitución de Pedrojota como director de El Mundo es el tema de las mejores columnas del día, ninguna de las cuales se apunta a la explicación de la debacle financiera del periódico, sino a conspiraciones y venganzas.
ABC y La Razón no mencionan el cese de Pedrojota ni siquiera en secciones tontas de ésas de En alza y En baja. ABC, por ejemplo, dedica tres páginas a color en promocionar la película que entregará el domingo, en vez de dar noticias. El País da una información en dos columnas firmada con iniciales y atribuye la destitución a las pérdidas del grupo editorial. Consejo que os doy, Marhuenda y Rubido: no conviene tratar a los lectores como a bobos.
Raúl del Pozo (El Mundo) nos desvela lo que le dijo Pedrojota… seguramente sabiendo éste que el bueno de Raúl lo largaría a los cuatro vientos:
Me dijo anteayer Pedro J. Ramírez con el pie en el estribo: «Los problemas que hemos tenido no han sido nunca por mentir, sino por decir la verdad». La odiosidad gigantesca que rodea al diario es lógica, cuando ha descubierto asuntos que afectaban al Rey, a los presidentes del Gobierno, al partido de la derecha, al de la socialdemocracia, al jefe de la madera o al de los espías, a los hijos del nacionalismo o al padre de Neymar. Esta bitácora del Foro abrazó su época y publicó siempre lo que estaba oculto y alguien quería que no se supiese.
Marcello, el perro de Pablo Sebastián (Republica.com) muerde desde el primer párrafo. En él hay una bofetada a la plantilla de El Mundo:
No tiene pies ni cabeza que Pedro J. diga, en su emotivo adiós a la Redacción del diario El Mundo, que el periódico no cambiará su línea informativa y editorial bajo la dirección de Casimiro García-Abadillo y que a la vez señale al Rey y a Rajoy como inductores de su cese en la dirección del diario que a él le gustaría continuar dirigiendo toda su vida, como declaró. Si eso ha sido así, ¿por qué no se van todos con Pedro J. a la cabeza?
A continuación, n reproche a Pedrojota por su indemnización:
en el entorno del exdirector de El Mundo hemos podido escuchar un comentario parecido a lo de ‘no hay mal que por bien no venga’. Sobre todo si el periódico no tenía salvación económica y Pedro J. se salva ahora de la quiebra, se lleva una buena indemnización y además se convierte en héroe y víctima de los mas altos poderes de la política y puede que de otros sectores del poder financiero y empresarial.
Y concluye con un aviso de venganza por parte del derrocado:
Las piezas del puzzle planteado no encajan con facilidad y existen huecos y notables contradicciones difíciles de explicar porque su permanencia en el diario donde lo han maltratado es imposible de explicar. A no ser que esté pensando en volver al frente del diario a la primera oportunidad
Pedrojota ha cortado las cabezas que le podía sobrepasar
Hermann Tertsch (ABC) es autor de una de las columnas mejor escritas que he leído sobre el cese de Pedrojota. ‘The One Man Show’ es su título:
Los elogios a Pedrojota:
Ahora entremos en el caso del relevo del director del diario «El Mundo». Que no es el relevo de un director. Ni mucho menos. Fue el fundador, ha sido el alma y el motor único del diario y, no por casualidad, ha mantenido siempre lejos a todo perfil que pudiera remotamente hacerle sombra.
El anuncio del regreso:
Si Pedrojota Ramírez hubiera sido sustituible como director, cualquier empresa razonable lo habría echado hace muchos años. En este intento de mantener el periódico vivo se verá hasta qué punto el personaje era el producto. Habrá libros y programas y hasta «pedrojotaramirólogos» que darán infinitas satisfacciones al ego inabarcable del protagonista del culebrón. Que por supuesto volverá. Ya veremos con qué, como qué y por dónde.
Los defectos del periodista:
Sería tan ridículo como mezquino negarle su extraordinario talento, su brillante obsesión por la profesión, su inmensa laboriosidad, su considerable cultura. Como sería iluso pensar que alguna vez ha tenido algún escrúpulo que le fuera obstáculo en sus fines. Ni otra moral que no fuera siempre armónica con la obtención en cada momento y situación de su beneficio personal. Es preocupante para todos su última gesta, de momento, que es irse tras haber impuesto una convicción general de que su abismal fracaso empresarial nada tiene que ver con su caída. Y que esta es únicamente una heroica inmolación del héroe con sus convicciones intactas, frente a la ofensiva de los poderosos dragones del maléfico sistema. Ni lo uno ni lo otro.
El final, que es un aviso para la profesión:
Y pese a ello, hay que reconocer que inquieta tanta gente celebrando que una voz sea acallada.
Fernando González Urbaneja también se apunta a la versión de la conspiración
Es evidente que por delante y por detrás del despido del director de El Mundo hay intereses políticos y varias venganzas. Del Rey abajo, pasando por Rajoy y Rubalcaba, son muchos los que hoy festejan lo ocurrido. Y eso es un dato que hay que retener porque no es solo Pedro J. la víctima de una conspiración que lleva mucho tiempo fraguándose y que ha tenido diversos muñidores con distintas versiones.
Ahora se abre una nueva etapa, más confortable para el poder político (y algunos otros). La ausencia de ministros en la última entrega de premios El Mundo se pone ahora en valor. Pero también aflora que entre periódicos y poderes políticos las concupiscencias se pagan, porque los intereses de ambos son contradictorios.
Y el jurado de Miss España, Luis María Anson (ElImparcial.es), que también sabe lo suyo de conspiraciones, se convierte en el profeta de Pedrojota, que anuncia su retorno, cual rey Arturo.
Desde las sombras, un personaje singular en estrecha colaboración con un destacado miembro del Gobierno ha urdido la operación que ha concluido con la destitución de Pedrojota Ramírez de la dirección del diario El Mundo.
Anson llega a recomendar a Ramírez para la Academia de la Historia:
Pedrojota Ramírez ha escrito, además, un libro excepcional: El primer desafío, que le debe llevar a la Real Academia de la Historia. Es un asombro de sagacidad, de documentación, de rigor histórico.
Y por último la advertencia:
Se equivocan los políticos que han extendido el certificado de defunción de Pedrojota Ramírez. No conocen al personaje. Es un periodista de raza. Le acompaña la edad y en cuanto le sea posible pondrá en marcha un periódico para dar continuidad a la información contrastada y al ejercicio del contrapoder: elogiar al poder cuando el poder acierta; criticar al poder cuando el poder se equivoca; denunciar al poder cuando el poder abusa.
A ver si Antonio Gala dedica uno de sus billetes a alabar a quien le colocó excelentemente retribuido en El Mundo. ¡Qué menos!
Enric Juliana (La Vanguardia) nos dice que va a hablar sobre la destitución de Pedrojota y dos tercios de su columna son sobre el Milanesado, el ducado de Milán controlado por España entre el siglo XVI y 1714, metáfora del poder italiano en la España actual. ¡Qué pedante es! Y luego, la montaña parió un ratón:
La propiedad italiana decidió ayer el relevo del director del diario El Mundo (…). Están cambiando las relaciones de fuerza en Mdrid, Tiempo de ajustes y reajustes en una España descentrada y agitada. (…) Todo cambia.
Enric, muchacho, que no puedes escribir estas melonadas, que la gente espera otras cosas más inteligentes o se va a los digitales.
La prensa rosa, contra Letizia
Federico Jiménez Losantos (El Mundo) está sumido en conspiraciones. Ayer, la del Rey, el PP y el PSOE contra Pedrojota y hoy la de la Casa Real contra el príncipe Felipe y su esposa. Atribuye el origen de la campaña contra los príncipes a un artículo de Luis María Anson, quien fue director suyo en ABC por muchos años.
Nada puede la BRIPAC contra la prensa rosa que desde hace un año dispara portadas contra Letizia. Esta semana es Diez Minutos, que la ve «más fría y distante que nunca», pero empezó el ¡Hola! con Letizia la princesa de los contrastes y un retrato claroscuro bipolarizado que era una invitación a salir corriendo de la sombra de la Bella Ortiz. El parteaguas fue el artículo de Anson diciendo que «la sociedad española no aceptaría a Letizia como Reina de España» (¿por qué?) y desde entonces el lío es morrocotudo. Yo no negaré los «altibajos» del Príncipe, pero recuerdo que del que los critica no conocemos los altos. Los bajos, demasiado.
Después de las columnas consagradas a Pedrojota y la campaña contra los príncipes de Asturias la verdad es que el resto son más sosas que el café con leche de soja desnatada. Ignacio Ruiz Quintano y David Gistau (ABC) escriben sobre toros. José María Marco (La Razón) expone su deseo de que el PP de Madrid, ya que el PSOE está ausente, encuentre un proyecto renovador que sitúe a la provincia convertida en comunidad aútonoma «a la altura del reto» de una economía más productiva, etc, etc, etc. Alfonso Merlos (La Razón) trata la corrupción de la UGT y el PSOE andaluces. Juan José Millás (El País) se nos hace de la escuela austriaca, ya que ha descubierto que los Estados y la banca imprimen billetes sin respaldo real. ¿Acabará reivindicando el patrón-oro?
A Rajoy le preocupa el centro
Curri Valenzuela escribe sobre la convención del PP en Valladolid. A su topillo le aseguran algunos ministros que no les preocupa Aznar, sino el centro, ese que el PP lleva buscando desde hace décadas.
Ni Vox ni la ausencia del presidente de honor, José María Aznar, de la convención quitan el sueño a la cúpula del PP, según les ha escuchado el topillo, «porque piensan que el número de que existe a su derecha es insignificante (…). Y en cuanto a Aznar, aunque querido por las bases, pertenece ya al pasado». Lo que sí les preocupa, y mucho, es que (…) el partido del Gobierno ha comenzado a perder apoyos por el centro (…). «El aborto nos ha hecho un roto», confiesa alguien importante del Ejecutivo.
Da la impresión de que el topillo se ha ido a ver a Arriola o a su señora.
Y Carlos Herrera (ABC) no descubre a una joven promesa del PSOE, un tal Pedro Sánchez, diputado, el «elemento sorpresa» en las primarias socialistas. Puede ser. ¿Quién conocía a Rodríguez Zapatero fuera de León antes de que ganara la secretaría general del PSOE?
Aizpeolea: decir que Bildu es ETA es «una falacia»
Y la mención de la columna miserable del día se la adjudico a Luis R. Aizpeolea (El País), que está empeñado en que ETA no existe, y si existeriera sería buena, mientras que los malos son quienes la combatieron… para que dejase de existir. Ya el título casi me corta el desayuno: ‘Contra ETA vivíamos mejor’.
¿Qué es lo que no ha cambiado? Una parte de la derecha política y mediática, que sigue diciendo que «ETA está más viva que nunca» porque la izquierda abertzale está en las instituciones y «los presos etarras no cumplen íntegramente sus penas». ¿Quién encabeza esa corriente en clave política? Aznar y Mayor Oreja, que viven de la nostalgia del pasado, del «contra ETA vivíamos mejor». Ambos han comprobado que con el final de ETA pierden un elemento cohesionador, del que ahora está tan necesitado el centro derecha, y movilizador social de primera magnitud que capitalizaron electoralmente. Y se resisten a reconocer ese final, aferrándose al espantajo de ETA con falacias como que «Bildu es ETA».
Una de las frases más repugnantes e idiotas de la Transición era la que pronunciaban algunos ministros y opinadores tras un atentado: «son los últimos coletazos». Aizpeolea la resucita.
El terrorismo etarra, en la etapa de Aznar, ya se encontraba a la desesperada y, tras la ruptura de la tregua de 1998-1999, entró en una dinámica de asesinato a los vascos no nacionalistas que propició una enorme movilización social e inédita contra ETA.
Vaya, no parecía ETA tan «desesperada» cuando asesinaba concejales vascos del PP y del PSOE y niñas… ni se lo parecía a su periódico. Entonces, algunos periodistas de El País y la SER en el País Vasco pedían protección a Jaime Mayor Oreja. Aizpeolea recoge el insulto de los peneuvistas de que el movimiento de Aznar contra ETA tenía razones políticas, no morales ni de justicia:
La torpeza política del lehendakari nacionalista Ibarretxe, que pactó con el brazo político de ETA, en aquellas circunstancias, permitió al presidente Aznar encabezar una ofensiva nacional contra el nacionalismo vasco en su conjunto que, en clave electoral, le resultó muy rentable para conseguir la mayoría absoluta en 2000.