Un antiguo inquilino: "La casa no tiene lámparas, las bombillas cuelgan del techo"
¡Vaya temporada llevan las figuras más mediáticas de la extrema izquierda! A Pablo Iglesias se le han recordado los elogios que prodigó a Zapatero en su tesis doctoral y La Razón publica un reportaje sobre el interior de la residencia de estudiantes que Jorge Verstrynge y sus esposa tienen en un barrio de categoría en Madrid y con la que pueden ingresar 24.000 euros mensuales, según el periódico. No hay como asomar la cabeza para que te la apedreen.
¿Será todo una campaña del CNI, cuyo superior político es la vicepresidenta Soraya Sánez de Santamaría, para evitar que cuajen alternativas políticas al bipartidismo PP-PSOE?
He aquí las quejas que publica La Razón.
Su esposa es quien regenta la residencia «La Luna», situada en la calle Aralar y compuesta de tres propiedades rodeadas de árboles, con solárium, un jardín donde pasar los ratos libres, sala de televisión, sala de estar, conexión wifi de 100 megas y servicio de limpieza y lavandería. Así se publicita en su página web. Pero no es oro todo lo que reluce. Antiguos inquilinos del centro difieren mucho, no sólo de las características, sino también del trato recibido por su esposa [Mercedes Revuelta] a la que tachan de «mal educada y estafadora».
El comportamiento de la mujer de Verstrynge
«El día de la visita te sonríe, te atiende como si fueras el primer y único cliente que ha tenido, te enseña la residencia saludando a todos y cada uno de los individuos que se cruzan en su camino, con un tono familiar y amable», asegura una estudiante que residió en la vivienda. Pero una vez firmado el contrato se acabaron las buenas palabras. Y lo que es peor, las comodidades.
Casi sin muebles
«Decir que esta casa esta amueblada es ser demasiado generoso. La casa no tiene lámparas, las bombillas cuelgan del techo. A la cocina le falta prácticamente cualquier utensilio, trapos, escurridor, manteles… y el frigorífico, con más de 30 años de antigüedad se rompió durante la estancia», afirma un antiguo inquilino de la casa que se encuentra en el Paseo Marqués de Zafra. Por no hablar de la calefacción, que ponen con bastante poca frecuencia.
Clasismo
Sobre Mercedes Revuelta los comentarios no son mucho mejores. «Es una persona con la que es desagradable hablar, y que pasa olímpicamente de su trabajo, acostumbra a tratar a la gente como si fuese inferior a ella. Tuvimos que presionarla durante semanas para conseguir las cosas que se había comprometido a arreglar, como las cortinas, o la falta de sillones», reitera.