La decisión de la juez Mercedes Alaya de imponer a Magdalena Álvarez una fianza civil de 29.568.129 euros ha puesto de rebote al Gobierno español en una difícil tesitura. La de tragar con tal de no desestabilizar un puesto muy valioso en la UE, según cuenta Ana Isabel Martín en El Semanal Digital –Un «megapréstamo» se esconde tras la benevolencia de Rajoy con Álvarez-.
La continuidad de la exministra en el Banco Europeo de Inversiones -es una de sus ocho vicepresidentes desde julio de 2010- es perjudicial para la marca España. No en vano, sobre la también exconsejera de Economía de la Junta andaluza cae la sospecha de ser la ideóloga del procedimiento de subvenciones que degeneró en los famosos EREs.
Pero, por contra, a Economía no le interesa que Álvarez abandone ahora el BEI (en teoría su mandato es hasta mediados de 2016) precipitadamente y sin tener un relevo claro. Porque se especula incluso con que, llegado el momento, si a Luis de Guindos no le sale bien la jugada de la Presidencia del Eurogrupo, la Vicepresidencia del BEI que le corresponde a España no sería mal plan B si quiere seguir adelante con su idea de abandonar el Ministerio.
Economía podría presionar al BEI buscando la destitución de Álvarez, el cargo español más relevante en la UE junto con Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea.
Sin embargo, en lugar de eso ha optado por no hacer sangre con la fianza de «Maleni» y limitarse a respetar la decisión del Banco. Que, por ahora, es mantenerla en su puesto apelando a la presunción de inocencia. Por lo pronto, hasta que la Audiencia Provincial de Sevilla resuelva el 23 de abril el recurso de apelación que ésta presentó contra su imputación.
De hecho este mismo jueves hubo en Luxemburgo una reunión de la cúpula del BEI para abordar la financiación de varios proyectos y no se decidió nada en otra dirección.
