OPINIÓN / Afilando columnas

Elorza (El País) se envuelve en la tricolor: «El ideal republicano mantiene su vigencia»

Esperanza Aguirre, contundente: "Este PSOE constituye un problema para España"

Sánchez-Dragó: "Esperanza Aguirre es una maja, una chulapa, una manola, una heroína de zarzuela"

El día en el que se cumplen 74 años desde la proclamación de la II República, encontramos una reina casi absoluta en los espacios de opinión de la prensa de papel. Más que una reina, hay quien la considera una sultana, puesto que el Susanato no es muy diferente en algunas cosas a un sultanato. O no lo era hasta ahora. Pero puestos a hablar de republicanismos, encontramos a quien aprovecha la ocasión para envolverse en la tricolor. Esperanza Aguirre, por su parte, también tiene su dosis de protagonismo en esta jornada, tanto como articulista como protagonista de un texto ajeno.

De todo ello dejaremos constancia de hacer sonar una vez más nuestra armónica de afilador. Con el sonido de siempre, claro, no con el himno de Riego.

Arrancamos en El País, donde nos econtramos con Antonio Elorza, que titula Ante el 14 de abril. Con la excusa de analizar las características del republicanismo en España comenta el libro de Pilar Urbano que tanto ha dado que hablar desde la muerte de Suárez.

En los momentos más duros, conversaciones Suárez-Juan Carlos, y en otros, faltan pruebas fehacientes y la autora debiera proporcionarlas, so pena de incurrir en difamación, como sugiere Suárez hijo. No basta con «Suárez me dijo».

A pesar de lo anterior, le parece que la versión de Urbano es creíble y termina comentando la actuación del Rey y, de paso, lanzando una proclama a favor del fin de la monarquía:

El constitucionalismo del Rey ante TVE y los capitanes generales fue claro; su actuación precedente, cuestionable, como Rey que quiso indebidamente reinar, en medio del «ruido de sables».

El ideal republicano mantiene su vigencia.

El problema es, al menos para este humilde lector de columnas, qué se entiende por ‘ideal republicano’. Si es la forma de la jefatura de Estado, muchos podemos compartirlo, pero muchos de los que se envuelven en la tricolor tienen en mente algo muy diferente, con una agenda política mucho más amplia y en muchos casos bastante alejada del respeto a la libertad.

Pero dejemos de lado ahora los asuntos republicanos y monárquicos. De la mano de Esperanza Aguirre, en ABC, entramos en materia ‘susanadiazóloga’. De hecho, la presidenta del PP madrileño va más allá de comentar la actuación de Susana Díaz y escribe de paso sobre el conjunto de, partido de la andaluza. Titula El PSOE y los ‘okupas’. Arranca fuerte:

La presidenta de la Junta de Andalucía, en el asunto de los «okupas» de la llamada «corrala Utopía» de Sevilla, está mostrando, una vez más, la indefinición ideológica del partido socialista.

Repasa la actuación de Díaz en este asunto y concluye:

Son demasiados vaivenes. La línea política de un partido no la puede marcar el oportunismo de cada momento. Por eso creo que el PSOE es un problema para España. Porque debería ser una alternativa de gobierno sensata y fiable para España y, ahora, por el contrario, es un elemento de inestabilidad porque resulta imposible saber qué es lo que defiende en los asuntos esenciales que tenemos planteados los españoles. Por eso podemos afirmar que este PSOE constituye un problema para España. Y me duele decirlo de una manera tan tajante.

Ignacio Camacho también comenta en el diario madrileño de Vocento la situación de la política de dilatada trayectoria académica (ya sabemos que dedicó bastantes más años de los habituales a terminar la carrera de Derecho). Titula La torre de la cautiva.

Susana ha perdido el pulso que ella misma planteó y el tiempo corre en su contra; le están comiendo la merienda en su propia casa. Además ha dejado entrever otra flaqueza: no está aún en condiciones de romper el acuerdo y convocar elecciones porque no goza de ventaja suficiente en las encuestas. Por eso no ha podido ir hasta el final del duelo. Pero los socios no van a aflojar, y menos cuando ya saben el alcance de sus fuerzas. Lo han celebrado con alharaca de victoria, crecidos y exultantes. Díaz ha medido mal y su Presidencia es ahora la Torre de la Cautiva, donde mora como rehén aunque quiera ejercer de sultana.

Alfonso Ussía va más allá en La Razón y analiza las consecuencias de lo ocurrido para Susana Díaz a más largo plazo. Titula La Moncloa.

Susana Díaz no se está jugando, con sus dudas, vaivenes y complacencias, el Gobierno andaluz. No se está jugando las próximas elecciones, porque sus votos han crecido -precisamente- por su nula sintonía con la chiflada caribeña y el jefe del tinglado estalinista. Si Susana Díaz no corta con contundencia el escándalo y el pacto con Izquierda Unida, se está jugando su futuro en La Moncloa, que es el porvenir que sueña.

Después retrata la sede del Gobierno de España en términos muy sombríos. Aunque no habla del famoso ‘síndrome de La Moncloa’ repasa cómo evolucionó la personalidad de todos los jefes del Ejecutivo de la democracia desde que llegaron al poder y, por tanto, se instalaron en el conocido palacio. Y lo cierto es que no resulta agradable. Concluye:

Es la manera de advertirle [a Susana Díaz] que, en el caso de que sea masoquista y sueñe con ser un día la presidenta del Gobierno de España y por ende, inquilina mayor de La Moncloa, no puede plantearse su poder en Andalucía al lado de quienes odian el sistema, la Constitución, la libertad y la democracia. De hacerlo, Susana Díaz renunciará voluntariamente a vivir entre autopistas, en el caserón de los fantasmas, allí donde los gamos, los venados y los jabalíes han sido sustituidos por fantasmas, melancolías y pelotas.

Porque con éstos, se quedará en San Telmo, que no está nada mal, aunque se mueva por sus salones el fantasma de Antonio de Montpensier.

Algo le dice al afilador de columnas que, por mucho que se empeñe Alfonso Ussía, Susana Díaz no se va a conformar con quedarse en San Telmo. Nos tememos que espera tratar de pegar el salto hacia La Moncloa en mucho menos tiempo del que necesitó para terminar la carrera de Derecho.

Seguimos en el diario de Marhuenda, donde nos encontramos con un César Vidal que escribe sobre el camino Hacia la libertad económica. Comenta el libro de Jonathan Tepper, Código Rojo, prologado por Daniel Lacalle, autor de los magníficos Nosotros, los mercados y Viaje a la libertad económica, obras por las que ha pasado por el estudio de Periodista Digital —Daniel Lacalle: «Rajoy está rodeado de gente que sabe mucho pero que está aterrorizada de decir cosas que molesten» y [VÍDEO ENTREVISTA] Daniel Lacalle: «Rajoy va a eliminar deducciones al impuesto de sociedades y luego volverá a subir el IRPF y el IVA»–.

Es verdad – Lacalle lo explica magníficamente – que millones de ciudadanos sólo aspiran a que el Estado gaste más y más en solucionar sus problemas. No se dan cuenta de que no sólo no suele solventarlos, sino que, además, ese gasto implica subidas de impuestos que destruyen empresas incapaces de enfrentarse a la presión fiscal y envían a millones de personas al paro. Son el sistema capitalista y la libertad económica que éste exige para poder funcionar adecuadamente los que han creado riqueza y prosperidad para más gente. Distanciarse de esa libertad significa encaminarse hacia la miseria.

Más razón no pueden tener Lacalle y Vidal. Ahora sólo falta que se enteren Rajoy y Montoro. Claro que el problema seguramente sea que no quieren hacerlo. Estos socialistas de todos los partidos, que decía el gran F.A. Hayek.

Ahora saltamos a El Mundo, donde nos volvemos a encontrar con Esperanza Aguirre, pero ahora en el papel de protagonista de una columna. Su autor es Fernando Sánchez-Dragó, que titula La revoltosa.

Tras confesar que es amigo de la expresidenta autonómica, se lanza a su defensa.

Aquí con cuatro risas se arreglaba todo hasta que el muermo de la corrección política nos chafó la fiesta. La Espe, en cambio, es más madrileña que el agua del santo, y por eso se lleva de calle a sus paisanos en todas las elecciones. No creo que me retire su amistad si digo que es una maja, una chulapa, una manola, una heroína de zarzuela, «una rubia hija del pueblo de Madrid», la reencarnación de la Revoltosa, ni si la jaleo con el estribillo que le dedicaban a Mari-Pepa en esa joya del género chico: «¡Olé, olé y requeteolé!». Eres, amiga Espe, la sal de Madrid y el salero de sus corralas. Que la Paloma te guarde mientras los mansos apencan y san Isidro duerme la siesta.

Este humilde lector de columnas sospecha que el episodio protagonizado por Aguirre no fue exactamente como lo relatan los agentes de movilidad, pero considera que la defensa de Sánchez-Dragó no es precisamente la más adecuada. Eso del sentido del humor no es el mejor argumento.

Y ponemos punto y final con Salvador Sostres, que comenta el modo de actuar de los independentistas catalanes bajo el título de Una estrategia lamentable. El artículo concluye:

El catalanismo político no podrá quejarse de España, que ha asistido al llamado proceso contemplándolo en la distancia. No ha habido insultos ni amenazas. No ha habido tanques ni represalias. La estrategia de Mas ha sido lamentable. En Europa ha hecho el ridículo con sus patéticas cartas, y en casa los votos se le han escapado.

Quedan algunas tardes de reivindicación callejera y algunas tensiones que pueden llegar a ser desagradables, e incluso trágicas. Pero la derrota va a ser el único resultado final, como siempre que Cataluña ha intentado desafiar a España.

Vemos que Sostres sigue pensando que la estraga marianista de no hacer nada frente al independentismo es lo más eficaz.

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Autor

Antonio Chinchetru

Licenciado en Periodismo y tiene la acreditación de suficiencia investigadora (actual DEA) en Sociología y Opinión Pública

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