Prada asocia a Putin con las ideas de Solzhenitsynde restaurar Rusia
Si yo fuese la esposa, el cuñado, la hermana o la madre de Juan Luis Cebrián, le diría: «Janli, ya vale, cálmate, querido». Porque las dos últimas tribunas que ha publicado en el periódico que dirige por medio de testaferros son empalagosas loas a sí mismo.
Juan Luis Cebrián lo tiene casi todo en la vida: se ha hecho multimillonario (gracias a los accionistas de Prisa), es académico, ha anulado a los Polanco en la empresa, sigue mandando en el periódico como cuando era su primer director, dirige el periódico más mimado por el PP, ha escrito el perfil de Felipe González en el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia…
Pero no está satisfecho, quiere más: quiere ser reconocido como un gran novelista y quiere que todos los españoles le admiremos por su importancia en la política y la cultura de los últimos 40 años.
Hace unas semanas, participó en la campaña contra el ladrillo de Pilar Urbano con ¡dos páginas! en El País en las que contaba sus intimidades con Suárez y que escuchaba música y leía de madrugada al regresar de la redacción. Ahora el muerto que le sirve de escabel es Gabriel García Márquez.
En su tribuna del 21 de abril, Cebrián presenta a García Márquez y Suárez para quedar a comer, Cebrián es el comensal que los une, Cebrián explica (y disculpa) el amor de García Márquez a los tiranos de izquierdas… Incluso aprovecha para darle un pescozón a su detestado José María Aznar.
Un día me llamó por teléfono y me pidió que le presentara a Adolfo Suárez, ya retirado de la vida pública. «Felipe me dice que es un personaje interesante». «¿Quieres también conocer a Aznar? -le pregunté-, al fin y al cabo es el actual presidente del Gobierno». «De ninguna manera -se apresuró a responder-, no me interesa. Ya me lo ofreció Clinton, después de que cenáramos en Martha’s Vineyard. Y me negué: ¿Sabes cómo le dije? I don’t like him. Para que lo tuviera claro».
Nótese la manera de llamar inculto a Suárez, al que no le interesaba la literatura, sino la política.
Quedamos con Adolfo a almorzar y él llegó al restaurante antes que nosotros. Cuando hice las presentaciones en medio de las disculpas por el retraso, le comenté: «Aquí tienes al autor de ‘Cien años de Soledad’, el Quijote del siglo XX». «Te equivocas -me interrumpió el Nobel-, ese es el libro que va a aparecer dentro de unos meses». Hablaba de ‘El amor en los tiempos del cólera’. Con Suárez establecimos un rito según el cual a cada visita de García Márquez a Madrid, comeríamos juntos los tres. Lo cumplimos reiteradas veces. Hablábamos solo de política, pues el expresidente no parecía interesado en ninguna otra cosa, y hablar de política es siempre hablar del poder: la ambición por conquistarlo, la manera de ejercerlo, el fracaso de perderlo.
Y por último la explicación sobre el fervor izquierdista de García Márquez.
hoy no puedo dejar de pensar, evocando la imagen de la campiña nicaragüense y las nubes de polvo levantadas por el cortejo oficial de los rebeldes, que a la postre era sobre todo la fascinación literaria del poder lo que justificaba las relaciones de Gabo con quienes lo ejercían. Como redivivos emperadores de la antigua Roma.
¿Trató Cebrián a Rubén Darío?
Al principio de su artículo, Cebrián llama sólo Rubén al poeta Rubén Darío, como si lo hubiera conocido. ¿Pero cómo se puede ser tan creído, tan pedante, tan bobo solemne? Sólo aparece hoy otro ejercicio de vanidad equiparable: la tribuna de José Luis Rodríguez Zapatero en El Mundo justificando la retirada de las tropas españolas de Irak.
Janli, te has ganado que tu tribuna merezca el premio de la columna ridícula del día.
Un periodista que trabajó con Cebrián, José Luis Martín Prieto (La Razón), también escribe sobre el escritor colombiano y, también, con el mismo enfoque: su pasión por los poderosos, cuantos más despóticos mejor.
Felipe González tomó posesión de La Moncloa y al día siguiente acudí a felicitarle y desearle suerte porque me marchaba a América. En un sofá ya estaba repantingado Gabriel García Márquez, que debía ser el primer visitante. Gabo coleccionaba pesonajes políticos aunque luego no escribiera sobre ellos, y nuna renegó del castrismo.
Y concluye con un elogio.
Es bizantino si fue escritor o periodista: es el mejor periodista de todos los tiempos.
La partitocracia y el duopolio rajoyano, contra el debate
La encuesta de este 20 de abril de 2014 publicada por El Mundo y que muestra el desplome de los dos grandes partidos abona en varios columnistas la esperanza de una ruptura del bipartidismo.
Pablo Sebastián (Republica.com) apunta que de los nuevos partidos sólo Ciudadanos podría ganar un escaño.
pase lo que pase, las encuestas anuncian que esta vez van a perder los dos, PP y PSOE, en menoscabo del bipartidismo y en el beneficio de IU y UPyD que sacarán rédito del desgaste en la crisis económica y los escándalos de corrupción de los grandes, y aprovecharán la circunscripción única de los comicios europeos para sortear los duros escollos a los que se enfrentan las minorías durante las elecciones generales por la injusta Ley D´Hont.
De los nuevos partidos en estas elecciones solo Ciudadanos da la impresión que podría obtener un buen resultado y lograr al menos un sillón en el Parlamento Europeo, mientras que Vox, Podemos y otras formaciones de reciente creación no llegarían a la Cámara de Estrasburgo, mientras los nacionalistas de derecha e izquierda quedarían mas o menos como estaban.
José Oneto (Republica.com) da más datos:
Un sesenta por ciento de abstención y otro sesenta por ciento de votos repartidos entre los dos grandes partidos sería la puntilla al sistema actual bipartidista.
el bipartidismo registró su récord en toda la historia de la democracia española. PP y PSOE sumaron el 83,81% de los votos, Desde entonces el bipartidismo no ha dejado de bajar hasta el punto que la última encuesta de Metroscopia no llega a ese peligroso sesenta por ciento. La suma de los dos partidos pasaría del 80,9% de 2009 al 56,9%. Ese derrumbe de los dos grandes partidos es consecuencia de la caída de más de 13 puntos del PP y de casi 11 de los socialistas, en comparación con las anteriores europeas. Con respecto a las generales de 2011 la caída del PP sería de 15 puntos y la del PSOE de uno.
Federico Jiménez Losantos (El Mundo) se centra en el silencio que el sistema televisivo impondrá a Vox, Ciudadanos y demás.
La democracia, cuando está secuestrada por la partitocracia, tiene estas paradojas: en las próximas elecciones europeas, PP y PSOE estarán ligeramente por encima del 60%, pero su poder en la escena política española será todavía mayor.
Pero la campaña se decidirá en las teles y las radios. Y doy por hecho el clásico boicot a UPyD en el rajoyano duopolio perfecto A3 y T5, con sus estrambotes rojo y plata -Cuatro y La Sexta-, agravado por el que le caerá encima a Nart y Girauta de Ciudadanos y a Vidal Quadras, de VOX (el mejor candidato para un debate de verdad en televisión o, mejor, una serie de ellos). ¿Pero se imagina alguien que el rajoduopolio perfecto con sus estrambotes de extrema izquierda rica-rica lo compensará el juego limpio en las televisiones públicas? ¿Queda alguien capaz de creer que TVE, TV3 o Canal Sur darán a Vidal Quadras o a Nart la oportunidad de debatir con Valenciano?
CiU y Mas están en caída libre
Félix Madero (ABC) recuerda a una eurodiputada de la que yo tenía memoria.
ahora que hablo de hacer, ¿sabían ustedes que Carmen Romero era hasta ayer eurodiputada? A lo mejor ese es el problema, que no sabemos qué hacen pero sí por qué lo hacen: 7.665,31 euros mensuales más dietas y viajes. Sueldo en bruto, no sean mal pensados.
¡La ex esposa de Felipe González! ¡Que también ha sido diputada por Cádiz! Para esto sirven las cuotas femeninas… o los maridos.
La Razón publica una encuesta de la empresa NC Report sobre el retroceso del sentimiento separatista entre los catalanes. El periodista socialista Toni Bolaño, antiguo perseguidor de periodistas, la comenta.
La estrategia del Gobierno de Mas parece diseñada por su más acérrimo enemigo. Desde 2010 CiU ha perdido la mitad de sus diputados y ha entregado el testigo del mundo nacionalista a una ERC que se limita a esperar la debacle de su socio. La demoscopia no es una ciencia exacta pero marca una tendencia. Y esta tendencia nos dice que Mas y los suyos van en caída libre. Que en estas europeas sufrirán también su «sorpasso» a favor de los republicanos. El primero. El segundo se atisba en las catalanas. No valdrá decir que «da igual quién gane porque tanto si gana CiU como si gana ERC gana el soberanismo». Este argumento palaciego tiene escaso margen de maniobra. Es infantil y esconde a un mal perdedor. El 25 de mayo todo apunta a que se volverán a repartir cartas en el tablero catalán. Y ahora, sería de esperar que no estuvieran marcadas.
ETA, siempre a la vanguardia del nacionalismo vasco
Uno de los espectáculos más sorprendentes de los últimos meses es la conversión de los progres y los rojos de enemigos de Putin, al que calificaban de dictador, xenófobo y homófobo, en admiradores suyos, por salvar a los pobres ucranianos de unos nazis malísimos.
Juan Manuel de Prada (ABC) también aplaude a Putin, pero por ser la esperanza de la restauración de una Rusia cristiana.
aquella Rusia puesta de rodillas, resignada a convertirse en lupanar, vomitorio o chatarrería del Nuevo Orden Mundial, recupera su dignidad con Putin, que hace suyo el proyecto de revivificación de la tradición rusa impulsado por hombres como Solzhenitsyn, que habían sufrido (¡y cómo!) en sus propias carnes el comunismo y que, sin embargo, no consideraban que la alternativa a aquella ideología criminal que había triturado el alma de Rusia fuese el deletéreo liberalismo occidental (que Solzhenitsyn, por cierto, condenó con igual acritud que el comunismo).
Isabel San Sebastián (ABC) insiste en que ETA, con las armas en la mano o en la funda, es la vanguardia del separatismo vasco.
ETA, una escisión sanguinaria del movimiento de base racista fundado por Sabino Arana, siempre ha estado a la vanguardia del separatismo que pretende quebrar cinco siglos de unidad. Con armas o sin ellas, mediante la intimidación, apelando a la «movilización de la calle» o fomentando de cualquier otro modo el desistimiento de una sociedad hastiada, la serpiente ha trazado el camino a seguir enroscándose en el hacha. Ahora, oficialmente «desaparecida» de la circulación, prepara las próximas elecciones autonómicas con un Arnaldo Otegi que para entonces estará recién salido de la cárcel, convertido en Moisés de su «pueblo oprimido». Esa será probablemente su «resurrección» final.
Con motivo del comienzo de la temporada taurina, Esperanza Aguirre (ABC) escribe una tribuna en defensa de ésta. La miga está al final, donde se opone a los antitaurinos.
los aficionados no pretendemos que a todo el mundo le gusten los Toros. Ya sabemos que no a todo el mundo le gustan Matisse o Beethoven. Pero que haya personas a las que no les gustan los Toros o, incluso, que sean antitaurinas, no debe impedirnos a los españoles que cuidemos, mimemos y estemos orgullosos de nuestra Fiesta, que lleva siglos emocionando a algunos de los más grandes artistas y creadores, desde Goya a Orson Welles, con pintores como Darío de Regoyos, Picasso, Solana, Zuloaga, Saura o Botero, y escritores como Ortega, Pérez de Ayala, Marañón, Lorca, Hernández, Cocteau o Vargas Llosa.
¿Dónde está el nuevo modelo de economía?
Como a casi todos los progres, a David Trueba le ha sentado fatal que el nuevo primer ministro francés, Manuel Valls, esté aplicando en su país el ‘austericidio’ y pide que los políticos europeos al menos propongan un nuevo modelo económico.
Los ciudadanos se sienten algo mareados, bamboleados de un extremo a otro de la cubierta de un barco en zozobra. La mayor sorpresa es que casi nadie tenga una receta distinta más allá de discursos tremendistas, nacionalistas o colectivistas. Y en lugar de estudiar, todos andan demasiado ocupados en la próxima campaña electoral. Más temprano que tarde, en lugar de pedirles el voto, sería conveniente que ofrecieran un modelo de economía social donde las personas fueran devueltas al papel protagonista y no al de figuración sin frase como masa movida por órdenes de megáfono.
Trueba puede volver sus ojos a Andalucía, donde la izquierda ha tratado de crear ese «modelo de economía social» con los reusltados que conocemos. Ignacio Camacho (ABC) sigue escribiendo sobre el nuevo fraude de la Junta andaluza descubierto.
Si la derrama de cientos de miles de millones de euros en subvenciones y ayudas durante los últimos treinta años no ha servido para transformar la realidad productiva andaluza es porque gran parte de ese dinero se ha utilizado sobre todo en engrasar una maquinaria de clientelismo legal e ilegal, visible y subterráneo. Sin el consentido fraude a gran escala que ahora empezamos a conocer resulta imposible entender que tan descomunales inversiones en formación para el empleo no hayan producido el mínimo fruto razonable.