Conozco a Rajoy muy superficialmente de una entrevista que le hice cuando ni siquiera era presidente del Gobierno
Llegó el momento. El domingo 4 de mayo de 2014 Antonio Caño tomaba por fin posesión como nuevo director de El País.
En aquel detallado perfil que de Caño hizo Periodista Digital al conocerse su nombramiento, el pasado mes de febrero, se mostraba al sustituto de Javier Moreno como «un aliado de Rajoy, fan de Obama y a muerte con Cebrián», mientras que la redacción de Miguel Yuste le veía como «un buen periodista» -algo de lo que no gozaba el saliente Javier Moreno- «de centro derecha de toda la vida».
Sin embargo, aún no habíamos escuchado al propio Caño hacer ninguna declaración de intenciones. Así que este lunes 5 de mayo de 2014 el ex corresponsal en Washington ha definido algunas líneas maestras de lo que será su mandato en una charla digital con los lectores de El País. Sobre la mesa estaban temas tan peliagudos como el temido viraje hacia la derecha del rotativo, el futuro del muro de pago, la postura de El País ante asuntos tras trascendentales como los que afectan a la Corona española o el futuro de la prensa de papel:
- Posible giro hacia la derecha de El País
No tengo ninguna intención de derechizar ni de izquierdizar este periódico, al que respeto demasiado para someterlo a caprichos o vaivenes ideológicos personales. Eso no cuenta en el orden de prioridades de esta dirección ni es lo que necesita este país.
Confío en que los lectores perciban y entiendan esos valores, porque, desde luego, quienes busquen aquí un periódico activista, militante o sectario, no lo van a encontrar. Tenemos nuestro editoriales y nuestras páginas de opinión precisamente para expresar nuestra línea editorial, que será la misma de siempre. Pero nuestras informaciones intentarán construirse en beneficio de los intereses de los lectores, no de una u otra ideología política.
- Muro de pago y futuro de la prensa de papel
No hemos tomado aún una decisión respecto al cobro de nuestros contenidos digitales. En el mercado existen actualmente diferentemente fórmulas, todas ellas con resultados discutibles. Es cierto que, en lo que tiene que ver con los periódicos de calidad como el nuestro, tiende a imponerse el modelo de pago, pero es algo que aún está bajo consideración.
Con relación a si veremos a El País solo en formato digital, no puedo decirle el momento ni la fórmula, pero es una posibilidad que tenemos que contemplar muy seriamente porque eso es lo que nos indica la tendencia del mercado de los periódicos impresos.
- ¿Hay pacto de no agresión con la Corona?
No tenemos ningún pacto con la Zarzuela en los últimos 30 años ni en los últimos 30 meses ni en los últimos 30 días. No se preocupe que estamos listos para seguir haciendo, como hemos hecho hasta ahora, un exhaustivo seguimiento del caso Noos. Cuando sea noticia.
- El País ante la situación política de países latinoamericanos
El País fue, en su momento, una pieza fundamental para empujar la transición a la democracia en Argentina, Chile y otros países bajo dictaduras militares de corte fascista. Es una actuación de la que estamos orgullosos y que sirvió para identificar nuestra cabecera con los mejores valores democráticos. En la circunstancias actuales, El País debe también contribuir a la transición hacia la democracia en países como Cuba o Venezuela
- Su relación con Mariano Rajoy
Entre la tarea lógica del director de un periódico está la de hablar con el presidente del Gobierno. Dicho eso, lo cierto es que no he hablado aún -ni he acudido a la Moncloa- con el señor Rajoy, a quien, por cierto, conozco muy superficialmente de una entrevista que le hice cuando ni siquiera era aún presidente del Gobierno.
- Sus méritos para que Cebrián le haya nombrado director
Yo llevo 37 años ejerciendo el periodismo, 32 de ellos en El País. He visitado decenas de países, he entrevistado a cientos de personajes, he cubierto guerras, elecciones, conferencias… mil cosas. Siempre hecho el mismo periodismo: contar historias, hacer noticias, elaborar crónicas. He intentado que fuesen objetivas, equilibradas, intelectualmente honradas, que me permitieran dormir tranquilo por la noche pensando en que había hecho lo mejor que era capaz de hacer. Gran parte de esa actividad la he realizado en América Latina y en Estados Unidos, donde he vivido casi 15 años. No sé si todo esto tendrá un valor diferencial, pero ese es quien soy como periodista
