Jorge de Esteban, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense y presidente del Consejo Editorial de El Mundo, atiende a Periodista Digital en el marco de los cursos de verano de la Universidad Complutense, que se celebran en El Escorial con motivo de los 25 años de vida de El Mundo.
Jorge de Esteban niega la mayor cuando se le pregunta si con la salida de Pedrojota como director han podido producirse cambios en la orquesta:
El propio Pedrojota lo ha dicho claramente. El día que él vea que la línea editorial de El Mundo se destaque demasiado de lo que él piensa o de lo que ha sido siempre el ideario de El Mundo pues entonces él abandonará el periódico, lo ha dicho claramente, no lo digo yo.
El presidente del consejo editorial no cree que lo que pueda expresar Pedrojota en sus artículos tenga una influencia más allá de lo intelectual
En estos momentos, la influencia de Pedrojota puede ser intelectual. Es decir, que lo que diga en sus artículos puede influir porque intelectualmente es válido. Desde el punto de vista digamos político o empresarial no creo que pueda influir.
Sobre la desaparición de ciertas secciones que algunos articulistas como Losantos o Ansón tenían durante el fin de semana, prácticamente coinicidiendo con la dirección de Casimiro García-Abadillo, Jorge de Esteban lo achaca a razones económicas:
La desaparición de algunas secciones es por razones económicas. Estos periodistas, (Ansón y Losantos), tenían un salario especial y la situación, ya no de El Mundo, sino de todos los medios es hoy desastrosa y hay recortes en todas partes. Pero no hay que mirarle tres pies al gato. Yo también cobraba como presidente del consejo una cifra y hoy no cobro ni la mitad de lo que cobraba. Todos estos recortes se están sufriendo en la empresa, en la industria y en la universidad.
Referente al reto independentista lanzado por Artur Mas, el presidente del consejo editorial considera que Mariano Rajoy esté dando la respuesta adecuada, aunque cree que la situación viene viciada desde el Ejecutivo salido después de la aprobación de la Constitución:
No se está dando respuesta adecuada, pero el problema no viene de Rajoy, que no lo está haciendo bien en este aspecto. El problema viene desde el primer Gobierno que hubo tras la Constiución, que fue de UCD. A partir de ahí, los gobiernos socialistas, del PP, luego del PSOE, con Zapatero, uno de los grandes culpables, de nuevo el PP. Viene todo de la misma causa, que no se acabó la Constitución. La Constitución, en lo que se refiere a el título octavo lo dejó abierto y dijo que los demás, según vengan, que lo vayan arreglando y eso no puede ser. Es el único caso de una Constitución en donde no se acaba diciendo cuáles son las competencias del Estado, las de las comunidades autónomas y estamos pagando ahora lo que no se decidió en ese momento.
Por otro lado, la locura del entonces candidato a presidente de Gobierno del PSOE que era Rodríguez Zapatero cuando dijo que aceptaría el Estatuto, que además no había necesidad de Estatuto en ese momento porque nadie lo quería en Cataluña. Eso fue una locura porque el Estatuto, desde el principio, era inconstitucional y después no sólo se recortó algo por las Cortes, sino que el propio Tribunal Constitucional le pegó dos o tres tajos, pero nada más. El Estatuto era inconstitucional no solamente por lo que decía, sino porque rompía absolutamente la propia filosofía de la Constitución. Quizá habría que salvar al Gobierno de Calvo Sotelo porque quiso hacer un mapa con las competencias (la Loapa) que le correspondían a las autonomías y las que le correspondían al Estado, pero eso el Tribunal Constitucional no entendió lo que se quería hacer y se echó abajo parte de la Loapa.
Finalmente, sobre qué es más peligroso para la libertad de expresión en España, si los tribunales o el Gobierno-Parlamento, Jorge de Esteban lo tiene bien clarito:
Lo grave de España es que los tribunales y el Gobierno tienen conexiones, eso es lo malo. Todos sabemos que todo el mundo tiene derecho a la privacidad, pero los personajes públicos tienen una privacidad mucho más restringida que el resto de los ciudadanos. La forma de nombrar a los tribunales Supremo y Constitucional no es correcta porque hay una politización total.