OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

Jaime González se burla del «arúspice» Pedrojota por estallarle en la cara el «misil de papel» que él y Bárcenas dispararon contra Rajoy

Carmen Rigalt afirma que el Rey abdicó por la dimisión de Rubalcaba

Carrascal propone dar más espacio en televisión a Pablo Iglesias

Día aburrido este 2 de julio. Pocas plumas destacan en la selva de opinadores. En El País hay una ausencia clamorosa de columnistas en la sección antes llamada España y ahora Política; en cambio, la llorona Leila Guerriero sigue en la última contándonos su vida.

¿Cuál es tu momento feliz?», preguntaba mi padre. «No sé», decía yo.

Bueno, pues alégrense, lectores progres de El País. Doña Leila ya ha encontrado ese momento feliz. Dentro poco revelará a qué huelen las nubes.

Federico Jiménez Losantos está dale que dale a la matraca del juicio a la infanta Cristina; mismo tema que llevó en su columna de el lunes pasado, con la única diferencia de añadir al guiso el condimiento habitual de una pizca de Alberto Ruiz Gallardón.

si la Audiencia de Palma consuma la gallardonada y desimputa de nuevo a la Infanta Cristina, que parece ser el próximo objetivo del Ministerio de la Venda, antes Justicia. El golpe a la Corona sería tan letal que a Gallardón le recibiría con palmas en Podemos Jorge Verstrynge, su predecesor.

Raúl del Pozo nos cuenta, otra vez, las conversaciones que tiene con los candidatos del PSOE y las confidencias que le hacen, en este caso Eduardo Madina.

Hablo con él mientras escribo. Tiene miedo a que lo tachen de izquierdista. Cuando le pregunto que nesecita el PSOE, me dice primero: «Una revolución». Y añade: «Pero no lo digas así, porque la prensa de derechas ya me acusa de rojo guerracivilista».

Pilar Rahola defiende (sorpresa, sorpresa) a Israel: 

Israel no puede hacer nada más de lo que hace. Es decir, intentar sobrevivir.

En estas circunstancias, tengo que destacar a los segundones, y que no se me ofenda nadie.

RUBALCABA NO COME ALIMENTOS, SINO IDEAS

He notado la sonrisa en los labios de Jaime González (ABC) mientras escribía su billete que clava en la espalda de un Pedrojota al que no nombra. Hace un año, Pedrojota comenzó una campaña contra Rajoy, pero hoy Rajoy sigue en La Moncloa; Bárcenas está en prisión; y Ramírez, cesado.

Justo hace un año, regimientos de artillería pesada tomaban posiciones en las inmediaciones del palacio de La Moncloa. Proyectiles de papel apuntaban directamente a la cabeza de Mariano Rajoy, instado por la megafonía mediática a abandonar el poder. El caso Bárcenas traspasaba el umbral del ruido soportable, mientras desde Soto del Real un preso se relamía las heridas con la jactancia de un necio. O de un presuntuoso con ganas de venganza. A un lado, una manta a punto de ser volteada; en las afueras, una misteriosa maleta cargada de metralla en forma de documentos.

Un año después, la manta y la maleta son chatarra bélica, materiales de desecho de una guerra cuyos ecos se apagaron con estrépito a medida que los grandes titulares abandonaron las portadas para convertirse en columnas interiores. O sueltos. O bolitos en franca retirada.

Y el arúspice que se atrevió a aventurar el final de Mariano Rajoy mira a su alrededor para constatar que equivocó su pronóstico: todo lo que creyó que iba a pasar, no ocurrió; y todo lo que jamás pensó que podría suceder, aconteció. Como si la hoja de cálculo que le sirvió para apuntar directamente a la cabeza del presidente del Gobierno se hubiera convertido en un misil de papel que varió su trayectoria.

Hombre, Jaime, entiendo que no te gusten ni Pedrojota ni Bárcenas, pero tampoco hay que pasarse en el aplauso a Rajoy. ¿Es que Carmen Martínez Castro tiene un aplausómetro?

Y Carmen Rigalt (El Mundo), en vez de correr detrás de Madina, Sánchez o como se llame el tercer candidato, vuelve sus ojos a Alfredo Pérez Rubalcaba, que sigue al frente del PSOE, y declara su gran respeto y admiración por él. La ristra de elogios es asombrosa. Sólo falta añadir el de solidario, que abunda tanto en las columnas-lametazo de Luis María Anson y que el cascado maestro de periodistas adjudicó incluso a Iñaki Urdangarín.

uno de los mejores políticos de la democracia española, además de un gran tipo (…), un hombre de inteligencia rápida, cariñoso, brillante, sentimental, dotado de viveza y sentido del humor. Si no fuera así, no estaría dando la cara por él

Un hombre lúcido y divertido, escueto, que no come porque se alimenta de ideas. Ahora el hombre queda para los amigos.

Entre esos amigos, ya suponemos que se encontrarán Carmen Rigalt y su marido, el escribidor socialista Antonio Casado.

Y aquí la bomba.

He conocido pocas embestidas tan terribles como la que ha sufrido Rubalcaba desde que Zapatero lo nombró su vicepresidente. (…) Lo presentaron como el colmo de los males y la gente se lo creyó. Rubalcaba resistió, pero todo tiene un límite. Con su abandono de la política, hasta el Rey se vio arrastrado a la abdicación.

Qué pena que Rigalt no explique qué condujo al Rey a abdicar después de que Rubalcaba anunciase su retirada. Esto sería periodismo; lo demás es gastronomía y amistad.

GISTAU: EL VICIO ESPAÑOL DE ANULARLO TODO CADA CIERTO TIEMPO

El domingo 29 de junio, Jon Juaristi publicó en ABC una columna contra el clamor creciente para retirar a la generación de la Transición. Raúl del Pozo se quejaba de que le llamasen veterano. Y David Gistau (ABC) corre para ayudar a los viejos a cruzar la calle, digo, para apoyar su tesis.

De hecho, esta percepción inspiró las dos conclusiones más amargas de la noche. Primera, que el trabajo intelectual está abocado al fracaso en una sociedad con apetito destructivo que se ha abrazado al regreso de los Gracos y los tribunos de la plebe. Uno de los presentes lo definió bien cuando dijo que, en la España contemporánea, el intelectual que antaño agitaba conversaciones y sentía pertenencia a un ambiente seminal ahora está condenado a sufrir la maldición de Casandra.

La segunda era todavía más inquietante. Aquellas personas se sentían descartadas por un corrimiento generacional acreditado incluso por el Rey en su discurso ante las Cortes y en vías de ejecución en todos los ámbitos de la vida pública en los que se estima necesario incorporar a una juventud que escenifique la ruptura con un pasado que de pronto estorba por fallido.

Ese hábito tan español de anularlo todo cada cierto tiempo para volver a empezar sin más asidero que el narcisismo de los mesiánicos autores de porvenir, con su fórmula magistral.

Ya, ya, David, pero es que parte de la Generación Tapón hizo su fortuna sobre los cadáveres (metáforicos) de sus mayores, desde Adolfo Suárez a Juan Luis Cebrián.

Pablo Sebastián (Republica.com), que creo que ya no cumple los 50 años de edad, se apunta a Podemos y su supuesto efecto renovador.

Al final el efecto Podemos está dinamizando la vida política y la renovación de la izquierda tanto en lo ideológico como también en lo generacional. Y aunque aún queda mucho tiempo para las próximas elecciones todo apunta a que irán a mas, no en vano son unos artistas en su manera de actuar y sobre todo de comunicar.

José María Carrascal tiene una idea para batir a Pablo Iglesias y a Monedero cuya calificación dejo al lector.

si yo estuviera al frente de la comunicación del Gobierno, les abriría la cancha en todos los medios oficiales en vez de dejarlos confinados a cadenas secundarias, para que expusieran su programa, planes, propuestas, y todo el mundo pudiera enterarse de con quién se juega los cuartos y las libertades. Eso sí, con interlocutores capaces de dejar al descubierto su anacronismo, su rusticidad, sus antecedentes, su anquilosamiento. Pues se trata de personajes, no ya del siglo XX, del que toman sólo la indumentaria, sino del XIX, que puede ser su único atractivo, vistos de lejos, desde luego.

El problema es: ¿hay en el PP gentes capaces de ello? Es lo que ha debido inducir a Rajoy a dejar que la pelea se libre en la acera de enfrente.

¿DE QUÉ HA SERVIDO EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA?

Ignacio Camacho (ABC) constata el triunfo del discurso de que vivimos una democracia secuestrada y culpa de ello a la LOGSE socialista

ESTÁ triunfando en España un relato político cuyo argumento principal consiste en la afirmación de que vivimos en una democracia ficticia o, en el mejor de los casos, secuestrada. Lo sostienen los líderes de Podemos y sus adláteres neocomunistas, para quienes el modelo de democracia no secuestrada es el bolivarismo venezolano, y los dirigentes nacionalistas, cuyo proyecto esencial se basa en el designio excluyente de despojar de su nacionalidad a la mitad de sus conciudadanos.

De poco han servido la famosa Educación para la Ciudadanía ni el profuso adoctrinamiento ideológico de la Logse si no han logrado explicar con éxito a las jóvenes generaciones los fundamentos del régimen constitucional y de su pacto por la convivencia.

Fracasada en el conocimiento técnico, en las habilidades matemáticas o lingüísticas, la instrucción pública ha alcanzado su máximo nivel de incompetencia al mostrarse incapaz de preservar del embate de la demagogia el mayor patrimonio inmaterial de una sociedad libre.

Por primera vez, cito una columna de Alfonso Rojo (ABC), cosa que me había abstenido de hacer, lo reconozco, por el qué dirán, aunque también por su contenido internacional. También en Francia triunfa en discurso contra la casta, pero ahí quien se está llevando los votos es Marine Le Pen, a la que detestan los progres que votan a Podemos. Paradojas.

La simple imagen del expresidente de la República sometido a eso que los franceses denominan «garde a vue» me produce malestar. En contra de lo que andan soltando los tertulianos por radios y televisiones, estos «affaires» ni contribuyen a depurar la democracia, ni nos hacen mejores.

Estas cosas nunca acaban bien. Pase lo que pase y salga como salga, lo que queda en el imaginario colectivo es la convicción de que todo está podrido. Y mientras tanto el Frente Nacional de Marine Le Pen sigue creciendo.

LAS BICICLETAS Y LAS BERMUDAS CONQUISTAN LAS CALLES

La vida municipal en Madrid y Barcelona da motivo a sendos columnistas para hacernos reír, lo que les agradezco sinceramente.

Hace un año, Pedrojota estaba en la cruzada contra Rajoy. Ignacio Ruiz Quintano (ABC) se mantiene, impasible, en su cruzada contra el imperio de la bicicleta, que poco a poco va a conquistando las aceras y las calzadas de Madrid, merced a las subvenciones del Ayuntamiento.Narra las tribulaciones de un amigo suyo, al que un pitufo muncipal puso una multa por usar un aparato electrónico, cuando se encontraba fuera de Madrid. Quintano le da un consejo para escapar a la voracidad recaudatoria y las cadenas administrativas del Ayuntamiento.

Amigo Jesús, pásate a la bicicleta: estarás exento de matrícula, de seguro obligatorio, de normas de circulación, y por Serrano el conductismo municipal te tratará como a un millonario chino que ayuda a salvar el planeta porque hace su compra de diamantes por la Milla de Oro en BiciMad.

Me parece que Ana Botella ha perdido un votante, aunque cambien la ley electoral.

Joaquín Luna (La Vanguardia) declara que si él fuese alcalde de Barcelona prohibiría las bermudas.

Si yo fuera elegido alcalde de Barcelona les prometo a ustedes que la primera de mis prohibiciones sería que ningún barcelonés -los turistas que hagan lo que les dé la gana, que para eso pagan- pudiera salir de casa en bernudas. Y al que alegara que «se va más fresco» le aumentaría la sanción por pitorrearse de mi autoridad: ¿acaso viene de dos palmos de tejido más o menos cuando hay 28 grados centígrados y un 85% de humerdad?

Con las bermudas en la ciudad, tolerancia cero. Salvo niños y los que acrediten 25 años de matrimonio.

A ver qué cartas al director llegan a Màrius Carol protestando por la columna de Luna…

Después de las columnas anteriores, comprenderá el amigo lector que conceda el premio a la columna ridícula del día a la de Antonio Burgos (ABC), que es un chiste fracasado, porque es largo, porque llega tarde y porque no tiene gracia. ‘La valla antitrepa’ se titula.

Si hubiéramos colocado a tiempo una buena Valla Antitrepa, el sistema no estaría amenazado por Podemos, porque el Tío de la Coleta no podría haber trepado nada ni en la tele del que debe hasta de callarse ni en la otra tele antimonárquica del señor marqués a la que pasó luego. En los platós hay que colocar vallas antitrpeas para que España no se belenestabanice ni se apaquirrine. Y en los partidos, ni te cuento. De haber puesto una buena Valla Antitrepa a tiempo, la trepa Susana Díaz no sería ahora presidenta de Andalucía ni el trepa de Montero Bonilla su inédita oposición. Y en Ferraz es imprescindible. Aún estamos a tiempo de poner una buena Valla Antitrepa en Ferraz, para que el PSOE no caiga en manos de un trepa con avales. Porque eso de tener que elegir entre un tal Sánchez y un tal Madina no son primarias: eso es una desgracia nacional. Que se habría evitado declarando obligatorias las vallas antitrepas.

Y esto entre la columna de Camacho criticando el fracaso de EpC y la de Gistau defendiendo a los sesentones.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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