Eduardo Inda, adjunto al director en El Mundo, fue uno de los integrantes de la mesa redonda sobre las cloacas del poder en el contexto del curso ‘El Mundo: 25 años de historia’, que se celebra en El Escorial en los cursos de verano de la Universidad Complutense. El periodista, con un amplio bagaje en lo que se refiere a investigaciones periodísticas tanto en Baleares como en Madrid, retrató un panorama informativo realmente desolador en cuanto al control de los medios de comunicación. Aquí van algunos pasajes de su intervención.
«El periodismo está mucho peor que nunca. Un ejemplo lo hemos tenido en el día de hoy. Si ustedes analizan las principales portadas de los diarios de Madrid, verán que solamente uno, curiosamente El Mundo, ha abierto con una información relevante que afecta al partido que está en el poder, una información que afecta a la financiación de ese partido, al manejo de dinero negro y otros diarios, en especial uno que era santo y seña del centro izquierda de este país que ni tan siquiera lo lleva en portada. Otro medio de comunicación, por ejemplo, abre con una noticia de Sarkozy, es decir se hace lo mismo que se hacía hace 40 o 50 años en esa larga y triste noche de la dictadura en la cual, para no informar de lo de dentro porque había miedo ante la posibilidad de que te cayera la mundial, pues se acostumbraba a abrir con noticias del canal de Suez, pero no se hablaba de lo que pasaba aquí»
Y lo relaciona con la salida de Pedrojota Ramírez de la dirección de El Mundo por contar precisamente todos los escándalos que acuciaban al actual Gobierno, con especial énfasis en Bárcenas:
«La epítome de cuanto estaba diciendo es el asesinato civil de Pedrojota, que se produjo hace cinco meses y se intenta insinuar desde medios oficiales u oficiosos y desde algunas instancias del poder que se le había destituido por razones económicas, lo cual hubiera llevado a que se hubiese destituido de una sola tacada a todos los consejeros delegados y a todos los directores de los medios de comunicación de este país porque el 90% de los medios de comunicación de este país tienen números rojos y los que tienen números negros los tienen muy chatos».
«Lo que ha pasado con Pedrojota ha sido un aviso a navegantes. Pedrojota, que seguramente era el mejor periodista de los últimos 25 años, el hombre que acabó con la corrupción felipista, que contó los interrogantes del 11-M, el hombre que ha permitido que contásemos en el periódico asuntos tan relevantes como el ‘caso Urdangarin’ o el ‘caso Bárcenas’, parecía intocable y se lo cargaron. ¿Y eso qué ha sido? Eso ha sido acabar no sólo con un periodista incómodo, con el director más incómodo que ha habido en este país, sino decir a los demás que cuidado, que no vayan por ahí porque si no ya saben qué es lo que les espera»
Asegura que son los directivos de los medios de comunicación los que están abducidos por las cloacas del poder:
«Yo creo que las cloacas del poder acogen a buena parte de los jerarcas, no de los periodistas. Los periodistas son gente respetable y que hace su trabajo magníficamente. A los jerarcas de buena parte de los medios de comunicación que se confunden con esas cloacas del poder, en las cuales están los más poderosos, están algunas instituciones del Estado, están financieros muy conocidos, personas que son intocables a los efectos de la Justicia y yo creo que el panorama es el peor que hemos podido experimentar en los últimos 30 años en España, ni siquiera en la época de oposición al felipismo, de oposición al terrorismo de Estado, al saqueo de los fondos reservados, de espionaje masivo a las comunicaciones por parte del CESID. El nivel de control de los medios de comunicación que hay a día de hoy no lo había habido nunca».
Y añade:
«Hay medios de comunicación, para que os hagáis una idea, en los cuales se pueden hablar de determinadas cosas, pero no de determinadas personas. Es decir, hay umbrales de libertad que, afortunadamente, no es nuestro caso. Esas son órdenes que vienen desde arriba y quienes se las saltan acaban pagándolo muy caro. Me perdonaréis que no dé nombres porque ahí trabajan compañeros nuestros y no es la cuestión».
Pero ve en la revolución digital un vuelco a las pretensiones de los poderes políticos:
«De todas formas, la revolución digital va a permitir que las puertas que está poniendo el poder vayan a quedar tumbadas. La libertad de los medios de comunicación en los próximos años va a depender no sólo de los periodistas, sino también ese universo infinito que es internet y que es incontrolable y que es lo que ha permitido que los dos grandes partidos tradicionales, que se han estado chuleando de los ciudadanos en los últimos años, pues se hayan llevado un varapalo tremendo en las últimas elecciones. Y se lo han llevado porque sigue habiendo medios libres y porque internet es incontrolable».
«El futuro es muy bueno sobre todo porque las nuevas tecnologías permiten una libertad total de cara a expresar las opiniones y a contar lo que los poderosos no quieren que se sepa y sobre todo porque hay una cosa muy clara, que el periodismo no morirá nunca mientras siga habiendo periodistas que busquen la verdad. Y he de decir que entre las nuevas generaciones veo a gente con el mismo ansia que teníamos nosotros cuando empezamos hace 20 años de contar lo que los poderosos no quieren que se cuente. Si regímenes tan todopoderosos que parecían eternos como la Libia de Gadafi o el faraón Mubarak, han caído por las redes sociales, imaginaros lo que puede suceder con gobiernos democráticos occidentales si siguen abusando».
