Emilio Campmany lamenta que Rajoy ha contagiado la corrupción al PP
La lectura de las columnas de este 9 de julio de 2014 induce a subir a un avión para emigrar a países con más seguridad jurídica y confianza en los tribunales, como quizás Marruecos. Por un lado, la Audiencia Nacional absuelve a los violentos que atacaron a los parlamentarios catalanes en junio de 2011. Incluso El País, protector de los jueces progresistas, politizados y activistas, se muestra escandalizado en un editorial. Y por otro lado los candidatos a dirigir el PSOE mantienen las guías básicas del zapaterismo.
La columna más acertada es, en mi opinión, la de Antonio Burgos (ABC), que sostiene que nadie habla de España, sobre todo en el PSOE.
España quizá sea el único país del mundo donde gobernando la derecha y por mayoría absoluta, todo el mundo está pendiente de la izquierda. Evoco aquello que se atribuye al profesor Cazorla, el cartel que estaba colgado en todos los cuartos de los estudiantes andaluces en los colegios mayores de la Ciudad Universitaria de Madrid en los años 70: «Si el andaluz pobre piensa en Barcelona y el andaluz rico piensa en Madrid, ¿quién piensa en Andalucía?» Lo de España, igual: «Si la derecha piensa en el PSOE y el PSOE piensa en Podemos, ¿quién piensa en España?»

Parece que España no tuviera hoy más problema político que la elección entre Sánchez y Madina, apellido con errata incluida: la gala de Madina, la flor del miedo. Del miedo que hay que tener a lo que no se dice: España va camino de ser o una mindundicracia o una niñatocracia. Al Sur, lo que no es Susana Díaz, cuyo currículum cabe en un billete de Metro, es Moreno Bonilla, cuyo curriculum cabe en medio billete de Metro. Y al Norte, el Guapo y los otros dos. Y la derecha, mientras, toreando de perfil y con el piquito de la muleta, fuera de cacho, creyendo que va a ganar las elecciones y a mantener a sus votantes a base titulares del Financial Times.
Federico Jiménez Losantos (El Mundo) reprocha a Sánchez que proponga un Estado federal, que en España jamás se ha aplicado.
El debate de los tres candidatos al trono de Rubalcaba arroja sólo un dato relevante, aparte de la fresca vaciedad o la vacía frescura que comparten Madina, Sánchez y Tapias. Junto a su complacencia con la corrupción andaluza, ese dato es la identificación del PSOE con la disolución de España.
Cualquier líder del PSOE que aspire a revertir el legado de lo que González llamaba «la desagregación de España» debería explicar su idea de nación. Ninguno lo hizo. Sólo uno lo intentó y fue todavía peor.
Sánchez, le plus beau du quartier, el guapo de los frescos del barrio, dijo que «el verdadero ser de España es federal». O sea, que nuestra nación es una forma de Estado que no ha existido nunca.
En dos mil años de civilización política, como parte de Roma y como Estado independiente, España no ha sido jamás un Estado federal. O sea, que, según Sánchez, el que es pero no llega, nunca ha sido. Para no haber sido, hay que ver lo que ha cundido y lo que les cuesta enterrarla. Pero en ello están.

A José María Carrascal (ABC) también le preocupa el futuro del PSOE, cuya historia siniestra en la II República es una mancha permanente.
El PSOE, pese a sus más de ciento y tantos años de historia, no ha resuelto todavía el problema de su identidad: ¿es obrero, es decir, revolucionario a la antigua usanza o es centro izquierda, como la socialdemocracia europea? ¿Es español como dicen sus siglas, o es enemigo de todo lo que la España tradicional representa? Por si fuera poco, le ha caído encima la crisis de la izquierda europea, una crisis existencial, pues allí donde gobierna, como en Francia, tiene que adoptar medidas contrarias a su ideario, y donde no gobierna, se alía con gobiernos conservadores o se echa al monte, donde la extrema izquierda y la extrema derecha han ocupado ya las posiciones más ventajosas.
Hacia dónde van a tirar, no nos han dicho nada los tres candidatos socialistas ni posiblemente nos lo digan, pues ni ellos mismos lo saben, al pedirles el corazón lo que les desaconseja la cabeza.
SÁNCHEZ: LA BASE DEL PSOE ES MÁS DE IZQUIERDAS QUE SU CÚPULA
Salvador Sostres (El Mundo) recuerda a los socialistas qué les ocurrió cuando se entregaron a Zapatero
Los tres hablaron de renovación, de participación y de transparencia, pero lo poco que llegaron a concretar fue el museo de la caspa y el atraso.
El PSOE ya tuvo de líder a una sonrisa vacía, a un talante sin cerebro, a uno que todo lo hizo para ofender a la Iglesia. Y salió derrotado el partido, y salió derrotada España entera.

El País publica una tribuna a Pedro Sánchez que confirma todo lo escrito por Burgos, Carrascal, Losantos y Sostres. El dirigente socialista quiere más izquierda; reivindica a Felipe (corrupción, GAL, OTAN de entrada no…) y a Zapatero (mentiras sobre la crisis, primeros recortes, estatuto catalán, feminismo…); y promete el paraíso sin decir cómo va a conseguirlo.
He viajado en los últimos meses por toda España y me he encontrado con el corazón del PSOE. Por eso, puedo afirmar que la militancia estaba más a la izquierda que su dirección federal. Como llevo media vida, desde mis 22 años, militando en el PSOE, y como he dormido en las casas de sus militantes, sé que hay más compromiso en muchos y muchas de ellos que en algunos dirigentes.
Ya lo demostramos antes: lo mejor que le ha pasado a nuestro país en materia de libertades, derechos e igualdad, ha llegado de la mano de los Gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Por eso el PSOE tiene que cambiar para volver a cambiar España como ya hizo dos veces.
Queremos volver a cambiar España para que sea un país más solidario, más igualitario, decente, más libre y más próspero para todos y todas, y que en ese camino no derivemos hacia populismos y quimeras.

Pero, ¿hay esperanza? Emilio Campmany (Libertaddigital.com) escribe en ‘Sodoma, Gomorra y Génova’ una acusación contra el PP por haberse convertido en un partido tan malo como el PSOE, en el que incluso Rajoy ha corrompido a Aznar.
Cuando se hizo palmario que Zapatero se cargaría el país y de paso dejaría hecho unos zorros al PSOE, me pareció increíble que los socialistas no reaccionaran y se dejaran arrastrar por aquella especie de flautista de Hamelín atolondrado. Lo chocante de lo ocurrido entonces es que le pasó a gente que, por más que no le importara España, vivía, y muy bien, de que el partido ocupara espacios de poder. Y sin embargo nadie intentó desembarazarse del cejicircunflejo y poner a otro que salvara lo que se pudiera.
Ahora que han empezado a llegar las quejas a Génova, al espabilado que hoy dirige el partido que un día fue el de la honradez se le ha ocurrido atajar los lamentos proponiendo cambiar la ley electoral para favorecer a los alcaldes del PP en trance de dejar de pisar moqueta. Y de paso ha conseguido que quien encarna aquel PP honrado, José María Aznar, se haya avenido a sisear halagos por entre sus dientes y labios quién sabe si a cambio de que su esposa sea candidata a la alcaldía de Madrid. Para perderla, por cierto, salvo que Rajoy reforme la ley. ¿Es que no queda nadie decente en Génova?
Como he escrito al principio, es para subirse a un avión.
ES QUE LOS DIPUTADOS VAN POR AHÍ PROVOCANDO…
El otro asunto del día es la absolución por la Audiencia Nacional de los violentos que trataron de tomar el Parlamento catalán.

Santiago González (El Mundo) descubre que el juez de izquierdas ponente de la sentencia no sabe usar el diccionario.
Ramón Sáez Valcárcel, ponente de esta sentencia o así, ha escrito que «la democracia se sustenta en un debate público auténtico, en la crítica a quienes detentan el poder» (página 56). Detentar es, como sostiene el diccionario de la RAE: «Retener y ejercer ilegítimamente algún poder o cargo público».
No es que uno sea forofo de Mas o de la mayoría que sostiene el Govern, pero mientras un tribunal no diga lo contrario, no detentan, sino que ejercen el poder que sus conciudadanos les han conferido legítimamente en elecciones autonómicas.
Escribe el juez Sáez que «cuando los cauces de expresión y de acceso al espacio público se encuentran controlados por medios de comunicación privados, (…) resulta obligado admitir cierto exceso en el ejercicio de las libertades de expresión o manifestación…» (págs. 57-58). Qué gran texto para un posible Círculo de Podemos en la Audiencia Nacional, que es el noveno círculo del infierno de Dante
En La Vanguardia de Barcelona, donde el recuerdo de los pistoleros, los tiroteos y las bombas izquierdistas que rasgaron la ciudad desde finales del siglo XIX hasta 1939 sigue muy presente, reciben con disgusto la sentencia.

Jose María Brunet corrobora la existencia del brazo judicial de la izquierda en la judicatura y afirma que los funcionarios togados se han pasado a las barricadas.
Hay quien piensa que la izquierda judicial ya no existe, que está desarticulada, inane y sin futuro, víctima colateral de la crisis de buena parte de las organizaciones políticas hermanas de la misma orientación ideológica. Pero quedan supervivientes. El PSOE siempre tuvo un brazo togado, e IU (…) también tuvo y sigue teniendo sus áreas de influencia.
Ahora esa visión de la legitimidad de la protesta, incluso con excesos, ha pasado de la teoría social a la práctica jurídica. Y por eso han sonado las alarmas.
El Ramón Sáez que ha dictado esta sentencia no es un juez aislado en la Audiencia Nacional. Hace ya tiempo que la desafección alcanzó también los despachos judiciales.
La izquierda judicial estará inarticulada pero sus tesis se expanden. Cualquier día de estos aparece un juez con coleta.
En cambio, Pilar Rahola (La Vanguardia) demuestra que no es más banal porque no se entrena. Atribuye la absolución al desprecio de lo catalán por los malvados españoles.
¿Acaso se han vuelto todos jueceiflautas y les ha dado por cargarse el sistema? ¿O acaso es sencillamente porque un acoso a un Parlamento como el catalán es menos acoso que si lo hubiera sufrido el Congreso de los Diputados o la mismísima Audiencia Nacional? ¿Será eso, será que en el ranking de la jerarquía institucional, el Parlament cotiza menos y, por ende, es más insultable, despreciable y violentable?
La biógrafa de Artur Mas ya no recuerda que CiU colocó en el CGPJ al juez Lluís Estivill, que acabó en la cárcel. Y tampoco que el apuesto juez Pedraz también absolvió a otros indignados de rodear el Congreso.
Una de dos: la doctora Rahola o bien miente para inflamar el odio de sus lectores contra lo español, y entonces que Dios se lo demande, o carece del conocimiento de hechos notorios y no merece la columna de que goza en el periódico que leía Franco cuando iba a Barcelona.
ANSON SE GANA UNA INVITACIÓN AL PALCO DEL REAL MADRID
El duelo por Alfredo Di Stéfano prosigue en la prensa. Ignacio Camacho, que ayer escribió una Tercera entera dedicada al futbolista, y Alfonso Ussía se complementan.
Camacho (ABC) explica que muchos de los que lloran por Di Stéfano lo hacen también por sus padres y por su juventud.
No es sólo por Alfredo por quien están llorando esos hombres que besan su féretro cubierto con la bandera blanca en el antepalco. Míralos bien, estoicos en la fila bajo el sol de julio alrededor del viejo Chamartín, el santuario que guarda su herencia de orgullo y de casta como un fuego sagrado. Quizá lloren también por el tiempo irremediable en que subieron por vez primera los escalones de hormigón apretando con su mano trémula la mano de un padre. Por el día ya lejano en que sus ojos se abrieron al brillo verde tras la oscuridad de un vomitorio.

Y Ussía le da la razón en La Razón (perdón por el chiste).
Mi cuerpo de niño temblaba de emoción. Primer partido de mi vida en Chamartín. Me llevó un hermano de mi madre, Pedro MuñozSeca. El estadio, aún sin terminar, rodeado de descampados. En las plataformas traseras de los tranvías se apiñaban y sujetaban los que no pagaban el billete. Juanito Alonso, Navarro, Oliva, Lesmes; Muñoz, Zárraga; Joseíto, Olsen, Di Stéfano, Molowny y Gento.
La columna ridícula del día es para Luis María Anson, que si por mí fuera se la ganaría durante un mes entero. Es tan poca leída su columna de ElImparcial.es que Anson en ocasiones reproduce columnas publicadas en El Mundo. Hoy lo vuelve a hacer, con un escrito de 2012, para elogiar a Di Stéfano. Empieza de manera poco original:
Era yo un adolescente impecune pero reuní diez pesetas de la época para adquirir una entrada de grada y asistir de pie en el Estadio de Chamartín al partido del Real Madrid contra el Millonarios…

Y llega al culmen de la ridiculez
Así es que, sesenta años después, mi querido Alfredo, acudí a tu homenaje para ver cómo el Madrid construido por Florentino Pérez, el mejor presidente de la historia del club…
Precisamente el fichaje de Di Stéfano y los títulos y jugadores que vinieron en los años siguientes prueban que el mejor presidente del Real Madrid ha sido Santiago Bernabéu. Pero como don Santiago está muerto y no puede invitar a Luis María ni a Rafa Anson al palco o a esos almuerzos que tanto gustan a los dos hermanos pues se cae de la lista…

