LA CLAVE DEL DÍA

ABC y El Mundo denuncian la interesada doble cara de Duran i Lleida: español o independentista según la ocasión

El País echa de menos a Duran en su plan para imponer una 'tercera vía'

ABC reprocha a Duran que haya querido "jugar con todas las bazas"

La retirada de Josep Antoni Duran Lleida del puesto de número dos de la federación nacionalista CiU es tratada de manera distinta en los tres principales periódicos de Madrid. El más cariñoso y respetuoso es El País. Curioso que un periódico progresista y proabortista trate tan bien a un político democristiano y antiabortista. La explicación está en que Duran es para el editorialista de El País un puente entre el separatismo de Artur Mas y un sorprendente «impulso centralizador» de Mariano Rajoy, desmentido por los hechos.

El Mundo y ABC, por el contrario, se basan en hechos para censurar a Duran, no en combinaciones políticas y deseos. Ambos periódicos consideran que el político nacido aragonés y devenido catalanista ha estado jugando a ser el hombre en quien se podía confiar para frenar a Mas.

El periódico dirigido por Casimiro García-Abadillo aprovecha para recordar las vinculaciones de Uniò Democrática, el partido de Mas, con la financiación ilegal, reconocidas por Duran.

EL PAÍS

En realidad, lo preocupante no son las explicaciones públicas, más bien anodinas, que ayer ofreció tras formalizar su dimisión, sino el momento en que se produce: en vísperas del encuentro entre los presidentes del Gobierno, Mariano Rajoy, y de la Generalitat, Artur Mas, tras no reunirse durante casi un turbulento año.

Duran, que sin lograr torcer la peligrosa estrategia de CiU, ha intentado variarla, y sobre todo, ha discrepado de la propuesta secesionista y se ha erigido en encarnación -entre otros- de una tercera vía, terreno de encuentro de la inmensa mayoría discrepante tanto de la ruptura como del impulso centralizador.

Ojalá que su sustituto en la maquinaria de CiU, su fiel discípulo Ramon Espadaler, tenga la capacidad de mantener al menos la distancia que Duran ha exhibido y mantiene sobre la deriva secesionista, harto destructiva para la propia CiU, pues la pone en riesgo de ser engullida por Esquerra.

ABC

Duran i Lleida ha querido jugar con todas las bazas. Ha querido estar con el frente separatista de sus socios y, al mismo tiempo, apalancarse en la muy española presidencia de la Comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados. Ha reclamado a Rajoy -nunca a Artur Mas- una tercera vía, pero se va diciendo que siempre se ha sentido cómodo con la convocatoria del referéndum independentista del 9 de noviembre. Josep Antoni Duran i Lleida ha pretendido que se le tratara en Madrid como el nacionalista moderado que reclamaba el conflicto, mientras en Cataluña, su partido, Unión Democrática de Cataluña, se sometía sin rechistar a las directrices impuestas por Artur Mas y Oriol Junqueras.

La oportunidad de Duran i Lleida siempre estuvo en dar voz a la Cataluña no separatista, con disposición a la transversalidad, desde la izquierda del PSC al constitucionalismo del PP o Ciudadanos. No se puede formar parte del sistema que ha generado el conflicto y, simultáneamente, ser su sector discrepante. El autoritarismo nacionalista no permite oposiciones internas. El pronóstico de que la reunión entre Rajoy y Mas mantendrá las cosas como están ahora probablemente haya disuadido a Duran de esperar un protagonismo como opción intermedia.

EL MUNDO

Compareció del brazo de Mas, desvinculó su marcha del referéndum independentista y se comprometió a seguir apoyándolo en tanto que portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados, cargo que seguirá manteniendo. Ni da un paso atrás, ni siquiera se hace a un lado: continúa detrás de la pancarta. Visto lo visto, hubiera sido más honroso para él haber abandonado los puestos de responsabilidad hace año y medio, cuando Unió Democràtica admitió haberse financiado ilegalmente. El líder democristiano mantuvo durante los años en que se investigó el caso Pallerols que todo era una campaña para desacreditarlo y que dimitiría si se demostraban las irregularidades.

La posición de Duran Lleida le quita credibilidad a la denominada tercera vía que él asegura defender, consistente en dar una salida pactada al pulso independentista. A la vista de los hechos, más bien parecería que él y Mas se han repartido los papeles para seguir avanzando en un camino que conduce directamente al precipicio.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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