Tiene en reserva una cabecera de Internet, llamada Universal, con la que lleva tiempo tonteando
El que avisa no es traidor. Y el último aviso llegó julio 2014, cuando en el arranque de los cursos de verano de El Mundo -un «aquelarre pedrojista», según algunos presentes- el cesado exdirector, Pedrojota Ramírez, dejó muy claro lo que ya había afirmado: si se desvirtúa el diario, saltará a la palestra.
A medida que crecen los rumores sobre una posible fusión -o adquisición- con Vocento, el periodista ha ido calentando la olla a través de Twitter.
En los últimos días su cuenta ha echado humo a base de retuiteos y ofrecimientos para un posible próximo proyecto editorial que, según algunos, se denominaría El Universal.
Lo cierto es que la situación en Unidad Editorial es grave.
«Si fuera un coche, diríamos que está circulando con la reserva», aseguran fuentes del sector, donde el cambio de fichas de los últimos días se valora como una medida desesperada de Antonio Fernández Galiano y un portazo de los italianos de RCS, hartos de apoquinar en lo que consideran un «agujero negro«.
Todas las miradas están pendientes en la madrileña Avenida de San Luis. Pero también en la calle Juan Ignacio Luca de Tena, sede de Vocento y ABC, apuntados como posibles corceles blancos.
No obstante, en este «cacao» mediático no todo parece tan claro. Dentro de Vocento no faltan quienes verían con buena cara desgajar ABC del grupo poniendo la cabecera a disposición de algunos accionistas y dedicar los esfuerzos a los regionales, menos problemáticos.
La complejidad del Consejo de Vocento permite dar mucho de sí. Tampoco está ausente la teoría de que al grupo no se le ha perdido nada en Unidad Editorial, donde estiman que lo más aprovechable es el deportivo Marca.
Las especulaciones llegan a tal punto que incluso en determinados círculos políticos y mediáticos se señala la posibilidad de que al final todas esas complejas maniobras sean decididas desde otras instancias: las de ciertas entidades financieras con las que mantienen crecidas deudas.
«Visto el panorama, y tras la experiencia de Planeta con La Sexta y Antena 3, aquí es posible que hasta Prisa y algún grupo editorial de ámbito más conservador terminen yendo de la misma mano», aseguran fuentes del sector.