El director de 'El País' se muestra muy pesimista sobre el sector

Antonio Caño: «Si la caída sigue, los medios clásicos como los periódicos desaparecerán pronto»

El veterano periodista lleva tres meses y medio al frente de el diario del Grupo PRISA

Antonio Caño: "Si la caída sigue, los medios clásicos como los periódicos desaparecerán pronto"
Antonio Caño

Su reciente experiencia al mando del principal periódico español, le ha hecho reafirmarse en su convicción de no creer en el periodismo social y combativo sino en contar lo que pasa desde distintos ángulos

Tres meses y medio al frente de El País. Ese tiempo lleva Antonio Caño como director del diario donde ha desarrollado casi toda su carrera y ocupado diversos cargos que le han hecho reafirmarse en su convicción de no creer en el periodismo social y combativo sino en contar lo que pasa desde distintos ángulos.

«Creo que los periodistas deben estar, no solamente al margen de las causas políticas, sino al margen de todas las causas», afirma Caño en una entrevista con EFE, en la que sostiene que los profesionales tienen que tratar de aportar la mayor cantidad de datos posibles.

Quien se ha convertido en el quinto director del rotativo reconoce la propia responsabilidad de los periodistas en el «declive» del reconocimiento de la prensa, y está convencido de que El País está «en buenas condiciones» para recuperar parte de su credibilidad perdida porque lleva asociada una imagen de «rigor y seriedad».

PREGUNTA: ¿Puede hacer un balance de sus primeros meses como director de El País?

RESPUESTA: Es poco tiempo para sacar conclusiones aunque han sido tres meses de una actividad informativa muy intensa, que confirman dos cosas que ya intuía: que me ha tocado ser director en un gran momento de transformación en el mundo y en España -política, institucional, económica y social-, y de gran transformación también en nuestra profesión como consecuencia de la renovación tecnológica y la crisis que viven los medios tradicionales.

P: ¿Cree que Internet acabará con los medios clásicos?

R: No sé lo que va a pasar con los medios clásicos, si por clásicos te refieres a los periódicos de papel. Lo que sí sé es que miro las cuentas todos los días, las nuestras y las de otros periódicos, y el declive es constante e incontenible desde hace unos años. No es que sea de la escuela de los que creen que el papel va a desaparecer, pero si la línea de caída se mantiene al ritmo actual, es indiscutible que van a desaparecer y que lo harán pronto. Desconozco si en algún momento se detendrá la caída, confío en que sí y estoy trabajando para ello, pero no estoy seguro de que sea posible.

P: ¿Se plantea El País establecer un muro de pago?

R: No existe en este momento, ni en España ni en el mundo, un modelo de negocio para los periódicos con garantía de éxito. Eso incluye los muros de pago. Algunos periódicos están teniendo relativo éxito, y en otros casos, no están teniendo ninguno o directamente están fracasando. Aún no tengo una decisión tomada sobre la implantación del muro de pago, estamos examinando el mercado, los resultados de ese modelo en distintos países, y en su momento tomaremos una decisión, aunque no existen garantías de que sea un modelo que avale la supervivencia y el éxito.

P: ¿Deben posicionarse políticamente los periodistas?

R: No. He estado muchos años en Estados Unidos y comparto plenamente algunas de las maneras en que los periodistas se comportan allí. Tienen prohibido expresamente participar en manifestaciones de cualquier tipo, no solo en apoyo de un determinado partido político, sino en defensa de cualquier causa (…) Todos los temas son susceptibles de ser abordados por un periodista y deben de ser tratados de una manera desapasionada e independiente. No voy a pedir las mismas reglas aquí, pero hay cosas que son perfectamente válidas. Los periodistas deben estar, no solamente al margen de las causas políticas, sino al margen de todas las causas. Yo no creo en el periodismo combativo, ni creo en el periodismo social, ni creo en el periodismo con ningún adjetivo. Los periodistas tienen que limitarse a contar lo que pasa desde diferentes ángulos, tratando de aportar la mayor cantidad de datos posibles.

P: ¿Cree que en España los medios de comunicación están más politizados que en otros países?

R: Mucho más que en ningún otro país de nuestro entorno. En España los medios son esencialmente ideológicos, falta información y sobra opinión e ideología en cantidades. Se necesita un auténtico equilibrio porque no es que haya un cierto desequilibrio, es que es escandaloso y no hay derecho a hacer eso. Los lectores no se merecen que automáticamente les birlemos los hechos, los datos que necesitan para llegar ellos mismos a una conclusión, que se lo demos todo interpretado por estas enormes cajas de botella con las que miramos la realidad desde un plano tan ideologizado.

P: ¿A qué achacaría la escasa valoración que hacen los ciudadanos de los periodistas según las últimas encuestas del CIS?

R: Uno de los factores es probablemente que los periodistas escribimos para un círculo cerrado de lectores entre los que se encuentran los políticos y las personas influyentes y, a veces, nos olvidamos de que escribimos para los lectores, nuestros verdaderos dueños. Es cierto que se ha producido un exceso de proximidad a las clases políticas y a las élites, pero otra razón puede ser que tampoco hemos cumplido con la responsabilidad de formación y desarrollo profesional y de independencia y autonomía (…).

P: ¿Cómo se recupera esa credibilidad perdida?

R: La credibilidad es un bien que se pierde con mucha facilidad y recuperarla es difícil. En el caso de El País, creo que está en buenas condiciones de recuperar parte de su credibilidad perdida porque somos conscientes del valor que representa la credibilidad, tenemos mucha fe en el poder de nuestra marca, que es sinónimo de credibilidad, rigor y seriedad periodística.

P: ¿Existe autocrítica en la profesión?

R: Menos de la que debería. En general, la autocrítica no es uno de los elementos que mejor definen este país. Los periodistas hablamos de la necesidad de renovación de otras instituciones, pero nosotros no nos renovamos; pedimos transparencia a las demás instituciones pero no somos transparentes (…) Tenemos muchos de los males de los que culpamos a la sociedad y no reconocemos ninguno de ellos.

P: Cambio de director en El País, en El Mundo, en La Vanguardia… Las voces críticas sostienen que el Ejecutivo ha tenido algo que ver con esas decisiones.

R: No sé lo que pasa en otros medios. Como idea general te diría que no lo creo. En este país los gobiernos no cambian directores de periódicos, eso me parece bastante insólito e increíble. Sí puedo hablar por este periódico y conozco el proceso por el que se cambió de director, conozco a quienes tomaron la decisión y sé cómo se tomó, y le garantizo que mi nombramiento es la consecuencia de una decisión empresarial y profesional.

P: ¿Cómo valora la relación del Gobierno actual con los medios?

R: No encuentro nada distinto a cómo se relacionan otros gobiernos con otros medios de comunicación. No es un gobierno especialmente transparente pero tampoco diría que es especialmente opaco, tiene resistencias a comunicar -más de las debidas-, pero no me parece que tengamos un problema de obstaculización del trabajo.

Habría que ver en particular, pero no creo que aquí haya habido ruedas de prensa sin preguntas, honradamente no creo que nunca nadie haya convocado a alguien a una conferencia de prensa y no le hayan permitido preguntas. Se ha convocado a alguien a una declaración, y en una declaración no hay preguntas. (…) Todos los presidentes de todos los países del mundo convocan en ocasiones a declaraciones porque tienen que informar sobre un hecho y cuando dicen eso que quieren decir, se dan media vuelta y se van (…) Las personas tienen tanto derecho a hablar como a callar, eso incluye a todas las personas, a un ministro y al presidente del Gobierno; ellos tendrán una responsabilidad política por su silencio y los electores sabrán cómo lo asumen.

P: De los acontecimientos que ha cubierto ¿tiene alguna predilección?

R: Hay acontecimientos importantes y otros que por alguna razón te afectan emocionalmente. Entre los importantes, la elección de Barack Obama, pero hay otros más pequeños que te dejan una huella especial, normalmente porque eres más joven, más receptivo, te impacta más… Luego con los años te vas haciendo más cínico y pierdes pasión por las cosas. De mis primeros años, recuerdo, por ejemplo, la revolución sandinista en Nicaragua.

P: ¿A quién le gustaría entrevistar?

R: Ya no soy muy mitómano… A lo mejor un deportista o un cantante, algo que no he hecho. El Papa me parece un hombre interesante con quien me gustaría conversar, quizás Clint Eastwood o Woody Allen (…) El director de una gigantesca universidad china o el presidente de Google, alguien así.

 

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