Losantos ve en Pablo Iglesias el Mesías que la izquierda espera
Otro verano que dejamos atrás mientras nos encaminamos al otoño, no sólo de la naturaleza sino de nuestras vidas… Bueno, aparquemos la nostalgia y la lírica, y pongámonos a trabajar. Este 1 de septiembre de 2014, por fin regresan muchos de los escritores que habían escapado de sus columnas hace un mes, salvo los más serios y responsables, como Ignacio Camacho, Alfonso Ussía, Juan Manuel de Prada y otros abecedarios y razonados, que los lectores de prensa de pago escasean tanto que no están para olvidarse de ellos. En cambio, en El País y El Mundo los columnistas habituales han corrido al campo, la playa y el extranjero.
No deja de sorprenderme que los escritores de los periódicos conservadores siguiesen cumpliendo con sus obligaciones en agosto, mientras los que adornan las páginas de los periódicos dizque progresistas desertasen con la excusa tópica de las merecidas vacaciones.Y eso que en España las vacaciones pagadas son un invento franquista y sólo por eso los paladines de la memoria histórica quizás debieran renunciar a ellas.
La matraca catalana ha seguido en agosto, sobre todo debido a la confesión de Jordi Pujol de que fue un defraudador y un evasor fiscal durante décadas, y también Pablo iglesias, que empieza a ser como el Espíritu Santo: está en todas partes aunque no se le vea. Pero hoy, la mayoría de los columnistas se nos revelan doctos en constitucionalismo. Desde Fernando Sánchez Dragó a Almudena Grandes nos bombardean con sus opiniones sobre la reforma del método de elección de alcaldes.
Pero antes de pasar a éstos, quiero comenzar con la columna más destacable, que es la de Raúl del Pozo (El Mundo), que ya parece recuperado del enfado que tuvo por el deseo de algunos de jubilarle.
Como de costumbre, la perla de Del Pozo se encuentra en una frase de su columna, que hay que leer con atención para que no se nos pase de largo. Primero, se da un beso:
Mi informador, que se mueve con soltura en el Palau de la Generalitat, me recuerda que gracias a él yo fui el primero que dijo que no iba a haber referéndum.
Y después, la noticia:
Aún se reserva el Estado el secreto del 90% de los sobornos, el ‘pizzo’ mafioso de los últimos 40 años de nacionalismo.
O sea, que lo que sabemos de la fortuna de los Pujol-Ferrusola es sólo la calderilla. A ver cuándo el maestro Del Pozo nos da el resto de la información…
IGNACIO CAMACHO: TODO ES UN «FAROL» DE RAJOY
Pasemos a la reforma electoral.
Fernando Sánchez Dragó (El Mundo), siempre iconoclasta, es el único de los columnistas que se declara entusiasta partidario de que el candidato a alcalde más votado sea el que gobierne y le exige a Mariano Rajoy que gobierne, porque para eso tiene mayoría absoluta. Empieza provocador.
No entiendo a los demócratas españoles. Será porque no me siento ni español ni demócrata. ¿Cómo ser lo último después de haber visto en qué se ha transformado el país que tanto amé tras ocho lustros de cleptocracia, desguace y asnalfabetización?
Después, atiza a a los políticos y al resto de los opinadores e invoca a Rajoy que obre sin someterse al consenso.
La mayor parte de los políticos, los politólogos, los ‘tertuliasnos’ y los columnistas se rasgan las vestiduras (…) ante la posibilidad de que Rajoy saque a flote su propuesta sin fumar el opio del consenso. Señor presidente: éste es su paso de las Termópilas. Fájese. El pueblo español, con y sin carnet, le ha concedido el mandato de un gobierno que lo es por mayoría absoluta. Haga uso de ella.
En cambio Almudena Grandes (El País) tiene un ataque de histeria que le lleva a titular su columna Blasfemia (ah, los ateos profesionales, siempre dándole vueltas a la religión) y a devolver el pasaporte español.
En un país normal, este planteamiento resultaría, más que una indecencia, una blasfemia política. (…) Si la elección automática del candidato más votado, con techo del 40% -y ya puestos, ¿por qué no del 50%?, ¡ah!, ya, las encuestas…- y sin segunda vuelta, veda las coaliciones entre grupos municipales, la oposición se verá forzada a integrar candidaturas electorales unitarias. Entonces, sean éstas las que sean, el PP agitará el fantasma del Frente Popular. En un país normal, invocar la memoria de una legítima coalición entre partidos legales para desacreditar a otra legítima coalición entre partidos legales, significaría arrojar blasfemia sobre blasfemia, pero a nosotros nos ha tocado vivir en un país anormal.
Total, que espero que hayan descansado mucho en sus vacaciones. Ser español vuelve a ser una tarea agotadora, y eso que acaba de empezar septiembre.
¡Qué pesada la señora Grandes! Cada vez que algo de España no le gusta, renuncia a ser española. De vivir en Barcelona sería separatista catalana.
Pablo Sebastián (Republica.com) elucubra con que la aprobación por el PP de la reforma de la elección de los alcaldes llevaría al PSOE a las barricadas. ¡Que vienen los rojos!
De ahí el peligro de que Rajoy imponga su mayoría absoluta en la reforma electoral de las alcaldías porque ello, con un PSOE a la desesperada, conduciría a la ruptura del ‘pacto constitucional de 1978′ y ello abriría un espacio de inestabilidad política y revuelta social, lo que sin duda dañaría la recuperación económica y daría a Podemos, se mueve muy bien en ese terreno, un plus de mayor notoriedad lo que obligaría al PSOE a radicalizar sus posiciones, incluso sobre el referéndum de Monarquía y República, máxime si la infanta Cristina sale indemne de su segunda imputación en el ‘caso Noos’ por la decisión de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca.
El mejor análisis es el de Ignacio Camacho (ABC), que demuestra conocer muy bien a Mariano Rajoy, arquetipo del gallego. El título de su columna: Farol. Como Raúl del Pozo, recurre a un anónimo confidente que le revela los ocultos pensamientos del presidente.
«Pienso que es un farol político, un órdago táctico para arrastrar a la izquierda a retratarse en sus intenciones frentepopulistas. Me puedo equivocar pero no veo al presidente desdiciéndose a sí mismo en un asunto que afecta no ya a sus convicciones ni a sus principios, sino a su propia manera de ser. Si hay algo que Rajoy ha tenido siempre claro es que las reglas de juego no se cambian por mayoría.»
«Mi impresión es que el presi va a ir casi hasta el final, a tensar la cuerda para que Pedro Sánchez no pueda ser ambiguo y deje claro a lo que juega: a la alianza postelectoral con Podemos, porque IU ya no cuenta. Se trata de movilizar el voto del centroderecha contra un frente amplio en el que el PSOE irá de la mano con los radicales y los rupturistas. Y sospecho que en el último momento, cuando ese plan sea evidente y los socialistas hayan dinamitado su imagen moderada, se echará atrás y dirá que no puede dar el paso sin acuerdo. Eso tiene un inconveniente y es la decepción que produciría en el partido. Los barones territoriales están contentos de que el Gobierno haya escuchado esta petición que era un clamor interno. Pero aprobar un cambio de esta envergadura por mayoría absoluta sería un precedente gravísimo. Pan para hoy y hambre para mañana: si la izquierda y los nacionalistas llegasen a pactar más adelante una reforma del sistema de elección del Congreso, la derecha no volvería a gobernar en España. Rajoy lo sabe. Yo se lo he oído y tú también.»
EL PP SE RECUPERA, MIENTRAS PODEMOS HUNDE AL PSOE
No tiene ni un diputado, ni un senador, ni un concejal, pero todo el chau-chau político gira en torno a Podemos. Así lo constata José Oneto (Republica.com):
En estos momento, el árbitro de la situación política es la formación de Pablo Iglesias, el político más valorado por los ciudadanos (junto con otros dos dirigentes nuevos Pedro Sánchez y Albert Rivera), sin que haya tenido ningún tipo de responsabilidad aunque, eso sí, probablemente, ha venido diciendo y prometiendo lo que el ciudadano quiere escuchar.
José María Marco comenta en La Razón la encuesta de su periódico sobre intención de voto y destaca la fragmentación del voto de la izquierda, mientras el PP crece. Un análisis que entusiasmará en Moncloa.
Lo que distingue al populismo español es su izquierdismo, su rabiosa ideologización. Hay una parte del voto populista que procede del PP, pero eso no es de extrañar en un partido de espectro tan amplio como éste. Además, en los últimos meses el PP vuelve a crecer y sigue manteniendo más apoyo que el PSOE en todas las franjas de edad. El centro derecha parece salir relativamente bien parado del tsunami.
Ocurre lo contrario con el PSOE y con IU, que siguen perdiendo apoyos -a chorros- a favor de los populistas. De celebrarse hoy las elecciones, no habría ninguna posibilidad de gobierno desde la izquierda sin la colaboración de Podemos. No sólo ha surgido un populismo, y no es sólo que ese populismo sea exclusivamente de izquierdas. Es que se ha hecho con el alma de la izquierda española.
El PSOE, del que proceden los populistas de Podemos y el ambiente general antisistema que parece entusiasmar a sus electores, tendrá que decidir. Si de verdad hay cambio de ciclo, no debería consistir en continuar la ‘juvenilización’ de la izquierda.
En El Mundo, Santiago González coincide, palabra por palabra, e idea por idea, con Marco: el PP sube en intención de voto y Podemos se está merendando a la izquierda.
El PP se recupera un poco del bajón de las europeas y su intención de voto sólo baja 14,5 puntos respecto a aquel 20-N.
Unos resultados como los de este sondeo configuran el mapa de un país rigurosamente ingobernable.
No hay expresión más acabada del fin del bipartidismo que ver a la alternativa de izquierdas en virtual empate técnico con un partido que no es partido, nacido hace unos meses en las redes sociales. Sus votantes, los del PSOE, creen -se temen- que Podemos puede quitarle el liderazgo de la izquierda a los socialistas en mayor medida que los ciudadanos del común (49,6% frente al 43%).
¿Y SI PABLO IGLESIAS ES UN INVENTO PARA VENDER PERIÓDICOS?
Federico Jiménez Losantos (El Mundo) denuncia la complacencia de mucho periodista con Pablo Iglesias, pese a la intención de éste y de su partido de perseguir la librtad de expresión.
Un país aburrido y exasperado, una clase política corrompida hasta el tuétano y un periodismo en busca de emociones fuertes. Algunas de las entrevistas que le han hecho este verano a Pablo Iglesias son de un entreguismo tan obsceno que sólo un imbécil puede creer sin importancia.
Y concluye así su columna:
La Izquierda espera un Mesías. La Derecha, ni al Registrador.
José García Domínguez (Libertaddigital.com) es el único que mantiene la cabeza fría frente al coco de Podemos, ya que asegura que no se cree el hundimiento del PSOE que muestran las encuestas.
No es creíble. Simplemente no es creíble que el PSOE se derrumbe sobre sus cimientos en la encuesta de la página cinco de El Mundo mientras que en la sexta, o sea justo en la siguiente, Pedro Sánchez figure junto a Iglesias y Rivera como uno de los tres líderes mejor valorados por los electores. No puede ser. Esas cosas no ocurren. Así de simple. Porque los votantes acostumbran a revelarse daltónicos de tarde en tarde, pero jamás esquizofrénicos. Si Sánchez sube, su partido no puede bajar, y viceversa. Se pongan como se pongan los avezados cocineros del sondeo, el inminente sorpasso de Iglesias y Monedero se antoja inverosímil. Meterle el miedo en el cuerpo a la derecha de a pie con Podemos acaso resulte una de las pocas maneras que quedan para vender periódicos en los quioscos, pero de ahí a que el asunto devenga creíble hay un trecho. Un trecho inmenso.
AHORA CÉSAR VIDAL CRITICA A EEUU POR INVADIR IRAK
Juan Manuel de Prada (ABC) explica en ABC por qué Europa y EEUU atacan a Rusia: porque, escarmentada con el sufrimiento causado por el comunismo, defiende los principios cristianos.
Para entender el odio irracional (preternatural) que el pudridero europeo profesa a Rusia no basta con alimentarse con la farfolla folicularia de cada día. Una excelente aproximación a la razón última de este odio nos la brinda el Patriarca Cirilo en su libro ‘Libertad y responsabilidad: en busca de la armonía’, publicado por Nuevo Inicio.
Después de padecer la experiencia del totalitarismo comunista, Cirilo puede afirmar sin ambages que una sociedad «en la que el Estado tiene todos los derechos sobre el hombre es indiscutiblemente inhumana; como también es inhumana la sociedad en la que los derechos humanos se convierten en un instrumento para el desarrollo de los instintos, donde los conceptos del bien y del mal se mezclan». O sea, la sociedad occidental.
Sobre la matraca catalana, una línea de Màrius Carol, director de La Vanguardia:
Artur Mas afronta las próximas semanas (…) sabiendo que puede ser volteado, pero entendiendo que no tiene más remedio que demostrar valor.
Vamos, que es un asunto cojonudo, como decía Miguel de Unamuno.
El primer premiado de la temporada con la mención a la columna ridícula del día es César Vidal, que en su columna de La Razón arremete ahora contra la intervención militar de Estados Unidos en irak en 2003, que entonces defendió.
Es cierto que matan a los cristianos, pero no lo es menos que en Irak han desaparecido por completo gracias a que alguien quiso arreglar la zona y la desestabilizó para generaciones. Acojamos a los refugiados, aumentemos la ayuda humanitaria y olvidémonos de solucionar sus problemas.
Las hemerotecas existen, como le recordamos repetidas veces al maestro de periodistas Luis María Anson.