El diario de PRISA no publicó editoriales y ni apenas ha informado en agosto sobre el peligro islamista en España

El País pasa de puntillas sobre la amenaza yihadista contra España

ABC, La Razón y El Mundo han ofrecido en verano exclusivas sobre la lucha contra el terrorismo islámico

Que España está en el punto de mira del integrísimo islámico es algo que vienen advirtiendo muchos expertos durante años, y no han faltado durante las décadas soflamas de islamistas en diversos lugares del mundo llamando a la reconquista de Al-Andalus (que contempla la práctica totalidad de la Península Ibérica y una pequeña parte del Sur de Francia). Este asunto ha cobrado nueva actualidad en el verano de 2014 por diversos motivos.

A mediados de agosto, el Estado Islámico anunciaba, en tono propagandístico, que iba a tomar España en menos de 5 años —Los fanáticos musulmanes del Estado Islámico anuncian que van a conquistar España y Portugal en menos de cinco años–, mientras que se ha sabido que este grupo terrorista cuenta entre sus miembros con medio centenar de hombres que combaten en Siria e Irak.

Si bien la amenaza yihadista contra el conjunto de Occidente y Europa en particular ha sido tratada de forma profusa por todos los grandes periódicos, con informaciones, artículos y editoriales; lo referido en concreto a España ha merecido un desigual trato para las diversas cabeceras. El País es donde menos se ha cubierto esta información, sin que haya ofrecido ninguna noticia propia al respecto ni lo haya tratado en ningún editorial, mientras que ABC, La Razón y El Mundo han ofrecido algunas informaciones exclusivas.

El diario dirigido por Antonio Caño tan sólo ha ofrecido dos noticias al respecto, ambas relacionada con la presencia de españoles en las filas del Estado Islámico, que podrían suponer un peligro para su país de origen cuando regresen. La primera de ellas es del 25 de agosto, está firma da por Jorge A. Rodríguez y lleva por título Decenas de españoles se han alistado ya en el Estado Islámico. Le acompaña un subtítulo: «La policía calcula que hay entre 30 y 40, junto a muchos marroquíes residentes». No puede considerarse una exclusiva, puesto que El Mundo había informado de lo mismo tres días antes. La segunda información —Interior cifra en 51 los españoles que luchan en la ‘yihad’–, firmada por Jessica Mouzo y fechada el 31 de agosto, recogía unas declaraciones del ministro del Interior al respecto.

El ABC sacaba este asunto a colación por primera vez el 22 de agosto, en una nota de apoyo a una información sobre el reclutamiento de terroristas islámicos en Europa. En él, incluía a Ceuta, Melilla y Madrid entre los «principales viveros» de yihadistas en el Viejo Continente. Volvía a aparecer el asunto al día siguiente, en otra noticia de apoyo, titulada Alerta terrorista a 20 minutos de España.

La gran exclusiva del diario de Vocento sobre este asunto se publicó el 27 de agosto. Como gran tema de portada llevaba «El «ciberyihadismo» crece como amenaza para España». El asunto, tratado por el periodista Esteban Villarejo, ocupaba una página doble —Seguridad Nacional alerta sobre la amenaza de ciberataques yihadistas— y le merecía un editorial titulado El peligro del ciberterror islamista.

El asunto no volvía a aparecen en ABC hasta el 31 de agosto de 2014, cuando se hacía eco de la información oficial sobre la presencia de terroristas islámico españoles en Oriente Medio —Interior detecta a 51 españoles como yihadistas en Siria e Irak–. Ese día, publicaba un editorial titulado Otra prueba del peligro yihadista en España.

España, al igual que el conjunto de Europa, debe poner en marcha una amplia estrategia de seguridad nacional tanto para prevenir como para combatir eficazmente la amenaza del radicalismo islámico, destinando para ello todos los recursos necesarios a nivel policial, judicial y educativo. Algunos de los yihadistas que combaten hoy en el extranjero son europeos que, tarde o temprano, regresarán a sus países de origen convertidos en experimentados terroristas capaces de cometer atentados. Occidente debe estar preparada para desactivar esta amenaza.

La Razón ha ofrecido dos exclusivas sobre la lucha contra el yihadismo en España, relacionadas con la seguridad en uno de los grandes acontecimientos deportivos celebrados durante el verano de 2014. En la portada del diario de Francisco Marhuenda aparecía el 22 de agosto el titular España prepara un dispositivo para el Mundobasket por la amenaza yihadista, que conducía a una página doble firmada por J. M. Zuluaga. Además, ofrecía un editorial: Un enemigo letal y despiadado.

Lo trascendente es no minimizar al enemigo y calibrar el riesgo sin errores. En este sentido, el Mundial de Baloncesto, que se disputará en España desde el 30 de agosto de 2014, figura entre los objetivos del terrorismo yihadista y el Ministerio del Interior trabaja desde hace meses en un detallado plan para evitar atentados con una célula de seguridad integrada por Policía, Guardia Civil, CNI, Mossos y Ertzaintza. Ése es el camino: información, prevención, conocimiento y trabajo policial. Siempre desde el convencimiento de que el yihadismo, en muchos casos silente, es letal y despiadado, capaz de las mayores atrocidades, y de que el mundo civilizado no puede dar un paso atrás ante la barbarie que representa.

J.M. Zuluaga volvía a ofrecer una información exclusiva sobre la misma cuestión el 30 de agosto. Era el tema principal de portada, con el título de «Alianza antiyihadista ante el Mundabasket en España». De nuevo llamaba a una doble página en el interior del periódico —España refuerza la colaboración con EE UU para evitar atentados en el Mundial de Basket–. La información iba acompañada de un artículo de Iñaki Zaragüeta titulada Un peligro muy real, en el que se decía:

Erraremos si las democracias no combaten esta amenaza. Las diatribas de imanes y predicadores radicales no dejan duda. ¡Ojo! Podríamos estar en la plasmación de aquel anuncio de Arnold Toynbee explicando que una III Guerra Mundial no convencional había comenzado: la del terrorismo y la inmigración. Podríamos añadir la demografía como instrumento interno en nuestros países. En cualquier caso, todo muy lejos, absolutamente contrario, al pensamiento de Victor Hugo, que hacía de la tolerancia la mejor religión. Así es la vida.

En esa jornada el editorial se titulaba El peligro real del yihadismo. Como el resto de diarios, con la excepción de El Mundo, al día siguiente, el 31 de agosto se hacía eco de las cifras oficiales de terroristas islámicos españoles alistados en el Estado Islámico —Interior eleva a 51 los españoles que combaten en Siria como yihadistas–.

Por su parte, El Mundo fue el primer periódico en informar de la presencia de españoles en las filas del principal grupo terrorista presente en Siria e Irak. El 22 de agosto Ángeles Escrivá firmaba una noticia titulada Treinta españoles combaten en la primera línea del Estado Islámico. Ese mismo día, el editorial era Hay que evitar que España sea un punto de reclutamiento yihadista. Rompiendo lo sostenido durante mucho tiempo, en él se aceptaba la autoría islamista de los atentados del 11-M:

El precedente del 11-M mantiene a la Policía alerta desde hace 10 años. La desarticulación en marzo pasado de una célula dedicada al entrenamiento y envío de voluntarios a Siria, Malí y Libia deja claro hasta qué punto nos conciernen todas las ofensivas del terrorismo islámico.

Tras elogiar la colaboración de Marruecos con España, concluía:

La Policía española es una de las mejores consideradas por capacidad operativa contra el terrorismo islámico, pero aún queda trabajo por hacer, tanto en materia legislativa como en prevención. La coordinación con la comunidad musulmana asentada en España es fundamental para abordar esta amenaza global desde todos los ángulos.

El 24 de agosto Ángeles Escrivá firmaba otra exclusiva, que iba como tema principal de portada. Ahora se refería a la estrategia contra el terrorismo islámico: Interior pide ayuda a los imanes frente al yihadismo. El editorial sobre este asunto se titulaba El plan contra el nuevo yihadismo debe contemplar reformas legales.

Los radicales islámicos han logrado generar auténticas sociedades paralelas que deben desaparecer. Sería el caso de algunas zonas de Cataluña; o de Ceuta, que merecería un plan especial. La globalización ha agravado la amenaza con fenómenos nuevos, como el del autoadiestramiento y el proselitismo a distancia. La colaboración de los imames moderados parece fundamental. Pero será insuficiente si no se completa con reformas audaces.

El 4 de septiembre de 2014 Ignacio Cembrero publicaba una información titulada El Estado Islámico sueña con conquistar Al Andalus. Sin embargo, al final de la información matizaba la gravedad de la amenaza, si bien no descartaba que pueda haber atentados:

Algunos analistas, como Abdalá Rami, investigador del Centro Marroquí de Ciencias Sociales, sostienen que «Al Andalus es un objetivo tan confuso que no hay que atribuirle gran importancia». A diferencia de Al Qaeda, que intentó golpear a diestro y siniestro, el IS parece, pese a sus proclamas incendiarias, muy concentrado en consolidar su poder en territorio siro e iraquí.

El califa Aboubakr al Bagdadi, líder del mastodonte yihadista, habla de conquistar Bagdad, capital del califato abasí, y Damasco, capital de los omeyas, pero no menciona a Córdoba, capital del califato de Occidente. El riesgo son más bien, por ahora, los llamados lobos solitarios, jóvenes radicales que desde su casa en Europa estén tentados de emprender la guerra por su cuenta.

 

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Autor

Antonio Chinchetru

Licenciado en Periodismo y tiene la acreditación de suficiencia investigadora (actual DEA) en Sociología y Opinión Pública

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