OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

El telepredicador Pablo Iglesias ya tiene vicios de la casta y planea el asalto a Podemos

Ignacio Camacho propone a PP, PSC y Ciudadanos que no se presenten a las elecciones que convoque Artur Mas

Esperanza Aguirre dice que es una vergüenza la corrupción de Gürtel y Caja Madrid

Menudo juego está dando el congreso-que-no-se-llama-congreso de Podemos y la frase de Pablo Iglesias de que «el cielo no se toma por consenso, se toma por asalto». Calculo que, de cada cinco columnas publicadas el 20 de octubre de 2014, cuatro mencionan al nuevo partido y a su mesiánico líder en mayor o menor extensión.

Podemos empieza a seducir o gustar a gente de lo mas variado, aunque con un elemento común: ser difícilmente encajables en el sistema actual, sea de partidos, sea de opinión publicada.

Federico Jiménez Losantos (El Mundo) me sorprende con una declaración en que parece anunciar su conversión a Podemos si este partido defendiese la nación española.

En Francia, Le petit Nicolas es Sarkozy, ese zíngaro napoleónico que es el único que puede impedir que Marine Le Pen llegue al poder y se cargue la Unión Europea. Con un discurso, por cierto, como el de Podemos salvo por el desprecio que Iglesias, Monedero y los trotskos de Echenique exhiben por la nación española. Si Podemos fuera un partido nacional español ganaba las próximas elecciones por mayoría absolutérrima.

Después de leer este párrafo, necesité medio cigarro para reponerme de la emoción.

El economista José García Domínguez, compañero de Losantos en Libertaddigital.com, describe la necesidad de utopía que tiene la izquierda y añade un factor explicativo del ascenso de Podemos: el empobrecimiento de la clase media.

La derecha, apolítica por naturaleza, necesita honrados contables con manguitos duchos en administrar el presupuesto público con probidad y recto criterio. La izquierda, en cambio, necesita soñar. Necesita creer que algún día se podrá asaltar el Cielo. Huérfana de un horizonte utópico, la izquierda no es nada. Por eso el canto del cisne de la socialdemocracia desde que cayó el Muro. Por eso el viaje a ninguna parte del PSOE desde que comenzó la Gran Recesión. Ese Pablo Iglesias lo sabe. Sabe que no basta con manejar la demagogia burda de las tertulias, los códigos simplistas del maniqueísmo pueril, único lenguaje que son capaces de entender ya las grandes audiencias de los medios audiovisuales. Sabe que además tiene que ofrecer la Luna. También la Luna.

Con todo su populismo de brocha gorda, el discurso transversal de Podemos, novedad por entero ajena a la retórica clásica de la extrema izquierda, revela que han captado el choque de placas tectónicas que se está produciendo ahora mismo en nuestra estructura de clases. Porque a quien en verdad se está llevando por delante esta crisis es a la clase media, a sus hijos para ser precisos.

PRADA DESENTRAÑA LA «TEOLOGÍA» DE PABLO IGLESIAS

Por el mismo camino, pero con el fundamento socioeconómico menos trabajado, pasean dos columnista a los que todavía les cabe el adjetivo de jóvenes.

David Gistau (ABC) recurre al sentimiento de venganza como fuerza de Podemos.

Podemos es una herramienta de venganza social a la que nadie preguntará de dónde viene ni adónde va mientras sirva para ejecutar esa revancha que le ha sido encomendada hasta el punto de que no hay, desde su aparición, conflictividad en la calle. Que además Pablo Iglesias sea un fenómeno del famoseo al cual las «grupis» pellizcan el culo justo antes de que él se ofrezca con los abrazos abiertos como si se dispusiera a sanar leprosos como un telepredicador no hace sino consagrar una noción vertical del liderazgo que impide la dispersión que acabó con el 15-M.

Manuel Jabois (El Mundo), más incisivo, lo resume en una sola frase:

Podemos, el mayor fenómeno político desde la irrupción del PSOE de González, se ha construido ideológicamente contra la tercera persona del plural.

Y para que le quede claro, amigo lector:

Al llegar a su sitio, Pablo se da la vuelta y aplaude, y todos gritan «A por ellos».

Juan Manuel de Prada (ABC) ha dejado sus lecturas de los clásicos españoles y del colombiano Nicolás Gómez Dávila y se ha embaulado una antología de Juan Donoso Cortés, pensador antiliberal, que ya comentó el sábado 18. Le cita al escribir sobre Pablo Iglesias, al que también augura un rutilante futuro. Como Satanás.

Pablo Iglesias es muy superior al resto de dirigentes políticos españoles, siquiera porque tiene lecturas y teología, de las que los otros carecen.

Este asalto del cielo que postula Pablo Iglesias revela, amén de lecturas, una teología muy precisa, de raíces prometeicas, que Donoso Cortés ya había detectado en la ideología socialista (frente a la liberal, que calificaba de «antiteológica y escéptica» y, por lo tanto, destinada a la derrota); una «teología satánica» en la que, «si hay mucho de falso, hay algo de gigantesco y grandioso, digno de la majestad terrible del asunto».

Paradójicamente, los bellacos que, cogiditos de la mano en su cielo de consenso, nos trajeron a Pablo Iglesias, andan metiéndole miedo a la gente con el asalto al cielo que Pablo Iglesias planea. Pero tales bellacos nada tienen que temer, fuera del desalojo. Como ya nos advirtiera Donoso, esta teología no tiene para el liberalismo sino desdenes; es para el catolicismo para el que guarda sus odios.

¿ASAMBLEA O CAUDILLAJE?

De los columnistas que se ocupan de la esencia, paso a los que se quedan en la superficie, es decir, en las peleas entre los jerarcas de Podemos y sus contradicciones ideológicas. ¡Anda que no estaba comido el PSOE de González y Guerra por las contradicciones pero éstas se aparcaban para alcanzar el poder!

Pablo Sebastián (Republica.com) asegura que los podemitas llevan camino de ser la neo-casta.

Iglesias, Monedero y Errejón, los tres mas mediáticos del grupo, quieren el poder y el control bajo la batuta de Iglesias, frente al triunvirato que propone Echenique, el otro Pablo y también eurodiputado. Pero los nuevos amos de la formación no pactan ni transigen, sino que Iglesias ha llegado a decir que o le eligen a él, o se va. Es decir o yo o el diluvio, con lo que ya tenemos a la vista unas maneras democráticas (hay que saber perder si llega el caso) y una clara ambición, marcada por el mesianismo de quien se siente predestinado para liderar España y cambiar el país, e incluso la Constitución, proyectos que por otra parte no aclaran.

Si siguen así, estos dirigentes de Podemos muy pronto serán ‘la nueva casta’. De momento su autocomplacencia es asombrosa. Por ejemplo Juan Carlos Monedero e Iñigo Errejón, dos de ‘la banda de los cinco’ que lidera Pablo Iglesias, se hicieron este fin de semana un bonito selfie con sendas tribunas en los diarios El País y El Mundo que, dada su similitud, parecían tener un solo autor.

hay síntomas bastante alarmantes entre los hoy dirigentes de Podemos que nos permiten temer que su modelo de Democracia no es tal. Por ejemplo, no se puede admitir, como lo defiende Pablo Iglesias el derecho de autodeterminación en una nación como España

Joaquín Prieto (El País) opone a la marcha de Podemos argumentos racionales. Así los progres no van a llegar muy lejos…

Juan Carlos Monedero asegura que Podemos no aceptará dinero de los bancos; entonces ¿de quién lo aceptará? «La gente» como fuente única de recursos se antoja tan ingenuo como cuando se decía que los partidos de izquierda iban a vivir de sus militantes.

En la boca de los portavoces de Podemos no hay izquierda ni derecha, sino «ciudadanos», «gente» que va a votarlo todo. Pero Pablo Iglesias quiere que en Podemos mande uno; el que «la gente» quiera, pero uno.

Esta opción ha recogido el descontento y ha despertado ilusiones políticas en muchos que las habían perdido. Ahora bien, una cosa es crear expectativas y otra ser capaz de gestionarlas. Si triunfa la opción de no concurrir a las elecciones municipales, ¿ podemos barrer a las demás élites políticas, ser temidos por los bancos, rescatar a la democracia de sus «secuestradores», hacerse con el poder del Estado? La astucia tacticista no vale de talismán para todo.

José Luis Martín Prieto (La Razón) aplica el análisis marxista a Podemos y concluye que son troskos con los vicios de la discusión y la escisión en sus entrañas.

Podemos levantó su estructura televisiva, sin cimientos, y estos días levanta sus paredes sin colocar los andamios. Son comunistas pero con la pretensión internacionalista de Trotsky, y ya se sabe que juntándose dos trotskistas nace una escisión. Estos caballeros que se coronan de una superioridad moral sobre los demás ya se navajean por la Nomenklatura. Iglesias quiere ser César o nada, y si da un paso atrás será para tomar impulso. Su oposición requiere un triunvirato, como en el Senado romano, y un porcentaje del politburó por lotería entre las bases. De la dictadura del proletariado a la de los PNN. Algo estaremos haciendo muy mal para que nos encandile el comunismo paleolítico de la novia de Pablo Iglesias.

Algo parecido cuenta José Oneto (Republica.com).

Aunque oficialmente han intentado, especialmente en la prensa, ocultar las tensiones entre los partidarios de una dirección colegiada de tres portavoces, tesis defendida por el eurodiputado Echenique y la dirección única a la que se agarra Pablo Iglesias y su entorno, la pelea duró toda la jornada de domingo con un ultimátum de Iglesias, el que pierda se retira y deja el campo libre a los ganadores. En el fondo, es la pelea entre los partidarios entre los que quieren que el poder lo tengan los círculos o esté centralizado. El debate y las votaciones están servidos.

Raúl del Pozo (El Mundo) nos revela que el embajador de EEUU, el decorador James Costos, está inquieto por Podemos y hace lo que todos los viejos cuando tiene jóvenes cerca: darles consejos no pedidos.

Botín murió intranquilo por Podemos y a los americanos también les sorprende el fenómeno. «Queremos ser Gobierno -me dice un dirigente-, buscamos la centralidad y el diálogo. Nos entrevistaremos con el embajador americano o con Patricia Botín para explicarle lo que no pudimos explicar a su padre».

Marx sólo admiraba a dos filósofos, a Aristóteles, y a Hegel, al que llamó el Aristóteles alemán. El griego habló así: «El mando de muchos no es bueno; basta con un solo jefe». «No conocía -me dice- la recomendación de Aristóteles, pero es verdad que no queremos que esto sea el ejército de Pancho Villa. El debate no es personalismo o bases. Si Pablo gana en la semana que duraran las votaciones, habrá asambleas y liderazgo para ganar. Haremos equipo con los miles de líderes cívicos diseminados por todo el territorio nacional y muy presentes en la emigración del talento».

Cuidado con el asambleísmo y con el embajador del imperio, diría Aristóteles, después de comerse un bocadillo.

José María Carrascal (ABC), ligeramente original, atribuye el ascenso de Podemos a la estupidez del pueblo español.

Más de una vez me habrán leído que Pablo Iglesias vende el bolchevismo más primitivo. La cortedad política del pueblo español y su enorme cabreo le ha impedido darse cuenta de ello. Sobre todo, el cabreo.

¿Y para esto corrimos delante de los grises, don José María, para darle la razón a Gonzalo Fernández de la Mora… y a Donoso Cortés?

PILAR FERRER ASEGURA QUE DURAN ABANDONARÁ LOS DESPACHOS

Y de la tabarra de Podemos a la tabarra catalana.

Pilar Ferrer (La Razón) me hace reír con ganas al descubrirme que Durán Lleida no es separatista y desvelarme el proyecto político que éste quiere montar.

Cierto es que en Unió subyace un sector soberanista, pero quedó amortizado en su último Comité ejecutivo. La idea futura de Durán está clara: más sociedad y menos despachos, plataformas que den respuesta a los problemas ciudadanos y a la profunda crisis que, a su juicio, atenaza al actual sistema de partidos. La jugada arranca en noviembre, con una cumbre en Barcelona de líderes políticos, económicos y sociales. Para Durán Lleida todavía hay proyecto, protagonistas y votantes.

Durán, ¿menos despachos?, ¿y menos suites del Palace? Ay, que me parto.

Ignacio Camacho (ABC) se adhiere a la propuesta de Xavier Pericay para que Ciudadanos, el PP y el PSC no participen en las inminentes elecciones plebiscitarias.

Puede ser una idea utópica y desde luego arriesgada, pero resulta sugestiva. Si los presuntos vencedores no van a tomar en consideración a la minoría no hace falta que la tengan delante para humillarla. Mas pretende legitimar su causa con un golpe de efecto en la opinión pública internacional y nada le haría más daño que la repulsa del rechazo y la ausencia. Abstención activa. No jugar con sus cartas marcadas; he ahí una manera de arruinarle el órdago. Unas elecciones sin la oposición: la clamorosa expresión universal de una farsa democrática.

Modestamente, digo que quien se abstiene o no participa en unas elecciones queda fuera del juego.

Màrius Carol (La Vanguardia) constata que en Cataluña la política se ha hace ya en la calle, algo que allí siempre ha acabado mal.

Las líderes de la ANC y de Òmnium Cultural pidieron igualmente elecciones plebiscitarias en tres meses, así que con toda seguridad las habrá. La política parece haberse trasladado del Parlament a la calle. Es lo que tiene los tiempos desafinados.

«MUNICH, ESA BARCELONA SIN COMPLEJOS DE BAJITOS»

Poco más queda en las columnas de la prensa que no sea Podemos y Cataluña.

Una frase de la crónica deportiva de Ignacio Ruiz-Quintano (ABC) me causa una carcajada por su ironía:

Múnich, esa Barcelona sin complejos de bajitos

Otras frases del artículo del ex senador socialista Juan G. Bedoya, redactor de la sección de religión de El País, también me hacen reír, pero por lo inverosímiles.

Franco prohibió a Pablo VI viajar a Santiago de Compostela, abrió una cárcel solo para curas en Zamora y en 1974 puso bajo arresto domiciliario al obispo Añoveros. El plan era enviarlo al exilio y amenazar al Papa con romper las relaciones oficiales, como escarmiento. Renunció, lloriqueando, solo cuando Tarancón fue a verlo nada menos que con una carta de excomunión.

¿Un clerical como Franco, que obedecía todo lo que venía de Roma, prohibiendo al papa vsitar España? Ja, ja. ¿Que Tarancón fue a ver a Franco con una carta de excomunión y éste lloriqueó? Ja, ja, ja, ja. Las fuentes de Bedoya son como fueron las fuentes del Nilo: un misterio.

David Trueba nos cuenta la censura de las películas que hacen los musulmanes.

En el mundo islámico, la censura es de corte clásico. No queda otra que rechazar las invitaciones a festivales donde se pretende proyectar tu película con tijeretazos, con manazas que se plantan delante de la pantalla e invocaciones a que el pueblo, en esos rincones, no está preparado para ver una teta y más si está sin operar.

Hace poco, en un vuelo de Qatar Airways pude ver la tan divertida Ocho apellidos vascos con sus cortes pertinentes cada vez que los dos jóvenes protagonistas se besaban demasiado o se quedaban en ropa interior.

La columna insulsa del día trata es la que escribe Esperanza Aguirre en ABC. Ya sabe, querido lector, esa señora que denuncia los defectos de los partidos y de la política como si no hubiera sido ministra de Educación, presidenta del Senado, presidenta de la Comunidad de Madrid y presidenta del PP. Hoy denuncia la corrupción de los partidos.

Gürtel y Bárcenas en el Partido Popular, los ERE de Andalucía en el PSOE, en la UGT y en Comisiones Obreras, los Pujol y demás escándalos en la Cataluña de los nacionalistas, por citar solo los más conocidos y llamativos, son una buena muestra de casos de corrupción que escandalizan a cualquiera y que, desde luego, tienen enfurecidos a los ciudadanos. Y con razón.

En las cajas los consejeros fueron nombrados por los partidos políticos, los sindicatos y la patronal, a los que la ley atribuía la representación democrática.

Doña Esperanza Aguirre como presidenta de la Comunidad de Madrid, ¿no tuvo nada que decir sobre el nombramiento y la gestión de Miguel Blesa en Caja Madrid o es que, como Arturo Fernández, tampoco se enteraba de lo que pasaba en la caja?

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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