OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

Edurne Uriarte (ABC) denuncia el tupido velo al hablar del dinero B del PP en Libertad Digital

Mayte Alcaraz carga la corrupción del PP, desde Gürtel a Francisco Granados, a Esperanza Aguirre y exime de ella a Mariano Rajoy

Juliana asegura que la información sobre la fortuna de Xavier Trias se la pasó el Gobierno a El Mundo

Ya supondrá, amigo lector, que hay un tema que hoy, 28 de octubre, agrupa a la mayor parte de las columnas publicadas en la prensa: la corrupción. Pero hay distintas maneras de tratarla. En La Vanguardia, por ejemplo, se mencionan los alcaldes madrileños detenidos y la implicación del PP y del PSOE, pero casi no se menciona la corrupción de CiU, partido que da al conde de Godó las subvenciones que permiten mantener abierto su periódico.

El director Màrius Carol no pierde un día para quedar en ridículo, como la semana pasada, cuando trató de justificar que su periódico no haya publicado nada en años sobre la corrupción de los Pujol y CiU señalando que a «la sociedad» y a los partidos el saqueo de las arcas públicas no les preocupaba. Hoy escribe lo siguiente:

Curiosidades aparte, de nuevo el país se levantó con la sensación de vértigo que produce descubrir que eran detenidas 51 personas, entre ellas políticos, empresarios y funcionarios. Seis son alcaldes de la Comunidad de Madrid y uno preside la Diputación leonesa

Será en el oasis catalán, donde la gente se levantó (¿a las 10 de la mañana?) con la Operación Púnica, pero en el resto de España, el despertador fue la exclusiva de El Mundo sobre la fortunita de Xavier Trias, alcalde de Barcelona.

PABLO SEBASTIÁN CORRE A POR LA CABEZA DE AGUIRRE

Otro ejemplo de tratamiento ‘peculiar’ es el reparto de culpa (por no llamarle basura) dentro del PP. Mayte Alcaraz (ABC) hace de portavoz de Moncloa o Génova o de ambas y nos cuenta lo enfadados que están en el PP con Esperanza Aguirre.

Que el PP de Madrid es un partido dentro de otro -el de Rajoy- lo reconocen hasta los más fieles a Esperanza Aguirre.

Por eso, los escándalos que afectan a la versión madrileña del PP, desde la trama Gürtel a la de los espías y a Caja Madrid hasta llegar a la operación «púnica» de ayer, han indignado especialmente a la dirección nacional, sabedora de que la falta de contundencia con la corrupción puede llevarse por delante sus expectativas electorales, diezmadas ya por el desgaste de la gestión de Rajoy.

El malestar por la detención del que fuera vicepresidente regional Francisco Granados, que ayer no disimulaban diputados, senadores y responsables orgánicos, obligó a Esperanza Aguirre, presidenta madrileña, a comparecer ante los medios para dar una explicación.

la guerra, que se inició en el Congreso de Valencia de 2008 en el que la expresidenta amagó con disputarle el liderazgo, sigue abierta. Rajoy, ayer, volvió a recibir presiones de su entorno para que «haga una limpieza a fondo y rueden cabezas». Le queda además por decidir si quiere a Aguirre como candidata.

Pablo Sebastián (Republica.com) también descuelga la escopeta y azuza a Marcello contra Esperanza Aguirre… y en defensa de Rajoy.

La responsabilidad la debe asumir Aguirre presentando su dimisión del cargo de Presidenta del PP de Madrid porque el caso afecta a Granados y a varios alcaldes que este partido tiene en la Comunidad, a los que se suman los ya imputados en Gürtel, su exconsejero López Viejo, los consejeros nombrados por ella en Caja Madrid con sus famosas ‘tarjetas negras’ y un sinfín más de casos -veremos cómo acaba el ático marbellí de I. González-, donde se incluye el espionaje a Gallardón y Cobo con agentes camuflados, amén de sus amistades peligrosas, Díaz Ferrand, Arturo Fernández, Pedro Pérez, Alberto Recarte, y asuntos relativos a su coro de medios a los que hizo concesiones y dio toda clase de ayudas que pronto verán la luz.

Pero los políticos no escarmientan y Aguirre sigue empeñada en ser la sustituta de Rajoy al frente del PP y previamente alcaldesa de Madrid y no va a conseguir ni una cosa ni la otra. Y si fuera más astuta que apasionada esta Esperanza fallida debería saber que éste es un buen momento para salir de la política a descansar, cuidar de su salud y jugar con sus nietos, que es lo que prometió hacer y no ha cumplido desde que abandonó la presidencia de la Comunidad de Madrid, otra decisión que tampoco explicó. En los países democráticos las responsabilidades políticas se asumen con la dimisión y si Aguirre así lo hiciera ella se estaría haciendo un favor. Y si no al tiempo porque los hechos son tozudos y no dan margen de error.

Lo primero que leo en la columna de Raúl del Pozo (El Mundo), ‘Madrid: fosa séptica’, es que habla directamente, sin secretarias ni dircoms, con Esperanza Aguirre y Antonio Carmona. Después, empiezan las frases interesantes. ¿Aparecerán muertos en las tramas de corrupción?

Y yo me imaginé que paseábamos sobre un alcantarillado de aguas negras y pozos ciegos. ¿Acaso llegarán a encontrarse restos humanos entre el cemento y la mierda?

Y al final sendos avisos al PSOE y al PP:

César Luena, del PSOE, declaraba: «Si Mariano Rajoy quisiera reunirse con su equipo tendría que ir a Soto del Real o a la Audiencia Nacional». Lo decía horas antes de que la Guardia Civil detuviera a un alcalde de su partido. Añadió en su discurso: «Hay un amplio margen entre los que se fuman un cohíba y los que montan barricadas para asaltar el cielo».

Los cohíbas los fuman también los dirigentes de su partido que tienen agujeros en los pulmones de tanto chupar los puros de Fidel. Hubo cohíbas y pastizarra para todos, pero las del bery, trena o maco van por el PP ahora. Personas muy cercanas a Aznar sospechan que la última estratagema es culparle de la corrupción: «Me da la risa cuando amenazan con mirar hacia atrás. Que miren y se encontrarán».

ANTONIO LUCAS NO SABE LO QUE ES UN «PUTO PAÍS INEFICIENTE»

Junto a columnas mejor o peor intencionadas, hay columnas simplemente insulsas. Es la que escribe Antonio Lucas (El Mundo).

En este puto país ineficiente…

Ya está, el columnista de El Mundo se creerá que, como el Jaimito de los chistes, ha hecho su gracia y podrá mostrar a sus amigos su columna a la vez que les dice «¿veis cómo les doy leña?». La de Ignacio Camacho (ABC) me sirve para cerrarle la boca.

La paradoja consiste en que el sistema se hunde justo cuando las instituciones empiezan a depurar sus propios vicios, a limpiar la basura acumulada durante décadas en los establos. El agio aflora porque la Policía, la Justicia y los medios hacen su trabajo. España no es una sociedad corrupta: aquí no se soborna por rutina a los guardias, ni a los médicos, ni a los funcionarios, como sí sucede aún en algunos países de la Unión Europea. Pero la saturación de casos en la cúpula dirigente provoca una sensación caótica de desconfianza, de irritación, de desarme moral en una población atemorizada por su empobrecimiento. Sucedió en la Italia de los 90 y en la Argentina de primeros de siglo

Antonio Casado (ElConfidencial.com) atribuye el afloramiento de tantos casos de corrupción a la irrupción de Podemos

Tal vez hayan sido los indignados, seducidos por un llamamiento populista, quienes han obrado el milagro de que el Gobierno (del que dependen la Policía, la Guardia Civil, la Agencia Tributaria y la Intervención General del Estado) se haya puesto las pilas. Es la moraleja de la macrorredada de ayer, con 51 detenidos, en la que se actúa tanto contra empresas que pagaban el peaje como contra cargos municipales y regionales que lo cobraban, lo cual refleja bien la realidad de un sistema corrompido a partes iguales por corruptores y corrompibles en dulce amontonamiento, donde las mordidas, el clientelismo y el intercambio de favores han venido siendo modelos de conducta identificables.

Y la atribución del conocimiento por la opinión pública de las tarjetas de Caja Madrid por Casado a una orden de Rajoy hace que me parta el pecho.

En algún caso, como el de las tarjetas de Caja Madrid, ni siquiera se molestaron en disimularlo. Tuvieron que pasar casi diez años para que, con la luz verde del Gobierno, un presidente de la entidad pusiera en la mesa de un fiscal el informe resultante de una auditoría interna. Su decisión nos recuerda que en materia de lucha contra la corrupción, cuando se quiere, se puede. O sea, una vez más se demuestra que acabar con esta lacra, o al menos intentarlo, es cuestión de voluntad política.

ESPADA SE PREGUNTA POR EL SUMARIO DE LA SGAE, LLEVADO POR RUZ

Entre los análisis más interesantes, destaco el de Arcadi Espada (El Mundo), que en ‘Infame turba’ duda de las intenciones de muchos jueces redentores.

No sé que han hecho esos políticos y funcionarios detenidos ayer en varias ciudades de España. Sólo espero que la policía y los jueces sí lo sepan y mi duda no ofende sino que atiede. A los hechos. Hace tres años al juez Ruz -y es sólo un ejemplo entre cien- sólo le faltó enviar los tanques para ocupar la Sociedad General de Autores y detener a aquella pandilla de delincuentes que, tres años después, repito, siguen esperando, no ya sentencia, sino procesamiento o solución.

¿Se usa por los jueces y los periodistas la ‘pena de banquillo’ para, al menos, marcar a fuego a los (presuntos) corruptos?

En esta farsesca Place de la Grève en que se ha convertido España se está imponiendo una idea totalitaria: la de que el castigo mediático de la detención suple la impunidad que al final decretará la justicia. Es sabido que los poderosos conocen mil tretas y que hay cosas, como me decía una flamígera angelita mediática la otra mañana, que son imposibles de demostrar. De esa idea, además, participan muchos jueces. Imparten justicia con los medios, porque es mucho más fácil ser un juez estrella que dedicarse a la hosca, lenta y oscura tarea de impartir la justicia auténtica, de tratar que, en efecto, la Justicia se imponga a todo poder, incluido el de los medios. Y prefieren los atajos. Los atajos de la democracia.

Sobre el comportamiento de los periodistas escribe en ABC Edurne Uriarte. Según ella, muchos no están ‘limpios’.

Buena parte del periodismo que disfruta enormemente con el análisis de la corrupción de los políticos, pero corre un tupido velo sobre el que salpica a los propios medios. Como demuestran, por ejemplo, las escasas referencias al medio de comunicación acusado en el caso del supuesto dinero B del PP invertido en tal medio. O el nulo interés en la investigación de relaciones políticas y económicas sospechosas de algunos medios y periodistas.

Por todo ello, tan importante como la lucha contra la corrupción es el tratamiento político y periodístico de la corrupción. Para lo primero, es imprescindible ese pacto que el PSOE ahora rompe y que debe extenderse a todos los partidos con sentido de responsabilidad institucional, a no ser que quieran verse engullidos todos ellos por la ola de los populistas. (…) Y para lo segundo, es esencial una actitud responsable de los medios sobre la corrupción. Que no pretendan etiquetarla como un problema de los demás, de los partidos, frente a la supuesta inocencia de analistas y observadores.

José María Marco (La Razón) señala también a los ciudadanos, que han dado sus votos durante años a los corruptos de PP, PSOE, CiU, IU…

Está bien que se planteen grandes medidas legislativas para impedir que estos hechos vuelvan a suceder. Aun así, es posible que restablecer la confianza tenga que llevar aparejada una forma distinta de pensar la relación con lo público, las formas en las que se organiza la representación social y, muy evidentemente, la selección del personal político, que no puede seguir siendo una máquina para escoger a los peores. Se equivocará quien piense en términos puramente éticos y haga frases campanudas sobre la ejemplaridad y los valores. El problema planteado es de orden político, de división clara de los poderes, así como de transparencia, reparto y devolución del poder a las instituciones y a la sociedad. Habrá quien hable de los ciudadanos y no se equivocará del todo.

Hermann Tertsch (ABC) expone los riesgos a los que se enfrenta la Eurozona si en los países del sur la extrema izquierda se apodera del Gobierno (España y Grecia) o prosigue la paralización política (Italia).

Los países más ricos y desarrollados buscan sus soluciones en mayor autoridad, orden y esfuerzo, por lo que su populismo tiende a la extrema derecha. Mientras, en el sur, son las fuerzas del igualitarismo y el resentimiento social que movilizan hacia la extrema izquierda. Grecia podría tener tras elecciones anticipadas en 2015 un gobierno de extrema izquierda. Una España hundida en el fracaso político y la corrupción quizás imite a Grecia. Nadie sabe qué puede pasar en Italia. Los países del norte tendrán nula tolerancia para renovadas ayudas a un sur en regresión a ideologías pretéritas. Las fuerzas antieuropeístas crecen en todos, en ricos y pobres. Con problemas graves de defensa exterior, nacionalismos agresivos, seguridad interior, inmigración descontrolada, crisis en la competencia globalizada y corrupción, será previsiblemente la polarización ideológica, casi cultural, el mayor obstáculo a superar si los europeos quieren seguir viviendo juntos dentro de un lustro o dos. El 2015 se anuncia como prueba de fuego.

LA VANGUARDIA Y LA CONSPIRACIÓN CONTRA CATALUÑA

Enric Juliana (La Vanguardia) sigue en su papel de defensor de Convergència Democrática. Escribe sobre la exclusiva de ayer de El Mundo referida a la fortuna de Xavier Trias, alcalde de Barcelona, en Andorra. Es el único en el periódico de la familia Godó que menciona hoy este asunto, pero lo hace para asegurar que, qué vergüenza, es una filtración del Gobierno.

La jornada comenzó ayer con la filtración gubernamental al diario El Mundo de Madrid de una investigación policial en curso sobre la supuesta existencia de una cuenta de 12,9 millones de euros en Andorra, provenientes de Suiza, a nombre del alcalde de Barcelona. Una noticia, que, de ser cierta, supondría la total fulminación política de Xavier Trias y un auténtico final de partida para Convergència i Unió.

Y concluye con una batallita de su época en Italia como corresponsal:

En la Italia de Tangentópolis, días como el de ayer solían finalizar con un titular de síntesis, expresivo como una película de Sofía Loren y Marcello Mastroianni: Tutti in manette! (¡Todos esposados!).

Del grado de enloquecimiento de la política catalana tenemos una muestra en la píldora que suelta Dolores García (La Vanguardia): el nuevo aliado de Artur Mas es David Fernàndez, quien se ha jactado de ser chófer de Arnaldo Otegui cuando éste visitaba Cataluña.

La relación de Mas con Junqueras está bajo mínimos. En cambio, el president tiene cierto idilio político con David Fernández, líder de la CUP, a quien considera fiable y consecuente con su palabra.

Mientras sorbó el café, recuerdo que el antisistema Fernàndez, el que esgrimió su chancleta contra Rato, es el presidente de la comisión de investigación de la fortuna de los Pujol. ¡Menudo antisistema!

El País de Antonio Caño prosigue la eliminación de la «opinión publicada» de sus páginas: ninguna columna de las firmas habituales sobre este asunto.

ROSA MONTERO, ENTÉRATE, YO NO SOY CULPABLE

¿Alguna tribuna o columna que no hable de corrupción? Aquilino Duque escribe la Tercera de ABC sobre el novelista y poeta Agustín de Foxá, cuya reivindicación en un acto literario en Sevilla le causó al primero un intento de juicio inquisitorial por parte de Izquierda Unida.

A Foxá no se le entiende sin su doble condición, en lo estético, de modernista y futurista; en lo humano o si se quiere en lo político, de aristócrata y de falangista. Si por un lado añora el mundo feliz y amable de su niñez y adolescencia, en reales sitios, balnearios de moda y playas del Cantábrico, por otro es implacable con una mesocracia gazmoña y tristona, la España galdosiana amargada y resentida que su jefe político quería transformar en «faldicorta y alegre» . No hay incompatibilidad entre lo uno y lo otro. La actitud de Balzac, por ejemplo, ante la burguesía es la que el rico por su casa venido a menos tiene frente al nuevo rico, al villano venido a más.

La infame «ley de la memoria histórica» , impuesta por una izquierda revanchista con el asentimiento cómplice de una derecha vergonzante, que no tiene más objeto que el de retrotraernos a los tiempos y los hechos que hicieron la guerra civil inevitable, viene a refrendar las ambiguas reivindicaciones de la obra de unos autores condenándolos a la muerte civil a título póstumo.

La columna ridícula del día se la lleva Rosa Montero (El País). Estoy pensando en sugerirle que se tome unas vacaciones o que cambie el contenido de sus columnas, porque el día que publica pasa por encima de todos los demás propuestos. Doña Rosa empieza escribiendo sobre el atentado terrorista en Canadá para llegar a la corrupción y la caía del Imperio romano. (Estos progres, a medida que envejecen, recurren a las metáforas y las citas de los fachas de la prensa del Movimiento.) El inciso que encuento en esta frase me decide a concederle, de nuevo, el premio:

Todos los inadaptados de Occidente, que son legión (y algo habremos hecho mal para que sea así), son presa fácil de ese viento de fuego.

Es la misma argumentación que he escuchado a algunos cristianos solidarios y oenegeros comprometidos: todos los occidentales tenemos la culpa de la miseria en África. ¿Así que tiene la misma culpa el pobre desgraciado que paga una hipoteca y no llega a fin de mes que el hombre o la mujer de negocios que viaja a Marruecos o a Guinea con una maletín lleno de dólares para conseguir una concesión?

La consecuencia de esta inmoral teoría moral es que, si todos somos culpables, nadie lo es, en especial los verdaderos culpables, desde los dictadorzuelos africanos a los petroleros europeos, o en el caso que le aflige a Rosa Montero, desde los imanes pagados por Arabia Saudí y Qatar a los tiranos árabes.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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