El periódico reprocha a Pedrojota que quiera seguir siendo el director
En El Mundo ha estallado la esperada guerra de Pedrojota contra su fiel Casimiro García-Abadillo y sus editores italianos.
El periódico publicó el 2 de noviembre de 2014 un artículo de su fundador donde arremetía contra su creación, Casimirio García-Abadillo, al que acusaba de ningunearle y le llamaba traidor y vendido a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
Este lunes, García-Abadillo replica con un editorial donde presume de su liberalidad al permitir semejante ataque a él en el periódico y le zumba a Pedrojota acusándole de pesetero, mentiroso, ególatra y celoso; incluso plantea que el periódico gana más dinero ahora que en los últimos meses del mandato de Pedrojota (Ninguno mueve ficha).
El diario, en forma de editorial y replicando la voz de García Abadillo, desmiente «relaciones incestuosas con miembros del Gobierno«, ni «protege a nadie por su relación con el director».
También niega ahora que «la clave» de la caída de Pedrojota, tras casi 25 años al frente del diario fuera «política«:
«El cese en sus responsabilidades se produjo fruto de un acuerdo amistoso con Unidad Editorial, que supuso para él una sustanciosa indeminzación y su continuidad en la empresa con otras funciones» (Pedrojota se ‘baja los pantalones’ ante Ana Patricia Botín).
El editorial, titulado ‘En esta pecera no existe la censura’, será la noticia que deguste este 3 de noviembre de 2014 la profesión periodística con más placer («Que con su pan se lo coman»).
A algunos de nuestros lectores les pudo sorprender ayer la publicación de un artículo duro e injurioso contra nuestro director, escrito nada menos que por su antecesor, Pedrojota Ramírez, en su colaboración semanal.
La práctica de nuestro diario es publicar todos los artículos de opinión sin ejercer nunca la censura. Y ésta es una prueba.
Sin embargo, en estos nueve meses el diario ha logrado mantenerse y mejorar sus resultados sin perder su carácter y su esencia crítica con el poder. No hay relaciones incestuosas con miembros del Gobierno como dice Pedrojota.
Pedrojota sostiene que está recluido en una «mazmorra», como si alguien hubiese decidido encerrarle para impedir que su opinión siguiese iluminando a los que necesitan de su luz. No hay mazmorras.
El ex director de El Mundo puede hacer lo que le venga en gana, salvo, como es natural, pretender dirigir el diario desde otro despacho que no sea el del director.
Naturalmente que Pedrojota es y ha sido incómodo para el poder, pero la clave de su salida no fue política. El cese en sus responsabilidades se produjo fruto de un acuerdo amistoso con Unidad Editorial, que supuso para él una sustanciosa indemnización y su continuidad en la empresa con otras funciones.
Lo que vale la pena es mantener vivo el espíritu de esta maravillosa pecera, no tratar de romperla porque ha dejado de ser el reino de un solo pez.