Según el editorial, "la marea de la corrupción ha llegado a la cabeza del PSOE andaluz"
El Mundo, La Razón y ABC instan este 14 de noviembre de 2014 al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, a tomar medidas contra los prebostes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, a los que el Tribunal Supremo ha aceptado investigar por indicios de corrupción.
ABC es el que con más fuerza exige al PSOE que ingiera su propia medicina ‘ética’ y fuerce a Chavez y Griñán a dejar sus escaños en las Cortes, a fin de que la causa avance más rápido, sin dilatarse con los suplicatorios.
El diario conservador añade que Sánchez y Díaz han perdido legitimidad para «acusar a Rajoy de tolerancia con la corrupción». Es decir, PP y PSOE, todos iguales.
Las consecuencias inmediatas deben ser de carácter político. Tanto Susana Díaz como Pedro Sánchez son esclavos de sus palabras, y después de haber roto las negociaciones con el Gobierno para un posible pacto anticorrupción por los escándalos de las tarjetas negras de Caja Madrid o la operación Púnica no pueden ahora excluir a Griñán, Chaves y Zarrías de su campaña ética. Los aforados a los que va a investigar el Supremo deben dejar sus escaños, sin escudarse en cuestiones de técnica procesal sobre si hay que esperar a no al suplicatorio o a imputaciones formales contra ellos.
Los socialistas han querido sorprender al Gobierno poniendo muy altas las exigencias de transparencia y responsabilidad políticas y ahora tienen que ser coherentes. Para Susana Díaz se abre una encrucijada de difícil solución, porque tendrá que reclamar la cabeza política de sus mentores en la Junta o caer en el descrédito si no lo hace. Por otro lado, Pedro Sánchez se queda sin margen para acusar a Rajoy de tolerancia con la corrupción, porque la Junta ha sido desde hace años un nicho de corrupción en el que se han malversado cientos de millones de euros, previstos para paliar un desempleo endémico.
El auto de ayer del Tribunal Supremo solo pone negro sobre blanco lo que era inevitable: la marea de la corrupción ha llegado a la cabeza del PSOE andaluz.