OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

Raúl del Pozo: «La Justicia no debería usar a Pantoja para hacer pedagogía, sino justicia para todos igual»

Carlos Herrera llama "imbéciles de baba fácil" a los concejales de Barcelona que piden la retirada de la estatua de Blas de Lezo

Después de defender a Luis Bárcenas, Raúl del Pozo defiende a Isabel Pantoja

¿Me creerá, querido lector, si le digo que no he podido dormir por la pena que me ha causado la muerte de Cayetana Fitz-James Stuart? Este país es de pandereta o de diván de psiquiatra. Después de la Revolución Gloriosa, de la Revolución de Octubre, de la Revolución Pendiente, de dos Repúblicas y de veintiún años de gobiernos socialistas desde 1982, cuatro de cada cinco mujeres, más algunos millones de hombres, lloran, sienten o lamentan la muerte de una duquesa. En la provincia de Sevilla, donde ha ganado la lista del PSOE encabezada por el ogro Alfonso Guerra desde 1977, los plañidos atruenan el cielo.

El dilema planteado por Podemos se ha resulto, al menos este fin de semana de la siguiente manera: los españoles no son ni republicanos ni monárquicos, son ducales.

Comprenderá, lector curioso, que comience por el repaso a las columnas escritas en honor a la duquesa de Alba.

Pedro Narváez (La Razón) asegura que esa anciana era mucho más moderna que el común de los españoles.

la Duquesa de Alba se nos aparecía como una noble ácrata que a mi juicio nos ponía frente al espejo de nuestra decadencia, no de la suya. Porque mientras los españoles nos íbamos convirtiendo en pacatos suicidas, Cayetana cobraba vida cuanto más cerca de la muerte que es una manera de darle un corte de mangas al destino.

España un día fue sinónimo de libertad y hoy podría tener envidia de esta mujer que parecía la única que conservaba la alegría que una vez tuvimos antes de abonarnos a la depresión y el revanchismo cuyos cabecillas recordarán ahora que poseía un descomunal patrimonio y que era rica como si ello fuese el último pecado que confesó al morir. Que la mujer que más títulos nobiliarios atesoraba nos diera lecciones de modernidad es para hacérselo mirar.

Ignacio Ruiz Quintano (ABC) alaba la llaneza (que no campechanía) de la aristocracia española.

Está dicho que la aristocracia española ha sido la más llana de Europa, y un alcalde sevillano pondera la llaneza de la de Alba testimoniando que ella misma mandaba a comprarles pienso a los pencos «para que no se comieran la corteza de los emblemáticos naranjos de las calles de Sevilla».

En este tiempo de masas (aduladas más que los antiguos reyes), cuando la aristocracia de París son los sargentos de Napoleón, y la de Nueva York, los peregrinos del «May Flower» ¿cómo no sobrecogerse ante la singularidad heráldica de la Casa de Alba, si ministros hay que se pasman ante «la singularidad catalana» de los Mas?

RAÚL DEL POZO EMBISTE A LOS JUECES JUSTICIEROS

Luis María Anson (Elimparcial.es) no puede evitar cursilerías como la de escribir que por Cayetana «derraman lágrimas las palabras que salen de mi pluma», pero recuerda que la familia Alba fue de las pocos, sino el único, linaje aristocrático que en Madrid se resistió a especular con el palacio familiar.

Los palacios de muchos aristócratas españoles en Madrid -Medinaceli, Larios, Montellano, Romanones, Urquijo- se derrumbaron ante la especulación y en sus terrenos se han levantado altos y, a veces, antiestéticos edificios, que atraen a millares de coches y enturbian el tráfico. Liria, que fue destruido durante la guerra civil, lo que hubiera justificado la especulación del solar, fue reconstruido por la duquesa de Alba.

Cayetana Alba, con extraordinarios sacrificios económicos, terminó la reconstrucción de Liria y mantuvo el palacio con dignidad. Podía haberlo liquidado todo y vivir a cuerpo de rey Midas en una casa moderna en Puerta de Hierro, como tantos otros.

El joven Manuel Jabois (El Mundo) sigue necesitando más lecturas y más vida. Según él, la duquesa de Alba necesitaba las portadas del Hola para mantener su casa.

Cayetana de Alba fue un acontecimiento biológico. Importante, ineludible y alegre, pero nada más, y nada menos, que biológico. Sus grandes momentos políticos, entendida la política como regimiento de asuntos públicos, han sido sus bodas, sus nacimientos y sus muertes, pues de esos movimientos tan sensibles y tan privados dependían los palacios y los picassos.

Concluyo con una anécdota del escritor sevillano Aquilino Duque que narró en una reciente Tercera de ABC sobre el humor del segundo marido de doña Cayetana.

En el último avatar de su vida, como duque consorte de Alba, Jesús Aguirre hacía todo lo posible y lo imposible por llevar dignamente la corona ducal. El peso de una corona no debe de ser muy llevadero, y un día en que le oprimía las sienes más de lo debido se consoló con su interlocutor del momento diciéndole: «Los Alba siempre hemos padecido de migraña».

Y de una mujer de carácter a otra: Isabel Pantoja. Raúl del Pozo (El Mundo) se ha convertido en defensor de las víctimas de una justicia que quiere acallar las protestas contra la courrupción arrojando algunos huesos humanos.

¿No le van a descontar de la pena las maldiciones de la jauría, sus antiguos devotos que ahora la insultan en los paseíllos?

Fray ejemplo es el mejor predicador, un juez no es un fraile, y a los jueces les da ahora por hacer escarmiento, menos con los banqueros que saquearon las cajas o con los padres de la patria andorrana, y más con los famosos. A la tonadillera ya le han jodido la vida y el oficio. Dice Floriano que los partidos o se ponen a la cabeza de la manifestación contra el soborno y el fraude o la corrupción acaba con los partidos. Está bien, pero yo veo pocos políticos en la sombra.

La gente quiere carne de presidio, de renombre, bien macerada, pero la Justicia no debería usar el renombre para hacer pedagogía, sino justicia para todos igual.

LA RUPTURA CON UPYD, ¿BENEFICIA A ALBERT RIVERA?

El asunto político más trascendental del día es la ruptura de las conversaciones entre UPYD y Ciudadanos. Victoria Prego (El Mundo) emplea unos calificativos muy duros para ambos partidos, a los que atribuye una traición a los españoles.

Es, en realidad, un desprecio, un corte de mangas, con perdón de la expresión, a una parte de la población que se sentía huérfana de opciones políticas en las que depositar su confianza.

El espectáculo que ofrecieron ayer ambos partidos merece entrar en el capítulo del olvido por lo lamentable y por el estilo exhibido por ambas partes.

Ahora tienen asegurado el fracaso en las elecciones generales en la medida en que, a todo tirar, van a seguir siendo unos partidos testimoniales. Lo peor es que hay algo de traición a las esperanzas de tantos y tantos españoles que ya no tendrán la oportunidad de abandonar su orfandad. El país lo paga.

Pablo Sebastián (Republica.com) espeta a Rosa Díez que no puede hablar de regeneración quien calló en el PSOE ante los GAL y la corrupción del felipismo.

Exhibiendo los modales indecentes con los que lincharon a Francisco Sosa Wagner hasta que le obligaron a marcharse de UPyD, Rosa Díez y su guardia pretoriana han rechazado el intento de Albert Rivera y Ciudadanos de construir una alternativa democrática de centro frente al decaído bipartidismo del PP y PSOE. Y lo han hecho los de UPyD sin ahorrar -a la hora de justificar su rechazo al acuerdo- toda clase de insidias y descalificaciones de Ciudadanos, como las que meses atrás, lanzaron contra Sosa Wagner los ‘escoltas’ de Díez, Irene y el insultador Gorriarán -que lo llamó corrupto- mientras ella, la Doña Perfecta, se escondía como ha vuelto a esconderse tras el último encuentro con Ciudadanos.

Para colmo desde UPYD le han exigido a Rivera y a su partido un pedigrí democrático que desde luego no tiene Rosa Díez, porque ella militó, complaciente, en el PSOE de Felipe González y en los tiempos de plomo de los crímenes del GAL y la gran corrupción felipista y, posteriormente, pretendió convertirse en la secretaria general socialista sin marcar la menor distancia con ese pasado que no se debe olvidar y en el que ella militó.

Pero cree que el más beneficiado va a ser Albert Rivera:

Díez ha querido dar en Madrid a Rivera el timo del ‘Tocomocho’ pero no lo logró y además lo va a pagar muy caro.

Esta ruptura hará que muchos de sus votantes que querían el pacto se vayan con Ciudadanos -él ya se lo pidió ayer a todos ellos-, y porque UPyD ha fracasado como una alternativa a la crisis vigente del bipartidismo del PP y del PSOE, tal y como se vio en las pasadas elecciones europeas (donde perdieron 100.000 votos respecto a 2011). Y, además, no dejan de bajar en todas las encuestas, mientras Ciudadanos no cesa de subir a nivel nacional -estrenaron representación en la UE- y en todos los sondeos electorales.

Santiago González (El Mundo) reflexiona sobre el tercer aniversario de la gran victoria electoral del PP de Rajoy y teme que los derrotados el año que viene seamos todos.

Zapatero tuvo la ocurrencia de elegir tal día como ayer para celebrar las elecciones generales de 2011. Era una broma, fijar los comicios en el aniversario de la muerte del dictador. Tampoco en lo simbólico hilaba fino: el 20-N del 75 supuso para los españoles el comienzo de una transición que nos llevaría a la convivencia en libertad, no era buena fecha para su despedida.

Han pasado tres años y el partido del Gobierno ha perdido en ellos el apoyo popular que tuvo, lo cantan las encuestas y el deshilachamiento de los afectos que entretejían su base electoral. Lo que en el zapaterismo fue una apuesta ciega por la preeminencia de la política, de lo ideológico en detrimento de los hechos materiales, en el marianismo ha sido la creencia exagerada en que los ciudadanos sólo estaban interesados de verdad en la mejora de la situación económica

No es probable que el cálculo ramplón del primer partido de la oposición, manchado de zapaterismo y sin propósito de la enmienda, vaya a recoger los frutos de la que parece segura debacle del PP. Lo harán el populismo y el rebrote del secesionismo que encarnarán la fragmentación y las tendencias centrífugas de la democracia española. La próxima legislatura nos acordaremos de la presente con nostalgia.

URBANEJA: FUE FRANCO EL QUE PUSO LA SEAT EN BARCELONA

Para empezar la sección dedicada a la monserga catalana escojo la columna de Carlos Herrera (ABC), dedicada a los concejales del Ayuntamiento de Barcelona que exigen al de Madrid la retirada de la estatua erigida por suscripción popular al almirante Blas de Lezo. No es de sorprender en una Cataluña donde Pilar Rahola (quien hoy escribe una columna repleta de insultos a Albert Rivera y Ciudadanos en La Vanguardia) es su peculiar duquesa de Alba.

Más allá de la facilidad que tiene cada cual para caer en ridículos escénicos, llama la atención que consistorios enteros estén dispuestos a retratarse como un grupo de imbéciles de baba fácil.

Dos perfectos necios de nombre Laporta y Portabella, conocidos por coleccionar estupideces en alud, han conseguido que el consistorio barcelonés eleve a oficial la petición al madrileño de la retirada de la estatua, como si no tuvieran otra cosa que hacer en Madrid que responder a los caprichos de niñatos indocumentados faltos de otras ideas y presos de aburrimiento generalizado.

Blas de Lezo falleció a consecuencia de la epidemia de peste que provocaron los propios cadáveres ingleses tras el asedio a la perturbadoramente bella Cartagena de Indias. De haber existido idiotas como los anteriormente mentados, el héroe vasco hubiera muerto de asco por pensar que en su mismo país pudieran existir necios de tal calaña. Qué le vamos a hacer.

Fenando González Urbaneja (Republica.com) replica a los tópicos en el área económica expresados por varios caudillos separatistas catalanes.

La señora Casals (presidenta de Òmniun Cultural) dice que sin proteccionismo a los catalanes pudo irles mejor; estoy seguro. Como de que también les hubiera ido mucho mejor al resto de españoles, pero los que lo defendieron venían de Barcelona y los demás tenemos derechos a pasarles cuenta. Y puesto a números y balanzas también hay que ver la comercial y la financiera.

Junqueras dice que SEAT se instaló en Barcelona por voluntad de FIAT; no se ha enterado, lee poco; antes de que FIAT decidiera invertir en España, Franco había decidido que la planta fuera a Barcelona. Son cosas de las dictaduras, las fábricas se ponen donde dice el dictador, que en este caso dijo Barcelona y no Valencia o Málaga, que eran hipótesis interesantes.

Antonio Casado (ElConfidencial.com) refuta otro tópico: el de que el resto de los españoles estamos «echando» a los pobres catalanes, tan bien intnecionados ellos.

Dice Joana Ortega, denunciada por usurpación de funciones judiciales como máxima responsable del operativo «electoral» del 9-N, que si el Estado responde con querellas a las peticiones de diálogo es porque «nos quieren echar de España».

Lo curioso es que acababa de confesar su voto de doble sí en el reciente ensayo de referéndum. O sea, ella se quiere ir de España y está en su derecho.

Como en tantas cosas, el PSOE, como eje del régimen, es la clave. Antonio Robles (Libertaddigital.com) isnta a los progres a que dejen de rendirse ante los nacionalistas.

Mientras, mascan mantras como el de «fábrica de independentistas». Varias generaciones de progres españoles han metabolizado el chantaje nacionalista con un enfermizo complejo de culpa ante sus supuestos agravios. Se impone medir las palabras y las acciones si no queremos inflamarlo aún más. Eficaz sistema para neutralizar la crítica y la ley.

David Gistau (ABC) reconoce que no es optimista con el PSOE.

La intervención de Snchz arroja indicios sobre cómo ve él la fiscalía general: un apéndice gubernamental. No en vano, procede, como referencia reciente de cuando gobernó el PSOE, de aquel tiempo en el que, si Otegui era detenido, se acogía a sagrado preguntando: «¿Esto lo sabe el fiscal general?».

Xavier Antich anticipa en La Vanguardia que la querella de la Fiscalía contra Artur Mas y parte de su Gobierno no prosperará en el Tribunal Superior de Cataluña y que quizás el presidente de la Generalitat adelante las elecciones.

Aunque parece previsible que las querellas no prosperarán cuando se debatan en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, a la vista de las opiniones recabadas por los fiscales catalanes y de una opinión muy extendida en la carrera judicial, el error de su interposición es colosal. Sus efectos, que también serán políticos -de hecho, básicamente serán políticos-, se dejarán sentir en las próximas fechas en Barcelona y quizás ayudarán de una manera significativa a despejar el horizonte electoral en Catalunya y los nubarrones que se ciernen sobre el mismo. Atención, por tanto, a la conferencia de Mas del próximo martes.

UNA SOCIALISTA DA EL PÉSAME A LA CASA DE ALBA

¿Publica El País alguna columna digna de interés? Seré sincero: no. No sé si por culpa de Antonio Caño o del verdadero director, Juan Luis Cebrián, este periódico es cada vez más irrelevante en el terreno de la opinión. Ni ha publicado un editorial sobre la muerte de la duquesa de Alba. Caño y Cebrián quizás quieran copiar al único diario publicado en España sin una sola columna: el BOE.

Las columnas ridículas se las doy a dos espontáneas, Ana Botella y Micaela Navarro, que se meten en camisa de once varas al escribir en La Razón sobre Cayetana de Alba.

La alcaldesa de Madrid destaca el monarquismo de la finada:

Una mujer adelantada a su tiempo, religiosa y monárquica «hasta la médula» como ella se definía.

La presidenta del PSOE (me da la risa: una socialista ‘obrera’ loando a una duquesa) reconoce que no se le ocurre qué escribir y derrapa por los tópicos habituales como un mal conductor por una carretera de montaña.

No puedo hablar en primera persona de la Duquesa de Alba porque sería incapaz de decir nada distinto a lo que nos han contado los medios de comunicación a lo largo de su vida. Además, no soy mitómana y mucho menos me importan los oropeles y los ropajes. Me importa el ser humano que siempre hay detrás. Y a veces, a mayor oropel, más fragilidad humana. Poco puedo hablar de ella como mujer.

Consejo gratuito: si no se sabe qué decir, es mejor estar callado.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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