UPYD, Izquierda Unida y Ciudadanos quedarían por debajo del 5% cada uno de ellos
El Mundo abre su portada de este 24 de noviembre de 2014 con una encuesta realizada a 1.000 españoles según la cual, Podemos obtendría el 28,3% de los votos, el PP el 26,3% y el PSOE sólo el 20%. Además, IU, UPyD y Ciudadanos se convierten «en partidos casi residuales», todos por debajo del 5% en intención de voto.
El editorial en el que el periódico analiza la encuesta deja claro desde su título, ‘Podemos arrasa por la pasividad ante la regeneración de PP y PSOE’, que la responsabilidad en el ascenso de un partido muchas de cuyas propuestas «son nocivas para la democracia» corresponde a los principales partidos españoles.
Pero el nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, recibe las críticas de El Mundo porque, pese a no estar implicado en escándalos de corrupción y haber traído un nuevo equipo, no consigue que su partido recupere terreno. Según esta encuesta, el PSOE perdería casi nueve puntos respecto a las elecciones de 2011, cuando Rubalcaba fue su candidato.
El editorial concluye con una petición a que el PP y el PSOE se pongan de acuerdo para regenerar la vida pública.
El auge de Podemos supone una fuerte caída del PP, que pierde nada menos que 18 puntos desde las generales de hace tres años, y del PSOE, que baja nueve y con el 20% del electorado perfora su suelo desde 1977. En cierta forma, se puede entender que el fuerte rechazo ciudadano a la política económica del Gobierno y la corrupción castiguen al PP, pero es muy significativo que el PSOE -aunque también tenga sus escándalos- no canalice el descontento social, ni siquiera tras la llegada de un equipo nuevo, dirigido por Pedro Sánchez, sin apenas ataduras con el pasado. En las respuestas sobre la valoración de líderes, Sánchez baja de una puntuación de 4,3 sobre 10 de agosto a 4,1 actual, mientras que Rajoy sube de 3,5 a 3,6 e Iglesias repite en 4,4 puntos.
El éxito de Podemos se basa en el descontento popular por la crisis y las medidas de ajuste empleadas para salir de la recesión y el insoportable incremento de los escándalos de corrupción en todos los niveles de la vida pública. A esto se une la pasividad, e incluso la inacción de los políticos tradicionales para erradicar esas prácticas abusivas. El caso de las tarjetas opacas de Caja Madrid es el paradigma de lo que comentamos: todo el sistema -sindicatos, empresarios y partidos- está implicado y todavía se mantienen en sus cargos algunas de las personas que usaron fraudulentamente el dinero de la caja.
El modelo bipartidista que ha regido en España desde la Transición no se va a repetir a corto plazo. En estos momentos es muy difícil aventurar cómo se va a gobernar España a partir de 2016, algo muy peligroso cuando apenas estamos iniciando el camino de la recuperación económica y el país necesita todavía culminar las reformas. En manos del PP y del PSOE está en estos momentos minimizar los daños.