OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

Losantos avisa de que Soraya puede acabar procesada por sus ayudas a El País

Pablo Sebastián define a Curry Valenzuela, Marhuenda y Graciano Palomo como "el trío de payasos del circo televisivo nacional"

Félix de Azúa acusa a la cúpula de Podemos de provenir de una universidad tan corrupta como el PP y Bankia

Albricias, queridos lectores, regresa Federico Jiménez Losantos a El Mundo, aunque sigue ausente de los micrófonos de Es.Radio.

Don Federico escribe una columna que ya dictó hace un par de semanas en su emisora, pero junto a la afortunada metáfora de la Logia del Puente Aéreo, encuentro una insinuación, perdida en una subordinada, que vale por toda la pieza: la insinuación de que la vicepresidenta Sáenz de Santamaría podría acabar acusada de conducta contraria a la libre competencia.

La logia del Puente Aéreo, esa que tiene sus minaretes más visibles en La Vanguardia y El País, su bazar en soraya.cat y que ha logrado recuperar para cebrianes y carolos, ayusos y julianas las infinitas gabelas que dimanan de ser los visitadores diurnos de la Moncloa, está empeñada en convencernos de que la única tarea que los españoles hemos de abordar ya, pero ya, es «el encaje de Cataluña en España», haciendo para ello cuantos cambios sean necesarios en la Constitución de 1978 (q.e.p.d.).

Con mayúsculas de la mayúsculamente quebrada PRISA, claro, cuya salvación financiera mediante actuaciones contrarias a la libre competencia podrían llevar a Soraya al banquillo antes que a la Presidencia.

¿Es una pataleta de columnista o hay algo más? Recuerdo que dos amigos de Losantos, el periodista Jaime Campmany y el juez Javier Gómez de Liaño intervinieron en el procesamiento de Jesús Polanco y de Juan Luis Cebrián por las fianzas de Sogecable.

SEBASTIÁN LLAMA A CEBRIÁN «EL PEDIGÜEÑO DE PRISA»

La larga columna Pablo Sebastián (Republica.com) como Marcello también tiene como tema el diario progresista: ‘El País le enseña los dientes a Rajoy’. Según él, Cebrián ha roto con Soraya, no por amor, ni por ideas, sino por pasta.

Poco parece que ha durado la luna de miel entre el presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián, y la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, vistos los palos en cadena que el presidente del Gobierno Mariano Rajoy está recibiendo de El País que hasta hace poco era su particular ‘diario gubernamental’.

La causa de este desencuentro puede ser doble: el temor fundado de Cebrián de que las grandes empresas del IBEX que compraron su deuda vendan sus acciones a un tercer e ignoto postor; y el rumor creciente, en ciertos ámbitos de poder económico, de que la figura de Rajoy se empieza a dar por amortizada, y que muchos de ellos apuestan por un nuevo liderazgo del PP donde figuran los nombres de Sáenz de Santamaría y de Gallardón, por más que el ex ministro de Justicia se ha alejado de la política.

Y ¿qué quiere Cebrián? Pues que Rajoy le controle a sus accionistas del IBEX, lo que ya es el colmo del pedigüeño de Prisa: primero renegociar la deuda mil millonaria de Prisa, luego buscar fondos misteriosos como el de Liberty, después cambiar la ley para poder convertir la deuda en acciones y, finalmente, todos presos de patas en el ruinoso pastel, como las moscas del cuento.

Génova y Moncloa perdieron pie y apenas les quedan unos meses para recuperar lo que nunca debieron despreciar. Pensaron que teniendo de su lado a El País y a Cebrián todo sería como coser y cantar. Pero las cañas de azúcar se han convertido en lanzas y ahora ya no saben qué hacer ni por donde tirar.

La columna contiene este juicio de Sebastián sobre tres hinchas del PP y de Rajoy a los que califica de «trío de payasos»

Al final este Gobierno sólo cuenta con RTVE y con el trío de payasos del circo televisivo nacional, Marhuenda, Curry y Palomo, como los grandes ideólogos y defensores de las políticas y los errores y corrupciones del PP. Rajoy no tiene quien le escriba, Cospedal está políticamente desahuciada, Aguirre sigue dando la matraca para subirse en el trampolín de Madrid, y Soraya se empieza a quedar a la intemperie y en primera línea de tiro (que se prepare con el arponero), mientras todo está patas arriba y la Moncloa y la casa del PP, y nunca mejor dicho, sin barrer y sin tocar pelota en Internet.

La (falta de) política de comunicación del PP es el tema de la tribuna que el profesor Agapito Maestre publica en El Mundo. Según él, tanto a Rajoy como a su secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez Castro, les da asco hablar a la gente.

La comunicación es, pues, asunto clave de la vida política. Ahí reside el núcleo central para comprender porqué el partido más grande de Europa, en 2011, está a punto de ser barrido por una formación política que apenas tiene seis meses. Si todavía alguien no lo tiene claro, que conteste la siguiente pregunta: ¿Qué diferencia hay entre los del PP y los de Podemos? Yo me atrevería a mantener que los primeros desprecian la comunicación y los segundos la miman.

Es ya todo un hallazgo en una democracia de opinión que el presidente de Gobierno se haya negado a hablar sin caer en despotismo. Es un fenómeno único entre las democracias de opinión. Todo un presidente del Gobierno de una vieja nación, España, se ha negado miles de veces a hablarles a sus ciudadanos. No se esconde. No huye de los periodistas. No rechaza ir al Congreso de los Diputados. Sencillamente, se ha negado a hablar.

Tampoco cree su secretaria de Estado de Comunicación, paradoja entre las paradojas, en la comunicación. No cree que puedan defenderse ideas, creencias, políticas y formas de vida pública a través de la comunicación. En el fondo y, por supuesto, en la forma mi antigua amiga sólo cree que la gente se acomoda a todo… No importa lo qué se le diga ni cómo se le diga. El desprecio profundo que Rajoy y Martínez Castro tienen por la comunicación ya es digno de estudiarse en las Facultades de Ciencia Política y Periodismo.

LA CORRUPTA UNIVERSIDAD DE IGLESIAS, MONEDERO Y ERREJÓN

Hay otras tribunas y columnas sobre Podemos. Félix de Azúa (El País) asegura que la universidad de la que proviene la cúpula de Podemos es tan corrupta como la partitocracia y las cajas de ahorros que critica.

Dicho sin fariseísmos, la Universidad está tan corrompida como las finanzas, los partidos o los sindicatos: es una de las instituciones más corruptas del conjunto institucional español. Por esta razón la enseñanza española es la que recoge la más baja calificación en todo el conjunto europeo, un suspenso que se sucede año tras año con gran regocijo de los partidos políticos.

Ahora bien, ¿han oído a Iglesias, a Errejón, o a los dirigentes de Podemos en la sombra presentar un programa de limpieza del mundo universitario español? No lo verán. Están allí acomodados como Blesa y sus chicos en Caja Madrid. La Universidad es su finca y nadie se atreverá nunca a limpiar esos establos. Los jefes de Podemos pueden lanzar a la calle 100.000 individuos en media hora y colapsar una ciudad. ¿Van a decir algo sobre los funestos sindicatos estudiantiles? ¡Cómo van a hacerlo si ellos los controlan! También son ellos quienes deciden quién entra y quién no en su residencia. Cuando revientan actos no lo hacen por ideología (de la que carecen, aparte de un sumario castrismo-leninismo), sino para mostrar quién es el amo de ese mayorazgo.

Es un comportamiento análogo al de Mas y los separatistas, los cuales no se enfrentan al Estado para conseguir la independencia de Cataluña, que saben les arruinaría, sino para dejar claro quién manda en la finca.

Y concluye asegurando que los profesores son unos irresponsables, porque no responden ante nadie, salvo su jefe de departamento.

Podemos es un partido de profesores universitarios, o lo que es igual, una quimera. Un profesor universitario es un funcionario aún más irresponsable si cabe. La libertad de cátedra le permite explicar al alumnado la vida de Lola Flores o las teorías de Kripke con igual protección estatal y sueldo. Puede fantasear hasta el delirio, por ejemplo reconstruyendo la Unión Soviética en clase, sin que nadie pueda decirle que eso no entra en el programa de Filosofía de la Ciencia.

En una actitud más estética que política, Raúl del Pozo (El Mundo) medita en ‘Rojos sin poetas’, sobre las manifestaciones llamadas de la Dignidad realizadas el sábado en varias ciudades españolas y lamenta que Podemos y el resto de la izquierda haya perdido a los poetas.

Ya en el siglo XIX se entregaron a la lucha artistas como Delacroix con Libertad guiando al pueblo o Baudelaire y Rimbaud, excelsos poetas. Hoy, a los nuevos rojos les interesan más los mítines de plató que los que piden pan, techo y trabajo.

PÁMIES: VIOLENTOS EN LOS ESTADIOS SÍ; FUMADORES, NO

Ignacio Camacho (ABC) asegura que en España estamos a tiempo de impedir que la violencia arraigue en el fútbol y añade que en uno de esos países de la Europa del norte con los que el masoquismo español gusta de compararse para flagelarse, los vándalos ya controlan las calles.

España no está todavía en una fase que impida atajar el problema. Esta misma semana, los aficionados del Sevilla fueron advertidos de que Holanda, nación civilizadísima del primer mundo, no garantizaba su seguridad si viajaban a Rotterdam con el equipo. Aquí se puede actuar ahora que estamos a tiempo, pero hay que hacerlo con decisión y sin coartadas. Simeone se equivocó ayer: sí es un problema del fútbol y su solución empieza por los clubes, continúa por los gobiernos y acaba en la justicia. Pero lo primero de todo es echarlos de los estadios, desagruparlos, quitarles su razón de ser y su espacio de fuerza. Sin contemplaciones, excusas ni casuismos comprensivos.

Ignacio Ruiz Quintano (ABC) se pregunta por qué hay españoles que no están dispuestos a morir ni por su patria ni por su familia, pero sí por su equipo.

En una de esas encuestas con que se pastorea a la opinión pública se informaba recientemente de que sólo dieciséis de cada cien españoles estarían dispuestos a defender su país en caso de invasión extranjera. Ayer cayó un hincha del Deportivo en pelea con hinchas del Atlético, y ahí está el reto ahora para los sociólogos: qué demencia es la que nos lleva a hacer por nuestro equipo de fútbol lo que no haríamos, ni locos, por nuestro país. La Comisión contra la Violencia, que había declarado el partido Atlético-Deportivo de «bajo riesgo», se reúne hoy, «de urgencia», para dar satisfacción a la inquietud social de no saber si los violentos del fútbol son galgos o podencos, que es en lo que quedan estas cosas. Tampoco sé si en esa Comisión figurará el joven Ibarra, nuestro firme campeón del ecopacifismo y la filantropía federal.

Sergi Pàmies (La Vanguardia) recuerda que algunos clubes de fútbol y Administraciones han preferido volcarse en la persecución de los fumadores.

En algunos casos, el compromiso antiviolencia de los clubs ha sido admirable y valiente. En otros, han sido cómplices del riesgo y han preferido gesticular con chorradas propagandísticas como el control antifumador de los aficionados pacíficos.

QUE LOS CATALANES NO SEPARATISTAS NO ESPEREN NADA DE MADRID

La matraca catalana disminuye un poco el volumen.

José María Carrascal (ABC) lamenta que haya españoles de izquierdas que sean tontos útiles de Artur Mas por su obsesión en echar al PP del poder.

Tanto da, para un nacionalista no hay números ni razones, solo sentimientos. Hemos pasado de las palabras a las acciones. La visita de Rajoy a Barcelona ha sido la primera reacción del Gobierno, tarde, pero en la buena dirección. Tendrá que haber más, muchas más. Tiene los mejores argumentos, pero Mas tiene un arma secreta: aquellos españoles que consideran más importante acabar con el Gobierno del PP que Cataluña siga formando parte de España.

A Antoni Puigverd (La Vanguardia) advierte a los adoradores de Mas, entre los que están Pilar Rahola y Francesc-Marc Álvaro, que el caudillo de CiU puede llevárselos por delante.

Paradójicamente, a pesar de que CiU esconde tantas vergüenzas como PP y PSOE, Artur Mas surfea, de la mano de Pablo Iglesias, la gran ola política de cambio que se está produciendo en España. A sus adversarios les conviene entender bien con quién se la juegan: con un jugador de póquer que no tiene miedo a arruinarse (en la tradición del catalanismo «una bella morte tutta una vita onora»). A los que lo adoran les conviene tener presente que este perfil de político ensimismado puede conducirles a la tierra prometida, sí, pero también al cementerio de coches.

José Oneto (Republica.com) afirma que Rajoy no ha hizo nada en Barcelona, salvo hablar a los suyos.

Sí, el Presidente del Gobierno ha estado en Cataluña, pero para hablar a los suyos y no a quienes piden más presencia del Estado, a quienes creen, probablemente de forma ingenua, que es posible una tercera vía, a quienes le reclaman un plan, a quienes tienen miedo de lo que puede pasar si no se encuentra una forma de encaje de Cataluña en España, a quienes se consideran catalanes y españoles. Todos esos sectores y colectivos, se encontraron con una respuesta partidista del Presidente del Partido Popular, de simple respuesta partidista al desafío de los partidos independentistas… y no de un plan concreto del Presidente del Gobierno de España. Luego vino la tormenta y la ciclogénesis explosiva.

Por último, David Gistau (ABC) pierde la esperanza en que los círculos de poder de ‘Madrit’ se enfrenten al separatismo catalán y la traslada a los más de cuatro millones de catalanes que no participaron en el butifarrendum del 9-N.

Ya no queda sino traspasar toda la responsabilidad a esos supuestos cuatro millones que hicieron bien en no participar en la charlotada del 9-N, pero que pronto serán convocados a una decisión de futuro en la que estarán solos. Si ellos no evitan una mayoría independentista en el Parlamento catalán, que no esperen nada de Madrid, porque en Madrid, cuyo próximo Parlamento encima es imprevisible, todos los días a las ocho de la tarde no te dictan una conferencia, te explican una solución definitiva para Cataluña.

ESPERANZA AGUIRRE DEFIENDE A THATCHER DE BLAS DE LEZO

En ABC se recrudece una polémica, que reconozco que es la mermelada que más me gusta por la mañana. Ésta se puede resumir más o menos así: ¿se puede celebrar a la vez a Blas de Lezo, vencedor de los ingleses, y a la inglesa Margaret Thatcher, que en una borrachera dijo que estaba dispuesta a bombardear Madrid?

Entusiasmado por el homenaje popular al marino vasco, Juan Manuel de Prada escribió que había «que ser muy cipayos y muy lameculos para dedicar una plaza en el centro de Madrid» a Thatcher, como hizo Ana Botella. Al día siguiente, Ramón Pérez-Maura salió en defensa de la política británica. Y hoy, otro aristócrata anglófilo, Esperanza Aguirre, se une a Pérez-Maura, con su tribuna ‘La plaza de Margaret Thatcher en Madrid’.

Recordar a Margaret Thatcher con una plaza en el centro de Madrid es una decisión que honra a su Ayuntamiento y que debería servir para que todos los madrileños y todos los españoles, cuando pasemos por esa plaza, reflexionemos sobre esas dos cualidades de la Dama de Hierro, y nos preguntemos hasta qué punto defendemos nuestra libertad frente a todas las amenazas que la acechan, y hasta qué punto nuestro patriotismo se asemeja al de esa política que tanto ayudó a recobrar la libertad a media Europa -y también a Argentina- y que tanto bien hizo a su país.

Doña Esperanza, permítame que le diga que usted tiene más que perder que ganar en esta polémica.

En páginas interiores, por lo que seguramente pasará desapercibida, La Vanguardia publica una columna de una asociación supuestamente privada denominada Foment de les Arts i del Dissen y que en 1993 fue condecorada por la Generalitat catalana con la Cruz de San Jordi en la que riñe al Ayuntamiento de Madrid por la estatua.

La iniciativa de homenajear al héroe de la batalla de Cartagena de Indias y capitán durante el bombardeo de Barcelona entre 1713 y 1714, nos parece de lo más inoportuna. Lo grave del caso es que, en sentido contrario y para según quién, el momento histórico sí debe ser el más apropiado para que el Rey Juan Carlos y la alcaldesa de Madrid presidieran la inauguración del monumento erigido en honor de este «este español ejemplar» que destacó por su «inteligencia, astucia y valentía» (en palabras de Ana Botella). Nos parece que nada de todo esto es inocente y que el asunto es grave.

Este tipo de arte debería servir para explorar nuevos marcos de creación y difusión con el objetivo de actuar como un agente transformador de la sociedad, convirtiéndose en una auténtica expresión del Estado democrático. Nada está más lejos de todo esto que erigir monumentos a militares de hace tres siglos.

la estatua de Blas de Lezo nos parece un anacronismo (nunca mejor dicho) monumental.

Pensamiento catalanista: la estatua a Blas de Lezo está muy mal porque es de un militar muy viejo aplaudido por los fachas y nosotros, los catalanes, somos demócratas. ¿Habrá escrito algo el FAD contra las estatuas a Rafael Casanova y al golpista Lluís Companys?, ¿o contra los actos oficiales del bombardeo de Barcelona por los felipistas?

TRUEBA SEÑALA QUE LA VIOLENCIA DOMÉSTICA SE DEBE A LOS CURAS

Nunca he entendido por qué las mujeres periodistas creen que a los lectores nos interesa saber qué corbata lleva Fulano o qué pasatiempos tiene Mengano. Pilar Cernuda (ABC) nos ilustra sobre el nuevo presidente de Kutxabank, Gregorio (Goyo, sic) Villalabeitia.

Los que le conocen apuntan que su pasión por el mundo de las finanzas, que conoce en profundidad, la comparte con otra bien distinta: el mundo de la música pop. Formó parte de un grupo durante mucho tiempo y cuentan que era muy bueno. Se le conocía bien en el mundo musical.

Pasión por las finanzas, supongo, querida Pilar, bien retribuida, ¿no?

Alfonso Ussía (La Razón) recae en la manía de contar a sus lectores sus aventuras de dandy. Hoy relata sus episodios gastronómicos en restaurantes de alto copete, incluso una diarrea.

Los grandes restaurantes pueden tener altibajos, incluso fallos. En la «Tour D’Argent» de París, después de una celebradísima cena, todos los que compartimos su maestría y buen gusto terminamos con una gastroenteritis aguda de muy penosa y ordinaria explicación. Tenía «tres estrellas» en la Guía francesa y las mantuvo a pesar de nuestra carísima colitis.

Ésta habría sido la pieza de opinión a la que hoy habría dado el premio a la columna ridícula del día de no haber leído la de David Trueba en El País. El hermano de Fernando empieza muy bien, dudando del concepto de ‘violencia de género’ impuesto por el sector feminista del PSOE y aceptado por el PP y CiU.

La violencia de género se escapa por las costuras. Reducirla a machismo criminal ha resultado fallido. Desde hace un par de años, los hijos están siendo víctimas directas de esa ola criminal. Cada vez es más habitual que los medios den cuenta de otro niño asesinado por su padre como venganza sentimental o de madres raptoras. También en las parejas homosexuales comienza a haber crimen, violencia y amedrentamiento tras el proceso de separación. Sería un buen momento para pararse a pensar.

Pero desbarra al final, culpando de ella a la Iglesia católica por haberse opuesto a la asignatura creada por Zapatero de Educación para la Ciudadanía.

La pareja bordea ya ser una institución de riesgo porque no se trabaja con los niños, desde la escolarización, en una doctrina de respeto que cambie el concepto de masculinidad y madurez emocional. Las autoridades eclesiásticas lograron derribar la asignatura de Educación para la Ciudadanía, pero estamos, tras los niños muertos de los últimos telediarios, convencidos de que el remedio no está en la fe y el dogma, sino en el conocimiento profundo de la complejidad humana.

Me sorprende la fe de los progres en las aulas como redentoras de la maldad o la estupidez humanas. Por ejemplo, cómo explican que tras décadas de educación sexual, que se incluye el respeto entre sexos, cada vez sean mayores el recurso de los jóvenes a la prostitución, los embarazos de adolescentes y el número de abortos.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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