Carrascal le espeta al fiscal Horrach que deje de rescatar "princesas desvalidas"
La renovación generacional que está viviendo este año 2014 la política y la gran empresa por fin parece haber llegado a la casta periodística. Para mí la prueba ha sido la visión de Sor Iñaki Gabilondo extasiado ante Pablo Iglesias y aceptando que éste se atribuya los méritos de la agitación callejera que realizó el primero desde la SER en los penosos días posteriores al atentado del 11-M, como destacó ayer Arcadi Espada.
Esas palabras de Pablo Iglesias son este 12 de diciembre de 2014, comentadas por otros columnistas. El más agudo es Raúl del Pozo (El Mundo), que le saca sus contradicciones (objetivas, como diría un marxista): ¿no respondió a la pregunta célebre de Sergio Martín con el mantra de que no hay que manipular el dolor de las víctimas del terrorismo?, ¿no lo está haciendo él cuando reconoce o pretende haber violado la jornada de reflexión con el SMS de marras?
Y en eso llegó Pablo, se acabó la diversión. Se iba a acabar el falso debate entre PP y PSOE que se reparten el botín y son cómplices en la corrupción. Pero enseguida ha cuadrado la hipérbole con el farol y se ha erigido en el piercing del SMS Pásalo del día 13 de marzo de 2004, el día de la jornada de reflexión, con 200 asesinados en hilera: España asistió a un banquete donde sirvieron la carne de sus propios hijos. Fue el atentado más feroz de toda Europa.
Hace unos días Pablo Iglesias se ofendió en ‘La noche en 24 horas’ cuando Sergio Martín relacionó la alegría del líder por la excarcelación de etarras. El líder de Podemos contestó que utilizar el dolor de las víctimas nos convierte en un país bananero. Unos horas después le dice a Iñaki Gabilondo: «La manifestación que rodeó la sede del PP se gestó en la Facultad, de manera que cupiera en los caracteres y generara ese efecto de flashmob».
Ha reclamado derechos de autor de un tuit, que considera una hazaña; como si hubiera conquistado el Yucatán.
Cuentan que después los héroes del SMS se fueron a Casa Mingo a comerse un pollo.
Parece que Raúl ya no quiere ser su biógrafo.
En una columna titulada ‘De Suresnes al 11-M’, Federico Jiménez Losantos (El Mundo) reconoce su asombro ante el silencio reverente de Gabilondo en La Tuerka.
Aunque resulte feo, se entiende el afán de la Izquierda en apropiarse de todo lo bueno que se ha hecho en España, desde la Seguridad Social de Franco a la Transición de la UCD. Lo asombroso es que Podemos, IU y el PSOE se disputen ahora el mérito de lo peor: el Golpe político mediático del 13-M de 2004, Jornada de Reflexión convertida por la izquierda en día de agitación, cerco y asalto a las sedes del PP, al que acusaban de provocar la masacre perpetrada, según la SER, por islamistas suicidas con varias capas de calzoncillos. Cuando la otra noche El Leninín musitó al oído de Gabilondo que ellos inventaron los SMS para cercar las sedes del PP, que la SER amplificó decisivamente, pensé que Iñaki iba a confesar quién inventó la trola de los terroristas suicidas con varios calzoncillos. No dijo ni pío.
David Gistau (ABC) cree que estamos asistiendo al nacimiento de un mito como el del Judío Errante: el Rojo Eterno, que aparece en todas las batallas por la libertad y contra la derecha universal.
La campaña más insultante de la democracia, que fue la del «Pásalo», es objeto de riña por quienes tratan de apropiársela. La reclama Podemos, no sé si para demostrar que ya le ganó unas elecciones al PP y que por tanto puede volver a hacerlo, lo cual convertiría a Zapatero en un personaje todavía más accidental de lo que sospechábamos, pues ni de las conspiraciones habría sido propietario.
La idea de que el «Pásalo» pudiera pertenecer a Podemos convierte a Pablo Iglesias en una criatura mitológica, inmortal, que al menos una vez por generación se aparece en la Tierra para castigar a la derecha como a Gomorra y luego vuelve a ampararse en la clandestinidad de los profetas, que creo que se llama campus de Somosaguas en su actual encarnación. Deberíamos revisar las fotografías y las pinturas de nuestro pasado. Empiezo a temer que cada vez que hubo en España un rey depuesto, o un espasmo revolucionario, o un partido de solteros contra casados, o simplemente un derechista obligado a correr mientras le azotaban el culo con una toalla mojada, al aplicar una lupa descubriremos que siempre estaba Pablo Iglesias sonriendo maléficamente.
CASADO: IGLESIAS LE DIJO A CAÑETE QUE SERÁ PRESIDENTE EN 2015
¿Y qué hace el Régimen para defenderse, y defendernos, de Pablo Iglesias, Juan Carlos Monederos y Errejón, ‘El Becas’? Marcello (Republica.com) asegura que ‘El Pontevedro’, como bautizó hace unos meses Pedrojota a Mariano Rajoy, ha metido una cabeza de caballo en las camas de los magnates de la televisión española. Bueno, de momento ha sido sólo una advertencia verbal.
Cuidado con el presidente Rajoy que no está para bromas. (…) Imaginamos que azuzado por el poder económico y la Corona que ven en los seguidores de Pablo Iglesias un gran peligro para la inestabilidad política, económica e institucional del país.
Pues sí, Rajoy se ha lanzado en plancha contra Podemos y les ha hecho una severa advertencia a los grupos de comunicación de las grandes cadenas de las televisiones privadas, es decir a Planeta, que preside el empresario catalán José Manuel Lara (Antena 3 TV y La Sexta), y a Mediaset, que dirige el italiano Paolo Vasile (La Cuatro y Telecinco), afeándoles su apoyo mediático a lo que el presidente llama el ‘catastrofismo’ de Podemos, diciendo Rajoy sin ambages que esos apoyos le resultan ‘tan inexplicables como sorprendentes’.
¿Qué van a hacer ahora Lara y Vasile con Podemos? Veremos, pero ya se nota que ha bajado y mucho la presencia de Podemos en sus programas de debate político, y que han aumentado las críticas a los dirigentes de esta organización, como motivo del llamado ‘caso Errejón’.
Conociendo al que manda en España ya sabemos que la cosa no quedará en solo unas palabras. Máxime cuando el argumento de fondo se llama según los poderosos: la estabilidad nacional.
Este fin de semana voy a desempolvar las películas de El Padrino.
Sin embargo, Pablo Iglesias se siente como el capitán pirata del poema de Espronceda. Antonio Casado (ElConfidencial.com) revela que el Coletas va diciendo a la gente que será presidente de Gobierno en poco más de un año. El último, Miguel Arias Cañete.
El otro día, en los pasillos de Estrasburgo, Pablo Iglesias le dijo al exministro: «Que no te quepa duda, voy a ser el próximo presidente del Gobierno».
Parece ser que lo mismo le dijo José Luis Rodríguez Zapatero a Tony Blair, con intérprete, claro, que iba a vencer al candidato del PP puesto por Aznar. Y lo hizo… aunque con la ayuda de los SMS pensados por Pablo Iglesias. El círculo se cierra. El círculo de Podemos.
¿Y qué va a ser del pobre Pedro Sánchez?
PREGO, HARTA DE LAS BOBADAS DE PEDRO SÁNCHEZ
Victoria Prego (El Mundo) se echa las manos a la cabeza ante la última ‘ideica’ de Sánchez, de hacer que todos los cargos de la Administración cobren menos que el presidente del Gobierno, porque éste lo vale.
Que no es eso. Que la cosa no consiste en soltar tan frívola y ligeramente una ocurrencia fácil para dejar cerrado el asunto con la afirmación de que «cuando yo llegue ya arreglaré todo esto». Estamos escuchando y examinando a Pedro Sánchez por ver si tienen o no hechuras de presidente de Gobierno. (…) Por eso es inexplicable que el secretario general del PSOE vaya por la vida política como si fuera pisando cáscaras de plátano todos los días.
Curri Valenzuela (ABC), siempre tan obsequiosa con el Gobierno, nos explica por qué unos ministros ganan más que otros, y la razón consiste en los trienios.
aunque el sueldo sea igual para todos, el montante total varía según los trienios que hayan acumulado quienes tienen como profesión la de funcionarios del Estado. El titular de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, por ejemplo, reconoció en los pasillos del Congreso de los Diputados que es de los mejores pagados porque acumula trece trienios como profesor y luego catedrático de Universidad, una cifra bastante superior a la de la ministra de Fomento, Ana Pastor, que recordaba que tiene plaza de médico de la Seguridad Social, acumula diez trienios y, a su vez, disfruta de mejor salario que Jorge Fernández, que no es dueño de trienio alguno y está en la cola de las remuneraciones del Gobierno.
David Trueba (El País), en cambio, no está para trienios y cálculos, aunque él, como su gremio, el del cine, vive de las subvenciones.
Al ministro se le paga menos que al secretario de Estado del asunto, porque el salario premia la sabiduría. Así que uno llega a ministro en España porque no ha podido ser secretario. Y aceptas que te coloquen la cartera de Fomento porque no has logrado ser presidente de Renfe.
Bárcenas ha tenido que refocilarse en presidio al saber que el tesorero del PP ganaba mucho más que el tesorero de todos los españoles, también conocido como ministro de Hacienda. Su afán compensatorio le llevaba quizá a regar de sobres a los maltratados salariales que habían tenido la mala suerte de adquirir compromisos de Gobierno. El caso del presidente Rajoy es de escándalo, porque por presidir su país se le paga peor que cuando era jefe de la oposición, un cargo donde nunca excarcelabas etarras ni tolerabas el aborto ni se te rompía España a ti, sino a otro más tonto.
Y sin salir del Congreso, Ely del Valle (La Razón) comenta la última humorada de la panda del grupo parlamentario de Izquierda Unida o Plural o Rojiverde.
Confieso que lo primero que he pensado es que una banda de atracadores se había colado en el Congreso con la intención de desplumar a sus señorías. Luego, gracias a aun oportuno pie de foto, ya me he enterado de que no, de que los supuestos forajidos eran en realidad diputados de la Izquierda Plural luciendo mordaza para protestar por el proyecto de la Ley de Seguridad Ciudadana, que (…) va a tener su punto de espectáculo.
No sé cuánto cobrarán Cayo Lara y Albertito Garzón, pero sin duda es demasiado.
La verdad, Ignacio Camacho (ABC) no es optimista ante el nivel del debate parlamentario y político que nos espera en los próximos meses.
ya sabemos el debate que nos espera de aquí al final de la legislatura: el pueblo contra la derecha asesina de mujeres, exterminadora de pobres y cruel torturadora social. Para qué acusarla de corrupción, pecata minuta, si se le pueden endilgar crímenes contra la Humanidad. A estos sofisticados argumentos pretende replicar el Gobierno esgrimiendo abrumadoras estadísticas sobre la bajada de la prima de riesgo, el alza de la productividad y la presunta mejora del consumo. Y diálogo que no falte.
CAMPMANY SE RÍE DE EL MUNDO POR EL CESE DE PEDROJOTA
Pedro Narváez (La Razón) es el primer columnista de la prensa de papel que escribe sobre la riña entre la prensa y Google, y se pone a favor de la primera, claro.
La cultura del gratis total se ha instalado como los bárbaros dentro de las murallas de la civilización para democratizarla que es la manera que tienen los esclavos de estas huestes de llamar al asesinato. ¿De qué cultura estamos hablando si nadie lee El Quijote ni se venden diccionarios? A Europa le costó imponer el derecho al olvido y sudará para que multinacionales como ésta compense por los impuestos que se ventila, y ahora a España la fastidiarán por querer cobrarle una tasita que es al cabo lamer el merengue de su gran tarta.
Sí, Google invierte en futuro, pero debemos impedir que en ese porvenir reine la mediocridad. Y a los buenos no basta con cantarles «porque es un chico excelente». También hay que pagarles. A los que escriben, en libros o en periódicos, a los que hacen series de televisión, y a los que sueñan con tener una noticia, y cobrar por ella. Esto no se llama futuro, sino justicia.
Emilio Campmany lo hace en la digital (Libertaddigital.com) y asocia toda la bronca con la cabeza de Pedrojota.
A rasgos muy groseros, ése es el problema que tienen que resolver los directivos de los grandes medios de comunicación occidentales, cómo hacer rentables los monstruos que dirigen en la era digital. No obstante, en España el problema tiene peculiaridades propias. Los grandes medios españoles, debido a la crisis a la que les ha llevado internet, pierden dinero. Y como es costumbre entre los grandes empresarios españoles, acuden al Gobierno en busca de ayuda.
El Gobierno se la da a cambio de apoyo. La complicidad con el poder hace que esos medios pierdan aún más lectores y el Gobierno se encorajina de ver cómo disminuye la influencia de sus periódicos y aumenta la de los pequeños medios libres de internet. El Mundo, por ejemplo, ahogado en la crisis, ofrece al Gobierno la cabeza de Pedro J. a cambio de ayuda. Guardan la cabeza del periodista en una caja fuerte con idea de no abrirla hasta que pasen las elecciones generales. Luego, un pequeño bufete de abogados consigue que Unidad Editorial, a pesar de estar asesorada por el más importante despacho de España, se rinda y no tenga otro remedio que abrir la caja.
Al final, alguien habrá gastado un montón de millones para nada, pues el denostado periodista podrá gracias a internet empezar a arrear guantazos varios meses antes de las elecciones.
Carlos Herrera (ABC) explica con un ejemplo el desprestigio de la prensa de papel, por dar espacio a noticias fabricadas.
Una supuesta encuesta realizada por una ONG desvela que el 80% de los españoles, nada menos, está en contra de diversos apartados de esta ley, especialmente con aquellos que tienen que ver con la protección de fronteras y la política de salvaguarda de los intereses nacionales en aspectos relacionados con la inmigración ilegal.
Convengamos que si quien pregunta es una ONG que basa su negocio precisamente en el ámbito de los inmigrantes irregulares, no va ha hacerlo desde una inmaculada imparcialidad. Y en segundo lugar, si quien pregunta, además, elige tan solo a 600 encuestados en ámbitos propios, el resultado podrían inventárselo sin necesidad de aparentar un trabajo sesudo. Curiosamente, hay titulares de prensa que conceden espacio a bromas como la antedicha.
A TARRADELLAS LE ESPERA EN CATALUÑA LA SUERTE DE FRANCO
José María Carrascal me causa un sobresalto cuando en su columna ‘abecedaria’ encuentro un reproche al fiscal Horrach y una petición de que la infanta Cristina sea tratada como los demás contribuyentes.
Vamos, señor Horrach, déjese usted de quijotadas rescatando a princesas desvalidas y aplíquese al cometido que el cargo le asigna, algo que sabe hacer muy bien, por lo que vemos en las duras penas que pide para el resto de los implicados. Lo decimos en beneficio de todos, incluidos usted y la Infanta, que si se encuentra en la situación actual es precisamente por no haber aceptado su marido la sola responsabilidad en los hechos que se le imputaban y por haber seguido los consejos de quienes, queriendo ayudarla, le han hecho un flaco favor.
Es posible que la doctrina Botín pueda aplicarse a Doña Cristina. Tendrán que decidirlo los jueces. El problema es que el tiempo ya no es aquel en que bastaba que el fiscal no acusara para que una causa se sobreseyera con la restitución del daño causado. Desde entonces, la corrupción -«apropiación indebida de los bienes públicos»- ha pasado a ser una de principales preocupaciones españolas. Sin que haya excepción de ninguna clase.
Lo único bueno que ha traído la crisis.
¡Pues sí que están cambiando las cosas! El ABC permitiendo que su más veterano columnista critique a un miembro de la familia Borbón y un alto funcionario.
Ignacio Ruiz Quintano (ABC) hace en su columna una pregunta a cuenta de la propuesta del académico Arturo Pérez-Reverte de resumir el Quijote para hacerlo más accesible que me recuerda a la de Josep Pla, cuando se enteraba de cualquier memez puesta en circulación por la Esquerra o por los socialistas: «Esto, ¿quién lo paga?».
¿A quién corresponden los derechos de autor, a los herederos de Cervantes o a la Academia de Pérez-Reverte y Villanueva?
La columna ridícula se la gana, y con mención especial, Francesc-Marc Álvaro, que lleva unos días sembrado. Ayer este botafumeiro de Artur Mas se unió a la turba linchadora de Sergio Martín por haber osado preguntar a Pablo Iglesias sin bajar los ojos; hoy, vapulea a Josep Tarradellas, al que acusa de desconocer la Cataluña a la que regresó y de ser un instrumento de los generales fachas. Así lo describiría en una teleserie cuyo guión se ofrece a escribir.
Tarradellas, en el automóvil que lo lleva desde el aeropuerto de El Prat hasta el centro de Barcelona, alucina al pasar cerca de los pisos-enjambre de Bellvitge. Los huertos han desaparecido. Su Cataluña no está, tan inencontrable como la que se fundió en las manos de Sales. Paradoja abrumadora y primer plano de la cara del cineasta Pere Portabella, desconcertado. Tarradellas recibía cartas de todo el mundo, leía y recortaba prensa obsesivamente, lo visitaban unos y otros, se preparaba para el gran día… Pero, en realidad, no sabía cómo era la Cataluña de verdad.
Bellvitge contra el mito de nuestro De Gaulle. Bellvitge pone en evidencia que la hoja de ruta de la restauración autonómica es papel aceitoso de sardina en salazón remota. La República enterrada/venerada contra el Bellvitge emergente y rockero. Suárez y los militares están encantados con el hombre que busca lechugas donde viven catalanes nuevos que han escogido serlo porque (el resto de) España les ha expulsado. Sales y Tarradellas, país perdido y país desconocido: en medio, la gloria.
Me parece que a Tarradellas le espera en la Cataluña del ‘prucés’ el mismo destino que a otro español vitoreado en vida por millones de catalanes: un tal Franco. Y La Vanguardia de los eternos Godó elogiándolos y denigrándolos, sucesivamente, que no simultáneamente.
