LA CLAVE DEL DÍA

ABC señala que Torres-Dulce ‘pasteleó’ con los fiscales del PSOE

El País, La Vanguardia y El Mundo salen en defensa, ahora, de la profesionalidad del dimitido fiscal general del Estado

Entre los defectos del dimitido, ABC cita su "deseo de estar a bien con todos" y "su falta de carácter"

En España, basta que uno se muera o renuncie a su puesto para que caigan sobre él los elogios que se le regatearon antes. Eduardo Torres-Dulce recibe este 19 de diciembre de 2014 alabanzas en los editoriales de El País, La Vanguardia y El Mundo por su dimisión, su profesionalidad y su independencia, frente a las supuestas injerencias del Gobierno en su quehacer, desde el proceso contra Luis Bárcenas a las demandas contra Artur Mas por el 9-N.

El único periódico crítico es ABC. En su editorial, titulado ‘El fiscal y la hipocresía de la izquierda’, le considera pusilánime por su «deseo de estar a bien con todos» y «su falta de carácter»; también enumera los casos en que la fiscalía actuó con independencia o con torpeza.

Por otro lado, ABC reprocha a la izquierda que ahora clame por la independencia del fiscal general del Estado cuando calló ante la sumisión de Cándido Conde-Pumpido a las órdenes y conveniencias del Gobierno socialista de Zapatero.

El problema de Torres-Dulce nunca ha sido la intromisión del Gobierno de Rajoy, sino su falta de carácter para ejercer el principio de jerarquía en el seno del Ministerio Público. Su deseo de estar a bien con todos le llevó a mantener intacta la estructura creada por Conde-Pumpido en órganos y puestos clave, como la Junta de Fiscales de Sala o la jefatura de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que fue despoblándose de la mayoría de aquellos fiscales que fueron la vanguardia de la lucha contra ETA.

Causas habrá muchas en la decisión de Torres-Dulce, pero el detonante ha sido la confusa e ineficaz actuación del Ministerio Fiscal frente a los delitos -notorios y flagrantes- cometidos por las autoridades catalanas antes y después de la consulta separatista del 9-N.

La actuación del Ministerio Público en el caso Nóos también ha revelado una incomprensible falta de control previo por parte de la Fiscalía General, que permitió un enconamiento desproporcionado entre el fiscal Horrach y el juez Castro, con el agravante de que el fiscal ha sido retratado ante la opinión pública como el mejor abogado defensor de la Infanta Cristina. Los criterios de los fiscales en los casos Gürtel y de los ERE falsos revela cualquier cosa menos presiones del Gobierno.

Nadie en la izquierda levantó la voz cuando Torres-Dulce fue depurado por Conde-Pumpido en aras de lo que este calificó públicamente como «reequilibrio ideológico» de la Fiscalía. Es tiempo de hipocresía en la izquierda y toca defender la independencia del fiscal general

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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