El diario progresista acusa a Mas de querer destruir Convergència para romper con su mentor
Día curioso este 22 de diciembre de 2014. El periódico más vendido en toda España y el periódico más vendido en Cataluña arrementen en sus dos principales editoriales contra el presidente de la Generalitat, Artur Mas, que ha subvencionado generosamente a las editoriales de ambas cabeceras.
El País en un duro editorial, tan duro que parece propio de ABC o La Razón, cuyo título es ‘Mas pasaba por allí’, reprocha al presidente de la autonomía catalana que rehúse dar explicaciones sobre las corrupciones de Jordi Pujol y su familia que debe de conocer. El periódico le exige que ‘traicione’ a quien le puso en la jefatura de CiU y entregue los contratos públicos de los que se beneficiaron los Pujol-Ferrusola y sus testaferros.
En ‘Incertidumbre y buen gobierno’, La Vanguardia demanda que Mas oriente su acción de gobierno en conseguir la aprobación del proyecto de presupuestos para 2015. Aunque éstos no son del gusto del periódico de la familia Godó, son preferibles a una nueva prórroga.
EL PAÍS
Y, sin embargo, Artur Mas, que en vergonzosa actitud cesarista rehúye declarar ante la comisión parlamentaria de investigación sobre el caso Pujol -¡a la que hace convocar a Aznar y a González!-, debe a los catalanes, y a todos los españoles, alguna explicación, en función de su cargo.
Artur Mas debe informar a los contribuyentes que sí pagan sus impuestos -sin solapar la dinámica judicial-, cuánto defraudaron, con o sin delito, Pujol y su familia, a las arcas de la Generalitat. Cuántas acciones, avisos, llamadas o requerimientos hizo a los infractores la Agencia Tributaria catalana, por él calificada de «estructura de Estado». Una calificación pomposa y probablemente ridícula a tenor de su inacción (de haber actuado, debería saberse), cuando tan ágil es su consejero Felip Puig en perseguir a compañías no noticiables por fraude fiscal, como Desigual, por desobedecer -como por cierto suele hacer el Gobierno de Mas- la ley, en este caso, la de horarios comerciales.
Mas debe entregar también la lista de contratos públicos que beneficiaron a los Pujol-Ferrusola y allegados, o que intermediaron, como su ex número dos, Oriol. Mientras no lo haga no podrá desprenderse del estigma de heredero amical, albacea fáctico y beneficiario político del pujolismo, como falazmente lo intenta destruyendo el partido que fundó su mentor.
LA VANGUARDIA
Los presupuestos están en el alero, al albur de lo que acuerden, o no, convergentes y republicanos. Si ambos pactaran unas elecciones anticipadas, habría que prorrogar los presupuestos, a no ser que el debate para el del 2015 se acelerara mucho. Si no se produce esa convocatoria anticipada, quizás progrese el proyecto de presupuestos recién presentado en el Parlament, que debe someterse a debate a partir del 19 de enero. Estos serían los primeros presupuestos al alza en años. Pero tal particularidad no debe llamarnos a engaño. El aumento se iría en la paga extra de los funcionarios, de la que se les ha privado en años sucesivos. El gasto en Sanidad estaría al nivel del de 2006; el de Bienestar, al de 2004, y el de Educación al de 2005, después de que la inversión por estudiante haya caído en un 30% en los pasados cuatro años.
En semejantes circunstancias, que no son fáciles, el presidente de la Generalitat debe demostrar toda su capacidad de liderazgo. Y no sólo en lo relativo al proceso soberanista. También debe demostrarla desplegando sus habilidades para hacer frente a las cuestiones que preocupan al conjunto de los catalanes, que inciden en el día a día relacionado con su salud, con su bienestar o con la educación de sus hijos. Eso es lo que se espera del president y de los demás altos cargos: que gobiernen y despejen incertidumbres.
