ABC pide que se explique a los ciudadanos las consecuencias de votar a una izquierda totalitaria
La encuesta del CIS es el tema del principal o del único de los editoriales de la prensa editada en Madrid este 5 de febrero de 2015. El punto en común de las cuatro cabeceras es la preocupación por el ascenso de Podemos y el correlativo hundimiento del PSOE, que no deja de caer en intención de voto encuesta tras encuesta.
La Razón titula su editorial ‘La necesidad de un PSOE fuerte’ y pide a todos los sectores de este partido que se una frente a Podemos. El Mundo advierte al PSOE de que si corre detrás de Podemos, le ocurrirá lo mismo que a Izquierda Unida.
ABC propone al PSOE que muestre a los votantes izquierdistas las consecuencias de entregar su voto a un partido totalitario y corrupto.
Y El País anima al PSOE a proseguir los pactos de Estado con el Gobierno, aunque reconoce que para muchos socialistas un pacto equivale a una traición, idea en la que por cierto el periódico progresista ha tenido mucho que ver.
La Vanguardia, siempre atenta a lo noticioso, editorializa sobre los colapsos del tráfico producidos en varias comarcas catalanas por el temporal de nieve.
ABC
Su secretario general, Pedro Sánchez, ha decidido obviar a Podemos y centrarse en el PP, pero quizá sea el momento de que el PSOE actúe con mayor pedagogía entre los votantes de izquierda. Pedagogía para convencerlos de que Podemos no representa ninguna modernidad, sino una regresión a las izquierdas extremistas que han fracasado allí donde han gobernado. Es también momento de preguntar qué significa votar a Podemos, un partido sin programa, sin ideas concretas, vulnerable al más mínimo análisis crítico, cobarde a la hora de defender sus raíces de izquierda totalitaria. Un partido, además, que en pocos meses se ha metido de lleno en las sospechas de la corrupción. Los votantes de Podemos deben estar advertidos de que su voto de castigo a la «casta» y, en particular, al PSOE puede acabar siendo un voto de castigo a la mejora de su empleo y de su economía familiar.
LA RAZÓN
España necesita un PSOE fuerte, cohesionado y con capacidad de gobernar. El radicalismo de soluciones maximalistas e inaplicables es un recurso del que el socialismo español debe huir, porque seguir la estela de Podemos sólo puede llevar a la implosión de un partido histórico. Sin embargo, sólo afianzando su alternativa desde la centralidad, que es el espacio desde el que se ganan las elecciones en España, puede superar esta crisis. El secretario general socialista, Pedro Sánchez, debe insistir en las políticas de Estado y en la consolidación de su formación en el espacio moderado de la política española. Es necesario, además, que todos los sectores que actúan en el partido lo hagan en la misma dirección. Seguir a Podemos es añadir más radicalismo a un partido -o movimiento- que crece precisamente desde la indefinición y la falta de alternativas concretas y que, por contra, ha conseguido introducir una dialéctica nefasta: la del ellos o nosotros.
EL PAÍS
La política lleva demasiado tiempo instalada en la crispación y en el bloqueo del diálogo interpartidista. Se han criticado y olvidado injustamente los beneficios proporcionados por el método consensual utilizado en la Transición, del que surgió lo mejor de España tras la dictadura: la protección de las libertades civiles y la normalización de la democracia. Ahora llevamos años sumidos en una crisis política de la que será muy difícil salir sin aceptar la idea de que un acuerdo no implica una traición.
EL MUNDO
Los socialistas, por su parte, deben definir de una vez su camino porque no tienen demasiado tiempo para reaccionar. El PSOE siempre ha sido el partido hegemónico de la izquierda porque se ha beneficiado del voto útil frente a la derecha, un as en la manga que a partir de ahora explota Podemos. Pedro Sánchez (…) si cae en la tentación de imitar el discurso populista de Podemos correrá el riesgo de ser fagocitado, como le ha ocurrido a IU. (…) El PSOE necesita trasladar confianza, recuperar a los votantes de centro izquierda y subrayar su perfil institucional frente a los cantos de sirena de Podemos.
