OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

Federico Quevedo señala al kirchnerismo como puente entre Podemos e Irán

Ruiz Quintano califica a Ciudadanos como "un CDS del pobre, con su suarismo huero, chirle" y reprocha a Rivera que cite a Sabina

Antonio Lucas afirma que Ciudadanos es "centro renovado" pero añade que el centro es un "veraneo ideológico"

La ventaja del periodismo escrito frente al tertuliano es que puede darse el lujo de pensar antes de escribir, aunque no lo use mucho. Yo intento hacerlo este 19 de febrero de 2015 después de embaularme la prensa y mientras mi cigarrillo se convierte en humo y mi café se enfría. Si esto no es una conspiración, se le parece mucho.

Hasta ahora estábamos todos de acuerdo en que que Podemos gozaba de una presencia en los medios de comunicación que podemos calificar como impropia para su tamaño electoral. Recuerdo que estas Navidades, los susitutos de Wyoming sacaron a Pablo Echenique haciendo la compra en un supermercado, como si se tratara de Belén Esteban; en el otro extremo, Luis del Pino da a Podemos al menos tres horas de las seis de su programa en Es.Radio de los fines de semana.

El 18 de febrero de 2015 Raúl del Pozo escribió que «Cuatro dedica cuatro horas a Podemos, y La Sexta, sesión continua». ¿Conspiración de Moncloa para dividir a la izquierda?, ¿conspiración de la izquierda para hacer la ruptura que los españoles rechazaron en 1976-1978?, ¿conspiración de Zapatero para vengarse del PSOE?

Sea lo que sea, ahora tenemos otro niño sentado en los caballitos del tiovivo de la opinión publicada: Ciudadanos. Después de la presentación de su programa económico, y después de los aplausos dados esta semana por Antonio Gala, Carmen Rigalt, Federico Jiménez Losantos y, sobre todo, por el brazo derecho de Juan Luis Cebrián, el cortesano Javier Ayuso, el resto de los columnistas se une, como la turba romana a los pretorianos que alzaban un césar o lo degollaban, a la proclamación del nuevo partido JASP.

ABEL HERNÁNDEZ VUELVE A SU JUVENTUD

Abel Hernández (La Razón) se siente rejuvenecer con Ciudadanos.

Ciudadanos irrumpe, a juzgar por algunas encuestas, con mucha más fuerza de la que se le podía suponer hace sólo unos meses. Es el nuevo fenómeno en el panorama político español, que llega en el momento oportuno y con buenas credenciales. Me parece que va a ser algo más que el aliviadero, por el centro, del agua que se escapa a chorros del PP y del PSOE. A mí me recuerda al CDS de Adolfo Suárez, mitad liberal, mitad socialdemócrata; o sea, situado en el espacio más atractivo y estratégico del tablero.

Es verdad que Rivera no es Adolfo Suárez, pero personas experimentadas y fiables que han tenido ocasión de tratarlo de cerca, aun sin ser de su partido, coinciden en ver en este joven político no pocas de las virtudes del hombre que protagonizó la Transición junto al Rey Juan Carlos.

Y hasta le da consejos para su programa: no suprimir las diputaciones.

Por poner alguna pega -si no lo digo, reviento-, Ciudadanos debería revisar su política agraria. Eso de liquidar las diputaciones y no dejar en pie más que mil ayuntamientos en toda España no ayudará al reequilibrio demográfico -un problema gravísimo, más importante que la «cuestión catalana»-, destruirá las provincias agrarias de las mesetas y machacará aún más a los pueblos y al mundo rural.

Otra figura de la Transición, el ex jefe de prensa de la Guardia de Franco y fontanero de Suárez, Fernando Ónega, constata en La Vanguardia un rediseño del mapa político como en el que él participó en los años 70.

Obsérvese que ninguno de los nuevos agentes se llama partido, aunque formalmente lo sea; eso denuncia crisis del modelo. Apúntese que cuando hacen un acto reúnen a multitudes, como acaba de hacer Ciudadanos al presentar su llamativo programa económico. Anótense las opiniones privadas, menos válidas que los sondeos, pero significativas para captar estados de opinión, y empiezan a aceptar como futurible un bipartidismo Ciudadanos-Podemos. Algo está pasando, efectivamente. Y ese algo es cansancio de lo conocido que provoca la necesidad de cambiar de discursos, siglas y personas. Ahora bien: un cambio de esa magnitud requiere una transición y un precio. La transición es tiempo. El precio quizá sea una legislatura sin mayorías, de pactos más complejos que nunca y, por tanto, de difícil gobernación.

Fernando González Urbaneja (Republica.com), como sabe de números, se remonta al economista Enrique Fuentes Quintana, vicepresidente que fue de Suárez.

Escuchando a Garicano en el abarrotado salón del Bellas Artes recordé a Fuentes Quintana, semejante perfil (salvando las distancias temporales) y una nueva propuesta modernizadora, verosímil y determinante. Garicano es sólido en sus argumentos y en las bases de partida, desde luego que mucho más que los interlocutores habituales de PP y PSOE que navegan entre la continuidad y el amateurismo (la presentación del portavoz socialista la noche del sábado en La Sexta parecía la de un alumno atolondrado e inexperto de primero de facultad). Respecto a Podemos sus propuestas son tan amplias y contradictorias que hay que esperar aterrizaje.

El dato es que Ciudadanos cuenta con un programa económico sólido, con propuestas opinables, con voluntad reformista y de cambio, que merece debate y respeto. Un programa que empuja a los demás contendientes a concretar.

Cuando leo a Agapito Maestre (Libertaddigital.com) creo que me conviene dejar de levantarme tan temprano, porque el profesor propone una coalición entre Podemos y Ciudadanos.

Ciudadanos y Podemos son dos partidos nuevos, con liderazgos de gente joven y propuestas atrevidas, aunque menos novedosas de lo que algunos piensan, tienden a sustituir, por un lado, a un partido que no se mueve, parece ensimismado, y a otro que, pese a su crisis, podría fácilmente recuperarse con gobiernos de coalición con partidos a su izquierda. También los electorados de estos dos partidos son similares en edad y preparación intelectual. Tampoco el nivel de ideologización separa a los electorados de esas dos formaciones políticas, los votantes de esas dos formaciones no sólo se mueven por ira y rabia, sino también por ciertos idearios.

En fin, una vez que los dirigentes de Podemos se alejan con rapidez de los planteamiento bolivarianos, empiezan a hablar con cierto realismo de las cuestiones económicas, ahora bastaría que rectificasen algunas barbaridades sobre el derecho de autodeterminación para llegar a consensos básicos con Ciudadanos para gobernar España. La suma de Podemos, que aportaría la rebelión que en otro tiempo representaba el PSOE, con Ciudadanos, que traería la moderación, el cambio sensato y la defensa de la soberanía de la nación española, no es un modelo político inviable para la gobernabilidad de España. Un nuevo bipartidismo se anuncia en el horizonte político español, que se alimenta, sobre todo, en el sedicente electorado de centro.

Albert Rivera como nuevo Adolfo Suárez y Pablo Iglesias como nuevo Felipe González. ¿Dónde me habrá metido mi señora la trenka y los discos de Jarcha?

JULIANA SE RÍE DE LA CAMPAÑA DEL PP CONTRA CIUDADANOS

Frente a esta avalancha, en El País Josep Ramoneda pone algo de sensatez.

Fueron el soberanismo catalán y Podemos los que desempolvaron la mítica consigna del cambio. Y todos, salvo el PP, la han hecho suya. Cada cual la decanta a su manera: la dimensión virtuosa (el cambio sensato, dice Ciudadanos), la psicológica (el cambio seguro, dice el PSOE), el reparto del poder (Podemos) y la rotura institucional (los soberanistas). La aparición de nuevos actores y la crisis del bipartidismo abre una campaña tan larga como incierta.

el salto de Ciudadanos ha sido visto como una posibilidad de salvar el statu quo frente a Podemos, y ya se le presenta como potencial socio de una coalición de Gobierno con el PP y el PSOE. Algunos apelan al cambio para asegurarse de que no cambie nada.

También lo hace Enric Juliana (La Vanguardia), al que le divierte que el PP ataque a Ciudadanos por catalán cuando su periódico y le ataca por anti-catalán.

Ciudadanos parece que devora a UPyD, despierta interés en las franjas más centristas del electorado socialista y popular, y comienza a taponar el crecimiento de Podemos en aguas jóvenes y templadas, una vez que ha comenzado un intenso fuego de mortero contra los partisanos que un día viajaron a Venezuela. Podemos se está convirtiendo en el Vietcong de la prensa de Madrid y de algunos de los resortes del Estado. Ciudadanos, por el contrario, circula por un carril sin grandes sobresaltos. Alfombra naranja y pocas críticas.

Destacados analistas electorales adjudican al partido de Rivera la posibilidad de superar ampliamente el 10% en las próximas elecciones generales y le auguran un resultado significativo en las elecciones locales y autonómicas de Madrid y Valencia, plazas decisivas para la conformación del nuevo mapa político español.

Y ahora la dulce venganza de Juliana:

En plena crisis política e institucional con Cataluña, el PP ha decidido estigmatizar a Ciudadanos como partido «catalán». «Ciutatans» (sic), ha repetido varias veces Carlos Floriano, jefe de campaña del PP. «Ciudadanos es un partido catalán del que se desconoce su proyecto», ha dicho María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, en una reunión con senadores. Ciutadans /Ciudadanos, el partido anticatalanista más dinámico, combatido como catalán cuando intenta proyectarse en la política española. Hay cosas que no tienen arreglo. Y la estampa resulta patética. La señora De Cospedal bebió ese jarabe de joven, cuando era militante del Partido Reformista, descalificado por tierra, mar y aire en 1986 como «partido catalán».

Antonio Lucas critica en El Mundo el centrismo como concepto político, en una columna que en 1978 habría sido calificada por Ónega y Hernández de ultraderechista y carpetovetónica.

Hay forofos del centro como los hay del limbo, siempre con un pie dispuesto para el infierno y el otro libre de pecado. Como en España las cosas no están claras, y no las vamos a aclarar, vuelve el centro como una redención, como una niebla buena, como un telón a medio alzar. El último eslabón de esta pureza disimulada es Ciudadanos. Un partido de cola que esta misma semana inicia su ascensión a los cielos llamando la atención de la parroquia. Carmen Rigalt decía ayer en su columna que ya conoce a cinco posibles votantes. Yo veo tus cinco y subo cinco más, Carmen, que el mus electoral se está poniendo bravo. Lo pasaremos bien.

El centro, exactamente, no existe. Es algo así como un veraneo ideológico contra las ideologías monumentales. El centro es ponerle una vela a Suárez y otra a Azaña. Y es a lo que volvemos.(…) Uno aún desearía una izquierda solvente y sin complejos: firme, seria, recta, Anguita. Pero aquí lo que se lleva es taparse con el manto centrista

Ciudadanos es ese centro renovado que tiene su eje en las sutilezas para vivir sólo de realidades. Y eso, ahora, convence.

Ignacio Ruiz Quintano (ABC) me confirma en mi opinión de que es el más ingenioso de los columnistas españoles y quizás el más independiente. Admire, querido lector, cómo en un folio se mete con la derecha, con los suaristas, con Sabina, con Arcadi Espada, y ¡hasta con Rivera!

Nos jugamos la democracia, dicen los tertulianos. En una situación así, los americanos tenían a Paine, que se inventó el derecho a la felicidad, y a Hamilton. Nosotros tenemos a Pablemos, que se inventa el derecho a decidir, y a Rivera.

La derecha se bate entre el voto bizarro, que apunta a la abstención, y el voto cursi, que es el que disputa Rivera, que ha venido a Madrid con Conthe, que es como venir (por su cara de juez) al levantamiento de un cadáver.

Y ahora un pescozón a Losantos, lector de Ortega y propagandista de Rivera.

Ciudadanos es un CDS del pobre, con su suarismo huero, chirle y hebén. Su líder cita mucho a Sabina, y sus turiferarios, a Ortega, que en febrero de 1920 pedía en «El Sol» un gobierno militar para acabar «con estas farsas parlamentarias que tanto nos repugnan»: -Son los militares los que deben imponer silencio y orden en este galimatías político, dando con su sable en los consejos ministeriales y apoderándose del poder si la Corona no cree llegado el momento de otorgárselo de buen grado.

Para acabar, su opinión sobre el programa regenerador de Rivera.

Claro que Rivera no viene a eso a Madrid. Rivera tampoco viene a Madrid a traer la democracia hamiltoniana (separar los poderes y cambiar el sistema proporcional que niega la representación). Rivera viene a Madrid a acabar… con los contratos temporales.

DE PODEMOS A IRÁN, PASANDO POR ARGENTINA

¿Qué se dice hoy de Podemos? Federico Quevedo (ElConfidencial.com) ofrece una pista curiosa. «No sólo de Venezuela se alimenta Podemos», escribe, y apunta a la Argentina del kirchnerismo.

Uno de los países que, además de Venezuela, tiene una importante conexión con Podemos es la Argentina de Cristina Kirchner. En su día resultó sorprendente que tras la muerte en extrañas circunstancias -o no tan extrañas, a la vista de los hechos- del fiscal Nisman, Podemos mantuviera un escrupuloso y revelador silencio. ¿Por qué? Quizá porque sus vínculos con el kirchnerismo son más estrechos de lo que parece.

(En julio, en Argentina) se reunieron con kirchneristas como José Ottavis, de La Cámpora; Fernando «Chino» Navarro, del Movimiento Evita, y el excanciller Jorge Taiana. Los recibió también el secretario de Pensamiento Nacional, Ricardo Forster, con quien comparten la admiración por el filósofo Ernesto Laclau, pensador de cabecera de Errejón. Pero ¿quién es Firmenich? El día que Iglesias fue proclamado secretario general de Podemos, Facundo Firmenich estaba en la primera fila junto a otros dirigentes del chavismo venezolano, del MAS boliviano, de la ecuatoriana Alianza PAIS. Pero Pablo Iglesias dedicó unas palabras especiales a este enviado del Movimiento Evita -una organización política que se define a sí misma como revolucionaria-, hijo de Mario Firmenich, unos de los líderes y fundadores de los montoneros.

Anuncia que en marzo Pablo Iglesias y Errejón regresarán a Argentina.

Facundo Firmenich trabaja codo con codo con Iglesias y los suyos y es el puente que une a Podemos con el kirchnerismo. Tanto es así que, entre los próximos 12 a 14 de marzo, Pablo Iglesias -muy elocuente este video del día en que la presidenta argentina nacionalizó YPF- y Errejón vuelven a viajar a Buenos Aires, esta vez para participar en el Foro Internacional por la Emancipación y la Igualdad junto a Noam Chomsky, Ignacio Ramonet y Gianni Vattimo -ninguno de ellos vinculado al liberalismo, precisamente-.

Detrás de todo este movimiento se encuentra una plataforma política llamada La Cámpora, de estrechos lazos con el kirchnerismo y con el resto de los movimientos revolucionarios de América Latina, y cuyo representante en España es… Facundo Firmerich.

Y concluye señalando que el vínculo entre Podemos e Irán puede ser Buenos Aires.

una pregunta que flota en el aire: ¿quién puso en contacto a Pablo Iglesias con los inversores iraníes?

FELIPE GONZÁLEZ QUIERE PRIMARIAS OBLIGATORIAS

El PSOE sigue recibiendo leña de los columnistas por su demagogia.

Ignacio Camacho le reprocha en ABC que ahora digan que Chaves y Griñán están imputados sin ser imputados.

Por tanto están imputados. No pre ni semi ni casi: imputados. Como muchos otros ciudadanos. Y tanto el secretario general Pedro Sánchez, que ha destituido a su candidato en Madrid por un simple rumor, como la presidenta andaluza Susana Díaz aseguraron que obligarían a todo imputado socialista a dejar sus escaños o cargos. Pueden echarse atrás de esa promesa y de la validez de todo su código ético, pero no cabe negar la imputación ni minimizarla con interpretaciones creativas. No se hallarían en ese aprieto si hubiesen tenido la valentía de defender desde el principio la antipática pero palmaria verdad de que un imputado no tiene por qué ser un culpable.

Arcadi Espada (El Mundo) la emprende con las primarias socialistas a cuenta del duelo entre Ángel Gabilondo y Pedro Zerolo.

Ya se ve que las primarias son una bendición democrática y la mano de santo para resolver los infinitos problemas de democracia interna que aquejan a los partidos políticos. En este sentido me viene ahora a la memoria, como estrambote, una entrevista con nuestro profesor Gabilondo en La Vanguardia, de hace un año. Allí decía. «Es mejor perder con otros que ganar solo». La venganza que acecha a las frases vacías, de poseur, es que luego venga un caníbal como yo y las rellene con carnita de primarias y un poco de chile. Ya ve, profesor. No solo no va a perder en compañía, sino que va a ganar solo. Un drama.

El País publica una tribuna de Felipe González en la que se arrrepiente de las primar¡as y para ‘desactivarlas’ propone que se extiendan por ley a todos los partidos. ¡Qué manía tienen los socialistas con que todo se haga por ley: dejar de fumar, dejar de contar chistes de negros, dejar de estudiar en castellano…!

Creo que las elecciones primarias, bien reguladas por ley y obligando a todos, son también un mecanismo de regeneración democrática porque contribuyen a empoderar a los ciudadanos. Pero si no se establecen como reglas legalmente obligatorias para todas las fuerzas políticas, es imposible evitar que se degraden y/o manipulen.

¡Y esto lo escribe quien echó a Josep Borrell!

RAÚL DEL POZO HABLA CON EL ‘JOVEN’ JAVIER ARENAS

Isabel San Sebastián (ABC) se enfada con la reformita del aborto hecha por el PP.

Se mantiene una ley de plazos idéntica a la que redactó Bibiana Aído, pese a que el partido cuyo líder plantó cara en su día a dicha fórmula tiene hoy la friolera de 186 diputados. ¿Cuántos de los votantes que le dieron semejante cota de poder confiaban en que lo utilizaría para defender a los más indefensos? ¿Cuántos se fiaron de su palabra? ¿Cuántos se han sentido traicionados?

Ya sé que no es oportuno revolver en este fango. Resulta mucho más cómodo, más rentable profesionalmente, silenciar la propia conciencia e ignorar esta cuestión, como hacen la mayoría de los dirigentes populares que desde la oposición militaban activamente en la causa de la vida. Sus espejos deben de ser más dóciles que el mío, porque a mí me conmina a denunciar, por coherencia, una conducta indigna de quien dice tener honor.

Javier Caraballo (ElConfidencial.com) escribe sobre una gran infamia que pesa en la vida española: el silencio sobre las víctimas de ETA.

Si reivindicar hoy en el País Vasco la memoria de un asesinado por ETA se sigue considerando un acto de valentía es porque el espíritu de ETA sigue vivo en una buena parte de la sociedad vasca. Ese es el drama del pueblo vasco, el que alimentó a ETA y el que sigue provocando la mayor deformación de esa sociedad. Una sociedad enferma que entiende, ampara y protege el asesinato de un vecino.

¿Y trae algo más la prensa? Raúl del Pozo (El Mundo) vuelve a contarnos una de sus llamadas telefónicas o charlas de café con alguien de la casta. Hoy toca Javier Arenas, ese prometedor joven, al que le agradece la limosna de unas frases entrecomilladas.

Javier Arenas ayer estuvo en Madrid, como siempre con el pie en el estribo del AVE. Tengo que decir que aguanta más que un buzo; digas lo que de él digas, te atiende con gentileza. «Esta señora -comenta- se ha equivocado. Si no logra la mayoría absoluta, ni siquiera con el apoyo de IU, no sé qué Gobierno puede hacer. Pero yo te aseguro que no voy a estar en el escenario. Voy en la lista de Almería para ayudar a Juanma y a mi partido. Y, a pesar de lo que digan las encuestas, te adelanto que el PP puede volver a ser la primera fuerza». Como rey de taifa en Almería, donde obtuvo siete de los 11 escaños, Javier Arenas resucitará en Roquetas de Mar. ¿Acabará luego casándose en segundas nupcias con Susana Díaz en la boda de la gran coalición o permitirá que la trianera gobierne en solitario?

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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