OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

Salvador Sostres: «Colau ha basado su campaña en insultar a la casta, cuando ella vive de un absurdo observatorio municipal a razón de 1.900 euros al mes»

Jabois recurre al fantasma de Franco para reprochar a Esperanza Aguirre que se atreva a criticar a Manuela Carmena

Salvador Sostres: "Colau ha basado su campaña en insultar a la casta, cuando ella vive de un absurdo observatorio municipal a razón de 1.900 euros al mes"
La rumba de Ada Colau PD

Javier Ayuso aplaude la propuesta de Carmona de dar un DNI local en Madrid a los inmigrantes ilegales

Este 20 de mayo de 2015 comienzo el día con la misma sonrisa de condescendencia que Albert Boadella atribuye a los catalanes de la tribu. ¡Vaya con los catalanes nacionalistas! Tanta superioridad sobre los mesetarios, tanto europeísmo, tanta cultura, tanto civismo, para que la política catalana gire en torno a dos monjas: Lucía Caram y Teresa Forcades. ¡Que se me cae el pitillo en el café…!

También conviene recordar que en el siglo XIX los catalanes del interior, donde durante décadas ganaba Jordi Pujol y ahora vence ERC, en 1827 se sublevaron en contra Fernando VII por liberaloide y reclamaron la restauración de la Inquisición.

¡Echo de menos a Gracita Morales haciendo de Sor Citróen!

Santiago González (El Mundo) se ríe tanto como yo con este episodio que demuestra que los catalanes que no quieren ser españoles son tan españoles como el traje de luces de los toreros.

La España eterna es una nación definida por las monjas: la monja alférez, née Catalina de Erauso, o sor Patrocinio, la monja de las llagas, cuyo retrato poblaba de terrores nocturnos al López Vázquez niño de La prima Angélica. Monjas así, en una España tan laica, sólo nos quedan dos, y las dos, vaya por Dios, en Cataluña.

La primera, Teresa Forcades, es una líder independentista que después de haber protagonizado tenaces batallas contra las autoridades sanitarias y las vacunas preventivas de la gripe A y el papiloma humano, se halla empeñada en otra contra un papiloma mucho peor llamado España. En estos momentos se plantea exclaustrarse para dar la batalla política por la independencia de Cataluña.

La segunda, nuestra monja de las llagas, es una argentina que profesa clausura en un convento de Manresa. Las palabras ya no quieren decir lo que solían porque ella entra y sale del convento como Pedro por su casa.

La monja Caram, entre su clausura en Manresa y Las mañanas de Cuatro, tiene más trajín que Viridiana entre el convento y la casona de su tío don Jaime. Al final tenía que optar, y la abadesa la anima a volver al mundo. Así, a ojo, sor Caram no se parece a Silvia Pinal, aunque tal vez le cuadrara la definición sumaria que hacía la mendiga Enedina (Lola Gaos) de aquella señora extravagante tan volcada hacia los pobres: «La señorita es muy buena, pero un poco chalá». Ya sólo falta que Artur Mas profese y haga voto de castidad. Y de pobreza, claro.

Pablo Molina (Libertaddigital.com) asegura que las monjas citadas se limitan a practicar el activismo político del papa Francisco.

Los prelados no parecen entender el carisma evangélico de la cruzada de las dos religiosas, dedicadas a tiempo completo a anunciar el marxismo en los Laudes, el separatismo en Vísperas y el derecho el aborto en Completas.

Este apercibimiento episcopal puede llegar a tener consecuencias; no para las susodichas, por supuesto, sino para los obispos que se han atrevido a censurar la actitud de unas religiosas cuyas inquietudes políticas y declaraciones públicas están en perfecta comunión con el titular del Trono de Pedro. Francisco también denuncia el sistema de libre mercado porque se fundamenta en «la desigualdad y la exclusión» y exige acabar con «el dominio absoluto de los mercados y su especulación financiera», porque «tal sistema mata».

Si el Papa actúa así, ¿con qué autoridad van los pobres obispos catalanes a meter en cintura a esas dos religiosas descontroladas? Eso en el caso de que crean sinceramente que este perroflautaje monjil resulta intolerable, algo que, según anda la curia catalana, todavía está por ver.

Dolores García (La Vanguardia) explica cómo Trias quiere captar a una de esas monjas, Lucía Caram, para su campaña.

El alcalde ha introducido en su agenda electoral un acto que no estaba previsto inicialmente junto a Artur Mas y la monja Lucía Caram.

El objetivo es que la popular religiosa le ayude a combatir las descalificaciones de la izquierda radical. No sería extraño que, en ese marco, la monja Caram deslizase algún reproche a la candidata de BComú, como ya hizo hace semanas en un tuit. En estos tiempos, una crítica a Colau en boca de una monja cotiza más en términos de credibilidad electoral que decenas de avisos de un político.

Sobre el manicomio en que se ha convertido la política catalana, le sugiero, amigo lector, que lea el perfil que ha escrito Salvador Sostres sobre Xavier Trias en El Mundo.

Mi alcalde es un peronista sin demagogia. Está incapacitado para la maldad, pero al mismo tiempo, y por los mismos motivos, también lo está para hacerle frente en primera línea de disparo. Sólo así se explica que Ada Colau esté en condiciones de arrebatarle la Alcaldía, esta candidata que ha basado su campaña en insultar al sistema y a «la casta», cuando ella es la primera que vive de un absurdo observatorio municipal, al que no acude a trabajar y del que percibe 1.900 euros mensuales; tal como su violenta plataforma contra los desahucios recibe una subvención del Ayuntamiento de Barcelona de 120.000 euros anuales.

Y que nadie espere que Trias sea uno de los sensatos que devuelvan a Convergència al nacionalismo que fecha la independnecia en un horizonte lejano.

«Y eso que a mí me cae mejor, más simpático, un español que un francés, pero así no podemos continuar. Algún gesto tiene que haber», dice el hombre que negoció con Aznar, en el año 2000, el actual sistema de financiación de la Generalitat, que aumentó considerablemente sus ingresos. Y como remache mítico, que no sólo resume su carácter sino el espíritu del catalán sentimental de todos los tiempos, me confiesa: «Es que yo, hasta a veces me entiendo bien con Montoro. Si tienes paciencia con su chulería, en las cosas prácticas es razonable».

NARVÁEZ: DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI A LA REVOLUCIÓN FARLOPA

Antonio Casado (ElConfidencial.com) muestra su satisfacción por la caída en las encuestas de Podemos. El título de su columna es ‘La pólvora mojada’.

Mucho ha cambiado el cuento desde que por su real gana Iglesias se declaró alternativa única al poder establecido y «principal partido de la oposición». Los sondeos lo coreaban. Hasta que dejaron de hacerlo a principios de año, cuando aparecieron los primeros síntomas de que podía haber sido víctima de la vigente cultura del anabolizante. Esa que promete y cumple una formidable masa muscular en quince días, aunque se desinfle quince días después de la exhibición. Otras claves caben para explicar el desánimo de Iglesias. Digamos también banalización de la política y miedo a lo desconocido en buena parte de la envejecida sociedad española si lo que se promete, al menos en un principio, es una enmienda a la totalidad.

Otro joven columnista, Antonio Burgos (ABC) reflexiona sobre la caza al pijo que ha convocado Pablo Iglesias y señala que podría empezar por el vicepresidente tercero del Parlamento andaluz.

El Tío de la Coleta, el colombroño del fundador del PSOE, ha plantado su anuncio verbal en la Puerta del Sol de los interneses y los trasmallos de las redes sociales: «¡A por los pijos!». Ha dicho, como promesa a los suyos y amenaza a medio barrio de Salamanca en Madrid y a medio barrio de Los Remedios en Sevilla: «Vamos a limpiar de pijos las instituciones». De modo que la Casta ya le viene corta.

Pues de momento va a tener que empezar por meter en el pijódromo a algunos de los suyos. Como el podémico vicepresidente tercero del Parlamento andaluz, que es tan pijo que usa corbata, prenda como saben completamente facha. Y tiene además un nombre completamente pijo: Juan Ignacio Moreno de Acevedo y Yagüe. Una provocación. ¡Que echen inmediatamente a este tío! ¿No hay que limpiar de pijos las instituciones?

Pedro Narváez (La Razón) llega a tiempo de escribir una columna, ‘Revolución Farlopa’, sobre la implicación de uno de los líderes del chavismo, Diosdado Cabello, en el narcotráfico.

Cabello puso a Podemos y a Syrizia en el mapa mundial del chavismo, eran las mulas que traspasarían fronteras para llevar a Europa el remedio contra la desesperanza. Pero el héroe de los populistas españoles resulta ser un delincuente en polvo que engorda sus cuentas cortando farlopa. Es lo que tiene abrazar a caudillos en Venezuela, que te contagian la sarna que con gusto no pica. Sublime. Podemos ya no quiere ser Caracas, donde uno se muere de hambre o de un cruce de navajas, sino Helsinki, la ciudad de los suicidios de marca y la cocaína de despacho. Ya es tarde, sin embargo, para repudiar al padre, a la pus que supura un régimen en el que los criminales te piden tapar la nariz por la corrupción, que para abrirla y esnifarla ya está Cabello, el pelo en la sopa que ahora tiene que tragar Monedero.

Dos columnistas declaran su voto a Podemos o algo parecido es Antonio Lucas (El Mundo). El muchacho se queda tan viejo que me recuerda a Julio Anguita cuando colocaba al PSOE en la orilla del PP y a dejaba solo a Izquierda Unida en el lado de la izquierda, justa y benéfica.

Más que una venganza (concepto malo) se trata de un derecho. Ahora ya estamos en disposición de decir que las dos derechas de España (el PSOE de ahora y el PP de siempre) han instaurado una forma de dudar entre dos mentiras. Entiendo por eso a los indecisos.

Y Carmen Rigalt (El Mundo) me parece que también lo hace, aunque por la sintaxis de su columna no me queda claro.

Me gustaría terminar como empecé. Si fuera así tendría que votar a Podemos, pero estoy harta de los dedos inquisidores que alertan de la llegada de Apocalipsis con Iglesias, Errejón y toda la patulea tocando las trompetas como descosidos. Si los partidos tradicionales no se hubieran ensañado tanto con ellos seguramente no les votaría, pero de los votos no sólo se benefician los que serán gobernantes, sino quienes han de ejercer un marcaje implacable a los gobernantes.

VENTOSO REPROCHA A AZNAR QUE NO CITE A RAJOY

Otros políticos también reciben palos.

Luis Ventoso (ABC) riñe a Aznar por no querer citar a Rajoy en sus mítines.

Pero si la presidencia de Aznar fuese escrutada con la misma exigencia puntillosa con que él disecciona la de Rajoy, también habría sombras, como en toda obra humana. Quien hoy defiende -con acierto- la firmeza frente al nacionalismo no hizo gala de ella cuando tuvo ocasión, más bien al revés, pues continuó las clásicas concesiones que han ido desguazando el Estado. También ensombrece su excelente legado que parte del oprobio de corrupción que sonroja al PP, de Matas a Correa, se fraguó en su etapa. Por último, sus formas tajantes, positivas en algunos casos, tenían el reverso de que añadían leña al fuego.

Pero Aznar se ayudaría si tuviese la generosidad de no omitir en sus mítines el nombre de Rajoy cada vez que recuerda, con razón, que el PP ha salvado dos veces a España de la bancarrota. Hágase un favor y cítelo. Ningunear a su sucesor, elegido además por usted, simplemente no está a su altura.

A Manuel Jabois se le contagia la vejez mental de la mayoría de los columnistas y editorialistas de El País. El otro día, Julio Llamazares acusaba a Esperanza Aguirre de lepenista y este 20 de mayo de 2015 Jabois invoca en su columna al franquismo.

Si a Iglesias se le rasca en el pasado se le encuentra en La tuerka dándole combustible a Aguirre para que la candidata hable de suspensión de libertades y él mismo asuma que haya quien lo imagine arrancando el visón a las señoras. El problema del discurso de Aguirre es que si a Manuela Carmena se le rasca en su historia personal se la encuentra defendiendo a obreros y detenidos en la dictadura, trabajando en el despacho de Atocha tiroteado, premiada por defender los derechos humanos y aplicando como juez las leyes que ahora supuestamente quiere abolir.

Ni siquiera Esperanza Aguirre puede fingir naturalidad cuando acusa a Carmena de venir a derrumbar las libertades que Carmena, no Aguirre, trajo a España.

¿Pero las libertades no las trajeron el sucesor de Franco a título de rey, Juan Carlos de Borbón, y el secretario general del Movimiento, Adolfo Suárez?

David Gistau reconoce que el PP le hace bostezar.

Contra todo esto, aparece el triste infinitivo del PP, una lista de propósitos de año nuevo llena de vaguedades y de distancias como las de un interlocutor de plasma. No se conmina al dinamismo. No se fabrica una emoción colectiva en la que ampararse uno. Se habla de crecer, de trabajar y de hacer como si fueran rutinas inevitables, biológicas, igual que Orinar o Dormir. En realidad, consiste en dirigirse a las clases medias sin obligarlas a la acción y sin prometerles aventura. Sujetos pasivos que sólo han de delegar en políticos eficaces pero tediosos y, por supuesto, dejarse exprimir por los montoros de Sherwood. La España marianista, a la que tanto, por cierto, le gustó siempre el baloncesto.

El aburrimiento es el gran argumento que da Francisco Marhuenda (La Razón) para pedir el voto para Rajoy, a la vez que carga contra Albert Rivera advirtiéndole de que le puede ocurrir lo mismo que a Rosa Díez.

Ciudadanos ha cometido el error de instalarse en una indefinición tactista para abarcar el máximo de electorado en el menor tiempo posible. Es un terreno movedizo que le conduce a la indefinición ideológica y hacer listas en municipios y autonomías sin preocuparse por indagar sobre la trayectoria de los candidatos. Se ha convertido en una formación de aluvión donde se han incorporados personas rebotadas, sobre todo, de UPyD, PP y el PSOE. No es UCD o el CDS, porque no sabemos muy bien cuáles son sus líneas ideológicas más allá de repetir tópicos para despertar simpatía en el electorado. No hay consistencia ideológica, lo que no significa que pueda llegar a tenerla.

El sistema electoral también condiciona, pero el nuestro ha dado una estabilidad que ha producido el mayor periodo de crecimiento económico y desarrollo social de la historia de España. No hay que olvidar que la estabilidad institucional ha sido clave en este proceso que hemos vivido desde la transición hasta nuestros días. Otro problema de Ciudadanos es el hiperliderazgo de Rivera. A día de hoy parece que sea el único candidato en todos los municipios y autonomías donde presenta listas. Es el mismo error que cometió Rosa Díez que se veía así mismo como un líder providencial e inmaculado.

TÓPICOS SOBRE LAS PENSIONES PÚBLICAS

El rico progresista Javier Ayuso aplaude en El País la idea de Antonio Carmona, candidato socialista a la alcaldía de Madrid, de dar un DLI (Documento Local de Identidad) a los inmigrantes ilegales, de modo que puedan acceder a numerosos servicios que pagan los españoles y los inmigrantes legales. El título deja clara la postura de Ayuso: ‘Por fin una idea original’.

Un carné que funciona en Nueva York desde el pasado mes de febrero y en Fuenlabrada (uno de los últimos feudos socialistas en la Comunidad) desde hace años. En Ferraz comentaron ayer que apoyaban la propuesta de Carmona, pero que no la hacían extensible a otros municipios españoles. Una pena, porque hubiera sido un buen debate en unos momentos en los que el Mediterráneo está lleno de cadáveres de inmigrantes y en Bruselas se debate cómo ser un buen ciudadano europeo.

En el mismo sentido que Ayuso, Leila Guerriero en la última de El País nos pasa a los españoles la cuenta por los emigrantes de los años 40 y 50 (¿y por qué no por los de los años 10 y 20?)

Desde 1939 y hasta 1959 vinieron miles de gallegos a la Argentina, huyendo del hambre y la persecución política. Conocí a un puñado.

Hace semanas, el Gobierno español devolvió los derechos sanitarios a las personas sin papeles, pero no la tarjeta sanitaria, retirada en 2012 con una reforma que expulsó del sistema a más de 80.000 personas. El ministro del área, Alfonso Alonso, dijo que no tiene sentido que esa gente no reciba atención primaria, pero que está en contra de darles la tarjeta (que permite, entre otras cosas, consultar a médicos especialistas) porque eso les daría un derecho que «no existe en ningún otro país de Europa». Su ministerio es el de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Le viene sobrando una palabra. O faltando un poco de memoria.

Bien, ¿y quién paga los gastos?, ¿y, aplicando la iguealdad, qué da el Gobierno argentino a los españoles que emigran allí ahora? ¡Cómo les gusta a los progres hacer caridad con dienro ajeno! Tanto como llorar.

Ignacio Camacho (ABC) trata de esclarecer un tópico arraigado sobre las pensiones públicas.

A medio camino entre el bulo y el mito existe entre los españoles la sólida creencia popular de que nuestras pensiones se pagan con las cotizaciones y descuentos que cada trabajador ha acumulado a lo largo de su vida. La sociedad de la transparencia no ha logrado todavía disipar esta falsa leyenda de la «bolsa» individual de previsión diferida: la mayoría sigue pensando que se paga su propia jubilación con las aportaciones restadas del salario.

Si España no crea pronto empleo masivo y bien pagado afrontaremos el retiro de la generación del babyboom en una pavorosa crisis sociodemográfica. Con más pensionistas viviendo a cargo de menos trabajadores no habrá más que dos fórmulas para evitar el desastre: más impuestos y pensiones más bajas. La clase de medidas que ningún gobernante querrá tomar y mucho menos será capaz de explicarlas. El problema parece lejano pero está a sólo dos legislaturas de distancia.

Doy a Juan Soto Ivars (ElConfidencial.com) el premio a la columna ridícula del día por este párrafo.

Hace poco dijo Carmena que la política del futuro será la política de las mujeres. Yo, hombre, según las convenciones médicas, creo haberlo entendido bien. De hecho, mujer contra mujer, Carmena contra Esperanza, la alcaldía de Madrid estará disputada por primera vez en más de dos décadas.

Hombre, Juan, por muy mal que te caiga Ana Botella debes de reconocer que es mujer y por tanto la primera alcaldesa de Madrid. Si jugamos a eso del ‘women’s power’, Aguirre fue la primera presidenta del Senado y la primera presidenta de comunidad autónoma española.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

Lo más leído