A Losantos la detención de Rato le hace decir que "No hace falta Podemos para ser Venezuela"
Después de la lectura de las columnas de este 24 de julio de 2015, me parece que Rajoy ha perdido el voto de Federico Jiménez Losantos, el de Raúl del Pozo, el de Hermann Tertsch, y quizás incluso el del Rey.
Las trompadas que le propinan algunos columnistas al presidentel del Gobierno son más duras que la que recibe Artur Mas, hasta el punto de que me hacen derramar el café.
El más inclemente es Losantos, al que sólo le falta llamar Maduro a Rajoy, porque, según él, vivimos ya en España con los modos de Venezuela, tal como demuestra la detención de Rodrigo Rato.
El caso Rato, zarrapastroso montaje del Gobierno de Rajoy para tapar el caso Bárcenas, se ha convertido en un auténtico monumento a la prevaricación y en una ofensa a todos los ciudadanos que aspiramos a vivir en un Estado de Derecho, no en esta España que las cloacas del Estado están convirtiendo aceleradamente en Estado Cloaca.
Basta ver los comentarios en las redes sociales, que lo son también de la inmundicia, para comprobar cómo en las noticias del caso se mezclan los insultos al PP a cuenta de Aznar, Merkel, los gastos en lencería y puticlubs de algún usuario de las tarjetas black, el rescate de las cajas, Granados y hasta Bárcenas, para ver que la humillación pública de Rato (…) ha perjudicado al PP. Pero ha permitido a Soraya y Rajoy fingir que no tienen nada que ver con la corrupción del PP. Faltó un sms: «Rodrigo, resiste, mañana te suelto». Pero ha llegado el juicio que nunca debió llegar y hasta la jefa de la ONIF rechaza ahora el informe que firmó como «denuncia temprana de posibles riesgos». ¿Y con eso se detiene así a un ciudadano? No hace falta Podemos para ser Venezuela.
Hermann Tertsch (ABC) no se sorprende de la amistad política entre Rajoy y Sarkozy, porque ambos tienen algo en común: incumplieron todo su programa.
Algunos malvados pensarían en que el expresidente francés vino a Madrid a explicarle a Rajoy cómo sobrevive uno a una catástrofe electoral de las de verdad, de las que afectan a uno mismo, personalmente, no de las que liquidan a los pringaos de los ayuntamientos y a los barones. Quizás, habrán dicho, Rajoy esté preparando ya, con ayuda de Sarkozy, su retorno como candidato del PP para el año 2020. Tras cuatro años de oposición. O quizás no le importe perder esas también y espere al 2024. Sin prisa.
Sarkozy salió muy por la puerta de atrás del Elíseo en el 2012. Tras una presidencia de la República que perdió rotunda y merecidamente después de un mandato sin cumplir nada de lo prometido ni haber hecho nada de lo necesario. Sarkozy no tiene planes para Francia, un país esclerótico que ha fracasado ya en la apuesta de mantener un tándem con Alemania como núcleo duro del euro y de la UE.
Con esos mimbres políticos e ideológicos, es decir ningunos, Rajoy y Sarkozy parecen hacer planes creyendo que Europa tiene todo el tiempo del mundo para sus planes personales. Como una sobremesa en la Tasca Suprema. Y lo cierto es que España y Francia están en periodo de descuento. Como lo está Europa entera.
USSÍA ATIZA A GUARDIOLA Y DE PASO A JOSÉ LUIS COLL
Santiago González (El Mundo) le sacude el polvo a Artur Mas de la misma manera que se han sacudidod Losantos y Tertsch a Rajoy.
Artur Mas i Gavarró es uno de los políticos más mediocres que ha producido la democracia española.
La expresión más acabada de su decadencia es su camuflaje en un discreto cuarto puesto, con el fin de no seguir perdiendo votos. ¿Cómo extrañarse de que el lumbreras que la encabeza se haya descubierto aspiraciones? Raül Romeva escribió a la Comisión Europea para denunciar el pisotón de Pepe a Messi. Romeva piensa que el primero tiene más méritos que el cuarto y que ya veremos quién es el próximo honorable. Que gane el mejor.
Pero la «Cataluña alternativa», añade González, es idéntica a la de los Mas y los Pujol.
Bueno, pues incluso Artur Mas y los Pujol son capaces de crear escuela, y la alcaldesa de Barcelona se ha revelado como una alumna aplicada en su predisposición a saltarse la ley y en la querencia familiar, al contratar el mes pasado a su novio, Adrià Alemany, como asesor del Ayuntamiento a través de Barcelona en Comú. Su número dos, un tal Gerardo Pisarello, que había hecho lo propio con su novia como asesora de Vivienda, anunció ayer que retiraba el busto del Rey Juan Carlos del Consistorio y que ya verán si colocan uno de Felipe VI. También la Cataluña alternativa está compuesta por familias que rezan unidas. Yo creo que lo que debían poner en el Salón de Plenos es la estatua de Jordi Pujol i Soley que alguien arrancó de su pedestal en Premià de Dalt. Es la representación más propia de la Cataluña oficial.
La ración de palos no acaba aquí. Alfonso Ussía reparte a Guardiola y también a José Luis Coll.
Buenista profesional, cordial de pacotilla, siempre politizado. Guardiola es coperniquiano. El Universo entero, con todas sus galaxias se mueve en torno al sol. Y el sol, curiosamente, es él. Ahora se presenta como candidato independentista en las próximas elecciones septembrinas, y es muy probable que salga elegido. Entrenará al Bayern de Múnich por videoconferencia desde el parlamento de Cataluña, hasta que los bávaros le den a elegir.
Su falsa y plañidera visita no culminada a Tito Vilanova en su agonía me trajo recuerdos muy tristes por un caso parecido. El maravilloso Tip sufrió un derrame cerebral. Era Luis, pero no Tip, el que consciente y limitado, esperó durante meses el final. No podía hablar. Tampoco le gustaba que lo vieran en ese estado quienes fuimos sus amigos. Pero sí agradecía que estuviéramos informados de su estado. En los meses que Luis Sánchez Polack fue desapareciendo, no se recibió en su casa ni una sola llamada de su compañero de profesión José Luis Coll. Ni una llamada. Ni un detalle.
(Guardiola) Es un fracasado. Quizá ese fracaso sea el motivo de su apuesta independentista, de su traición a la nación que le hizo rico y le entregó la camiseta de su selección para honrarla, sudarla y defenderla. Y lo hizo, por interés, por dinero y por su proyección personal.
Y por último Ramón Pérez-Maura aporrea a Miguel Ángel Revilla a lo largo de una página entera en ABC.
Miguel Ángel Revilla tiene una característica única en España. Ha sido presidente tres veces sin haber ganado nunca una elección. Lo que sumado a ocho años como vicepresidente del Gobierno cántabro con el PP hará veinte años en el poder cuando concluya la presente legislatura. Su primer mandato como presidente fue de 2003 a 2007. El domingo 11 de junio de 2006 declaraba a El Diario Montañés que no sabía si se presentaría en 2007, pero que si lo hacía sería su última legislatura. Un hombre de palabra. Se presentó en 2007… 2011 y en 2015. Por ahora.
En los estudios de televisión fraguó su amistad con Pablo Iglesias. Una relación que ha resultado provechosa para ambas partes. Revilla aconsejó a Iglesias en su primera cita electoral, las europeas de 2014. Y de las filas de Revilla ha salido el líder de Podemos en Cantabria, el hoy diputado José Ramón Blanco Gutiérrez, que en las municipales de 2011 fue candidato en la lista del PRC al Ayuntamiento de Rionansa. Y claro, gracias a la abstención de Blanco Gutiérrez y los suyos, Revilla es hoy presidente de Cantabria.
Felicito desde aquí al periodista de ABC por la última frase de su artículo.
Cuando perdió las elecciones de 2011 el duopolio televisivo hizo de él parte de su espectáculo del prime time. Y como España es un país en el que las elecciones ya no se ganan ni con gestión ni, mucho menos, debatiendo en el Parlamento, él ha vuelto.
Junto a estos palos, las palabras que Màrius Carol (La Vanguardia) dedica a Ada Colau y su tropa son pellizcos de monja anémica.
En los últimos días el Consistorio barcelonés está acumulando gestos hacia la galería que responden al deseo de ganarse el aplauso del gol sur y molestar a la tribuna. La renuncia del palco municipal en el Liceu, la supresión del oficio religioso del programa de la Mercè o la retirada del busto real del salón de plenos pueden entenderse desde la lógica populista, pero son discutibles desde la voluntad de transversalidad que manifestó la alcaldesa en su toma de posesión.
Los estereotipos de que el Liceu es de ricos, que el oficio religioso en una fiesta mayor resulta de pacatos y que la Corona es el cenit de la casta son poco modernos. La modernidad es disponer de una concejalía de Cultura, dar confianza a los inversores que no ven claro hacia dónde va la ciudad y definir cuál es su modelo sostenible para Barcelona. Mientras, pueden divertirse con los fuegos artificiales, pero recordando que el festejo acaba siempre con traca final.
QUE VIENEN LOS MACEDONIOS, AVISA JORGE BUSTOS
Pasemos de lo individual a lo colectivo.
Carlos Herrera (ABC) sostiene que la única esperanza del PP es que recupere los millones de votantes suyos que se abstuvieron en las últimas elecciones… pero tampoco confía en ello.
Sus adversarios, especialmente el líder del PSOE, utilizan la demagogia con una efectividad asombrosa y, con inquietud, comprueban en el PP que hay mucha gente dispuesta a comprarle la mercancía, incluida la más averiada.
¿Queda algún resquicio de esperanza para los votantes del PP, más allá de las menguantes cifras de parados? Probablemente sí. Y tal vez tengan que ver con el disparatado espectáculo que brindan las fuerzas municipales a las que los socialistas les han regalado importantes alcaldías. (…) Se equivocan: los que votaron a las Carmenas y las Colaus están encantados con que se dediquen a las mamarrachadas en las que demuestran una destreza inaudita. Y si me apuran, los votantes del PSOE lo consideran un mal menor, ya que gracias a ello impiden que gobierne esa gente del PP a la que tanto detestan.
No; la mejora no vendrá por los desencantados de la izquierda, la extrema y la tonta útil. La única esperanza de la muchachada de la atontolinada derecha española es que todos los votantes del PP que se quedaron en casa sientan el aliento en la nuca del frentismo izquierdista. (…) Viendo lo que hay y, sobre todo, lo que puede haber, es probable que hagan el supremo esfuerzo de salir a votar en su día. O no, que esta gente es imprevisible.
Pedro Narváez (La Razón), también en lo colectivo, asegura que el populismo de Pedro y Pablo les lleva a mentir, pero que esas mentiras gustan a su público.
Los datos de creación de empleo que conocimos ayer vuelven a reescribir el relato de la crisis que andan desde hace años dictando Pablo Iglesias y sus acólitos, incluido el PSOE, que aún no asimilan que la mejor política social y tal es la siguiente: a menos paro menos ingreso mínimo vital. Déjense de palabros. Hay consenso, basado en una mentira mil veces repetida, en que la historia la escriben los vencedores. En España, en tiempo real, la inventan los perdedores cuando se han dado cuenta de que les va mejor decir lo que el público compra.
Nos duele la sintaxis de escribir que es necesaria más política. Depende. Con unos buenos números apañamos. Los populistas han exacerbado la emoción de tal manera que mientras quede un desempleado habrá más club de la tragedia. Lo contrario es verse en la cola del paro. Y todos aspiran a vivir en la siguiente temporada.
Sobre las consecuencias del desbarre político en Cataluña escribe Jorge Bustos en El Mundo. En los tiempos de la Transición, su pesimismo y la historia que cuenta habrían llevado a los perros de presa de la prensa, los Haro Tecglen y Vázquez Montalbán, a echarle en cara que llamaba a los centuriones… o a los macedonios en este caso.
¿Cómo fue posible que la potencia mediterránea que dio la mayor concentración de genios de la historia y había vencido a los persas en Maratón y Salamina terminara en manos del tosco atamán de la región más miserable de la Hélade?
Los historiadores coinciden en que la Grecia que encontró Filipo estaba ya infectada por el virus de la desafección política. Los griegos -los primeros ciudadanos- habían olvidado el civismo entusiasta con que cuidaban de su Estado y se habían convertido en técnicos, especialistas, mercenarios: cada cual volcado en su pequeño interés propio.
Atenas fue lo que fue porque fundó una comunidad de adultos, donde cada cual era dueño de sí y responsable de todos. Es un programa exigente, como lo es el mantenimiento de la libertad. Ayer y hoy, una democracia se va al carajo cuando sus ciudadanos degeneran en niñatos que echan a otros la culpa de sus errores, pelean por su estricto beneficio y ambicionan el poder solo para tomarse la revancha contra papá.
SE ACABARON LOS ENJUAGUES DE LA TRANSICIÓN
Bueno, ¿hay alguien de quien se hable bien en la prensa? Pues sí, David Gistau elogia a Felipe VI, al que contrapone a su padre, el Campechano, el de «hablando se entiende la gente».
Agarremos el «irreconducible» de Felipe sobre Mas y comparémoslo con el «Hablando se entiende la gente» de Juan Carlos a Benach y a Pujol. Después cojamos el semblante serio de Felipe durante la recepción a Mas y comparémoslo con la proverbial campechanía. Podemos inferir dos cosas. Que España está alcanzando un desenlace abrupto a un problema mal resuelto, demorado, por la Transición en el que ya no hay espacio para conversaciones ligeras, sonrisas, ambigüedades florentinas y demás sutilezas de salón social. Y que con el cambio en la Jefatura del Estado terminó el hábito del borboneo. Un modo de no resolver los problemas, sino de postergarlos con técnicas tales como la simpatía, la relativización e incluso la concesión por parte del Estado de patentes de corso para la fundación de cleptocracias familiares compensatorias.
Pero acaba con un reproche a la clase política entera, que carga en Felipe VI los asuntos que son de su responsabilidad.
En las palabras que últimamente usa el Rey, las que dice y las que le dicen, hay un diagnóstico correcto y temible. Otra cosa es que no deba haber nada más, porque conviene recordar a los que confieren a la monarquía poderes taumatúrgicos que ciertos asuntos han de resolverlos el Parlamento, el Gobierno y las herramientas legales del Estado.
También Emilio Campmany (Libertaddigital.com) elogia al Rey.
Quiero pensar que el rey ha estallado, no tanto por lo ofendido que se sienta él, que a fin de cuentas lleva mucho aguantado, como por la afrenta que el comportamiento de Mas significa para quienes creo el rey tiene el orgullo de representar y que no son otros que todos los españoles. Sencillamente, se ha hartado de obedecer al Gobierno y tener que poner buena cara a los pitos, aceptar los insultos y condescender con los desaires, y le ha contado lo de que Mas es «irreconducible» a quien sabía que lo revelaría enseguida. De esa forma, la segura indiscreción le permitiría de una vez ponerle a Mas la cara de malos amigos que estaba deseando ponerle. Al fin hay un español en las altas instituciones del Estado que, dentro de sus limitados medios, da a Mas algo del trato que se merece. Ya está bien de tener que sonreír mientras te vilipendian porque Mariano dice que es lo que hay que hacer. Que sonría Mariano, digo yo que habrá pensado.
Raúl del Pozo (El Mundo) está hecho un maestro de ceremonias de Pablo Iglesias. Hace unas semanas, le proponía al Rey que recibiese al Coletas y ahora se lo propone al Papa, del que se declara admirador.
Este Papa es un crack. Sin decir que el Génesis pertenece como género a la literatura fantástica, hace lo posible para reconciliar la religión y la ciencia. Por eso ha enganchado a Pablo Iglesias y a Manuela Carmena. Pablo reconoce que su abuelo cantaba villancicos gitanos y leía la Biblia, dijo que el Papa Francisco no es casta y que está en su misma barricada. La alcaldesa de Madrid ha pedido al Vaticano una reflexión sobre «por qué se va uno de putas». Quizás el Papa le conteste como San Agustín: «Las putas son necesarias».
Francisco ya comentó que Dios no creó el mundo como un mago, así que si Pablo es recibido en Roma, debería preguntarle si el universo funciona por sí mismo, y si antes de ser mono, fuimos un microbio, un gazpacho de ácido ribonucleico. Es que ahora dicen los científicos que de la sopa primordial surgió un organismo de una sola célula, hace unos 3.600 millones de años, y de ahí procedemos todos.
Jaime González se vanagloria de un ‘scoop’ de ABC de esta semana: el Ayuntamiento de Barcelona, tomado por los rojo-separatistas, como se les llamaba antes, iba a ‘desahuciar’ a la Corona.
A algunos les hizo mucha gracia esa portada de ABC en la que se advertía sobre un plan de grupos independentistas y de extrema izquierda para acabar con la Monarquía. Está bien que se lo tomen con humor; al fin y al cabo, los necios solo se dan cuenta de que poseen algo cuando se lo arrebatan. La estrategia -decíamos- consistía en desgastar y atacar a la Corona a través de una campaña de actuaciones y movilizaciones, aprovechando el rebufo del proceso soberanista y el ascenso al poder municipal del populismo radical.
Se conoce que el plan municipal de aplicación de la Memoria Histórica, un sedicioso proyecto para liberar a la Ciudad Condal de «referencias apologéticas» al esclavismo, el franquismo y el fascismo, incluye también -a propuesta de ERC- la retirada simbólica de la Monarquía. Son los nuevos Guardias Rojos: «No hay construcción sin destrucción».
A quienes se tomaron con humor la portada de ABC, les invito a seguir disfrutando. Nada libera más que la risa, salvo la risa tonta.
RUIZ QUINTANO RECUERDA QUE SAZA MURIÓ EN 1970
Ignacio Ruiz Quintano (ABC) despide a Saza con una preciosa columna en la que recuerda que se le dio por muerto en 1970.
Ha muerto José Sazatornil, Saza, y esta vez de veras. (…) La otra vez que «murió» Saza fue que un periódico de tirada nacional dio la noticia, un 24 de abril del 70, al confundir a José Sazatornil Remacha, cronista fallecido en carretera al regresar a Zaragoza de un partido en el Bernabéu, con José Sazatornil Buendía, el divino cómico, que conservó enmarcada la falsa necrológica, publicada por delante, ¡ay!, de la verdadera de Rosita Montero (tonadillera de alternativa con la Piquer, Juana Reina y Lola Flores), y por detrás, ¡hey!, de «Las progresistas» de Umbral, «chicas que sólo admiran a unos cuantos hombres, Mao, James Dean, el Che, Adorno, John Lennon y algún psicoanalista español poco conocido».
-La tristeza de ayer se nos hace coro de aplausos -fue el desmentido («Muerte» y «resurrección de Saza») de ABC-. Con una elegancia de espíritu realmente ejemplar, don José Sazatornil nos ha llamado para agradecernos la necrológica y decirnos que, en realidad, ni le correspondía ni la merecía. Ha sido, afortunadamente, una muerte de guardarropía. Para nosotros, no había otro Sazatornil que Saza.
Otra época, otra tecnología, otro periodismo.
Cuando el periódico gubernamental dio la «primicia» de la «muerte» de Berlanga con un mes de adelanto, hubo de desmentirse con una nota que parecía el informe forense sobre la fuga radioactiva en la central nuclear «Vladímir Ilich Lenin» de Chernóbil, dirigida por Montgomery Burns.
-Sentimos el error con Berlanga. Como con otras personalidades, preparábamos artículos y un fallo en nuestro sistema ha dado visibilidad a uno.
Por último, David Trueba (El País) escribe una bonita columna sobre el periodismo.
Junto a José Manuel López y Ángel Sastre viajaba Antonio Pampliega, que hace algún tiempo nos alertó sobre las condiciones laborales de los reporteros en zona de conflicto, sin el respaldo de una empresa, enlazando piezas para poder sostenerse económicamente sin que la sociedad acabe de entender su valor fundamental en el mercadeo de la información. Mientras el espacio mediático lo ocupa cada vez más la celebración de lo inane con el atontamiento lúdico de una audiencia a la que se festeja cuanto más chabacana y reaccionaria sea, el periodismo pelea por seguir arañando no en la epidermis sino en la esencia del nuevo mundo que estamos creando.
Después de leer estas dos últimas columnas no tengo ganas de escoger la columna ridícula entre las que escriben María José Navarro, Juanjo Millás y Enric Juliana. Pero por ahí anda el premio.