Para Dragó los 'yihadistas' vencen: Houllebecq está escondido y la prensa rechaza caricaturas de Mahoma
Cuando vi ayer las imágenes de la manifestación en París contra el terorrismo islamista que asesinó la semana pasada a 17 personas en Francia me acordé de un tuit que me llegó ayer: «Qué pena que los franceses y su presidente no se manifestaran contra el terrorismo cuando ETA asesinaba españoles».
Pues sí, qué pena que merezcan más atención los dibujantes de Charlie Hebdo (porque eran de izquierdas y hablaban francés) que los guardias civiles españoles, los carabineros italianos, los campesinos peruanos, las niñas nigerianas, los cristianos sirios, los estudiantes pakistaníes..
Este 12 de enero de 2015 leo la prensa con más interés y sin que el café se me derramé encima del tabaco. Clarean las filas del batallón buenista y se publican opiniones y análisis más acercados a la realidad y por ello más desagradables… y más interesantes.
En esta postura coinciden varios columnistas de diversas cabeceras. Fernando Sánchez Dragó (El Mundo) asegura que por el momento estamos perdiendo.
Si en los sanguinarios sucessos de la semana anterior hubo una derrota, y vaya si la hubo, no fue de los jenízaros del califa de Mosul ni la de los sicarios de la reencarnación del Viejo de la Montaña, sino la del multiculturalismo, el garantismo y la filosofía (llamémosla piadosamente así) de ese delirio, hoy mohoso, que fue la Alianza de Civilizaciones. Spnegler tenía razón: las culturas no son porosas… Se mezclan pero no se combinan.
El objetivo era Francia, el objetivo era la Cristiandad, el objetivo era la Hélade, el objetivo era Occcidente. Pero lo gordo es que, incluso así, de pasada, también se han llevado por delante la libertad d eexpresión: Houellebecq escondido, suspendida (supongo) la promoción de su última novela, acojonadita la práctica totalidad de la prensa norteamericana, pixelado en el Telegraph el rostro de la caricatura del Profeta…
Hermann Tertsch (ABC) asegura que en la manifestación hubo bondad, pero no fuerza.
Por bonita que sea la comunión de gobernantes con gobernados, algo falla cuando se manifiestan los que mandan. Cuando cumple, el Poder expone y explica, decreta y ordena. No sale a la calle. Donde se pega el aroma de la impotencia. ¿Y con la próxima matanza? ¿Otra vez todos a la foto? Difícil será.
Hubo ayer mucho sentimiento bondadoso. Pero faltó el mensaje que diera fuerza y confianza para ganar una guerra que será larga y sangrienta, también aquí en Europa. Un mensaje con medidas urgentes y exigentes para con nosotros mismos y los demás. Y con respuestas implacables a quienes, dentro y fuera, sigan empeñados en destruir nuestra libertad, sociedad abierta y civilización. Nada de eso hubo. Fue una cita multitudinaria de lamento. Como si hubiera sido un accidente. Como si no tuviéramos culpa de tanto tolerar a culpables. De tanto mirar a otro lado.
Gabriel Albiac (ABC) también habla de guerra y de que la estamos perdiendo.
Esa guerra exige la aniquilación previa de las fuerzas militares del Estado Islámico en Irak y Siria, por supuesto. Pero también el paciente trabajo de inteligencia que permita infiltrar y limpiar por completo las redes del yihadismo en nuestro propio territorio. Lo cual es imposible sin un control único de inmigración y fronteras en la UE. Nadie debe esperar victorias rápidas. Pero, si las medidas no se aplican muy rápidamente, perderemos esta guerra. Como la vamos perdiendo ahora.
CÉSAR VIDAL ENUMERA LAS CULPAS DEL PERIODISMO ESPAÑOL
Jiménez Losantos (El Mundo) carga contra los europeos que ponen la mano para cobrar petrodólares, sea la junta del FC Barcelona o sean los consejos de administración de las empresas que construyen el AVE a La Meca.
Bien está que no llamen a Hollande «asesino», como a Aznar el 13 M, pero de ahí a presidir una especie de absolución del Islam y de condena a Marine Le Pen hay un abismo. Con tanta emoción se olvida que también han matado a cuatro judíos en una tienda kosher, que serán enterrados en Jerusalén. Y si todos los muertos hubieran sido judíos de la tienda kosher no habría ido a París el jefe de la OLP, ni Hollande se habría hecho la foto con Netanyahu, ni habría habido manifestación.
Yo hubiera preferido que ayer París se alzara contra el Islam dizque moderado, ese wahabbismo que ha edificado las nuevas mezquitas de Europa y ha devuelto a los musulmanes occidentales a un medievalismo que sólo por su desprecio a la mujer debería estar prohibido. Que instaran a Ryad y Qatar a islamizar Francia, con el imán de comisario político del barrio y la mezquita de lubianka teológica. Porque no de todas, claro, pero sí todos los lobos solitarios salen de ahí. Con los mismos padrinos que la Liga y la Premier. Tendremos que elegir: el AVE o La Meca.
El antiguo socio y amigo de Losantos, César Vidal (La Razón), subraya que al menos en España el ‘establishment’ periodístico ha tratado de quitar importancia al terorrismo y echa en cara a los periodistas que callaran ante las violencias de ETA o del nacionalismo catalán o la censura por la ideología de género para evitar el despido.
En España, hemos tolerado sin pestañear que se mintiera sobre ETA porque había periodistas y políticos que se habían ensuciado la ropa interior y vendían la falsedad de que terroristas sanguinarios eran «hombres de paz». Hemos consentido que centenares de miles de españoles se exiliaran de Cataluña o las Vascongadas a causa del nacionalismo moderado porque los paniaguados mediáticos lo ocultaban. Hemos permitido que los dislates de la ideología de género en todas sus manifestaciones implantaran una censura feroz en aulas y redacciones hasta el punto de que las únicas críticas contra ella se producen en voz baja y a puerta cerrada. Se ha ido cediendo, parcela a parcela, la libertad para evitar la censura o el despido.
Actuando así, se ha lanzado un mensaje de rendición ante los liberticidas y que, si son violentos, como los islamistas o los terroristas, resultará incondicional. En las horas posteriores al atentado, algún periodista español llegó a afirmar que lo más prudente sería la autocensura.
ALGUNOS AFIRMAN QUE ELLOS NO SON CHARLIE HEBDO
David Trueba (El País) reprochan a las televisiones que hayan abusado de las imágenes del asesinato del policía herido en la calle hasta el punto de desgastarla.
De todo el tratamiento informativo dado al espantoso crimen de los viñetistas franceses, destaca de nuevo una duda eterna. ¿Es necesario emitir en bucle el asesinato de un policía que es rematado en el suelo por los asaltantes cuando ya está mal herido? La imagen tomada desde una ventana se convirtió en la ilustración preferida para hablar del caso.
Los noticiarios tenían que emitir la imagen, nadie lo duda, pero no convertirla una vez más en un bucle de fondo. Ordeñar de manera grosera una secuencia la debilita, ya no afecta ni produce dolor o empatía, miedo ni agitación. Es deglutida, digerida y defecada del reino de nuestros sentimientos para ser solo una imagen más que no habla de personas, que no habla de ese agente llamado Ahmed, y por tanto es sedante, vacua y superada. A la espera de la siguiente.
Xavier Mas de Xarxàs (La Vanguardia) encabeza su extensa columna con este título: ‘Yo no soy Charlie’, en la que, como Vidal,acusa a la profesión periodística europea:
Ser Charlie es casi imposible. Primero por el miedo, después por la moderación. Los medios de comunicación en las sociedades occidentales procuran no molestar, repelen el conflicto, buscan el remanso del punto medio, se abonan a la corrección política. Podríamos decir, incluso, que se autocensuran, igual que hacen los intelectuales y los comediantes, un paso atrás que demuestra la fragilidad de la libertad de expresión que tanto se ha coreado esta semana.
Los Charlie de verdad trabajan en regímenes totalitarios. Son gente como el saudí Raef Badawi, condenado a diez años de cárcel y mil latigazos por iniciar en su web un debate sobre la evolución social en su país. El viernes, frente a la mezquita Al Jafali de Yeda, recibió la primera tanda de 50 latigazos y contestó cada golpe con el nombre de un partidario. Cada viernes, durante veinte semanas, recibirá el mismo castigo
Juan Manuel de Prada (ABC) rompe la casi unanimidad en torno a la defensa d ela libertad de expresión, que para él no es sacrosanta.
No nos dejemos engañar: quienes defienden la libertad para publicar caricaturas blasfemas están defendiendo una libertad destructiva que sólo lleva a la decadencia y al nihilismo.
No puede haber una libertad para ofender, para enviscar odios, para jalear bajas pasiones; no puede haber libertad para ultrajar la fe del prójimo y blasfemar contra Dios. Los cristianos se distinguen porque rezan una oración en la que se pide: «Santificado sea tu Nombre». Los jenízaros de la libertad de expresión quieren que ese Nombre sea eliminado, envilecido y escarnecido, para mayor honra de su religión democrática. No les hagan caso: vistan con traje y corbata, o con sotana y solideo, les están engañando, quieren convertirles en masa cretinizada.
El profesor Carlos Ruiz Miguel desvela en su blog de PeriodistaDigital que el ministro marroquí de Exteriores no acudió a la manifestación.
El comportamiento de Marruecos queda en evidencia cuando se comprueba que jefes de Estado y ministros de países árabes y musulmanes SÍ acudieron a la manifestación: Jordania (representada por su rey), Palestina (por su presidente), Egipto, Túnez y Argelia.
Parece así el momento oportuno de preguntarse si Marruecos, que no se manifiesta en París contra la masacre de CharlieHebdo, es el socio ideal contra el terrorismo, como quieren hacernos pensar los promotores de la ideología de la ‘amenaza yihadista’.
EN EL PAÍS, ALEGRES POR LA EXCLUSIÓN DE MARINE LE PEN
Pero se mantiene el discurso buenista y, lo que me parece aún peor, el discurso de que hay unos malos peores que los islamistas: los islamófobos.
Joaquin Prieto (El País) se alegra de la exclusión de Marine Le Pen de la manifestación de París, lo que supone rechazar a sus seis millones de votantes.
Pocos olvidan la denuncia constante de la inmigración y el viejo fondo antisemita del Frente Nacional. Las manifestaciones no se han hecho contra la extrema derecha, pero sí han recuperado la política del «cordón sanitario», que desde hace decenios pretende mantener a esa fuerza política y a sus simpatizantes al margen de las fuerzas republicanas. Marine Le Pen y los suyos no han tenido otra opción que alzarse contra «el sistema UMPS», sintetizando en ese término las siglas del partido de la derecha (UMP) y las del partido socialista; no es nada probable que su discurso se imponga al de los partidarios de la convivencia.
Es el objetivo buscado por los protagonistas de la gran oleada republicana en curso: protegerse contra las amenazas, pero rearmarse frente a las dinámicas de los halcones.
Enric Juliana (La Vanguardia) perpetra uno de sus ilegibles artículos en que mezcla el terrorismo, la islamofobia, el regreso de Aznar, el alfabeto griego y la desventurada Cataluña. Todo revuelto y todo muy mal escrito.
Los gravísimos sucesos de Francia estimulan otras pulsiones. Deseos de seguridad y claridad ante la barbarie terrorista y la amenaza a libertades básicas. El deseo de que el Estado garantice la tranquilidad. El deseo de fortalecer el perímetro occidental. El deseo de aclarar las normas de comportamiento de las minorías. El deseo de estabilidad. El deseo de conservar. Una pulsión de orden.
Ambas líneas se van a cruzar en España en un año políticamente decisivo
Almudena Grandes me hace reír con su columna en El País: una taza de cortado progresista. Su tema es la amenaza a nuestras libertades que supone la reacción de los Gobiernos europeos ante el terrorismo yihadista.
Al calor del doliente estupor, la indignación universal que ha sembrado el atentado contra Charlie Hebdo, el Gobierno se plantea endurecer la reforma del Código Penal prevista. Lo ha anunciado Fernández Díaz en su peculiar tono de soberbia quejica, con la altivez de un padre de la patria ungido por Dios y perpetuamente ofendido por la incomprensión de quienes no somos partidarios de la salvación que nos ofrece.
Sólo ha existido un arma capaz de derrotar al fanatismo religioso a lo largo de la historia, y ha sido la libertad. Así que, una vez más, vamos en dirección contraria.
Almudena, que no te enteras. El principal editorial de El País de hoy se decanta por más seguridad.
Y en este saco entra el director de La Razón, Francisco Marhuenda con su ‘La fuerza de Francia’. Empieza quitándole a Albiac el título de afrancesado del columnismo.
Francia es uno de los países más extraordinarios del mundo. Lo es en todos los sentidos. Me siento muy orgulloso de ser español, pero si no lo fuera me hubiera encantado ser francés. Desde pequeño he tenido la enorme fortuna de visitarla en numerosas ocasiones y una parte muy querida de mi familia es francesa.
Luego cae en el mismo error que proferían los Pedro Calvo Hernando, Luis Apostua y Pedro Altares cada vez que ETA cometía un atentado especialmente sangriento:
El terrorismo islámico volverá a golpear, pero está derrotado. No importa el dolor que quieran provocar porque la democracia es más fuerte que ellos.
Y por último una frase que hace que se me caiga la taza del café de la risa. Menos mal que está vacía:
Francia ha estado siempre en la vanguardia de la lucha por la libertad, la democracia y los derechos humanos.
Ay, qué me parto: la guillotina, las guerras de agresión de la revolución y de Napoleón, la invasión de Argelia, las matanzas de rebeldes en las guerras de descolonización, los crímenes de Estado contra la OAS… Paco, te ganas hoy el premio a la columna ridícula del día.
¡Estos días cómo me cuesta terminar las columnas de Raúl del Pozo después de leer su primera frase, aunque tengan títulos tan atractivos como ‘Oh, sombra de Al-Andalus’! Como la semana pasada, repite que el monoteísmo, así, en general, mata mucho.
La marcha de más de un millón de parisinos con 50 líderes mundiales a la cabeza, hará recordar a Europa que por nada se ha derramado tanta sangre como por el fanatismo de los creyentes, con sus guerras de 30 y de hasta 80 años, sus hugonotes, sus luteranos y su bonita Matanza de San Bartolomé.
Raúl, por favor, cuenta las docenas de millones que han matado los ateos, casi todos de izqueirdas, por cierto: la Revolución Cultural y el Gran Salto Adelante de Mao; el Gulag de Lenin y Stalin; Auschwitz y demás ‘lager’, de Hitler; el genocidio de Pol Pot; los genocidios, las guerras y las matanzas de los revolucionarios franceses…
Esperanza Aguirre no se calla ni debajo del agua. El 29 de diciembre publicó su último artículo en ABC. Según explicó ella misma, la dirección del periódico le había pedido que ya que etra presidenta del PP de Madrid y comenzaba un año electorla, por imparcialidad le convenía al periódico prescindir de su colaboración fija. Pues con una rapidez que ya quisieran cientos de licenciados en periodismo, Aguirre a las dos semanas, ya tiene nueva tribuna: El Mundo. Hoy se publica la primera y el tema es el terrorismo. Aguirre teme que Europa no reaccione como lo hizo en 1940 contra el III Reich… aunque yo recuerdo que en ese año las tropas alemanas entraron en Oslo, Bruselas y París.
NO TODOS LOS VASCOS ERAN TERRORISTAS, PERO…
Cambiemos de temas, por favor.
Ignacio Camacho (ABC) comenta la manifestación proetarra de Bilbao.
Cuando medio planeta lloraba en las calles por la barbarie yihadista, cuando en las plazas de la vecina Francia se encendían las velas trémulas de la libertad, el impermeable linaje batasuno salió el sábado en Bilbao a pedir el reagrupamiento y la amnistía de los presos etarras. Tan campantes, con un par. Ajenos a la sístole emotiva de una sociedad global sobrecogida por la matanza de París y espeluznada por la reaparición de la sombra siniestra del terrorismo. Enrocados a salvo de cualquier atisbo de solidaridad que asome fuera de los límites del caserío. Con un sentido de la oportunidad fuera de lo común. En el sitio preciso en el momento justo. Inconmovibles, inalterables, impertérritos.
Al respecto, cito un párrafo de Santiago González (El Mundo):
Es una obviedad que no todos los musulmanes simpatizan con estos asesinatos, aunque sí llama la atención que el rechazo no se acerque, ni de lejos, a la unanimidad. A mí me recuerda un poco a la actitud de la sociedad nacionalista respecto al terrorismo etarra: no era partidaria, pero no puede decirse que su condena fuera tajante.
Pablo Sebastián (Republica.com) se declara hincha de Albert Rivera.
Se veía venir y lo veníamos diciendo: Albert Rivera, el presidente de Ciudadanos, es el mejor político del momento español. Lo reconoció en televisión hasta el mismísimo Pablo Iglesias cuando comentó: ‘Rivera es un político coherente y sin fisuras, en un mano a mano no pude con él’. Además es un político joven, sin pasado en ‘la casta’ que tiene claras las necesidades democráticas del país, la defensa de la unidad nacional, la lucha contra el terrorismo y la corrupción, el europeísmo y el objetivo de recuperar el centro político español.
‘en su último sondeo electoral El País coloca a Ciudadanos como cuarto partido nacional, con más de un 8 % de votos, por delante de IU y UPyD, y con visos de progresar y convertir a Ciudadanos en una alternativa de Gobierno y una amenaza añadida para el bipartidismo hoy en crisis de PP y PSOE.
Francesc-Marc Álvaro (La Vanguardia) sigue con su matraca de ‘Catalunya lliure!’ y ahora atiza a ERC. Todo a mayor gloria de Artur Mas, que le da de comer.
La determinación del president a la hora de asumir el conflicto con las élites y con Madrid ha roto el guión de ERC. El 9-N alternativo reventó definitivamente el plan diseñado por el equipo de Junqueras, que se dio cuenta de la capacidad de Mas para conectar con la gente a pesar de ser el líder de unas siglas muy tocadas. Los nervios de Junqueras afloraban. La dirección republicana tenía en la cabeza otro relato: cuando Madrid impida la consulta, Mas obedecerá dócil y será su final. Entonces, deberá convocar unas anticipadas que supondrán la crisis terminal de CiU y la llegada apoteósica de Junqueras al poder.
El no de Junqueras a una lista transversal unitaria proviene de esta ruptura de las expectativas. Y de una incapacidad manifiesta para rehacer el guión ante un Mas que les ha descolocado. Lástima que para justificar su falta de cintura, los entornos de ERC lleguen al delirio de difundir que Mas es un chantajista y un traidor que tiene un pacto secreto con Rajoy para dinamitar el proceso.
Los vascos y los catalanes, tan europeos, tan solidarios, tan leídos, entretenidos en dar vueltas en torno a su campanario o su noria.