Dice Alberto Garzón que el tema del ayuntamiento de Rivas y sus polémicas ‘ayudas’ a Héctor Sánchez Melero no son corrupción, sino un «error de tipo ético». Ciertamente si vemos que en este país ha habido dirigentes políticos – como el enchironado Francisco Granados – que participan en un tinglado de cobro de adjudicaciones a cambio de un porcentaje, lo de Rivas se queda pequeño y te quita las ganas de criticar o machacar a la candidata de IU en Madrid. Mejor pasar de hacerlo.
El problema es que parece que IU-Madrid no está por la labor de dejarlo pasar, resulta que el sector de la ahora señalada fue el que más pidió sangre contra las cabezas visibles del sector veterano de IU-Madrid – Ángel Pérez y Gregorio Gordo – por el caso de las Tarjetas. Siguiendo la doctrina ‘Alberto Garzón’, los dirigentes de IU con tarjetas – como Rubén Cruz, Moral Santín o Juanjo Azcona, todos ellos históricos de la federación – tampoco infringieron la ley, todo lo más cometieron uno de esos ‘errores éticos’, pero los han paseado ante toda España como si fueran una cuadrilla de delincuentes.
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¿Y además por qué pedir la cabeza de los Pérez y Gordo? Ellos no tenían tarjeta. Si el argumento es que su delito fue que aceptaron negociar puestos en la Caja Madrid de Blesa, entonces también habría que llevarse por delante a Julio Anguita y, en especial, a Miguel Reneses, todavía hoy Secretario de Organización del Federal, que llevó la negociación, pero curiosamente el sector ahora cuestionado sólo ha puesto en su diana a los Sres. Pérez y Gordo, precisamente sus enemigos dentro de la batalla en IU-Madrid.
La política es una lucha por el poder constante en la que un error puede suponer el fin. Haberse burlado de Ana Mato por no saber lo que pasaba a su alrededor, o haberse reído en la cara de Arenales Serrano por trabajar en el ayuntamiento de Pozuelo sin saber lo que ahí se cocía, no ayuda a que ahora se la tome demasiado en serio cuando dice que desconocía que su hermano administraba la entidad a la que concedía dinero (y eso que el entonces alcalde de Rivas, Masa, también de IU les acusó de habérselo ocultado).
Igual que sus atacantes mediáticos perderían credibilidad si no aplican el mismo rasero en los chanchullos del PP, los seguidores de la antaño conocida como ‘Pasionaria de Rivas’ (hoy re-bautizada como ‘La Infanta Roja’) se deslegitimarán si aplican la ‘doctrina Alberto Garzón’ de aplicar un rasero diferente al señalado según el color político.
Vaya, dije que no iba a criticar a la susodicha y lo he acabado haciendo. Justo lo contrario que había predicado. ¡Parezco Tania Sánchez!
