OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

Toni Bolaño afirma que Artur Mas adelantará las elecciones «pero Cataluña seguirá inmersa en su retraso y en su provincianismo»

Juan Luis Cebrián exige a la Iglesia católica que "deje de agredir a los españoles de Al Andalus" en la catedral de Córdoba

Victoria Prego culpa de las maniobras de Artur Mas a la "infinita inconsciencia" de Madrid

Este 15 de enero de 2015 me siento impulsado a pedir a los compañeros de la prensa que rindamos un homenaje a Benedicto XVI y a Juan Carlos I por haber anunciado sus renuncias por la mañana y haber dado tiempo a los periódicos a preparar sus ediciones del día siguiente.

En cambio Artur Mas, tan soberbio él, anunció la convocatoria de elecciones anticipadas para el Parlamento regional catalán pasadas las 10 de la noche del 14 de enero de 2015. En consecuencia, ni las ‘majorettes’ del catalanismo, Pilar Rahola y Francesc-Marc Álvaro, han podido aplaudir en La Vanguardia a su señorito.

Con la ayuda del tabaco y del café, me dispongo a enfrentarme a un bosque de columnas que quizás ya se haya quedado viejo cuando en él entre usted, Caperucita Roja, digo amigo lector. Menos mal que algunos viejos budas de la Transición se mantienen impasible el ademán.

Es el caso de Juan Luis Cebrián, presidente ejecutivo de El País, y del Grupo PRISA, del que recojo sus palabras en el acto de homenaje a Charlie Hebdo que ha organizado El País. Para Cebrián, que calificó en un memorable artículo de «insidiosa» a la Reconquista y la culpó de habernos privado a los europeos de una «civilización ecumenica».

Cebrián llama a no rendirse ante los terroristas islamistas (no sé si pronunció este adjetivo), pero pide que se les calme entregándoles algo que no es suyo: la catedral de Córdoba.

Hay que reclamar más tolerancia, menos fanatismos religiosos. Que el obispado de Córdoba deje de agredir a los españoles de Al Andalus. Es una ofensa innecesaria. Actitudes como esa son las que abonan las actitudes del odio y el fundamentalismo.

¿Y no agrede El País a los españoles de España entera?

En el mismo periódico, Lluís Bassets se une a su jefe y repite la consigna con la que nos ha estado machacando el periódico progresista desde los atentados de París: no hay que caer en la islamofobia y el islam es parte del ser de Europa.

Claro que quieren atentar y minar nuestra seguridad interior. Pero con un objetivo: que renunciemos a nuestras ideas y valores. Para que accedamos a restricciones en nuestras libertades y formas de vida en nombre de la seguridad. Para que discriminemos a los musulmanes y a los inmigrantes, tal como ha advertido con alarma Angela Merkel. O para que admitamos la censura y la imposición autoritaria en nombre de un supuesto apaciguamiento de las minorías religiosas.

La victoria yihadista en esta guerra, de producirse, ni siquiera sería por las armas, sino exclusivamente por la debilidad y el desistimiento de alguien que no quiere defenderse. Es cosa de los europeos, de todos nosotros, que no sea así.

ARCADI ESPADA, CONTRA DIOS

Algunos columnistas ya empiezan a distanciarse del lema ‘Yo soy Charlie’. Lo hacen Ignacio Camacho y, sobre todo, Luis Ventoso en ABC. Pero la columna que más me gusta es la Laura Freixas (La Vanguardia), que nos recuerda una de las últimas portadas del semanario que pretende ser de humor.

«Las esclavas sexuales de Boko Haram, indignadas», dice el título. Debajo, un dibujo representa a cuatro jóvenes negras embarazadas, con cara de pocos amigos, chillando a coro: «¡Ojo con quitarnos el cheque bebé!». ¿Qué les parece? ¿Es lícito reírse de cualquier cosa? ¿Por ejemplo, del dolor de unas adolescentes raptadas y violadas, y que todavía hoy están en paradero desconocido? ¿Es gracioso presentarlas como unas parásitas, encantadas de haberse quedado embarazadas de sus violadores porque así tienen un pretexto para vivir de la sopa boba? ¿Se imaginan chistes semejantes referidos a las víctimas de ETA o a los periodistas occidentales secuestrados?Lo habrán adivinado ustedes: la portada que acabo de describir es una de Charlie Hebdo.

Es reconfortante -¿pero es realista?- dividir el mundo en dos: de un lado los demócratas, pacifistas, inteligentes y con sentido del humor (modestamente: nosotros), del otro unos fascistas histéricos que nos odian porque nos envidian, o más sencillo aún, porque encarnan el mal, como el cáncer o los terremotos. ¿No sería mejor, sin renunciar a la firmeza, matizarla con la complejidad, y sin renunciar a la libertad, ejercerla responsablemente?

A este debate se une Arcadi Espada (El Mundo) con una columna que me hace recordar los desbarres de Fernando Savater cuando escribe sobre asuntos que no tiene relación con el nacionalismo vasco. ‘Contra la vida eterna’ se titula su texto.

Muchas de las complicidades pasivas que el terrorismo islamista suscita, empezando por la apagada reacción del tan flamígero papa Francisco a la matanza de París, se basan en que la actividad terrorista obliga a replantearse el estatuto de la vida eterna (la religión, puramente) en la sociedad contemporánea. Luchar ideológicamente contra el terrorismo islamista es, sobre todo, luchar contra esa idea. La que lleva a los terroristas a utilizar su cuerpo como bala, a los padres a explotar a sus hijos en cualquier mercado y al desprecio general por la vida en la tierra que se advierte en las sociedades donde el islamismo es influyente.

No es posible luchar contra la maligna idea islámica sin luchar contra la maligna idea de la religión. Ya no es posible invocar a Cristo contra Mahoma. La dificultad de asumir esta evidencia no es la menor de las vulnerabilidades de Occidente ante la barbarie.

¿Se le puede recordar a Espada que los mayores genocidas de la historia de la humanidad han sido los ateos, desde Stalin y Pol Pot a Robespierre?, ¿prohibimos, por eso, el ateísmo?

Pedro Narváez (La Razón) compara la movilización para salvar al perro Excalibur con la escasa asistencia de musulmanes y no musulmanes a las concentraciones de rechazo al atentado islamista.

Tan alta debemos tener la fiebre de la amnesia que se ha visto menos personal protestando por la masacre de París que por el ébola, cuando se llevaban flores de mal a una enfermera que ha confesado ante el juez que lo que portaba era el virus de la mentira, o por el pobre Excalibur, un perro que nos merecía más ternura que los hombres, que al cabo somos demonios.

RAÚL DEL POZO COMPARA A AZNAR CON DE GAULLE

En España hay Gobierno, aunque no lo parezca. Isabel San Sebastián (ABC) escribe uno de los ataques más duros contra Moncloa. Acusa a Rajoy, Soraya, Montoro y Carmen Martínez Castro directamente de idiotas, por creer que a los españoles sólo les interesa el dinero. Bueno, quizás es que a los citados sólo les interesa el dinero y están convencidos de que los demás pensamos igual que ellos.

Hasta la fecha, el mensaje machaconamente repetido desde todos los terminales populares se refiere a España S. A., empresa que estaba al borde de la quiebra cuando el consejero delegado Mariano Rajoy se hizo cargo de la gestión y hoy, gracias a su trabajo, escala posiciones en el IBEX 35 del escenario internacional.

En resumen, toda la política de comunicación del partido en el Gobierno, y lo que es peor, casi toda su política a secas consisten en «comprar» la adhesión del ciudadano apelando a su bolsillo. Como si el votante en general, y el de centro-derecha en particular, se moviese únicamente por intereses materiales. Creo no hablar solo por mí misma si afirmo tajantemente que esta asunción no responde en absoluto a la verdad.

Ocurre que España no es una sociedad anónima y el español de a pie, el ciudadano normal, tiene otras preocupaciones aparte de las inherentes a llegar a fin de mes. (…) Nos preocupa que la palabra dada carezca de valor y la mentira se imponga como herramienta política. Nos preocupa España, esa gran Nación que se diluye.

Raúl del Pozo (El Mundo) ofrece una de esas columnas suyas de elogio a un político, sea Monedero o Aguirre. Hoy le toca a José María Aznar, al que compara con Charles de Gaulle.

En plena gloria y en plena juventud para un estadista, se fue imitando el gesto de De Gaulle en Colombey-les-Deux-Églises, porque siempre fue un poco gaullista. Creía, como el héroe de Francia, que también España se hizo a golpes de espada.

Los suyos nunca fueron a buscarle a Faes; le pagaron sus consejos, pero no los usaron. Pasaron los años y ahora el PP da señales de desgaste, no tan angustiosas como la democracia cristiana de la Tangentópolis. Alejamiento de las clases medias, hostilidad del ala derecha y el progresivo hundimiento en las encuestas configuran una situación inquietante. No sabemos si ha sido por estas razones por las que Mariano Rajoy ha decidido recuperar a José María Aznar. El presidente de honor asistirá a la Convención del PP los días 23, 24 y 25 de enero. La llamada surgió cuando Aznar era tratado como un disidente y le acusaban de deslealtad, en un momento confuso donde todos largan de todos.

Es sabido que los verdaderos adversarios de un político siempre están en su propio partido. Por eso nos ha extrañado el inesperado gesto de Mariano Rajoy llamando a Aznar. Ya no levanta pasiones, pero no es un funcionario, sino un político en un partido con muchos tecnócratas, abogados del Estado y funcionarios.

Ambos columnistas coinciden en que la política es vital para un Gobierno.

CASADO ASEGURA QUE EL CNI YA HA CONTACTADO A LA BASTARDA

¿De qué se va a hablar hoy en los bares, los taxis y las peluquerías? Seguro que no de las elecciones en Cataluña ni de la catedrla de Córdoba, sino de los hijos ilegítimos de Juan Carlos de Borbón.

¡Qué paradójica es La Vanguardia del conde de Godó! Por un lado apoya a Artur Mas en su proceso de romper España y por otro sale en defensa del honor (en este caso, honra) de Juan Carlos de Borbón. La periodista Mariángel Alcázar arremete contra la belga que reclama el apellido Borbón y cuya demanda de filiiación contra el viejo rey ha sido admitida por el Tribunal Supremo.

Cuando, hace más de dos años, don Juan Carlos tuvo noticia de que la ciudadana belga Ingrid Sartiau y el español Albert Solà habían mandado varias cartas a la Zarzuela argumentando su condición de presuntos hijos, se limitó a comentar que ya le extrañaba que hasta ese momento no le hubieran atribuido descendencia extramatrimonial. Acordarse de lo que pasó hace cincuenta años es, a veces, difícil, pero resulta más fácil acordarse de lo que no pasó y el rey Juan Carlos tenía y sigue teniendo claro que pocas pruebas pueden aportarse de algo que no sucedió. Sin embargo, esa no es ahora la cuestión.

Ayer, el tribunal desestimó la demanda de Albert Solà por inconsistente pero consideró como prueba la declaración de la madre de Ingrid quien, en 1966, creyó lo que le dijo un conserje de Marbella.

Antonio Casado se une al Regimiento del Rey y asegura que un par de bastardos no menoscaban los inmensos méritos de don Juan Carlos y asegura que seguro que el CNI ha tomado cartas en el asunto.

La demanda de paternidad contra don Juan Carlos, admitida ayer a trámite por el Tribunal Supremo, carece de relevancia sucesoria y no altera en absoluto la brillante hoja de servicios del abdicado rey. Pero no abrillanta la imagen de la Corona ni la suya personal como esposo y padre. La institución tampoco se cubre de gloria cuando afloran episodios de esta clase, deliberadamente proscritos en el historial del padre del Rey.

Estamos, pues, ante un asunto judicial cuyo desenlace va a ser extrajudicial. Al tiempo.

Lo previsible es que, antes de que el asunto crezca como la gran comidilla nacional de la temporada, haya un acuerdo previo entre las partes (hablamos de un pleito civil entre dos partes), que podría pasar incluso por el reconocimiento de paternidad. Si yo fuera el general Sanz Roldán, director del CNI, ya habría puesto a trabajar a alguien en el asunto que, una vez dicho todo lo anterior, también concierne al Estado. Seguro que ya lo ha hecho.

Pasar por el Pueblo del falangista Emilio Romero para llegar al PSOE y luego al Regimiento del Rey. ¡Ay, Antonio, Antonio!

José Alejandro Vara (Vozpopuli.com) descubre que el aforamiento de Juan Carlos nada más abdicar se hizo con la finalidad de protegerle de las consecuencias de sus saltos de cama en cama.

Todos los intentos de demanda de paternidad con don Juan Carlos habían resultado inútiles dada la condición de inviolabilidad de la figura del Jefe del Estado prevista en la Carta Magna. Tras su abdicación, hubo de elaborarse una reforma exprés de la Ley Orgánica del Poder Judicial para incluir la figura de aforado tanto a don Juan Carlos y doña Sofía, como a doña Letizia y su hija Leonor, princesa de Asturias. Muchos han comprendido ahora a qué venían tales prisas. Tras ese polémico cambio legislativo, aprobado en julio del pasado año con los votos del PP, UPN y el Foro, es el Supremo el único tribunal que puede entender sobre causas que afecten al rey emérito. Y en ello está.

El abogado Luis Zarraluqui recuerda en una tribuna en El Mundo que el Supremo considera que quien rehusa a hacerse la prueba genética de paternidad es por miedo a ser el padre.

La doctrina consagra el principio de que la negativa injustificada a la práctica de las pruebas genéticas por parte del demandado de paternidad justifica la declaración de la misma, presumiéndose que tal rechazo constituye un reconocimiento de la filiación. Si se niega, dice el espectador, es porque es el padre; si no, se haría la prueba.

Pedro F. Barbadillo recuerda en Libertaddigital.com algunos rumores sobre los bastardos de los Borbones desde finales del siglo XVIII al siglo XX, y concluye con una dosis de humor.

Si ninguno de los hijos de María Luisa de Parma, es decir, Fernando VII, padre de Isabel II, y los infantes Carlos María Isidro, cabeza de la rama carlista, y Francisco de Paula, padre de Francisco de Asís, marido de Isabel, eran Borbones, ¿cómo podemos apellidar hoy a la familia real española? ¿Godoy? ¿Puigmoltó? Si encima mezclamos estos apellidos con los de los cónyuges actuales de los herederos de la Corona, que no han seguido la costumbre de casarse con miembros de otras casas reales, tendríamos Godoy-Ortiz o Puigmoltó-Urdangarín o Serrano-Marichalar.

¡Y Jaime Peñafiel, callado! ¡Qué ocasión estás perdiendo, Jaime!

Por cierto, ¿alguien ha visto a doña Sofía?

TONI BOLAÑO, HARTO DE LA TABARRA CATALANA

Sobre la convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña, las terceras en cinco años, solo en El Mundo, La Vanguardia y La Razón encuentro columnas de papel.

El socialista Toni Bolaño (La Razón) se declara harto de la matraca catalana, aunque reconoce que Artur Mas está ganando a Junqueras.

Mas ha ganado la partida en el universo soberanista, pero Cataluña sigue perdiendo. Adelantará unas elecciones pero Cataluña seguirá inmersa en su retraso, en su provincianismo y viviendo ese escenario soberanista que nada tiene que ver con la realidad. Mas sólo gana tiempo para sí mismo pero se lo hace perder a la mayoría de catalanes. Ha llegado a su máximo nivel de incompetencia. No ha tenido los arrestos de hacer elecciones ya, porque los números no salen. Ahora serán el 27 de septiembre para empezar la campaña el día 11. No cuenta que para esas fechas la situación política en Cataluña, en España y en Europa puede haber cambiado. Le da igual. Él sólo quiere pasar a la historia. Aunque sea a la historia de un fracaso.

(El 24 de mayo) CDC puede darse de bruces con una nueva realidad, que no es otra que la perdida de su mayoría municipalista. CDC puede perder muchos ayuntamientos a manos de otras fuerzas. Sobre todo de ERC. Ese día Mas puede volver a plantearse un cambio electoral en Cataluña. Ese día todavía tardará en llegar. De momento ha conseguido llevar a ERC al huerto y seguir dirigiendo al movimiento nacional. Perdón, nacionalista.

David González (La Vanguardia) predica la consigna nacionalista: es un acto democrático para los catalanes y las catalanas. Uff: nacionalismo y feminismo a partes iguales. Otra taza de café, por piedad.

Todo ello se puede analizar con la plantilla del win-win, del juego que acaba sin ganadores ni perdedores: no habrá elecciones inmediatas como pedía Junqueras ni listas unitarias como propuso Mas. Pero el Partit del Procés cantó el fum-fum-fum porque ayer era Navidad y el 27 de septiembre, los catalanes y las catalanas están legalmente citados para decidir si quieren o no quieren ser un Estado independiente.

Victoria Prego (El Mundo) señala las culpas de ‘Madrit’: Zapatero suprimió las sanciones del Código Penal llamado de la democracia a quienes atentasen contra la unidad de España y Rajoy, con mayoría absoluta, las mantiene.

La responsabilidad de nuestros gobernantes de los últimos años en lo que está sucediendo hoy en España es enorme. Es de una irresponsabilidad infinita su imprevisión de un fenómeno que de ninguna manera podía ser descartado de una forma tan insensata como lo ha sido. No es aceptable que los dirigentes políticos hayan sometido al Código Penal a una poda brutal en los artículos que garantizaban la defensa de la nación. Y lo han hecho así por culpa de una infinita inconsciencia adobada de las buenas intenciones tras las que siempre se atrincheran los estúpidos. Y el resultado es que ahora mismo nadie cometerá ningún delito si oficialmente se proclama en el Boletín Oficial de Cataluña la independencia de esa comunidad y su separación de España. Esto es así por mucho estupor que nos produzca.

José García Domínguez (Libertaddigital.com), que es de nación gallega, como decían los clásicos, parece contagiado de la tranquilidad de Mariano Rajoy. Según él, bueno, según los dos, no pasa nada en Catauña ni ayer, no hoy, ni mañana.

Tras el simulacro del 9-N no llegó el gran éxtasis secesionista sino el desencanto, su desencanto.

No es la primera vez. Ya ocurrió algo muy parecido cuando la llamada transición. La generación anterior, la del antifranquismo militante, por más señas la mía, también quiso creer en sus propios cuentos de princesas y dragones. También llegó a convencerse de que era posible poner a cero el contador de la Historia. Hasta que, indiferente como suele, la Historia pasó de largo dejándola tirada en su cuneta. Nadie le ha ganado nunca un pulso a la realidad. Y nosotros no íbamos a ser los primeros. De ahí que lo que luego sobrevino no fuese otra sobredosis de radicalidades iconoclastas sino la deserción hacia la vida privada. Sucederá lo mismo. El independentismo catalán es un soufflé llamado a retornar a la nada.

REVERTE: EL QUE DICE UN PIROPO ES UN VIOLADOR

¡Qué suerte ha tenido la auxiliar de enfermería Teresa Romero! Entre las noticias del día y la torpeza comunicativa del PP, que no sabe aprovechar sus victorias, el reconocimiento por Romero de que mintió a toda España y que no dijo a la médico que le atendió que había atendido a los misioneros enfermos de ébola, pasa desapercibido. Sólo escribe sobre la mentira Mayte Alcaraz (ABC).

Programa especial en la CNN. La auxiliar de enfermería española Teresa Romero concede una entrevista para la cadena americana en la que critica la falta de sensibilidad y humanidad en la gestión de su enfermedad.

Ayer Teresa -probablemente la memos culpable de este folletín mediático que habrá de analizarse en las Facultades de Periodismo- se avino a conciliarse con la doctora que la atendió, reconociendo que no le había informado de los riesgos que portaba. La médica había amenazado con una querella para defender su buena praxis clínica; la misma que muchos medios ofendieron en favor de la prejuiciosa tesis de que Rajoy era el culpable.

Un mes entero de titulares torticeros, primicias falsas, exclusivas tramposas y entrevistas poco escrupulosas para concluir, con José Hierro, que «después de todo, todo ha sido nada».

¿Por qué España no es europea más que geográficamente? Porque mentir a millones de ciudadanos no tiene consecuencias.

La columna ridícula del día la escribe Jorge Martínez Reverte, que parece empeñado en competir para este premio con Luis María Anson y Antonio Gala. ¿Será cosa de la edad? Su columna en la última de El País la dedica a denunciar un arma de destrucción masiva, que es el piropo. Según él, el piropeo está aumentando:

No tengo ninguna estadística a mano, pero me da la impresión de que la repugnante costumbre del piropo está resucitando en España. No es nada infrecuente toparse con la escena callejera de una chavalilla vestida como a ella le dé la gana siendo acosada por un par de desgraciados con tripa bien crecida que le dicen cualquier sarta de barbaridades.

Pero ese regreso es por obra de los inmigrantes:

Lo que sí es algo de novedad es que los sujetos activos del piropo son en gran proporción ahora inmigrantes, sin que los españoles falten.

Y ésta es la única batalla que da Reverte al discurso dominante, porque acaba como una feminista de ONG subvencionada:

No estaría mal que, de paso, abriera un concurso de ideas para que a los emisores de las presuntas cortesías que humillan a todas las mujeres recibieran una corriente eléctrica de magnitud variable en sus cataplines.

Liquidada casi del todo la potencia de ETA y sus abogados, la violencia machista causa más muertos que la terrorista. (No se vea en esto un reto).

Nadie ignora que la violencia verbal suele preceder a la física. Si usted le dice una barbaridad a una mujer por la calle es usted un violador.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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